novenas - NOVENAS GRUPO 43
 

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CONCLUSIONES

NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN MARÍA CON ORACIONES DE SANTOS

 

 

 

Esta novena tiene la peculiaridad de que las oraciones para cada día están compuestas por diferentes santos, algunos de ellos Doctores de la Iglesia. Se puede rezar en cualquiera de las festividades de la Santísima Virgen o en cualquiera de sus advocaciones. Además de esta novena en este mismo sitio hay una página dedicada a oraciones escritas a la Virgen por santos...

ORACIONES INICIALES PARA TODOS LOS DÍAS


Por la señal, etc.


Oración de San Bernardo para empezar todos los días


Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro, haya sido desamparado. Yo, pecador, animado con tal confianza, acudo a vos oh Madre, Virgen de las vírgenes: a vos vengo, delante de vos me presento gimiendo. No queráis, oh Madre del Verbo, despreciar mis palabras; antes bien, oídlas benignamente y cumplidlas. Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS


¡Oh santísima Señora, excelentísima Madre de Dios y piadosísima Madre de los hombres! Después de Dios, tú eres la única esperanza de los pecadores y la mayor confianza de los justos. La Iglesia te llama vida, dulzura y esperanza nuestra, y todos los pueblos ponen en ti sus ojos, esperando de ti todas las gracias. Nosotros también, dulce abogada, acudimos a ti en estos días, instándote para que nos oigas y concedas las gracias que te pedimos. Danos, en primer lugar, un amor sincero a tu divino Hijo, observando su santa ley cristiana; alcánzanos también la salud del cuerpo y la serenidad del espíritu, la paz en la familia y la suficiencia de medios para la vida; concédenos, en fin, una santa muerte en la santa Iglesia católica.



¡Oh Virgen, que superas toda alabanza! Todo lo que tú quieres, lo puedes ante Dios, de quien eres Madre; y, aun cuando nosotros somos pecadores, tú eres dulce madre del Redentor y dulce madre nuestra, y puedes abogar por tus hijos pequeños y pecadores ante tu Hijo altísimo y redentor; a tu nombre se abren las puertas del cielo; en tus manos están todos los tesoros de la divina misericordia; óyenos, oh plácida Virgen y Madre, y, si nos conviene, concédenos las gracias que te pedimos en esta novena.

Petición. Santa María, socorre a los desgraciados, ayuda a los pusilánimes, reanima a los que lloran, ora por el pueblo, intervén por el clero, intercede por las mujeres consagradas, sientan tu auxilio todos los que celebran tu santa festividad.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.


Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.



Oración. Concédenos, por favor, Señor Dios, que nosotros, tus siervos, gocemos de continua salud de alma y cuerpo y, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutemos de las alegrías de la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


DÍA PRIMERO


Comenzar con la oración de todos los días.


Oración de Santo Tomás de Aquino (1225-1274). Doctor de la Iglesia.



Concededme, oh Reina del cielo, que nunca se aparten de mi corazón el temor y el amor de tu Hijo santísimo; que por tantos beneficios recibidos, no por mis méritos, sino por la largueza de su piedad, no cese de alabarle con humildes acciones de gracias; que a las innumerables culpas cometidas suceda una leal y sincera confesión y un firmísimo y doloroso arrepentimiento, y, finalmente, que logre merecer su gracia y su misericordia. Suplico también, oh puerta del cielo y abogada de pecadores, no consientas que jamás se aparte ni desvíe este siervo tuyo de la fe, pero particularmente que en la hora postrera me mantenga con ella abrazado; si el enemigo esforzare sus astucias, no me abandone tu misericordia y tu gran piedad. Por la confianza que tengo en ti puesta, alcánzame de tu santísimo Hijo el perdón de todos mis pecados y que viva y muera gustando las delicias de tu santo amor.


Terminar con la oración final de todos los días.


DÍA SEGUNDO


Comenzar con la oración de todos los días.



Oración de San Atanasio de Alejandría (295-373). Doctor de la Iglesia.



Propio es de ti, Señora, que siendo tú, al mismo tiempo que esclava del Señor, Madre de Dios, Reina y Señora, pues Dios quiso también ser Hijo tuyo, no apartes de nosotros tu memoria, habiendo de presentarnos ante el soberano e inexorable Juez, que, si a nosotros nos infunde pavor, es para contigo sobremanera amable y te otorga cuantas gracias le pides, pues eres llamada llena de gracia y de alegría por haber sobrevenido en ti el Espíritu Santo. Por esto, aun los ricos de la nación, los más favorecidos en justicia y santidad, claman a ti e invocan tu protección. No nos cierres las puertas de tu pecho, y deja que fluya sobre nosotros el mar de gracias que encierra.



Terminar con la oración final de todos los días.


DÍA TERCERO


Comenzar con la oración de todos los días.


Oración de San Anselmo (1033-1109). Doctor de la Iglesia.



No son para contar, Reina clementísima, los que, habiendo invocado tu nombre, han conseguido la eterna salvación; ¿y quieres que, invocándote yo, sea defraudado en mis esperanzas? Tal vez no oyes mis clamores en razón de mi gran maldad; pero, aun así, no dejaré de llamarte y de decirte con toda el alma: pues eres tan noble y benigna de condición, da oídos a quien humildemente llama a tus puertas y no le desatiendas en sus esperanzas, ni le abandones en su tribulación, ni le dejes sin una palabra de perdón en medio de su pecado. Sana con tus celestiales medicinas las profundas heridas en mi alma abiertas, desátame de los carnales lazos que me aprisionan en la tierra y abrígame siquiera con un jirón del espléndido manto de tu gloria. Amén.



Terminar con la oración final de todos los días.


DÍA CUARTO


Comenzar con la oración de todos los días.


Oración antigua de autor anónimo.


Ven, oh gloriosa Reina María; ven y visítanos; ilumina nuestras almas dolientes y danos el vivir santamente. Ven, salud del mundo, a lavar tantas manchas que nos afean, a disipar tantas tinieblas que nos envuelven. Ven, Señora de los pueblos, y apaga estas llamas de concupiscencia que nos abrasan, arrójanos el manto de tu pureza y señala el seguro camino que nos ha de llevar al puerto. Ven a visitar a los enfermos, a fortalecer a los débiles, a dar firmeza a los que fluctúan entre mares de dudas. Ven, estrella, luz de los mares, e infúndenos paz, gozo y devoción. Ven, oh cetro de reyes, poderío de las naciones, y vuelve al seno de la fe, al amor y vida de su unidad, a las muchedumbres extraviadas que no conocen lo que conviene a su salud. Ven, trayéndonos en tus manos los dones de tu casto, eterno esposo, el Espíritu Santo, para que vivamos por su lumbre y calor, y sean nuestro sustento aquellos frutos eternos que nos han de merecer entrar en la unidad de la vida bienaventurada. Amén.

 

 

Terminar con la oración final de todos los días.



DÍA QUINTO


Comenzar con la oración de todos los días


Oración de San Sofronio (siglo VII). Patriarca de Jerusalén.



Amansa, oh piadosa Madre, las olas de tristeza y de congoja que combaten mí corazón; apaga las llamas enemigas que me cercan; embota los dardos que manos crueles vienen arrojando contra mi alma, amenazando atravesarla y envenenarla y meter en ella la muerte. Oh alegría bienaventurada, oh paz, oh serenidad de los que te invocan, oh escudo y fortaleza de tus fieles servidores, ven y tiende tu mano sobre las llagas recibidas y sobre las angustias que me atormentan; da suavidad y paz a mi
entendimiento, para que mi lengua engrandezca siempre la alteza de la merced recibida. Devuélvenos en lluvias de gracias las alabanzas que te dirigimos; abre ese manantial de gracias que por nosotros quiso encerrarse en ti y no vivamos ya entre noches, incertidumbres y temores; a ti seremos deudores de mercedes que jamás labios humanos podrán agradecer ni ponderar. Amén.


Terminar con la oración final de todos los días.


DÍA SEXTO


Comenzar con la oración de todos los días.


Oración de San Ildefonso (siglo VII). Arzobispo de Toledo.


Oh clementísima Virgen, que con mano piadosa repartes vida a los muertos, salud a los enfermos, luz a los ciegos, solaz a los desesperados y consuelo a los que lloran. Saca de los tesoros de tu misericordia refrigerio para mi ánimo quebrantado, alegría para mi entendimiento y llamas de caridad para mi durísimo pecho. Sé vida y salud de mi alma, dulzura y paz de mi corazón y suavidad y regocijo de mi espíritu. Y, pues, tú eres estrella clarísima del mar, madre llena de compasión, endereza mis pasos, defiéndeme de riesgos de enemigos, hasta aquella postrera y suspirada hora en la cual, asistido de tu auxilio, enriquecido con tu gracia, vencidas las enemistades del infernal dragón, salga de este mundo para los eternos y seguros gozos de la vida bienaventurada. Amén.


Terminar con la oración final de todos los días.


DÍA SÉPTIMO


Comenzar con la oración de todos los días.


Oración de San Juan Damasceno (649-749). Doctor de la Iglesia.



Nadie está en el cielo más cerca de la Divinidad simplicísima que tú, que tienes asiento sobre la cumbre de los querubines y sobre todos los ejércitos de los serafines, y por esto no es posible que tu intercesión sufra repulsa, ni que sean desatendidos tus ruegos. No nos falte tu auxilio mientras vivamos en este mundo perecedero; alárganos tu mano, para que, obrando las obras de salud y huyendo de los caminos del mal, demos seguro el paso de la eternidad. Por ti esperamos que, al cerrar a este destierro los ojos de la carne, se abrirán los del alma para anegarse en aquel piélago de soberana hermosura, de suavísimos deleites, por el cual ansiosamente suspiran las almas regeneradas y que nos anunció y mereció Cristo Señor nuestro haciéndonos ricos y salvos. A El por ti, Señora, rendimos gloria y alabanza, con el Padre y el Espíritu Santo, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.



Terminar con la oración final de todos los días.



DÍA OCTAVO


Comenzar con la oración de todos los días


Oración de San Efrén de Siria (306-373). Doctor de la Iglesia.



Oh Virgen purísima, Madre de Dios, Reina de todo lo criado, levantada sobre todos los cortesanos del cielo y más resplandeciente y pura que los rayos del sol: tú eres más gloriosa que los querubines, más santa que los serafines y sin comparación más sublime y aventajada que todos los ejércitos del cielo. Tú eres la esperanza de los patriarcas, la gloria de los profetas, la alabanza de los apóstoles, honra de los mártires, alegría de los santos, ornamento de las sagradas jerarquías, corona de las vírgenes, inaccesible por tu inmensa claridad, princesa y guía de todos y doncella sacratísima; por ti somos reconciliados con Cristo mi Señor. Guardame debajo de tus alas; y apiádate de mí, que estoy sucio con mis pasiones y manchado con los innumerables males que he cometido contra mi Juez y Criador. No tengo otra confianza sino en ti, que eres el áncora de mi esperanza, el puerto de mi salud y socorro oportuno en la tribulación.



Terminar con la oración final de todos los días.



DÍA NOVENO


Comenzar con la oración de todos los días.


Oración de San Germán (496-576). Obispo de París.


Ninguno se salva sino por ti, oh Virgen Santísima.'Ninguno se libra de males sino por ti, oh Virgen purísima. Ninguno recibe gracias de Dios sino por ti, oh Virgen castísima. Ninguno obtiene misericordia sino por ti, oh Virgen venerabilísima. ¿Quién, después de tu bendito Hijo, tiene tanto cuidado del linaje humano como tú? ¿Quién así nos defiende en nuestras tribulaciones? ¿Quién tan presto nos socorre y nos libra de las tentaciones que nos acosan y persiguen? ¿Quién, con sus piadosos ruegos, intercede por los pecadores y los libra de las penas que por sus pecados merecen? Por esto recurrimos a ti, oh purísima y dignísima de toda alabanza y de todo obsequio.



Haz que, por medio de tus oraciones, que tanto pueden con el Señor, las cosas eclesiásticas sean bien gobernadas y tú misma las conduzcas a puerto seguro. Viste ricamente a los sacerdotes de justicia y de la gloria de la fe probada, inmaculada y sincera. Dirige en estado próspero y tranquilo los cetros de los soberanos cristianos. Sé, en tiempo de guerra, la protección del ejército, que siempre milita bajo tu amparo, y confirma al pueblo para que, conforme Dios lo tiene mandado, persevere en el obsequio suave de la obediencia. Sé el muro inexpugnable de este pueblo que te tiene a ti como a torre de refugio y cimiento que la sostiene. Preserva la habitación de Dios y el decoro del templo de todo mal; libra a cuantos te alaban, da redención a los cautivos y sé refugio para el peregrino y consuelo para el desamparado. Extiende, por fin, a todo el orbe tu mano auxiliadora, para que, así como celebramos con alegría esta festividad, celebremos también todas las demás que te dedicamos, en Cristo Jesús, Rey de todas las cosas y verdadero Dios nuestro; a quien sea la gloria y la fortaleza, junto con el Padre Eterno, que es principio de la vida, y con el Espíritu coeterno, consubstancial, y que reina con los dos, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.



Terminar con la oración final de todos los días.

 

 

 

 

 

NOVENA EN HONOR A LA VIRGEN DEL VISO

 

 

Oración Preparatoria

Santísima Virgen del Viso, Madre de Dios y madre nuestra, excelsa patrona de Salas y su concejo, a ti acudimos para honrarte  expresarte nuestro amor y devoción como especial abogada  y protectora nuestra ante el Padre celestial.

No tengas en cuenta nuestros pecados, y acepta estos humildes obsequios. Te damos gracias por los beneficios recibidos y te rogamos nos sigas protegiendo en adelante.

Acrecienta en nosotros tu devoción y e amor a nuestro Padre Dios y a nuestros hermanos los hombres. Ayúdanos a imitar de cerca de tu hijo, hermano mayor y amigo nuestro Jesús, y a vivir su evangelio y las enseñanzas de la Iglesia.

Finalmente, te pedimos las gracias que deseamos alcanzar en esta novena, si han de ser para mayor gloria de Dios, honra tuya y bien de nuestras almas. Amén.

Oración Final

Santísima Virgen del Viso, madre y patrona de todos los sálense, conocedores de tu bondad y de la eficacia de tu intercesión, en ti confiamos. En tus manos ponemos nuestra vida, nuestros problemas, nuestros afanes, nuestros deseos…

Aunque indignos y pecadores, somos hijos y protegidos tuyos. Muestra que eres nuestra madre y patrona y acógenos bajo tu protección.

Atiende nuestras súplicas, líbranos de los males del alma y cuerpo y guíanos por el camino que conduce a la casa del Padre para que, después de nuestro peregrinar por este mundo, lleguemos a vivir allí para siempre en tu compañía. Amén.

DIA PRIMERO

La devoción a la Santísima Virgen del Viso

La devoción  a la Virgen es consustancial con el pueblo cristiano. Está extendida por todo el mundo católico y, en especial, por España y por los países por ella evangelizados. Infinidad de advocaciones más o menos famosas pueblan la geografía de nuestra patria.

Entre las más importantes de Asturias – Covadonga aparte -  figura la advocación de Ntra. Sra. del Viso, Patrona de nuestra villa y concejo, cuya devoción está profundamente arraigada en el corazón de los salenses.

Se desconoce la época de su aparición, pero sí puede afirmarse que tiene, por lo menos, cinco siglos de existencia. Ya en el libro de la Cofradía del Viso existente en 1604 se alude a su origen inmemorial, y en 1614 se levantaba un nuevo templo por amenazar ruina el primitivo.

El santuario está situado en el centro geográfico del concejo aproximadamente y en uno de los lugares más pintorescos del mismo.

Desde la montaña del Viso la Virgen, a cuyo especial patrocinio estamos especialmente acogidos, vela con maternal cuidado sobre nosotros, sus hijos.

Confiemos en ella, honrémosla como se merece y tratemos de corresponderle con nuestro amor e imitación.

Virgen del Viso, ruega por nosotros

 

DIA SEGUNDO

La Santísima Virgen y la virtud de la fe

La fe es la primera virtud del cristiano y el fundamento de todas las demás. “Sin la fe, dice San Pablo, es imposible agradar a Dios”.

Los cristianos la recibimos en el bautismo, que nos hace hijos de Dios y miembros de la Iglesia. En este sacramento renunciamos a Satanás y al pecado, profesamos nuestra fe en Dios Padre, en Jesucristo, en el Espíritu Santo, en la Iglesia, en Santa María Virgen y en los principales misterios de nuestra religión y prometemos ser fieles a Jesucristo. Así adquirimos ciertos compromisos que estamos obligados a cumplir.

No en vano suele decirse que creer es comprometerse: comprometerse a vivir como discípulos de Cristo, como hijos fieles de la Virgen.

¿Podemos decir con la mano en el pecho que hemos sido  siempre consecuentes con nuestra condición de cristianos? ¿Nuestra conducta no estará con frecuencia en desacuerdo con nuestras creencias y compromisos?

No olvidemos que la fe no vale nada sin las buenas obras. Imitemos a la Virgen, que  creyó al arcángel San Gabriel y aceptó el compromiso de ser madre de Dios con todas las consecuencias.

Virgen fiel, ruega por nosotros.

 

DIA TERCERO

La Santísima Virgen y la virtud de la esperanza

La esperanza puede decirse que es una consecuencia de la fe. Si creemos en Dios y en su bondad, necesariamente esperaremos y confiaremos en él.

La Virgen es en esta, como en las demás virtudes, maravilloso ejemplo para nosotros. De ella puede afirmarse, como del patriarca Abrahán, que esperó contra toda esperanza. El nacimiento de su hijo Jesucristo por obra del Espíritu Santo, sin intervención de varón, rompe una ley de la naturaleza establecida pro el mismo Dios. Ser virgen y madre a la vez sólo se da milagrosamente en María, la Virgen por antonomasia.

La esperanza es una de las virtudes más necesarias en tiempos de cambios, evolución y desorientación en que vivimos, aunque sea augurio de un porvenir más esplendoroso, en todos los órdenes. Los cristianos somos optimistas, porque sabemos que es Dios quien dirige la Historia y que el Espíritu Santo asiste a la Iglesia y al mundo.

Confiemos en la Virgen: Ella está con nosotros. Con su protección, la ayuda de Dios y nuestras buenas obras podemos estar seguros de que alcanzaremos la felicidad eterna.

Causa de nuestra alegría, vida y esperanza nuestra, ruega por nosotros.

DIA CUARTO

La Santísima Virgen y la virtud de la caridad

Caridad es amar a Dios y a los hombres. Aquí está la esencia del cristianismo. En este se resume toda la ley y los profetas, dijo el mismo Jesucristo.

Nadie, después de Dios, amó como la Virgen. Amar es darse, y ella entregó totalmente en manos de Dios y aceptó plenamente su voluntad. “He aquí la esclava del Señor. Hágase en mi según tu palabra”, respondió María al mensaje del angel.

Pero amó y se entregó también al servicio de los hombres, aceptando la muerte de su Hijo por nosotros. Por eso la llamamos corredentora del género humano, porque contribuyó eficazmente a nuestra redención.

Imitemos a la Virgen. Amemos a Dios sobre todas las cosas. Amor con amor se paga. Y a prójimo, como Cristo nos amó a nosotros. “No solamente de palabra y con la boca, sino con obras de verdad”, según San Juan.

Precisamente el amor al prójimo es la señal del amor a Dios y el signo distintivo de los cristianos. “En eso se conocerá que sois mis discípulos, dice Jesús, si os amáis los unos a los otros, como yo o he amado”. Esta es la nueva ley del amor.

Madre del amor, madre admirable, ruega por nosotros.

DIA QUINTO

La Santísima Virgen y la santidad

La santidad, la perfección cristiana, es la meta de los discípulos de Cristo. “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”, dijo el divino Maestro. “Esta es la voluntad de Cristo, añade San Pablo, vuestra santificación”.

La santidad no es patrimonio de unos cuantos ni consiste en hacer cosas raras o extraordinarias. Consiste sencillamente en cumplir con nuestro deber de cada día, en ser fieles a nuestros compromisos de personas y de cristianos, en vivir y crecer en la gracia y amistad de Dios, nuestro Padre. Está, pues, al alcance de todos en un grado mas o menos elevado, aunque debemos de aspirar siempre a superarnos y a conseguir metas más altas.

Dios nos creó para que le sirvamos en esta vida y seamos después felices con El por toda la eternidad, como nos recuerda el catecismo. La Virgen es también nuestro modelo. El ángel la llamó llena de gracia. Ella es la más perfecta de todas las criaturas salidas de la mano de Dios. Su santidad es mayor que la de todos los demás santos y ángeles juntos.

El camino de la santidad no es fácil, pero podemos recorrerlo con la gracia de Dios, nuestro propio esfuerzo y la protección de la Virgen. Ella nos ayudará a luchar y a obtener el triunfo final.

Espejo de justicia, madre de la divina gracia, ruega por nosotros.

 DIA SEXTO

La Santísima Virgen y la imitación de Cristo

“Sed imitadores míos, como yo lo soy de Cristo”, podría decir con mayor motivo que S. Pablo la Santísima Virgen. Por el bautismo nos hacemos hijos de Dios, miembros de Cristo y hermanos y discípulos suyos. Tenemos, por lo tanto, que parecernos a Cristo. Pero nos resultará más fácil conseguirlo a través de la Virgen. “A Jesús por María”, fue el lema que siguieron y aconsejaron muchos santos y escritores sagrados.

La vida de oración y recogimiento de la Virgen es una hermosa lección para nosotros. La oración es para el alma lo que la respiración para el cuerpo. La palabra de Dios, que ella guardaba en su corazón, nos ayuda a conservar y aumentar nuestra fe. La eucaristía, que Cristo nos dejó, es el principal alimento del alma.

Utilicemos, pues, estos medios de santificación que Jesucristo y la Iglesia ponen a nuestra disposición. No es verdadera la devoción a la Virgen, si no nos lleva a su hijo Jesús, si no contribuye a hacernos más semejantes a El.

Tratemos, por lo tanto, de seguir al divino Maestro y aspiremos a poder decir con San Pablo: “No soy yo quien vivo, sino que es Cristo quien vive en mi”. La Virgen nos da ejemplo, nos ayuda y nos guía.

Madre Inmaculada, trono de sabiduría, ruega por nosotros.

DIA SÉPTIMO

La Santísima Virgen y el apostolado

Uno de los deberes fundamentales del cristiano es el apostolado. Ser apóstol es trabajar por la salvación de los hombres, por la extensión del reino de Cristo en el mundo: con una vida, auténticamente cristiana con la palabra, la oración, el sacrificio, la cooperación económica… Es una obligación que deriva de los sacramentos del bautismo y de la confirmación.

Por el bautismo participamos todos los cristianos  del sacerdocio general de Cristo y nos hacemos miembros responsables de la Iglesia. La confirmación nos configura como soldados y apóstoles de Cristo.

Como soldados, tenemos que luchar contra el mal, el pecado y la injusticia. Como apóstoles, nuestra misión es la salvación de todos los hombres y la implantación de un mundo mejor, menos salvaje, más humano y más cristiano, como pedía Pío XII. Es deber ineludible de los cristianos la llamada consagración del mundo, es decir,  la cristianización de las estructuras de la sociedad y de las relaciones y cooperación entre los pueblos y los hombres, como pide Pablo VI, con el fin de que reine en todas partes el amor, la justicia y la paz.

Acudamos a la Virgen, y ella nos ayudará a cumplir nuestra misión, como colaboró con los primeros apóstoles, y sigue asistiendo a los apóstoles de todos los tiempos.

Virgen fuerte, reina de los apóstoles, ruega por nosotros.

DIA OCTAVO

La Santísima Virgen Madre de Dios y de la Iglesia

La maternidad divina de la Virgen  es su título más importante y el fundamento de todos sus privilegios. Es la mayor dignidad que un ser humano puede alcanzar.

Porque estaba destinada a ser madre de Dios, la Santísima Virgen fue concebida sin mancha de pecado original. Asimismo durante su vida se conservó libre de toda clase de pecados personales, gozando del privilegio de la impecabilidad. Por eso la llamamos Inmaculada.

La Virgen es también madre de la Iglesia, porque es madre de Cristo, cabeza de la misma, de la que nosotros somos miembros. Así la declaró solemnemente Pablo VI al final del Concilio Vaticano II.

Honremos a la Santísima Virgen, como se merece, por su dignidad, su grandeza, su santidad… Pero no olvidemos tampoco nuestra dignidad de hijos de Dios y de María y comportémonos como tales.

 

 

Tengamos en cuenta las conocidas palabras de San León Magno: “Reconoce, oh cristiano, tu dignidad, pues participas de la divina naturaleza… Recuerda de qué cuerpo eres miembro. Ten presente que, habiendo sido arrancado del poder de las tinieblas, has sido transportado al Reino y claridad de Dios”.

Seamos pues, cristianos responsables. Nuestra dignidad nos lo exige y nuestra nobleza nos obliga.

Madre de Dios y de la Iglesia, ruega por nosotros.

 

DIA NOVENO

La Santísima Virgen madre nuestra

La Virgen  es madre de Dios y de la Iglesia. Pero también es madre nuestra en el orden espiritual. Este título de la Virgen es el que mejor suena a nuestros oídos y el que más nos llega al corazón. Nos bastar recordar a nuestras madres de la tierra: su amor, su entrega, su abnegación… Pues la Virgen nos ama más y mejor que ellas.

Como ellas, quiere lo mejor para nosotros. Pero ella sabe lo que más nos conviene y puede conseguirnos de Dios todas las gracias, porque es la omnipotencia suplicante, lo cual no está al alcance de las madres de la tierra.

Por eso la reconocemos como medianera de todas las gracias y la invocamos como salud de los enfermos, refugio de los pecadores, consoladora de los afligidos, etc. Una vez más confiemos en la Virgen. También la llamamos puerta del cielo. Ella nos ayudará a conseguirlo.

La devoción a la Virgen es señal de predestinación y los santos están de acuerdo en que nadie se condena si es verdadero devoto de la Virgen. Dice San Felipe Neri: “Si quieres morir en el amor de Dios, preserva en la devoción a María”.

Nosotros veneremos e invoquemos a la Virgen del Viso, bajo cuya advocación es nuestra patrona, abogada y especial intercesora en el cielo, y seamos dignos hijos de tan excelsa madre.

Madre nuestra del Viso, ruega por nosotros.

 

NOVENA JESUCRISTO REY
 

 

ACTO DE CONTRICIÓN. Dios mío y Padre mío, que sois infinitamente bueno, os amo con todo mi corazón, y por lo mucho que os amo, me pesa de haberos ofendido.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS. Omnipotente y sempiterno Dios, que quisisteis restaurar en vuestro querido Hijo, Rey del Universo, todas las cosas, concédenos que todas las familias de las Gentes disgregadas por la herida del pecado se sometan a su suavísimo imperio. Que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

Rezar la oración del día de la Novena que corresponda.

DÍA PRIMERO

"¿A quién buscáis?-¿A Jesús Nazareno? Yo soy". Señor y Rey nuestro: siempre dejas que te descubra tu amor, aun cuando tus criaturas tan amadas por Ti, te busquen para martirizarte. Sabiendo que Tú eres Jesús Nazareno, te buscamos hoy de nuevo para prenderte otra vez, mas no con cadenas y cuerdas, sino con nuestras miserias y nuestros amores, pues sabemos es lo que más ata y sujeta tu misericordioso y amante Corazón, y así preso por amor, conducirte en triunfo al trono que te han formado los corazones amantes, para que empieces tu reinado de misericordia y amor en la tierra. Amén.

Obsequio. Cumplir con fidelidad mis obligaciones por ser lazos de amor que me unen con Jesús.

Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Eterno Padre, derrama tus misericordias sobre toda la tierra, reino de tu Hijo Jesús. Amén.

¡Oh Cristo Rey!, establece tu paz en tu reino. Amén.
Espíritu Santo, abrasa al mundo en tu purísima y ardiente amor. Amén.
Madre querida, une cada vez más y más a tu Hijo Divino, todo misericordia, con tus hijos, todo miseria. Amén.
San José, enséñanos a amar a Jesús y a María. Amén.

DÍA SEGUNDO

"Cristo, adivina quién te ha herido". ¡Oh Jesús amante y bueno!, aquella noche triste de tu Pasión tus ojos divinos veían a través de los siglos todos nuestros pecados y olvidos que tan dolorosamente herían tu divino Corazón, tanto, que para que tu pureza no te hiciese huir de nosotros, no tus verdugos, sino el amor vendó tus ojos, a fin de que no vieses más que almas que se perdían si Tú las dejabas.

Haz que esas almas a las que tu sangre y tus lágrimas han lavado y purificado lleguen a amarte con tanto entusiasmo, que se cierren sus ojos a todo lo que no seas Tú, Rey de sus amores.

Haz, Señor, que los hombres te conozcan y te amen. Amén.

Obsequio.Cerrar los ojos a todo lo que no sea Jesús.

Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

DÍA TERCERO

"Luego Tú eres Rey? - Bien dices: Yo soy Rey.-Yo he venido al mundo para dar testimonio de la verdad.-¿Y qué es la verdad?". Dios Nuestro Señor es la verdad por esencia, y es verdad encantadora, es verdad que entusiasma el corazón; que este Dios Omnipotente se hizo hombre por mí, y me amó entre desprecios, entre burlas, entre toda clase de sufrimientos, y no por ser necesario para salvarme, pues unas gotas de su sangre bastaban para eso, sino por ser necesario al amor grande e infinito que ardía en su Corazón por las almas.

Señor, y Rey nuestro: enséñanos a amar como Tú, sin retroceder ante el sacrificio y el dolor, pues queremos sufrir y amar, para que ni un solo corazón deje de amarte; hazlos todos tuyos.-Amén.

Obsequio. Abrasarme con lo que me haga sufrir.

Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

DÍA CUARTO

"Desprecióle Herodes con todo su ejército y vistiéndole una ropa blanca, se burló y le remitió a Pilatos.". ¡Oh Jesús divino Rey nuestro!, cuán grande ha de ser nuestro amor hacia Ti, que por el nuestro quisiste ser burlado y tenido por loco, y en verdad, Jesús mío, locura de amor parece, el que la grandeza de Dios se encierre en el cuerpecillo de un Niño, que el poder de Dios esté sujeto con clavos, que este mismo Dios y Hombre se esconda en una pequeña Hostia, y enamorado venga buscando la intimidad de nuestros corazones, para tener en ellos sus delicias; Jesús amante y bueno, que el fuego de tu amor nos convierta también en pequeñas hostias, que escondidas en tu Corazón se pierdan a todas las miradas, para que Tú seas conocido y amado.

Obsequio. Huir de todo lo que me pueda hacer apreciar.

Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

DÍA QUINTO

"Vamos a coronarle de Rey.-Salve, Rey de los judíos, y escupiéndole le tomaban su cofia y le herían su cabeza y le daban bofetadas." ¿Qué pensabas Jesús mío en aquella triste prisión? ¿Qué deseabas cuando eras coronado de espinas, cuando eras maltratado? Sólo dos cosas, ¡oh sabiduría y amor infinitos!: que tu Eterno Padre fuese glorificado, que las almas se salvasen; ¿y podremos pensar las almas en otra cosa que en Ti? ¿Podrán nuestros corazones desear otra cosa que el que se repitan por amor aquellas palabras «Salve Rey», pero no sólo de los judíos, sino de todas las naciones de la tierra conquistadas con tus sufrimientos y tu muerte? Que el grito «¡Vamos a coronarle por Rey! » resuene por amor en toda la tierra, ¡oh Dios mío!. Amén.

Obsequio. Apartar mi pensamiento lo que no sea Dios.

Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

DÍA SEXTO

"Ecce Homo .-He aquí a vuestro Rey." ¡Oh divino Jesús!, cómo te presentan por Rey, coronada de espinas tu cabeza, tu cuerpo cubierto de heridas, llenos de lágrimas tus ojos; pero era preciso que ésa fuese tu presentación, pues no sólo eres nuestro Rey, sino nuestro modelo, y nunca mejor que entonces podías decir: "Aprended de Mi que soy manso y humilde de corazón.". Caigan, Señor, en presencia de tanta grandeza, de tanta humildad, de tanto amor, todos los idolillos que queden en nuestros corazones. Déjanos recoger tu sangre y tus lágrimas, para que derramándolas sobre los corazones de todas las criaturas seamos de nuevo purificados y envueltos en el amor. Amén.

Obsequio. Procurar con empeño la humildad.

Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

DÍA SÉPTIMO

"Señor, acuérdate de mí cuando vengas a tu reino.-En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso." Quisiéramos, Señor, presentarte en el día de tu fiesta los corazones de todos los hombres rendidos a tu amor; pero mira, Rey nuestro, cuántos millones de ellos están envueltos en las tinieblas de la muerte y del pecado y no te conocen; por ellos te pedimos nosotros que tenemos la dicha de conocer tu Corazón, todo misericordia. "Señor, acuérdate de estos desgraciados cuando estés en tu Reino", haznos, Señor, oir: "pronto, muy pronto estarán conmigo en el paraíso". Amén.

Obsequio. Actos de fe, esperanza y caridad.

Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

DÍA OCTAVO

"Mujer, he ahí tu hijo." "He ahí tu Madre." Mas uno de los soldados le abrió el costado con una lanza y salió de él sangre y agua. ¡La Madre de nuestro Dios es nuestra Madre querida! ¡Qué felicidad y qué confianza! El Corazón de nuestro Dios es nuestro Cielo, nuestro tesoro. Madre bendita, queremos amarte como te amaba Jesús, y a El, como Tú le amabas; enséñanos las delicadezas del amor, la felicidad de la vida de unión, de unión íntima, confiada, amorosa; haznos chiquitos, muy chiquitos, para poder entrar y perdernos en el Corazón de Jesús, sin tener más móvil ni deseo que amaros y haceros amar. Amén.

Obsequio.-Consagrarme de todo corazón a la Santísima Virgen.

Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

DÍA NOVENO

"Jesús Nazareno, Rey de los judíos." "Regnavit a ligno Deus" "Y al nombre de Jesús doblarán la rodilla en el Cielo, en la tierra y en los infiernos." ¡Oh Rey divino!, al presentarte en este día bendito nuestras adoraciones, te ofrecemos cuanto somos, tenemos y deseamos; no nos detiene nuestra miseria, pues eres todo misericordia; confiamos conseguir todas nuestras peticiones, pues eres todo amor y el amor atiende siempre, y te lo pedimos en unión de nuestra Reina y Madre Inmaculada y de los ángeles custodios de todas las almas.

¡Señor!, arroja de tu reino a los demonios y a todos tus enemigos y concede a la Iglesia una era de paz. Lleva a Ti en este día a las almas del Purgatorio, un perdón general a todos los pecadores y poniendo luz en sus inteligencias y amor en sus corazones, prueba una vez más que es más grande tu misericordia que nuestra malicia y miseria.

Llena de amor y pureza a los sacerdotes, a los niños y a las almas a Ti consagradas, formando de ellas esas legiones de almas puras, humildes y amantes que Tú deseas: almas pequeñitas que como granos de trigo, formen todas en una perfecta unión de intenciones y corazones con la Víctima divina del Calvario y del altar una Hostia que aplaque al Cielo por los pecados de la tierra y haga descender sobre ella perdón y misericordia para los desgraciados pobres pecadores, de esas almas que quieres sean las delicias de tu Corazón en la tierra y tu corte de amor en el Cielo.

Obsequio. Abandonarme en el Corazón de Dios.

Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

 

NOVENA JUNTOS POR INTERCIONES DE SANACION

1º DIA DE NOVENA DE Sanación


REZAREMOS PARA RESTAURAR LA IMAGEN QUE TENEMOS DE DIOS PADRE

La imagen de Dios Padre que tengamos formada en nuestro interior, es determinante para nuestro caminar como hijos. Un Dios distante, pendiente solo de “cosas importantes”, calculador, son ideas que nos suelen infundir desde pequeños. Ni hablar del Dios castigador.
Otro hecho común es trasladar la imagen de nuestro padre terrenal a la de Dios Padre. No hace falta que diga de qué manera se distorsionan las cosas en este punto.
Y aún cuando hayamos tenido la Gracia de conocer su Amor, siempre nos quedan (y nos quedarán) maravillas por descubrir sobre Él. Así irán desapareciendo muchos miedos (sobre todo a Su Voluntad y lo que me puede pedir), se disiparán rencores hacia Dios y nuestro padre biológico; crecerá nuestra confianza e intimidad, en fin, los frutos serán inmensos!
Y si Él es Amor, ¿qué otro rostro puede mostrarnos si no es el del Amor? El Padre jamás quiere dejar de revelarse a sus hijos.

Segundo día: “Por la sanación de la relación con nuestra madre terrena y aceptación de María en nuestras vidas, como nuestra MADRE”.

Tercer día: “Rezaremos por las heridas causadas durante la concepción y gestación”.

Cuarto día: “Sanación y reconstrucción de los matrimonios y familias”.

Quinto día: “Sanación de depresiones, fobias, ansiedades, miedos intensos…”

Sexto día: “Por la restauración de nuestra inocencia de niños”.

Séptimo día: “Rezaremos por la sanación de heridas que pudieran dejar (sobre todo en nuestra niñez) las burlas, colocación de apodos ofensivos, situaciones vergonzosas, comparaciones con nuestros hermanos. Estas situaciones suelen producirse más regularmente en la escuela y el núcleo familiar, y la mayoría de las veces no nacen de una mala intención de las otras personas, pero pueden marcar profundamente el corazón”.

Octavo día: “Sanación y liberación de odios, rencores, envidias, celos”.

Noveno día: “Rezaremos en acción de gracias por todos los regalos recibidos durante esta novena”.

La Oración de Sanación es la siguiente: “Madre, una gracia te pido, que me sanes en cuerpo y alma. Sé que debo despojarme de mi orgullo y de todos mis pecados. Qué lejos estaba de Tí, que negro velo cubría mi alma Hoy te descubro y quiero vivir. Detiene tu mano, pósala en mi corazón” AMÉN

El orden de la novena es simplemente el tema y luego sigue como un cenáculo normal..es decir, Rosario y una hermosísima oración de Sanación dirigida a la Virgen que es la siguiente: “Madre, una gracia te pido, que me sanes en cuerpo y alma. Sé que debo despojarme de mi orgullo y de todos mis pecados. Qué lejos estaba de Tí, que negro velo cubría mi alma Hoy te descubro y quiero vivir. Detiene tu mano, pósala en mi corazón” AMÉN

Puedes escribir aquí tus intenciones para esta Novena, así las incluimos en nuestras plegarias.

Que Dios y la Mamí te bendigan!.

 

VEN A ORAR CON NOSOTROS:

 

NOVENA PEQUEÑISIMAS ALMAS

“Madre, una gracia te pido, que me sanes en cuerpo y alma.
Sé que debo despojarme de mi orgullo y de todos mis pecados.
Qué lejos estaba de Tí, que negro velo cubría mi alma
Hoy te descubro y quiero vivir.
Detiene tu mano, pósala en mi corazón”
AMÉN

Dios Padre: “Tú eres hija mía. Yo te unjo con Mi Santo Espíritu porque te amo. Padre e hijo son una sola cosa. Ya no hay secretos”.

Por eso, en este primer día, pedimos humildemente a través de su Hija Predilecta, María, el regalo de que reconstruya la imagen que tenemos de Dios Padre, para poder así, disfrutar cada vez más, del ser hijos.

 

 

 

NOVENA MISIONAL GUADALUPANA EN EL CONTEXTO DEL ADVIENTO

Liturgia de la Palabra

 Primer Día

Tema: Toda la Creación anhela la salvación y la llegada del Reino de Dios
Realidad contemplada: Crear conciencia de la situación triste de como andan las cosas en el mundo: El abuso trágico de los derechos humanos; diferencias escandalosas en la mala distribución de los bienes entre la gente y entre las naciones; una ecología que ya no se da abasto debido a la avaricia humana. Toda la Creación  necesita y anhela la salvación mediante un Salvador pero el Salvador espera nuestra participación activa.
Meta:  Crear conciencia de que los problemas que encontramos hoy en día son problemas universales y son muy serios, pero que es importante no perder la esperanza.
Símbolos en este contexto: La Virgen como Madre Tierra, Madre Nacional. Las estrellas, la luna, el sol. Las profecías y cálculos astronómicos aztecas y las creencias españolas sobre la llegada del milenio.

Lecturas bíblicas:

Rm.8:18-23; Lc.1:67-79

 
Aleluya: Aleluya. Oh Emmanuel, nuestro Rey y Legislador ¡ven a salvarnos, Señor Dios nuestro! Aleluya. (vea el 21 de diciembre)

Preguntas: ¿Participamos en la salvación que viene de Dios? ¿Respetamos la creación que participa en nuestra espera de salvación? ¿Cuáles son los elementos de esperanza en medio de nuestra comunidad? ¿Nos comprometemos a participar en preparar el camino para la llegada más plena del Reino en medio de nosotros?

Oraciones de los Fieles para el Primer día de la Novena

Presentemos ahora nuestras peticiones al Señor respondiendo: Señor escucha nuestra oración.

1. Para que en medio de las tribulaciones que padecemos en nuestra vida cotidiana, no perdamos la esperanza de la llegada más plena del Reino de Dios, en el cual, viviremos juntos para siempre, con María, en el Amor de Dios.  Oremos al Señor.
2. Para que, a ejemplo de Juan Diego, y por intercesión de la Virgen, el Espíritu Santo suscite entre nosotros más profetas, que con sus vidas ejemplares y sus palabras alentadoras, sean como estrellas en el cielo  indicándonos el camino hacia la plenitud del Reino. Oremos al Señor.


3. Para que los que explotan y oprimen a  nuestros hermanos más vulnerables, se arrepientan y adopten el espíritu del Reino.  Oremos al Señor.
4. Para que la Virgen de Guadalupe nos ayude a ser fuertes en no dejarnos tragar por el espíritu de la sociedad de consumo, y que todo el mundo aprenda a tener más respeto por la naturaleza que nos rodea.  Oremos al Señor.
5.Para que todos las personas aprenden a compartir las riquezas de la tierra y para que termine la avaricia, que lleva a que unos pocos  acaparen para sí la mayor parte de las riquezas terrenales mientras dejan a millones en la miseria.  Oremos al Señor.

Oremos:
Dios providente y lleno de amor. Mientras esperamos tu venida gloriosa, danos corazones llenos del poder de tu Espíritu, para que llenos de valentía y de amor podamos preparar eficazmente el camino para tu llegada. Que tu madre peregrine con nosotros en el camino de la vida, mientras avanzamos hacia el nacimiento de la plenitud de tu reino. Esto te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amen.
 

Segundo Día

Tema: El Reino de Cristo ha llegado pero todavía no en plenitud.


Realidad contemplada: Todos necesitamos convertirnos a Cristo. No basta ser bautizado como cristiano; debemos ser cristianos de verdad y la conversión es una tarea de toda la vida. Debemos ser realistas: perfeccionarse lleva su tiempo, pero caminamos hacia la plenitud de la vida al final de nuestro peregrinaje terrenal.
Meta: Convencernos de que el reino de Cristo ya está aquí pero que necesitamos convertirnos para entrar en él y eso es tarea de toda la vida.
Símbolos en este contexto: El amanecer y vestido rosado de la Virgen, indicando la vida nueva que viene del este. La aparición de la Virgen como imagen del reino de Cristo que llega.

Lecturas bíblicas:

Is.9:2-3b.4-7 ó Is.60:1-4.14.19-20 ó Rom.13:11-14; Mt.24:29-30

Aleluya: Aleluya. Oh Sol que nace de lo alto, resplandor de Luz eterna; Sol de Justicia ¡ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte! Aleluya.  (del 24 de dic. del adviento)


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Lectura adaptada del Nican Mopohua (2:4-16.23):

Un sábado de diciembre de 1531, mientras aún era de noche, Juan Diego se dirigía a Tlaltelolco, al pasar junto al cerrito del Tepeyac, mientras amanecía, escuchó algo como el canto de unos pájaros preciosos que venía de la cumbre del cerrito hacia el oriente. Se detuvo, pensando qué sería aquello que oía y si estaría soñando o se encontraba ya en el paraíso.
De pronto todo quedó en silencio y oyó que lo llamaban desde arriba del cerro y que le decían: "Juanito, Juan Dieguito." Él, sin miedo, empezó a subir muy contento. Al llegar a la cumbre, vio a una señora, que estaba allí de pie. Ella le dijo que se acercara. Llegado a su presencia, se maravilló mucho de su grandeza sobrehumana: su vestidura parecía el sol, emitiendo rayos.
Ella luego le habló y le dijo: "Sabe y ten entendió, tú el más desamparado de mis hijos, que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del Dios verdadero por quien se vive; del Creador de las personas; Señor del cielo y de la tierra."

Preguntas: ¿Estamos abiertos a renacer en Dios en una sincera conversión para que el Señor nazca en nosotros? ¿Estamos participando en la construcción de su Reino, preparando su retorno?

Oraciones de los Fieles para el Segundo día de la Novena

Presentemos ahora nuestras peticiones al Señor respondiendo: Señor escucha nuestra oración.

1. Por la Iglesia, para que no oscurezca la luz de Cristo sino que sea su luz promoviendo constantemente el crecimiento del Reino de Cristo en el mundo a ejemplo de la Virgen. Oremos al Señor.
2. Por todos los cristianos del mundo, para que la Virgen, como imagen del reino, haga brillar su amor en medio de nosotros.  Oremos al Señor.
3. Por nuestro propio crecimiento espiritual, para que estemos abiertos a renacer en Cristo a través de una sincera conversión.  Oremos al Señor.
4. Por todas las naciones, sobre todo por sus dirigentes, para que lleguen a reconocer la superioridad del reinado de Cristo y para que dejen que los valores del reino transformen sus reinados terrenales. Oremos al Señor.
5. Por nuestro barrio, para que La Virgen nos ayude a vivir unidos y en armonía sabiendo respetar y reconocer la riqueza de la diversidad. Oremos al Señor.

Oremos:
Dios nuestro, Luz eterna, envíanos tu Espíritu para que nos purifique del pecado que oscurece la Luz de Cristo en nosotros, y para que haga crecer en nosotros los valores del Reino, llegando así a reflejar la Luz de Cristo a ejemplo de la Virgen María. Esto te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


 

Tercer Día

Tema: Dios es el constructor del Reino.


Realidad contemplada: Existe el peligro de que nos olvidemos de Dios cuando las cosas marchan bien o de que dejemos de rezar cuando las cosas se vuelven muy mal y nos sentimos abandonados por Dios.


Meta: Re-avivar la necesidad que tenemos de reconocer el lugar que Dios ocupa en nuestras vidas como nuestro Creador y Salvador y en consecuencia, de la necesidad que tenemos, de nunca abandonar la oración, especialmente en tiempos de prueba.
Símbolos en este contexto: Canto y Flor, medios de comunicación divina. La Virgen, expresión simbólica del amor maternal de Dios.

Lecturas bíblicas:

Is.35:1-6.10 (vea 3er dom. de adv.); Sal.96 (vea mar.2da.semana del Adviento) o Sal.33 (vea 21 de dic.); Lc 10:21-24

Aleluya: Aleluya. O Flor del tronco de Jesé, que alzas como bandera ante los pueblos, ¡ven a librarnos; ya no tardes más! Aleluya.(del 19 de dic.)

Lectura adaptada del Nican Mopohua (7:17-19.23-24):

La Señora del cielo le dijo a Juan Diego: "Sube, hijito mío, el más desamparado, a la cumbre del cerrito, a donde antes me vistes; allí verás que hay variadas flores; córtalas, júntalas, recógelas; luego baja aquí, tráelas aquí, a mi presencia."
Juan Diego subió al cerrito y, cuando llegó a la cumbre, se quedó asombrado de que allí hubiera tantas exquisitas rosas, porque no era tiempo de ellas y, además, hacía mucho frío. Luego empezó a cortarlas y las echó en su ayate. Luego bajó inmediatamente y se las llevó a la Señora del cielo.
La Virgen tomó las flores en su mano y luego las puso de nuevo en el regazo de Juan Diego y le dijo:
"Mi hijito, el más desamparado, estas diversas flores son la prueba y la señal que llevarás al obispo de mi parte. Le dirás que vea en ellas mi voluntad, y que él tiene que cumplirla."

Preguntas: ¿Reconocemos la presencia de Dios en el trayecto de nuestra vida diaria? ¿Valoramos el lenguaje simbólico que hasta los niños pueden entender? ¿Seguimos rezando cuando las cosas andan muy mal? ¿O nos dejamos cegar en la desesperación? ¿Dejamos de rezar cuando todo anda bien?

 

Oraciones de los Fieles para el Tercer día de la Novena

Presentemos ahora nuestras peticiones al Señor respondiendo: Señor escucha nuestra oración.

1.Por nuestra Iglesia, para que siempre esté abierta a la acción transformadora del Espíritu Santo, llegando a ser bella y radiante como la Virgen para ser signo del amor de Dios en el mundo.  Oremos al Señor.
2.Por todos los líderes de la Iglesia para que tengan la humildad servicial de María y Juan Diego a ejemplo de nuestro Salvador Jesús. Oremos al Señor.
3.Por cada uno de nosotros, para que nunca dejemos de tener un espíritu de oración y para que sepamos, con la ayuda del Espíritu, discernir la acción salvadora de Dios en nuestras vidas. Oremos al Señor.
4.Por nuestra parroquia, para que seamos transformados por la acción del Espíritu Santo, de modo que seamos símbolo de la unidad en el amor de Dios, para la gente de nuestro barrio. Oremos al Señor.
5.Por todos los que están pasando por alguna crisis de fe, para que no pierdan la esperanza y sigan confiando en Dios que nunca nos abandona. Oremos al Señor.

Oremos:
Señor Dios humilde y servicial, el amigo de los sencillos y pobres de corazón. Tu nos enseñaste con tu ejemplo, a orar, sobre todo en el momento más trágico de tu vida, allí en el huerto de los olivos, antes de sufrir por nosotros en la cruz. Dígnate escuchar hoy a tus seguidores para que nunca desfallezcamos en el camino de la vida. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
 

Cuarto Día

Tema: El reinado de Cristo en la  nueva creación supera a lo antiguo.
Realidad contemplada: Ser inmigrantes en un país nuevo con  culturas distintas. El problema de los conflictos generacionales que emergen de esta situación.
Meta: Ayudar a la gente a sentirse orgullosa de su rica tradición y al mismo tiempo a estar abierta a integrar lo positivo de lo nuevo. También ayudarle a tener más comprensión y tolerancia en el proceso de cambio presente en las generaciones nuevas.
Símbolos en este contexto: La Virgen enfrente del sol sin ocultarlo y sobre la luna, sin aplastarla. Quetzalcóatl y Tonantzín reemplazados pero no destruidos.

Lecturas bíblicas:

Gal.4:19-27.31; Sal.72 (vea el 17 de dic.)


Lc.1:68-79

Aleluya: Aleluya. Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos, y todo ser mortal verá su salvación. Aleluya. (del jueves de la 3ra. semana de adviento)

Preguntas: ¿Aceptamos hacer los cambios necesarios en nuestra vida que nos exigen las situaciones nuevas y la madurez cristiana? ¿En este proceso de cambio, tratamos de mantener un diálogo maduro entre padres e hijos?

Oraciones de los Fieles para el Cuarto día de la Novena

Presentemos ahora nuestras peticiones al Señor respondiendo: Señor escucha nuestra oración.

1. Para que sepamos estar abiertos al Espíritu Santo cuando nos invita a hacer los cambios necesarios en nuestra vida según el tiempo de la historia y el país en que nos toca vivir.  Oremos al Señor.
2. Para que haya en estos tiempos de cambio más entendimiento entre padres e hijos y que el Señor, por la intercesión de la Virgen, traiga la reconciliación entre aquellas familias que han roto lazos familiares, o que viven en serias tensiones internas. Oremos al Señor.
3. Para que la gente de EEUU esté abierta a enriquecerse de los valores tradicionales hispanos que brotan del espíritu del evangelio. Oremos al Señor.
4. Para que la Virgen de Guadalupe inspire a la Iglesia para que encuentre las formas más adecuados de transmitir el mensaje de salvación, encarnándose respetuosamente en las distintas culturas del mundo. Oremos al Señor.
5.Para que todos los hombres, en todas las culturas del mundo, acepten ser transformados por la Palabra salvadora de Cristo que renueva todas las cosas. Oremos al Señor.

Oremos:
Dios amante de las diversas naciones, mientras avanza la historia y mientras la vida nos lleva por rumbos diversos, danos corazones libres y llenos de tu Espíritu Santo, para que sepamos adaptarnos a las nuevas situaciones de la vida, sin traicionar los valores del evangelio.  Esto te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
 

Quinto Día

Tema: El Reino de Dios superará a todos los reinos mundanos

 
Realidad contemplada: La necesidad de relativizar las cosas de este mundo y de resistir de ser absorbido por la sociedad de consumo, mientras uno trata de construir la Civilización del amor al mismo tiempo.
Meta: Crear la conciencia de la prioridad absoluta del reinado de Cristo sobre todos los poderes temporales de este mundo. Crear así la actitud de subordinar los intereses personales y nacionales a los intereses de Cristo.
Símbolos en este contexto: La montaña, significado de las pirámides e importancia del Tepeyac para los aztecas, la construcción de un nuevo templo sobre las ruinas del viejo. Nuevo significado cristiano.

Lecturas bíblicas:

Isa.2:1-5; Sal.122 (vea lunes de la 1ra.semana de adviento); Jn.2:13-23

Aleluya: Aleluya. Oh Llave de David, tú abres las puertas del Reino de los Cielos; ¡ven y saca a los cautivos de la cárcel, donde viven en tinieblas! Aleluya. (del 20 de dic.)

Nican Mopohua (adaptada). 2:14.23-26


 

Cuando Juan Diego llegó a la  cumbre del cerrito, vio a una señora, que estaba allí de pie y que le dijo que se acercara.
Llegado a su presencia, se maravilló mucho de su grandeza sobrehumana: su vestidura parecía el sol, emitiendo rayos.
Ella luego le habló  y  le descubrió su santa voluntad; le dijo:  "Sabe y ten entendido, tú el más desamparado de mis hijos,  que yo soy la siempre Virgen  Santa  María,  Madre del verdadero Dios por quien se vive;  del Creador  cabe quien está  todo; Señor del cielo y de la tierra.
Deseo vivamente que se me erija aquí un templo,  para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa, pues yo soy tu  madre piadosa, a ti, a todos ustedes juntos  los moradores  de esta tierra  y a los demás  amadores  míos que me invoquen  y  en mi confíen; oír allí sus lamentos, y remediar todas sus miserias, penas y dolores."

Preguntas: ¿Nos aferramos a las cosas de este mundo, olvidando que somos peregrinos, o luchamos de corazón para que el Reino sea cada vez más visible en nuestra vida y en el mundo que nos rodea?

 

Oraciones de los Fieles para el Quinto día de la Novena

Presentemos ahora nuestras peticiones al Señor respondiendo: Señor escucha nuestra oración.

1. Para que en medio de un ambiente que muchas veces refleja lo contrario de lo que quiere Cristo, sepamos optar firmemente por él y su reino, aún si esto lleva al rechazo, la ridiculización, la calumnia, la persecución o incluso la muerte.  Oremos al Señor.
2. Para que el Espíritu nos asista y la Virgen nos inspire para que podamos construir una verdadera comunidad de amor en nuestro rincón de la ciudad. Oremos al Señor.
3. Para que cese la corrupción de las drogas, la corrupción moral,  la violencia en las calles y en los hogares, el abuso y abandono de los menores y de los ancianos, y la discriminación racial. Oremos al Señor.
4. Para que la Virgen de Guadalupe inspire a la Iglesia a ser siempre fiel al evangelio y para que la ayude a reconocer a aquellas cosas que no se conforman con el mensaje de Cristo, para que se libere de ellas.  Oremos al Señor.
5. Para que el Espíritu de Dios sostenga con su poder todas aquellas personas de nuestro tiempo que con sus voces proféticas tratan de levantar una civilización del amor en medio de un ambiente de oposición al servicio de intereses ajenos al evangelio. Oremos al Señor.

Oremos:
Dios poderoso, infunde en nosotros el poder de tu amor, para que sepamos optar firmemente por los valores de tu reino, aún cuando esto signifique tener que llevar la cruz. Danos el valor de estar dispuesto a morir por la verdad si es necesario. Y que tengamos la fuerza de la Virgen, que te apoyó de pie junto a la cruz, cuando tú moriste por nosotros. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.


  Sexto Día (Solemnidad de la Inmaculada Concepción)

Tema: La Iglesia en su plenitud está expresada en la Virgen.
Realidad
contemplada: Los aspectos negativos de los tiempos que nos toca vivir, incluyendo los de la Iglesia, nos pueden hacer creer que ya no hay esperanza para el futuro del mundo.
Meta: Avivar la esperanza en el futuro al sentir que uno está en las manos providenciales de Dios.


Lecturas bíblicas:

Todo del día: Gen.3:9-15.20;Ef.1:3-6.11-12; Sal.98; Lc.1:26-38

Símbolos en este contexto: La Virgen, de pie, su forma de mirar, sin la mascada usada por una deidad azteca (todo indica que se pone en un mismo nivel que Juan Diego), su manto azul-verde (el color real de los dioses; de Ometeotl, el origen de todas las fuerzas naturales; significa la fuerza que unifica las tensiones reinantes en el mundo). El significado de las estrellas en el vestido (comienzo de una era nueva), sol y luna en este contexto. Sentido bíblico.

Preguntas: ¿Mantenemos viva en nosotros la promesa futura de la plenitud del Reino, o a veces nos dejamos deprimir, o nos dejamos caer en la desesperación?

 

Oraciones de los Fieles para el Sexto día de la Novena:


Presentemos ahora nuestras peticiones al Señor respondiendo: Señor escucha nuestra oración.
1. Para que el Espíritu Santo nos mantenga fuertes en la esperanza cuando las cosas no andan tan bien y cuando toda solución a los problemas parece imposible. Oremos al Señor.
2. Para que a todos aquellos que viven en situaciones desesperantes el Señor los auxilie y les alcance alguna solución a sus problemas. Oremos al Señor.
3. Para que Dios con la ayuda de la Virgen, toque los corazones de los pecadores más endurecidos para que se conviertan a Él. Oremos al Señor.
4. Para que la Iglesia sea cada vez más semejante a la Virgen en su forma de pensar, de hablar, de actuar. Oremos al Señor.
5. Para que nuestros hermanos difuntos encuentren en Dios el perdón de sus pecados y el regalo de su resurrección a la vida eterna. Oremos al Señor.

Oremos:
Dios bueno y compasivo. Oye las oraciones que hoy te presentamos y que por la intercesión de la Inmaculada Virgen María, podamos mantener siempre vivos en nuestras vidas la fe, la esperanza y el amor, aún cuando las cosas no anden tan bien. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
 

Séptimo Día (Fiesta de San Juan Diego)

Tema: El Reino requiere ministros sencillos y valientes.

 
Realidad contemplada: Muchos católicos creen que la evangelización del mundo es tarea de los sacerdotes y de las hermanitas. Eso crea en muchos laicos una actitud pasiva.
Meta: Crear la necesidad de ser miembros activos en la Iglesia y no meramente observadores pasivos.


Símbolos en este contexto: Juan Diego el profeta, hijo sencillo de un pueblo oprimido y subyugado. El ángel como mensajero que representa a Juan Diego.

Lecturas bíblicas:

Is. 11:1-6.9-10; Sal.1 o 1Sam.2; Lc.4:14-21

Aleluya: Aleluya. Tú que anuncias la Buena Nueva, alza tu voz con fuerza: Anuncia que el Señor vive con gran poder. Aleluya. (del miércoles de la 3ra. semana de adviento)

Lectura del Nican Mopohua adaptada (4:104a.5-15):

Juan Diego volvió y se vino derecho a la cumbre del cerrillo, y acertó con la Señora del cielo, que le estaba  aguardando, allí mismo donde la vio la vez primera. Al verla,  se postró delante de ella y le dijo: "Señora, la más pequeña  de mis  hijas, Niña mía, fui adonde me enviaste a cumplir tu mandato; aunque con dificultad entré adonde es el asiento del prelado, le vi y expuse tu mensaje, así como me advertiste; me recibió  benignamente  y  me oyó  con atención; pero comprendí perfectamente en la manera como me respondió, que piensa que es quizás invención  mía que tú quieres que aquí te hagan un templo y que acaso no es de orden tuya. Por lo cual te ruego encarecidamente, Señora y Niña mía, que a alguno de los principales, conocido, respetado y  estimado, le encargues que lleve tu mensaje, para que le crean;  porque yo soy un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente menuda, y tú, Niña mía, la más pequeña de mis hijas, Señora, me envías  a un lugar por donde no ando y donde no paro. Perdóname que te cause gran  pesadumbre y caiga en tu enojo, Señora y Dueña mía".
Le respondió la Santísima Virgen: "Oye, hijo mío el más pequeño,  ten entendido que son muchos mis servidores y mensajeros  a quienes  puedo encargar que lleven mi mensaje y hagan  mi voluntad; pero  es  de todo punto preciso que tú mismo solicites y ayudes y que con tu mediación se cumpla mi voluntad. Mucho te ruego, hijo mío el más pequeño, y con rigor te mando, que otra vez vayas mañana a ver al obispo. Dale parte en mi nombre hazle saber por entero mi voluntad:  que tiene que poner por obra el templo que le pido. Y otra vez dile que yo en persona, la siempre Virgen Santa María, Madre de Dios, te envía".
Respondió Juan Diego: "Señora y Niña mía, no te cause yo aflicción;  de muy buena gana iré a cumplir tu mandato; de ninguna manera  dejaré de hacerlo ni tengo por penoso el camino. Iré a hacer tu  voluntad; pero acaso no seré oído con agrado; o si fuere oído,  quizás no se me creerá.

 

Preguntas: ¿Nos animamos a proclamar el evangelio con la palabra y con la vida, aún cuando nos arriesgamos a ser  ridicularizados, criticados, calumniados o perseguidos? ¿Vemos a algunos líderes en medio de nosotros que nos pueden ayudar en el camino?

 

Oraciones de los Fieles para el Noveno Día de la Novena:

 

Presentemos ahora nuestras peticiones al Señor respondiendo: Señor escucha nuestra oración.

1. Para que la Virgen inspire a muchos laicos de entre el pueblo pobre y humilde, para que tomen su lugar en la Iglesia con una presencia activa en la construcción del Reino de Dios. Oremos al Señor.
2. Para que el Espíritu Santo nos llene del sentido misionero de la Iglesia y nos impulse a llevar el mensaje de salvación, cada cuál según su vocación en la vida y según sus posibilidades. Oremos al Señor.
3. Para que la jerarquía de la Iglesia esté abierta a escuchar al Espíritu Santo que transmite la sabiduría del evangelio a través de los pobres, sobre todo en el testimonio de sus vidas. Oremos al Señor.
4. Para que todos estemos abiertos a recibir el mensaje de salvación de las maneras más inesperadas, como sucede frecuentemente a través  de la boca de los niños. Oremos al Señor.
5. Para que los gobiernos del mundo escuchen la voz de Dios que clama en las vidas de millones de personas urgiendo una pronta respuesta, a nivel nacional e internacional. Oremos al Señor.

Oremos:
Dios nuestro, que enviaste a tu Hijo al mundo como mensajero de justicia y de paz, ayuda a que cada uno de nosotros ocupe su lugar en la tarea misionera de la Iglesia que comienza en nuestra casa y en nuestro barrio. Que la Virgen de Guadalupe nos dé aliento y sostén en la lucha como lo dio a Juan Diego. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
 

Octavo Día

Tema: En el Reino, Dios nos perdona, consuela, purifica, sana, reanima, a través de las palabras maternales de la Virgen.


Realidad contemplada: Tenemos la necesidad del perdón mutuo, de ser sanados, de ser apoyados y alentados.


Meta: Traer alivio espiritual, paz interior y confianza renovada a corazones afligidos, sufrientes, deprimidos.

 
Símbolos en este contexto: El mensaje renovador de la Virgen a Juan Diego.
Lecturas bíblicas: Ez.34:11-16.28-31; Sal. 34 o 147; Lc.6:20-26

Aleluya: Aleluya. Ven, Señor ¡visítanos con tu paz, para que nos alegremos ante ti con corazón bien dispuesto! Aleluya. (ver viernes de la 3era. semana de adviento)

Lectura del Nican Mopohua adaptada (7:5-6.11-15):

Juan Diego se inclinó ante la Señora; y la saludó, diciendo: "Niña mía, la más pequeña de mis hijas, Señora, ojalá estés contenta,  ¿Cómo has amanecido? ¿estás bien de salud, Señora y Niña mía? Voy a causarte aflicción:  sabe, Niña mía, que está muy malo un pobre siervo tuyo, mi tío; le ha dado la peste, y está para morir.
Después de oír la plática de Juan Diego, respondió la  piadosísima  Virgen: "Oye y ten entendido', hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón. No temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí,  que soy tu Madre? ¿no estás bajo Mi sombra? ¿no soy yo tu salud? ¿no estás por ventura en mi regazo? ¿que más  has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa: no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá  ahora de ella: está seguro de que ya sanó". (Y entonces sanó su  tío, según  después se supo). Cuando Juan Diego oyó estas palabras de la Señora del cielo, se consoló mucho; quedó contento.

Preguntas: ¿Nos soportamos mutuamente en el camino doloroso de la vida brindando nuestra compasión, perdón, aliento? ¿Cómo lo esperamos de Dios hacia nosotros, nos ofrecemos a los demás?

 

Oraciones de los Fieles para el Octavo Día de la Novena:

 

Presentemos ahora nuestras peticiones al Señor respondiendo: Señor escucha nuestra oración.

1. Para que Cristo a través del el Espíritu Santo, perdone nuestros pecados, sane las heridas abiertas por el pecado y nos dé la fortaleza para caminar en el espíritu de su Reino. Oremos al Señor.

 
2. Para que inspirados en el amor maternal de María y en el corazón compasivo de Jesús, nos sintamos impulsados a salir al encuentro del dolor ajeno. Oremos al Señor.
3. Para que todos podamos encontrar en la Iglesia un recinto de amor compasivo y para que nuestros líderes tengan la actitud del Buen Pastor. Oremos al Señor.
4. Para que los poderes de este mundo coloquen a las necesidades básicas del pueblo en primer lugar, sobre todo las de aquellos que más necesitan de nuestro apoyo. Oremos al Señor.
5. Para que nuestros hermanos que no han tenido la ocasión de encontrarse con un Dios rico en compasión, puedan finalmente experimentar su presencia en sus vidas. Oremos al Señor.

Oremos:
Dios compasivo y lleno de amor. Oye las oraciones que hoy te presentamos. Te agradecemos las veces que has mostrado tu amor misericordioso con nosotros y que hemos podido experimentar de diversas maneras. Que todos tengamos un corazón tan compasivo que otros puedan ver en nosotros el amor que tú nos tienes, como nos lo ha enseñado la vida de nuestra madre María. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
 

Noveno Día

Tema: El Reino de Dios se forja en el dolor


Realidad contemplada: El sufrimiento es una realidad inevitable en la vida, pero no todos lo asumen con un sentido cristiano.
Meta: Tener un sentido cristiano ante las realidades del sufrimiento y de la muerte, y tener en cuenta que estos pueden convertirse en medios de liberación y que dé fortalecimiento del sentido del amor sacrificial.


Símbolos en este contexto: La Cruz, el embarazo (flores navioli, cinta negra),los dolores de parto, la vestimenta rosada.

Lecturas bíblicas:

Col.1:24-29; Sal.126 (vea el 2nd. dom. de adviento).

Aleluya: Aleluya. Ya viene el Rey, el Señor de la tierra, él nos quitará el yugo de nuestro cautiverio. Aleluya. (del lunes de la 2a. sem. de adviento)


Jn. 12:24-26

Lectura del Nican Mopohua adaptada ( 2:27-29):

La Virgen dijo a Juan Diego: "...ve al palacio del obispo de México y le dirás cómo yo te envío a manifestarle lo que mucho deseo, que aquí en el llano me edifique un templo; le contarás puntualmente cuanto has visto y admirado, y lo que has oído."
"Ten por seguro que lo agradeceré bien y lo pagaré, porque te haré feliz y merecerás mucho que yo recompense el trabajo y fatiga con que vas a procurar lo que te encomiendo. Mira, que ya has oído mi mandato, hijo mío el más desamparado; anda y pon todo tu esfuerzo."

 

Preguntas: ¿Estamos dispuestos a sacrificarnos por los demás en seguimiento de Cristo, aceptando nuestra cuota de su cruz?


¿Estamos dispuestos a asumir gozosamente los sufrimientos que nos vienen como participantes del Misterio Pascual de Cristo?

 

Oraciones de los Fieles para el Séptimo día de la Novena:

Presentemos ahora nuestras peticiones al Señor respondiendo: Señor escucha nuestra oración.

1. Para que el Espíritu Santo transforme nuestro interior de tal manera que no solo podamos encontrar sentido cristiano en el sufrimiento, sino que poseamos la alegría y la paz interior que sólo Dios puede darnos. Oremos al Señor.


2. Para que nuestro sufrimiento no sea el resultado de una actitud pasiva frente a la vida, sino que sea consecuencia de nuestro compromiso con la vida en la lucha por un mundo mejor. Oremos al Señor.
3. Para que todos aquellos que en estos momentos sufren de manera excepcional, Dios les traiga alivio en su dolor y para que ese sufrimiento pueda adquirir valor de redención. Oremos al Señor.
4. Para que la Iglesia entera sepa asumir su papel de jugarse el todo por Cristo y por su Reino, sobre todo con los más necesitados, sin alianzas deshonestas con los poderes de este mundo.
Oremos al Señor.


5. Para que nuestros hermanos que en estos momentos están cercanos a la muerte, se arrepientan de sus pecados y se entreguen con confianza en los brazos amorosos de Dios. Oremos al Señor.

Oremos:
Dios humilde y compasivo. Oye las oraciones que hoy te presentamos. Que todos tengamos la valentía de Juan Diego de poner total confianza en la providencia, comprometiéndose con tu Reino en esta vida, aún cuando nos traiga sufrimiento. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
 

Fiesta de La Virgen de Guadalupe

Tema: El Reino tiene carácter universal.

 
Realidad contemplada: En el intento de ser más aceptado dentro de la sociedad dominante, existe la tendencia en medio de una situación de discriminación, o de encerrarse en una mentalidad de 'ghetto', o de rechazar las raíces culturales e históricas propias.
Meta: Crear la conciencia y fomentar la actitud de valorar firmemente la cultura propia y de ser partícipes en el proceso histórico universalista al contribuir a él desde su diversidad cultural.


Símbolos en este contexto: La Virgen mestiza que todos comprenden. El rostro y ojos de la Virgen. El pueblo mestizo Mexicano.

Lecturas bíblicas del día:

Apoc.11:15-12:2; Sal.67; Lc.1:39-53

Aleluya: Aleluya. Oh Rey de las naciones, Piedra angular de la Iglesia: ¡ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra! Aleluya. (del 22 de dic.)

Lectura adaptada del Nican Mopohua (8:27-28):

Enfrente del obispo, Juan Diego desenvolvió su manta blanca, pues tenía en su regazo las flores; y así que se esparcieron por el suelo todas las diferentes rosas, y apareció de repente la preciosa imagen de la siempre Virgen Santa María, Madre de Dios. Esta es la que se guarda hoy en su templo del Tepeyac, que se nombra Guadalupe.

Preguntas: ¿Tenemos el corazón suficientemente amplio para abrazar bajo el estandarte de Guadalupe a todas las etnias, sobre todo las que me rodean y de las cuales quizá sufro discriminación?

 

Oraciones de los Fieles para la Fiesta de Guadalupe:

Sintiéndonos unidos con todo el pueblo hispano y unidos a toda la Iglesia extendida por todo el mundo, presentemos ahora nuestras peticiones. A cada petición respondamos: escucha Señor, a tu pueblo.

1. Por toda la Iglesia, que admira y ensalza a María como fruto más espléndido de la redención, para que sea siempre consciente de su vocación misionera y que siempre irriadie la luz de Cristo, como la luna que refleja la luz del sol. Oremos al Señor.
2. Por el santo padre, los obispos, los sacerdotes y todos los lideres y profetas en la Iglesia, para que con su ejemplo y palabra,  sean en la Iglesia y en el mundo como estrellas brillando en el cielo, así como fue Juan Diego, el más pequeño de sus hijos. Oremos al Señor.
3. Por la unión de todos los cristianos, a fin de que encontremos mejores maneras de superar nuestras diferencias para que podamos trabajar juntos en la construcción del Reino de Cristo.  Oremos al Señor.
4. Por nuestra comunidad en esta localidad de nuestra ciudad, para que la Virgen nos ayude a superar todos los prejuicios, discriminaciones, odios y violencias entre los distintos grupos étnicos, entre las padillas y hasta en el seno de nuestros hogares.  Oremos al Señor.
5. Por nuestra juventud y nuestra niñez, por los ancianos y enfermos, por los más débiles, indefensos y pobres para que encuentren en nuestra Iglesia, que trata de reflejar el amor maternal de María,  un recinto de amor acogedor.  Oremos al Señor.
6. Por México, que en este día, que expresa su nacimiento como un pueblo mestizo, y por todos los mexicanos en los  Estados Unidos, para que la Virgen los acompañe en su lucha de emancipación histórica y que asuman su responsabilidad misionera de ayudar a forjar el mestizaje universal en este país que es multi-étnico.  Oremos al Señor.

Oremos:
Llenos de amor, en unión con Maria, madre de la Iglesia, te pedimos Señor, que tu Reino se extienda por todo el mundo, que penetre y transforme todas las culturas y que algún día, en nuestro planeta realmente haya una civilización del amor. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

 
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