novenas - NOVENAS GRUPO 42
 

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CONCLUSIONES

NOVENA DEL SEÑOR Y LA VIRGEN DEL MILAGRO


Mucho se ha escrito sobre la historia del Milagro de Salta, sobre la grandiosa manifestación de fe que se verifica año tras año, recordando la inefable protección divina sobre este pueblo. Sin embargo, parece existir algo así como una materia pendiente: la Novena que en honor de los Santos Patronos el Señor y la Virgen del Milagro ha escrito Don Francisco Javier Fernández.


No tenemos mucha información sobre la vida de este Sacerdote salteño, que con una notable inspiración redactó la novena en el año 1760 y que ha llegado hasta nuestros días casi sin modificación. Mons. Julian Toscano en su libro "El primitivo Obispado del Tucumán" lo menciona como que fue cura de Humahuaca durante una veintena de años o más, asiduo obrero evangelizador, sometido a la ruda tarea del ministerio, incansable como el misionero para someterse al sacrificio que ellas demandan (Tomo I, p. 479)

Tenemos en nuestras manos una publicación del año 1992 de la Biblioteca de textos universitarios que reproduce en offset una novena impresa en la "Real Imprenta de los Niños Expósitos, año de 1787". Este parece ser el ejemplar más antiguo y concuerda con las transcripciones que hiciera de la novena Toscano en su libro "El Señor y la Virgen del Milagro de Salta". En la pag.186 de esa publicación Toscano cita el comentario del P. Ingnacio Xavier de Leyba, quién fue el revisor del primer ejemplar de esta novena:

"He leído con particular cuidado la Novena que para universal consuelo de los fieles de esta ciudad de San Felipe de Lerma, y para perpetua memoria de su grato reconocimiento a los favores singulares que tiene recibidos de Nuestra Señora del Milagro y del Santo Crucificado milagroso, expuestos a la pública, veneración en su Iglesia Matríz, compuso el notorio celo, piedad y devoción del Dr. Don Francisco Javier Fernández, Presbítero, y no encontrando en ella cosa alguna disonante a los dogmas católicos y buenas costumbres, juzgola digna de la aprobación de su Ilustrísima". De acuerdo con la opinion vertida por Xavier Leyba el Obispo del Tucumán la aprueba concediendo "... 40 días de indulgencias a todos nuestros Fieles de ambos sexos que lograrán rogando a Dios por la paz y concordia."


Otra opinión autorizada es la que emite Mons. Vergara en su "Historia del Milagro" manifiesta que "Esta novena de ahora, que todavía rezamos en el Milagro, es un monumento de la literatura religiosa de Salta y de la piedad, sana, ortodoxa y emocionante que informaba el espíritu cristiano e ilustrado de aquella época".

La publicación de la Biblioteca de Textos Universitarios hace un estudio considerando "a la novena como un documento histórico e hicimos una descripción exhaustiva de la misma, abordándola desde una perspectiva diferente", lo que resulta sumamente interesante de conocer, por que su lectura es altamente recomendable.

Las oraciones de cada día de la novena marcan un espiritu penitencial que mueve los corazones. Desde la primera oración, se manifiesta este espíritu de penitencia: "...me postro avergonzado a vuestros pies, confensando la multitud de mis culpas, con íntimo dolor de mi alma...". La segunda oración, como así también, las tres Avemarías que le siguen, resaltan la figura de la Madre de Dios en la historia de nuestro pueblo y en la historia personal de cada creyente. A lo largo de la novena, se destacan aquellas caracterísiticas que a lo largo de todo este trabajo sostenemos que son constitutivas de la Espiritualidad del Milagro: el Milagro es PENITENCIAL, EUCARÍSTICO Y MARIANO, desde sus orígenes se ha mantenido así.


En las páginas siguientes podrá el lector encontrar una transcripción de la Novena actualmente en uso. Esta Novena se encuentra registrada en la Dirección Nacinal del Derecho de Autor a nombre de la Catedral de Salta Nº 950-43-2229-81 S.B.N. y se transcribe con la debida autorización.


Novena del Señor y la Virgen del Milagro
ACTO DE CONTRICION


Dulce Jesús mío y mi crucificado Señor, indigno de ponerme delante de vuestros ojos, me postro avergonzado a vuestros pies, confesando la multitud de mis culpas, con íntimo dolor de mi alma, por haber sido ofensa contra Vos. Herido vengo, médico divino, a buscar mi remedio en vuestra benigna misericordia, proponiendo con todo mi corazón la enmienda. Dulce amor mío sois sobre todas las cosas, tened piedad de mí, y acordaos, Señor, el que mi amor os puso en esa Cruz, y no os acordéis el que yo, como ingrato y desconocido, me olvidé de vuestro paternal amor, porque si a Vos, que sois mi Padre, no vuelvo los ojos, ¿quién otro se compadecerá de mí? ¡Ay, mi Jesús, y cómo os ofendí! ¡Oh, quién de dolor muriera a vuestros pies, pues amándome tanto me atreví a ofender a un Dios tan bueno, tan santo y tan amable! Pequé, Padre mío, contra el cielo y contra Vos, tened misericordia de mí. AMEN.

Oración preparatoria para todos los días

María Purísima del Milagro, que con tierno amor te inclinaste a pedir a tu Soberano Hijo, cuando enojado por nuestras culpas, quiso destruir la ciudad de Salta con aquellos espantosos terremotos, y Tú, cual otra hermosa Ester, puesta delante del Supremo Rey de los Cielos, mudando de colores, pediste por la libertad de este pueblo; concédeme, Madre mía del Milagro, el que de tal suerte mude yo mi vida, que si hasta aquí he caminado por los caminos de mi perdición, olvidado de mi Dios y Señor, de hoy en adelante sólo reine en mi corazón tu maternal amor, y que corresponda, amante y agradecido, a las obligaciones de hijo de tal Madre. Y no permitas Madre mía, el que se vea malograda en mí tu poderosa intercesión, que todo lo puede conseguir, con tal que no apartes tus purísimos ojos de este miserable pecador y concédeme lo que te pido en esta novena, si es para mayor honra y gloria tuya, y bien de mi alma. AMEN.
Aquí se rezan tres Avemarías en reverencia de la Purísima Concepción


Hecho el acto de contrición, como al principio y la oración preparatoria, y rezadas las tres Avemarías, se dirá la siguiente


PRIMER DIA

Vos sois, pues, oh mi Dios, un bien infinito y más de una vez os he trocado por un vil placer del momento. Más, aún cuando os haya despreciado, me ofrecéis todavía el perdón, si yo lo quiero, y me prometéis recibirme en vuestra gracia, si me arrepiento de haberos ofendido. Sí, oh Señor, arrepiéntome de todo corazón de haberos ultrajado tan vilmente, aborrezco mi pecado más que todo otro mal. Y ahora, volviendo a Vos, como lo espero, me recibiréis, y me abrazaréis como amoroso Padre. Yo os lo agradezco, oh infinita bondad, pero necesito de vuestro auxilio.


No me lo neguéis, Dios mío, y no permitáis que me separe jamás de Vos. No dejará de tentarme el infierno, pero más fuerte sois Vos que el infierno. Sé que si siempre a Vos me recomiendo, jamás me separaré de Vos, y ésta es la gracia que os pido: haced que nunca cese de rogaros como ahora lo hago. Asistidme Señor, dadme la luz, la fuerza, la perseverancia; dadme el paraíso, pero sobre todo dadme vuestro amor, que es el paraíso de las almas. Os amo, bondad infinita, y quiero amaros siempre; escuchadme por amor de Jesucristo, oh María, Vos que sois el refugio de pecadores; socorred a uno que quiere amar a vuestro Dios.


Dulcísimo Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre, la Inmaculada Virgen del Milagro. AMEN
.

ATRIBUTOS DE MARÍA – Cielo

Purísima Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el primer atributo que simboliza vuestra original pureza, es el Cielo. Influid, Soberana Reina, desde ese hermoso Cielo, con la luz de vuestros auxilios, para que, desengañado mi corazón de la inconstancia de las cosas temporales, sólo busque las eternas y celestiales, considerando que el Cielo es mi patria, para donde fui creado, y que si no aparto mi corazón de lo caduco y terreno, y pongo mi amor en Dios y mi Señor, nunca podré ver el cielo hermoso de vuestro rostro en la gloria. AMÉN. Aquí se pedirá lo que se deseare conseguir
Novena del Señor y la Virgen del Milagro
Hecho el acto de contrición, como al principio y la oración preparatoria, y rezadas las tres Avemarías, se dirá la siguiente


SEGUNDO DIA

Oh, Dios de mi alma ! ¿Qué hubiera sido de mi en aquel momento, si no hubieseis usado de tanta misericordia? Yo estaría en el infierno, donde gimen sin remedio los insensatos cuyas huellas seguí. Os doy gracias, Señor, y os ruego que no me abandonéis en mi ceguedad. Digno era de que me hubierais retirado vuestras luces; pero veo que vuestra gracia no me ha abandonado todavía. Oigo que me llamáis con ternura, me invitáis a conseguir el perdón y a esperarlo todo de Vos, a pesar de las grandes ofensas de que soy culpable en vuestra presencia. Sí, oh Salvador mío, espero que me recibiréis por hijo vuestro. No merezco llamarme con tan amoroso nombre, pues tantas veces he osado ultrajados descaradamente: Padre, no soy digno de llamarme hijo tuyo, porque pequé contra el cielo y contra Ti. Mas se que vais buscando las ovejas descarriadas, y que os consoláis abrazando a vuestros hijos que andan perdidos. ¡Oh, Padre mío, arrepiéntome de haberos ofendido! Arrójome a vuestros pies, abrazo vuestras rodillas, y no me retiraré hasta que me habréis perdonado y bendecido. Y no os dejaré si no me bendijerais. Bendecidme, oh Padre mío, y hágame concebir vuestra bendición un intenso dolor de mis pecados y un ardiente amor para con Vos. Yo os amo, oh Padre mío, os amo con todo mi corazón. No permitáis que jamás me separe de Vos. Privadme de todo, pero no me privéis de vuestro amor. Oh, María, si Dios es mi Padre. Vos sois mi Madre. Bendcidme Vos también. No merezco ser vuestro hijo, admitidme por vuestro esclavo, pero haced que sea un siervo que os ame tiernamente, y que confíe siempre en vuestra protección.

Dulcísimo Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre, la Inmaculada Virgen del Milagro. AMÉN.


ATRIBUTOS DE MARÍA - Sol

Purísima Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el segundo atributo que simboliza vuestra original pureza, es el Sol. Alcanzadme, Soberana Reina, de vuestro Santísimo Hijo, Sol de justicia, que con los rayos de su divina piedad alumbre las tinieblas en que camina perdida mi alma, para que, conociendo la ceguedad en que he vivido, sepa llorar mis culpas, y al calor de vuestros cariños, se deshagan en raudales mis ojos; pues, siendo Vos mi reina y protectora, me atreví a ofendemos y a despreciar vuestra gloria, para que, purificada mi alma con la contrición de mis culpas, merezca ver en la gloria, el verdadero Sol de Justicia que nació de Vos. AMEN.

Novena del Señor y la Virgen del Milagro
Hecho el acto de contrición, como al principio y la oración preparatoria, y rezadas las tres Avemarías, se dirá la siguiente



TERCER DIA

Oh, Jesús y Redentor mío! Gracias os doy de que no hayáis permitido que muriese cuando estaba en desgracia vuestra. ¡Cuántos años seguidos no merecía yo estar sepultado en el abismo del infierno! Si yo hubiese muerto tal día, aquella noche, ¡qué hubiera sido de mí por toda una eternidad Señor, gracias os doy mil veces por tal beneficio. Yo acepto la muerte en satisfacción de mis pecados; y la acepto tal cual sea de vuestro agrado enviármela; mas ya que me la habéis retardado hasta el presente, retardadla aún, Dios, mío, dejadme pues, que llore un poquito mi dolor. Dadme tiempo para llorar las ofensas de que me hice culpable a vuestros ojos, antes que llegue el día en que habéis de juzgarme. No quiero ya resistir por más tiempo a vuestra voz. ¡Quién sabe si las palabras que acabo de oír son el último clamor que me hacéis escuchar! Confieso que soy indigno de misericordia. Tantas veces me habéis perdonado, y yo ingrato os he ofendido de nuevo. Al corazón contrito y humillado no lo despreciarás, o Dios. Señor, ya que no desecháis un corazón que se arrepiente y se humilla, ved ahí al traidor que vuelve a Vos herido por la flecha del arrepentimiento. No me deseches de tu rostro. Por piedad, no me arrojéis de vuestra presencia. Vos mismo dijisteis: Aquel que a Mí viene, no le echaré fuera. Verdad es que más que nadie os he ultrajado, porque más que a nadie me habéis favorecido con vuestras luces y con vuestras gracias; pero la sangre que por mí habéis derramado, me da aliento, y me hace esperar el perdón, si de veras me arrepiento - Sí, oh mi Soberano bien, yo me arrepiento con toda mi alma de haberos despreciado. Perdonadme, y concededme la gracia de amaros en adelante. Harto estoy ya de haberos ofendido. El tiempo que me queda para vivir, oh dulce Jesús mío, no quiero emplearlo más en ofendemos; quiero tan sólo llorar amargamente por los disgustos que he podido daros. Amaros quiero con toda la fuerza de mi alma. ¡Oh, Dios, que merecéis un amor infinito! ¡Oh, María, mi esperanza, rogad a Jesús por mí!

Dulcísimo Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre, la Inmaculada Virgen del Milagro. AMÉN.


ATRIBUTOS DE MARÍA – Estrella

Purísima Virgen del Milagro, María Madre admirable, milagro de la gracia, el tercer atributo que simboliza vuestra original pureza, es la Estrella de Jacob. Y pues sois Estrella resplandeciente que en la oscura noche de esta vida, alumbráis con vuestras luces a los que perdidos caminan, ya veis, piadosísima Reina y Estrella de pecadores, el camino que llevan mis pasos; influid con vuestras benignas influencias, para que yo camine seguro por el camino verdadero que conduce a la gloria, que es el de la cruz y mortificación, para que, viviendo crucificado, al mundo y a mis pasiones, merezca por vuestra intercesión ser estrella resplandeciente en la gloria. AMÉN.

Hecho el acto de contrición, como al principio y la oración preparatoria, y rezadas las tres Avemarías, se dirá la siguiente


CUARTO DIA

Oh, Jesús mío, pues quiero siempre llamaros por vuestro nombre; esto me consuela y me da valor, cuando me acuerdo de que sois mi Salvador, y que habéis muerto para salvarme. Vedme a vuestros pies; confieso que soy digno de tantos infiernos, como veces os he ofendido por el pecado mortal. No merezco perdón; pero Vos molisteis para perdonarme. Piadoso Jesús, no olvides que por mi fue tu venida. Anticipaos, oh Jesús mío, a perdonarme antes que vengáis a juzgarme. Entonces yo no podré pediros piedad; más ahora puedo, y espero que me la concederéis. Entonces vuestras llagas me llenarán de espanto, ahora me inspiran confianza. ¡Oh, Redentor de mi alma!, yo me arrepiento sobre todo de haber ofendido a vuestra infinita bondad, y prefiero sufrir todas las pérdidas posibles, antes que burlarme de vuestra gracia. Os amo con todo mi corazón, tened piedad de mí. Ten piedad de mi oh Dios, según tu grande misericordia. Oh, María, Madre de misericordia, abogada de los pecadores, alcanzadme un intenso dolor de mis pecados, el perdón y la perseverancia en el divino amor. Yo os amo, Reina de mi corazón, y en Vos pongo toda mi confianza.


Dulcísimo Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra misericordia, a 1a ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre, la Inmaculada Virgen del Milagro. AMÉN.


ATRIBUTOS DE MARÍA - Arca del Testamento

Purísima Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el cuarto atributo que simboliza vuestra original pureza, es el Arca del Testamento. Y Pues sois Arca divina que, para que no pereciésemos en el diluvio de nuestras culpas bajasteis a las aras del altar para asegurarnos en Jesús Sacramentado, concededme, Madre mía, el que, no hallando descanso en este mundo sino en Jesús Sacramentado, se aquieten nuestras potencias y sentidos, para que, gustando las dulzuras de este Pan Soberano, sienta aún en esta vida las delicias y gozos, que dan a los que os sirven en la bienaventuranza de la gloria. AMÉN.

Hecho el acto de contrición, como al principio y la oración preparatoria, y rezadas las tres Avemarías, se dirá la siguiente


QUINTO DIA

Ah, Dios mío, conque Vos sois mi soberano bien, bien infinito y yo os he perdido tantas veces! ¡Sabía que por el pecado os causaría el mayor disgusto, pues perdería vuestra gracia, y a pesar de esto yo lo cometía! ¡Ah, si yo no os viese clavado en una cruz, oh Hijo de Dios, y muriendo por mí, no me atrevería a invocaras, ni a esperar jamás el perdón! ¡Padre Eterno, no fijéis en mí vuestros ojos, sino en vuestro Hijo querido, que os está clamando por mí, misericordia: escuchadle y perdonadme! Muchos años hace que debiera hallarme sepultado en el infierno, y sin esperanza de amaros y de recobrar la gracia que he perdido. ¡Oh, Dios "O! arrepiéntome del ultraje que os hice renunciando a vuestra amistad, y despreciando vuestro amor por los miserables placeres de este mundo. ¡Ah pluguiera a Dios que hubiese muerto mil veces antes que ofenderos! ¿Cómo pudo llegar a tal extremo mi ceguedad y locura? Agradezco, oh Dios mío, de haberme dado tiempo para poder pensar en el mal que he hecho, y ya que por un efecto de vuestra misericordia no me hallo en el infierno y puedo amaros y amaros quiero, oh Dios mío, y no quiero diferir un solo instante el convertirme a Vos. Os amo, bondad infinita; os amo, oh vida mía, mi tesoro, mi amor, mi todo. Recordadme siempre el amor que me habéis tenido y el infierno donde debía encontrarme, a fin de que esta idea me inflame y me obligue a hacer actos de amor y a deciros siempre: Yo os amo. ¡Oh, María, Reina de mi corazón, esperanza mía, Madre mía, si me hallara en el infierno, no podría amaros jamás! Yo os amo, oh Madre mía; en Vos pongo toda mi confianza, y espero no abandonamos ya más, ni a Vos, ni a mi Dios. Socorredme y rogad por mí a Jesús.

Dulcísimo Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra Dulcísima Madre, la Inmaculada Virgen del Milagro. AMÉN.


ATRIBUTOS DE MARÍA - Paloma

Purísima Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el quinto atributo que simboliza vuestra original pureza, es la Paloma, que, volando a nuestra tierra, trajisteis el ramo de olivo para asegurar a los suyos que habían cesado ya por vuestra intercesión, las aguas de las tribulaciones. Concededme, Madre mía, el que, cual paloma que gime la pérdida de su consorte, así sepa yo llorar y sentir las muchas culpas con que he perdido a mi dulce Jesús, Esposo de mi alma, y que agradecido lave con mis lágrimas, las manchas con que he afeado mi alma, para que, vestida con la candidez de vuestra gracia, vuele en compañía de vuestro Esposo, el Espíritu Divino, a alabaros en la Gloria. AMEN.

Hecho el acto de contrición, como al principio y la oración preparatoria, y rezadas las tres Avemarías, se dirá la siguiente


SEXTO DIA

Oh, mi Jesús! ¿Cómo habéis podido sufrirme tanto tiempo? ¡Tantas veces como he huido de Vos, y a pesar de esto Vos habéis venido siempre a mi encuentro! ¡Tantas veces como os he ofendido, y Vos me habéis perdonado! ¡Os ofendí de nuevo, y de nuevo me habéis concedido el perdón! ¡Ah, hacedme sentir un poco de aquel dolor que padecisteis en el Huerto de Getsemaní, cuando, al pensar en nuestros pecados, llegasteis a sudar sangre. Yo me arrepiento, oh Redentor mío, de haber tan mal correspondido, a vuestro amor. ¡Oh placeres malditos, yo os detesto y abomino! Vosotros me hicisteis perder la gracia del Señor. ¡Oh, amado Jesús!, yo os amo sobre todas las cosas, y renuncio a todas las satisfacciones ilícitas, prefiriendo morir mil veces antes que ofendemos jamás. ¡Ah! por el afecto que me mostrasteis en la Cruz, y que os obligó a ofrecer por mí esa vida divina, dadme la luz y la fuerza para resistir las tentaciones, y recurrir en ellas a vuestra ayuda. ¡Oh, María, mi esperanza, ya que todo lo podéis con Dios, alcanzadme la santa perseverancia, y haced que no me separe jamás de vuestro amor!


Dulcísimo Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre, la Inmaculada Virgen del Milagro. AMÉN.


ATRIBUTOS DE MARÍA - Jardín Cerrado

Purísima Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el sexto atributo que simboliza vuestra original pureza, es el Jardín Cerrado. Encerrad, Madre mía, en vuestro corazón purísimo, como en jardín soberano, todos nuestros pensamientos y obras, para que de hoy en adelante ya no piense en otra cosa, sino sólo en serviros, ni quiera más gloria que la de amaros, y haced que con la fragancia suavísima de todas vuestras virtudes se conviertan nuestros deseos en fruto de vuestro agrado, para que, adornándose mi alma con las flores de las virtudes, merezca ser suave olor de Cristo en la gloria. AMÉN.

Hecho el acto de contrición, como al principio y la oración preparatoria, y rezadas las tres Avemarías, se dirá la siguiente



Hecho el acto de contrición, como al principio y la oración preparatoria, y rezadas las tres Avemarías, se dirá la siguiente


SEPTIMO DIA

Mirad, oh mi Dios, mirad a vuestros pies un ingrato a quien creasteis para el paraíso, pero que tantas veces, por miserables placeres, os ha negado a la cara y ha preferido ser condenado al infierno. Más yo espero, que Vos me, habéis perdonado todas las injurias que os he hecho, de las cuales me arrepiento de nuevo y quiero arrepentirme hasta la muerte. ¡Ah, yo deseo que me las perdonéis todavía! Más, oh Dios mío, aunque Vos me hayáis perdonado, no por esto será menos verdad que tuve la audacia de abrevaros de amargura, oh Redentor mío, que para conducirme a vuestro Reino me habéis dado la vida. ¡Bendita y glorificada sea para siempre, oh mi Jesús, vuestra misericordia.


Vos que con tanta paciencia me habéis sufrido, y que, en vez de castigarme me habéis colmado de gracia y de luces, y mil veces me habéis llamado a Vos, ya veo, oh mi amado Jesús, que Vos queréis que me salve, deseáis que entre a vuestro Reino para amaros eternamente; pero antes queréis que os ame en este mundo. Sí, yo quiero amaros; y aún cuando no hubiere paraíso, en tanto que yo viva, os amaré con todas mis fuerzas y con toda mi alma. Bástame saber, oh mi Dios, que Vos deseáis que os ame. ¡Oh, mi Jesús!, asistidme con vuestra gracia, y no me abandonéis. Mi alma es inmortal: hállome, pues, en la alternativa, o de amaros siempre o de detestaros por toda una eternidad. ¡Ah, no, no!, amaros quiero eternamente, y amaros lo bastante en esta vida, para amaros en la otra lo que debo. Disponed de mí como os plazca; castigadme como Vos quisierais, pero no me privéis de vuestro amor; haced después, de mí, lo que os parezca., ¡Oh mi Jesús! vuestros méritos son mi esperanza ¡Oh, María, toda mi esperanza la pongo en vuestra intercesión! Vos me habéis librado del infierno, cuando yo estaba en pecado. Ahora quiero ser de Dios; hacedme santo y salvadme.

Dulcísimo Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre, la Inmaculada virgen del Milagro. AMÉN.


ATRIBUTOS DE MARÍA - Puerta del cielo

Purísima Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el séptimo atributo que simboliza vuestra original pureza, es la Puerta del Cielo. Y pues sois Puerta Celestial, por cuya intercesión entran al paraíso de la gloria, los hijos de Adán que acaban esta vida en gracia; concededme, Madre mía, el que si este año fuese el último de mi vida, se aparte mi corazón de los cuidados de este mundo, y con la luz de vuestros auxilios busque sólo el sosiego de mi alma en mi dulce Jesús, para que cuando llegue la muerte temporal, merezca estar dispuesto para acabar mi vida en el ósculo de mi Señor, y entre por Vos, Puerta resplandeciente, a la patria dichosa de la gloria. AMÉN.

Hecho el acto de contrición, como al principio y la oración preparatoria, y rezadas las tres Avemarías, se dirá la siguiente


OCTAVO DIA

Mirad, oh mi Dios, mirad a vuestros pies un ingrato a quien creasteis para el paraíso, pero que tantas veces, por miserables placeres, os ha negado a la cara y ha preferido ser condenado al infierno. Más yo espero, que Vos me, habéis perdonado todas las injurias que os he hecho, de las cuales me arrepiento de nuevo y quiero arrepentirme hasta la muerte. ¡Ah, yo deseo que me las perdonéis todavía! Más, oh Dios mío, aunque Vos me hayáis perdonado, no por esto será menos verdad que tuve la audacia de abrevaros de amargura, oh Redentor mío, que para conducirme a vuestro Reino me habéis dado la vida. ¡Bendita y glorificada sea para siempre, oh mi Jesús, vuestra misericordia.


Vos que con tanta paciencia me habéis sufrido, y que, en vez de castigarme me habéis colmado de gracia y de luces, y mil veces me habéis llamado a Vos, ya veo, oh mi amado Jesús, que Vos queréis que me salve, deseáis que entre a vuestro Reino para amaros eternamente; pero antes queréis que os ame en este mundo. Sí, yo quiero amaros; y aún cuando no hubiere paraíso, en tanto que yo viva, os amaré con todas mis fuerzas y con toda mi alma. Bástame saber, oh mi Dios, que Vos deseáis que os ame. ¡Oh, mi Jesús!, asistidme con vuestra gracia, y no me abandonéis. Mi alma es inmortal: hállome, pues, en la alternativa, o de amaros siempre o de detestaros por toda una eternidad. ¡Ah, no, no!, amaros quiero eternamente, y amaros lo bastante en esta vida, para amaros en la otra lo que debo. Disponed de mí como os plazca; castigadme como Vos quisierais, pero no me privéis de vuestro amor; haced después, de mí, lo que os parezca., ¡Oh mi Jesús! vuestros méritos son mi esperanza ¡Oh, María, toda mi esperanza la pongo en vuestra intercesión! Vos me habéis librado del infierno, cuando yo estaba en pecado. Ahora quiero ser de Dios; hacedme santo y salvadme.

Dulcísimo Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre, la Inmaculada virgen del Milagro. AMÉN.


ATRIBUTOS DE MARÍA - Puerta del cielo

Purísima Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el séptimo atributo que simboliza vuestra original pureza, es la Puerta del Cielo. Y pues sois Puerta Celestial, por cuya intercesión entran al paraíso de la gloria, los hijos de Adán que acaban esta vida en gracia; concededme, Madre mía, el que si este año fuese el último de mi vida, se aparte mi corazón de los cuidados de este mundo, y con la luz de vuestros auxilios busque sólo el sosiego de mi alma en mi dulce Jesús, para que cuando llegue la muerte temporal, merezca estar dispuesto para acabar mi vida en el ósculo de mi Señor, y entre por Vos, Puerta resplandeciente, a la patria dichosa de la gloria. AMÉN.

Hecho el acto de contrición, como al principio y la oración preparatoria, y rezadas las tres Avemarías, se dirá la siguiente


NOVENO DIA

Gracias os doy, oh dulcísimo Redentor mío, por estas luces que me acabáis de dar, y por haberme dado a conocer los medios para salvarme. Yo os prometo ponerlos en práctica con la mayor firmeza. Concededme la gracia que necesito para seros fiel; ya veo ser vuestra voluntad el que yo me salve, y yo quiero salvarme, en especial para dar gusto a vuestro Corazón divino, que con tanto ardor desea mi salvación. No, no quiero resistir, oh Dios mío, por más tiempo al amor que me tenéis.


Este amor ha sido causa para que Vos me hayáis sufrido con tanta paciencia, cuando yo os ofendía, Vos me llamáis a vuestro amor, y yo no deseo sino amaros. Os amo, bondad infinita; os amo, oh bien supremo e infinito; y os suplico hoy día, por los méritos de Jesucristo, no permitáis que yo sea jamás ingrato a vuestra bondad. Haced, que cese de ser ingrato, o poned fin a mi vida. Señor, ya que habéis empezado la obra, dignaos ahora completarla. Confirma oh Dios, lo que has hecho en nosotros. Dadme la luz, la fuerza, dadme el amor. ¡Oh María, Vos que sois la dispensadora de las gracias, socorredme! Admitidme por vuestro servidor, pues quiero serlo, y rogad a Jesús por mí. Los méritos de Jesucristo, y después vuestros ruegos, son los que han de salvarme.

Dulcísimo Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra misericordia a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre, la Inmaculada Virgen del Milagro. AMÉN.


ATRIBUTOS DE MARÍA – Trono

Purísima Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el noveno atributo que simboliza vuestra original pureza, es el ser Trono de Dios. Pues sois Trono en quien descansó el Señor, como en trono de toda santidad y perfección, concededme, Madre mía, el que, ya que mi corazón camina perturbado con los engaños de este mundo, descanse sólo en Vos, y sienta aquel sosiego y alegría que experimentan vuestros siervos; y pues, nuestro amor os obligó a dejar vuestro trono y bajar a pedir que el Señor suspendiese el castigo contra el pueblo de Salta, os suplico, Madre mía del Milagro, continúe vuestra piedad y misericordia, ya suspenda los castigos que cada día merezco por mis culpas. Y si, como frágil y miserable, me olvidase algún día de vuestro amor, Vos, como que sois todo nuestro consuelo y amparo, dadme silbos amorosos para que yo vuelva cual descarriada oveja al rebaño de mi Señor, y por vuestra intercesión merezca veros en el trono de la gloria. AMÉN.

Oración (para todos los días) 1

Soberana Emperatriz de los Cielos y tierra, dulcísima Madre de pecadores, Madre del Milagro, en ésta tu escogida ciudad en la cual ostentas tu amor, mírame con semblante risueño, que, aunque pecador y desagradecido, soy hijo tuyo, y te venero y amo como a Madre amorosa y admirable. Y creo que si en mí empleas tus purísimos ojos, no me ha de desamparar mi Señor Jesucristo, porque a los que Tú tienes bajo tu patrocinio, les muestra El especial amparo. Ea, pues, Madre mía del Milagro, no desprecies mis ruegos, y si cuando como pecador no te busqué, Tú solicitabas mi amistad porque deseabas mi salvación, ¿cómo ahora, que con tanta ansia te busco, me has de negar tu amparo, tu patrocinio y favor? Merezca yo tu poderoso brazo, ahora que arrodillado te pido me lleves de la mano a tu amado Hijo crucificado, para que, viendo mi dolor y arrepentimiento de mis culpas y pecados, que deseo sea mayor que el me han tenido los más penitentes Santos del mundo, me lleve a sí y me dé a beber de aquella Sangre Soberana de su amoroso Costado, que es todo el precio de nuestra redención, y viva sólo en El, huyendo del mundo y de mí mismo. AMEN.

Aquí se rezará un Credo a Cristo Crucificado, y se dirá la oración siguiente, que es para todos los días

Oración (para todos los días)

Amantísimo Jesús mío, hermosura eterna de la Gloria, mi Dios crucificado y todo mi bien, justo Juez y piadoso Padre, que, no contento vuestro amor con haber bajado del cielo a la tierra a buscar al pecador; haber derramado vuestra sangre en el ara de la Cruz y haber instituido el Sacramento Eucarístico de vuestro Cuerpo y Sangre en la Santa Misa, quisisteis venir en vuestra milagrosa imagen a esta ciudad de Salta, a buscar como Pastor Divino a la oveja perdida. Y cuando más olvidada andaba de vuestro singular amor, hicisteis estremecer la tierra con espantosos terremotos, y revelasteis a vuestro siervo no cesarían hasta que os sacasen por las calles. Os suplico, mi Dios crucificado, que por vuestra mansedumbre soseguéis la inquietud de mi espíritu, para que pueda yo corresponder agradecido, buscándoos sólo a Vos, pues sois el descanso de mi alma y mi único bien. Y si por haberos ofendido temblase mi alma de llegarse a Vos, dadle voces desde esa Cruz, con que interiormente le digáis: "Mira, hijo mío, cuánto sufro por tu amor, y tú ¿qué es lo que haces por Mí, sino sólo ofenderme? Pero ven a mis brazos, que Yo clamaré a mi Eterno Padre diciendo: "Padre, perdona a este hijo ingrato, que no ha sabido lo que ha hecho al haber despreciado a su Dios y Redentor" Y, si todavía vuestro amor retira de mi los ojos de su piedad, por mi ignorancia e ingratitud, ponedlos en vuestra Madre, María Santísima del Milagro, mi Protectora, por cuyos méritos y piadosa intercesión, espero se templarán vuestros enojos, y me daréis gracia para que os pueda servir en esta vida y alabaros en la eterna. AMÉN.




Doce Estrellas del Cielo de María

Dios te salve Madre,
Reina de los Cielos,
esperanza nuestra
refugio y consuelo.

Virgen del Milagro,
gloria de este pueblo,
en quien siempre halla
todo su remedio

Si son nuestra culpas
muchs en extremo
tus misericordias
son mas con exceso..

Ya el castigo estaba
sobre nuestros yerros,
más lo detuvieron
tus piadosos ruegos Al pie del sagrario
allí intercediendo,
al perdón pediste
de nuestros excesos.

Mudando colores
tu semblante bello
a entender nos dió
tu pena y consuelo

Empeñabas estabas
y echaste Tú el resto,
para que el castigo
no tuviese efecto.

"Perdona -decías-
mi Dios a este pueblo,
si no la corona
de Reina aquí os dejo "Yo por fiadora
salgo es este empeño,
y a mi cuenta corre
no más ofenderos"

Confundirte quisó
el dragón soberbio,
pero con tu planta
le quebraste el cuello.

Haz, Madre y Señora,
que todos logremos
el fruto, despues
de aqueste destierro

En esta novena
que humilde hacemos,
nuestra petición
por tu amor logremos.


PACTO DE FIDELIDAD

Divino Jesús Crucificado y Señor Nuestro del Milagro, el pueblo de Salta hoy postrado en vuestra presencia, viene a renovar los votos de sus mayores, cuando acudiera a Vos, encontrando remedio a su aflicción. Sí, ante esa cruz que nos enviasteis a través de los mares para ser nuestro escudo y defensa, juramos lo que juraron nuestros padres, teneros siempre por Padre, Abogado y Patrono, y reconocer vuestra real soberanía sobre todo los pueblos, y especialmente sobre el nuestro. Confesamos que sois el camino, la verdad y la vida, así de los individuos como las de las familias, pueblos y naciones; y que lejos de Vos y de los esplendores de Vuestra Cruz solo se encuentran engaños y amarguras. Hacemos nuestro el pacto de fidelidad celebrado por nuestros antepasados, prometiendo que Vos, dulce Jesús, serás siempre nuestro y que nosotros seremos siempre tuyos. Extiéndase vuestros brazos sobre este pueblo y la Nación Argentina, para protegernos y defendernos; y haced que las verdades de nuestra fé y enseñanzas de la iglesia, sean siempre el norte de nuestras acciones y el fundamento inconmovible de nuestras instituciones. ¡Señor del Milagro, salvad y bendecid nuestro pueblo! Amén.


| NOVENA EN HONOR A LA SAGRADA FAMILIA


Se celebra la fiesta de la sagrada familia el domingo que cae dentro de la octava de navidad; nueve días antes comienza su novena.


Es una fiesta de devoción, introducida por primera vez como celebración opcional en 1893. El culto de la sagrada familia se hizo muy popular en el siglo pasado, sobre todo en Canadá. El papa León XIII lo promovió muchísimo.

PRIMER DÍA: LA SAGRADA FAMILIA

Intención: Por todas las familias del mundo (Añade tu propia petición en silencio o en voz alta.)

Muy a menudo nosotros pensamos en la Sagrada Familia como una familia sin problemas. Dios por supuesto era el centro de su fuerza, pero él llamó a Jesús, María y José a una entrega total de sí mismos en el amor.

José tomó para sí a una joven doncella con un niño que no era suyo, y creía que en la fidelidad a Dios. María vio crecer a su Hijo hasta que se convirtió en hombre solo para ser asesinado. Jesús encarno el amor sufriente de su Padre por el despecho ocasionado por aquellos que él amaba.


Oración
Oh Dios, concédenos la gracia de la fidelidad, el coraje y el amor de Jesús, María y José. Sea para nosotros un signo de silencio y un lugar de reposo en esta vida para que veamos todas las cosas con ojos de fe, y de esta manera poder cumplir con nuestro llamado.
Como Jesús, María y José, nosotros abrazamos este caminar por la tierra, a pesar de los momentos de duda y temor, porque hoy y siempre Tú, Dios Padre, eres nuestra seguridad y nuestra fuerza. Te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, María y José modelo de todas las familias cristianas. Amén


SEGUNDO DIA: LAS NUEVAS PAREJAS

Intención: Por todos los que se han comprometido en matrimonio y las parejas jóvenes (Añade tus peticiones personales) Muchas parejas en estos momentos, están contemplando su matrimonio por diferentes razones. Ellos necesitan profundizar en el compromiso, un compromiso que les invita a entregar su amor de una manera grandiosa - la entrega total de sí mismos hacia los otros y la aceptación y el apoyo total hacia el otro. Ellos son las semillas de la nueva familia.


Oración
Oh Dios, Tú que siempre mantienes tus promesas, ayuda a las parejas nuevas a amarse a sí mismas por completo; te pedimos por cada uno de ellos y por aquellos cuyas vidas serán tocadas por ellos.

Abre sus corazones para que incluyan en sus vidas el fruto de su amor, si este es tu voluntad. María y José al igual que ellos hicieron posible que Jesús creciera en Nazaret en sabiduría, edad y gracia, concede a estas parejas la grandeza de corazón para que amen a sus hijos. Te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, María y José, modelo de todas las familias cristianas. Amén.

TERCER DIA: FAMILIAS CON PROBLEMAS

Intención: Por las personas que sufren a causa de problemas familiares (Añade tus intenciones personales)
Hay mucho sufrimiento y dolor en el mundo de hoy, particularmente cuando no hay amor en la familia. Nos hacen falta la sanación y el perdón: bendiciones recibidas cuando regresemos a Dios.


Oración
Oh Jesús, Tú que tienes la capacidad de curar nuestro cuerpo y nuestra alma, te pedimos que te hagas presente en los miembros de las familias que están pasando por situaciones de dolor. Dales la fuerza para cambiar sus corazones, enfrentar sus problemas y encontrar pronta soluciones. Aquellos son víctimas, necesitarán tu apoyo y el de los demás, para poder perdonar y volver a amar con la misma capacidad que antes.
Señor, además hay otras familias donde lazos de unión se han roto. Llega a los miembros de esas familias para que ellos puedan tener la valentía de "juntar los pedazos" y continuar su vida. Permíteles que puedan sobreponerse al dolor y encuentren en Ti y en aquellos que los aman el apoyo, la afirmación y la perseverancia para continuar. Te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, Maria y Josémodelo de todas las familias cristianas. Amén.



CUARTO DIA: LAS PERSONAS QUE NO TIENEN FAMILIA


Intención: Por aquellos que han sido rechazados por sus familias (Añade tus intenciones personales) Muchas personas son víctimas de familias que no perseveraron de vivir su compromiso de amarse mutuamente. Algunos vienen de uniones que no fueron bendecidas con amor; otros son hijos de aquellas víctimas del desamor en sus hogares. No habiendo conocido el amor de sus padres, o el de otros miembros de su familia, se sienten rechazados.

Oración
Oh Dios compasivo, te pedimos la gracia del amor para las víctimas del desamor. Concede a aquellos que se sienten rechazados, la gracia y el don de ver amor en el corazón de otros. Abre sus corazones a aceptar ese amor y de esta manera puedan romper el ciclo del desamor. Te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, María y José, modelo de todas las familias cristianas. Amén.



QUINTO DIA: FAMILIAS QUE ESTAN COMENZANDO DE NUEVO


Intención: Por familias que han adoptado hijos o parejas en segundo matrimonio (Añade tus intenciones personales) Hay muchas parejas entre nosotros que están abriendo las puertas de sus hogares a hijos adoptados o están comenzando de nuevo a edificar y fortalecer los lazos de amor que los mantendrán juntos toda la vida. Ellas necesitan la Fortaleza y el apoyo de la Iglesia.


Oración
Dios misericordioso, estas familias necesitan todo el apoyo y la afirmación que pueden recibir, no solo de sí mismos, sino también de las personas que los aman. Concede a los miembros de las familias, amor suficiente para abrirse a los otros, aceptando los nuevos modos de vida, las personalidades y dones que ellos pueden encontrar, edificando y fortaleciendo esta nueva construcción, para que por el creciente amor pueda ser una edificación firme y duradera. Te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, María y José, modelo de todas las familias cristianas. Amén.


SEXTO DIA: MI FAMILIA

Intención: Por todos los miembros de mi familia (Añade tus intenciones personales)
Hay una familia muy Especial que necesitamos mantener en nuestras oraciones-nuestra propia familia en la cual nosotros nacimos. No hay palabras que definan lo que ella significa, puesto que para cada uno de nosotros, nuestra familia es única. Con esto en mente, recordemos a cada uno de los miembros de nuestras familias. (En silencio nómbralos a cada uno)


Oración
Te doy gracias, Oh Dios de mi vida, por todas las alegrías y bendiciones de mi familia. También te ofrezco los momentos de dolor y desengaño. Te entrego ambas realidades a Ti. Ayúdame a perdonar a aquellos miembros de mi familia, incluyéndome a mí mismo, que han causado dolor; y ayúdame a agradecer a aquellos que me dan alegría.
Dame la fuerza para ser luz en mi familia y testigo de tu amor a los demás.
Te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, Marta y José, modelo de todas las familias cristianas. Amén.



SEPTIMO DIA: LAS FAMILIAS QUE ESTAN CELEBRANDO ALGO


Intención: Por aquellas familias que están cele-brando eventos especiales en este año (Añade tus intenciones personales) "Regocijate con aquellos que se regocijan." Hay muchas cosas para celebrar en familia -nacimientos y cumpleaños; bodas y aniversarios; los primeros pasos en la escuela y las graduaciones; y todas las alegrías de la vida de cada día que vienen por medio del amor y del compartir.


Oración
Nos regocijamos y te damos gracias, Oh Dios bondadoso, por el regalo de la familia. Te agradecemos de una manera especial por aquellas parejas que están celebrando sus bodas de plata o de oro. Ellos son testigo para sus hijos y para el mundo - un reflejo de tu compromiso fiel con tu Pueblo. Concédeles la paz y la alegría que vienen de saber que han sabido vivir a plenitud. Te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, Maria y José, modelo de todas las familias cristianas. Amén.


OCTAVO DÍA: FAMILIAS QUE PRESTAN SERVICIO


Intención: Por aquellas familias que dan su tiempo para ayudar a otros (Añade tus intenciones personales) Por nuestro amor, ellos sabrán que somos cristianos." Y el amor que es compartido de una manera íntima entre los miembros de una familia, no puede guardarse, sino que se desborda sobre muchos otros. El verdadero amor que ellos comparten es un testimonio que nuestro mundo reclama.

Oración
Oh Jesús, da a aquellas familias que desean compartir su amor más profundamente, la fuerza para alcanzar la meta de ir más allá de sí mismos. Ayúdales siempre a mantenerte como el centro de sus vidas, como lo hicieron María y José. También te pedimos, por aquellos hombres y mujeres que han sido líderes en movimientos cristianos dando su tiempo, talento y Tesoro a las familias. Dales a ellos la fuerza para continuar mostrando a los demás, el gran amor que Tú le tienes al mundo. Te lo pedimos por intercesión de la Sagrada familia de Nazaret, Jesús, María y José, modelo de todas las familias cristianas. Amén.

NOVENO DÍA: LA FAMILIA UNIVERSAL

Intención: Por nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo (Añada su intenciones personales) Hay un círculo más grande de miembros de familia, con los cuales nosotros tenemos relación - la gran familia Universal. Jesús se hace para nosotros CAMINO, VERDAD y VIDA para que siguiendo este modelo podamos estrechar los lazos que nos unen.


Oración
Oh Dios, Creador de la tierra y de todos los que la habitan, concédenos que nunca seamos tan egoístas como para no querer ver la gran familia de la cual nosotros hacemos parte. Ayúdanos a estar conscientes de que, como miembros de una sola familia, todos somos iguales en los ojos de Dios.

Todos tenemos talentos para compartir, como cada miembro de la Sagrada Familia lo hizo—haz que nosotros seamos generosos y creativos en el compartir de estos dones espirituales o materiales. Juntos, entonces, todos podemos edificar un mundo mejor. Te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, Jesús, María y José, modelo de todas las familias cristianas. Amén.


Oración Final

Señor Dios, de ti procede cada familia en el cielo y en la tierra. Padre, Tú eres Amor y Vida. Por medio de tu Hijo Jesucristo, que nació; de mujer, y por medio del Espíritu Santo, fuente de caridad divina, haz que cada familia en la tierra se convierta para las próximas generaciones en un verdadero santuario de vida y amor.

Haz que tu gracia guíe los pensamientos de los esposos y las esposas para el bien de sus familias y el de todas las familias del mundo. Haz que los jóvenes puedan encontrar en sus familias el apoyo sólido para alcanzar su dignidad humana, y para crecer en la verdad y el amor. Haz que el amor, fortalecido por la gracia del sacramento del matrimonio, sobrepase todas las debilidades y pruebas por las cuales, algunas veces pasan nuestras familias.

Por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, haz que la Iglesia pueda cumplir fructuosamente con su misión universal en la familia y por la familia.
Te lo pedimos a Ti, que eres la Vida, la Ver-dad y el Amor, junto con tu Hijo y el Espíritu Santo, AMEN.


Fuente Juan Pablo II




NOVENA EN HONOR A SAN JUAN EUDES
La Novena

La novena es una devoción de oración privada o pública de nueve días para obtener alguna gracia o intención especial. Hay novenas dedicadas a Nuestro Señor, al Espíritu Santo, como también a la Virgen María y a muchos santos.

Del latín novem, es decir nueve. La sucesión de nueve puede referirse a días consecutivos (Ej.: nueve días previos a una fiesta) o a nueve días específicos de la semana o del mes (Ej.: nueve primeros viernes). Aunque las novenas no son parte de la liturgia, muchas tienen recomendación eclesiástica.

Las novenas nos ayudan en nuestra oración cuando están adecuadamente valoradas en el contexto de una sólida doctrina. La costumbre de orar la novena no está en la Biblia, pero Jesucristo si nos enseñó a orar con insistencia y pidió a los Apóstoles que se prepararan en oración para la venida del Espíritu Santo (cf. Lc 18,1; 24,49). De aquí se inspira la novena de Pentecostés. Los judíos no tenían celebraciones religiosas de nueve días ni novenarios de difuntos. Para ellos, el número siete era el más sagrado. Pero la novena hora en la Sinagoga era una de las horas especiales de oración, como lo ha sido la hora nona en la Iglesia desde el principio. Esta es una de las horas de oración en la Liturgia de las Horas. San Agustín, escribiendo sobre las novenas, advierte a los cristianos el peligro de imitar las costumbres paganas. El peligro no está en la novena sino en como se entiende esa oración. El reto cristiano es purificar la cultura, fundamentando todas las costumbres en Cristo.
AL iniciar La novena
1.- El que dirige: Por la señal de la Santa Cruz,
Todos: de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios Nuestro. En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

2.- El que dirige: Señor mío Jesucristo yo me arrepiento…
Todos: …de todos mis pecados y me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios muy bueno. Propongo firmemente, no volver a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna, Amén.

3.- Oración para disponerse a la Novena

El que dirige: Adoremos a Dios, reconozcamos ante El nuestra propia incapacidad para orar; entreguémosle nuestro corazón y nuestro espíritu con el deseo de hacer esta novena únicamente por su amor.

Puesto que solo su Espíritu Santo es capaz de hacernos orar como conviene, entreguémonos a Nuestro Señor Jesucristo para que El nos de su Espíritu.

Roguemos a la Virgen María, a los ángeles y a los Santos nos alcancen la gracia de hacer bien esta oración. Amén.

4.- Al finalizar la novena:
El que dirige: Vive y reina Jesús y María…
Todos: en nuestros corazones.
Concluimos con las invocaciones a San Juan Eudes.

Oración diaria para invocar al Espíritu Santo

Todos: Espíritu Santo, me doy a ti. Toma posesión de mí, condúceme en todo y haz que viva como hijo de Dios, como miembro de Jesucristo, y como quien, por haber nacido de ti, te pertenece, y debe estar animado, poseído y conducido por ti. Amén.


Primer día: LA ENCARNACIÓN

Lectura Bíblica (Jn 1, 11 – 14)
“Vino a su propia casa, los suyos no lo recibieron, pero a todos les dio la capacidad para ser hijos de Dios. Al creer en su Nombre han nacido, no de sangre alguna, ni por la ley de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que han nacido de Dios. Y la Palabra se hizo carne y puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria; la Gloria que recibe del Padre el Hijo Único; en él todo era don amoroso y verdad”.

Lectura espiritual
¡Oh! Jesús en el mismo instante que, apenas encarnado, te volviste a tu Padre, también te volviste a mí. Cuando empezaste a pensar en él y amarlo, pensaste igualmente en mí, te diste a mí y me amaste. En el mismo instante en que comenzaste a vivir para mí, a prepararme gracias señaladas y a formar grandes designios sobre mí.
Porque, ya desde entonces, concebiste el designio de imprimir en mí una imagen del misterio de tu encarnación y te encarnaste, en cierta manera, dentro de mí, uniéndome a ti y uniéndote tú a mí, para vivir y reinar en mí perfectamente. (San Juan Eudes, 0bras Escogidas, 266)

Reflexión
San Juan Eudes, es un apasionado por la Encarnación del Hijo de Dios, por ver en este misterio, el amor de Dios Padre para con todo el mundo, amor gratuito. La Encarnación es una obra de amor. En un mundo donde el individualismo y el olvido del amor se hacían más fuerte, San Juan Eudes se hace un misionero de este amor de Dios, llamando a todos a formar, ejemplo, hacer que cristianos laicos y sacerdotes y religiosas, tomaran en serio el compromiso de ser testigos por todo el mundo y en todas las situaciones, del Amor de Dios Padre. Presente en Jesús, encarnado en María. Sigue siendo una invitación para todos nosotros, asumamos nuestro compromiso de ser testigos hoy de este amor hecho carne para la Salvación del Mundo. Continuemos esta obra de amor.

Dirigente: Vive y reina Jesús y María…
Todos: en nuestros corazones
Padre Nuestro… Ave María… Gloria… Canto
Concluimos con las invocaciones a San Juan Eudes.

“Adoremos a Jesucristo, Hijo único del Padre y un solo Dios con El y
con el Espíritu Santo” San Juan Eudes




Segundo día: EL BAUTISMO

Lectura Bíblica (Mc 16,15 – 16)
“Y les dijo Jesús: vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará; el que se niegue a creer será condenado”

Lectura espiritual
Ser cristiano no es otra cosa que ser uno con Jesucristo, y consiguientemente hacer profesión de vivir de la vida de Jesucristo, porque como la vida del brazo es continuación y una extensión de la vida de la cabeza, así la vida cristiana es una continuación de la vida de Jesús en la tierra. De manera que quien ha sido injertado en el árbol divino e incorporado a esta adorable cabeza por el bautismo, debe vivir su vida y marchar por su mismo camino. (San Juan Eudes, Vivamos nuestro Bautismo, 43)

Reflexión
San Juan Eudes tomó plena conciencia de su papel de cooperador de Dios en la Iglesia por el bautismo y la ordenación. No desligó de su compromiso cristiano la exigencia de hacer del género humano la familia de Dios. Reconoció también que su vocación al apostolado era una gracia que recibió de Aquel que lo había elegido por pura bondad. Ejemplo claro para el cristiano de hoy.



Descubrió que sus contemporáneos no sabían lo que significaba ser bautizado, no conocían las gracias que Dios les había hecho por el bautismo y los compromisos que habían asumido. Por esta ignorancia, dice el santo: “da ganas de llorar con lágrimas de sangre”. Movido por ello, se propone hacer conocer a sus contemporáneos la grandeza sublime del sacramento del bautismo.

Dirigente: Vive y reina Jesús y María…


Todos: En nuestros corazones
Padre Nuestro… Ave María… Gloria… Canto. Concluimos con las invocaciones a San Juan Eudes.

Tercer día: LA CARIDAD CRISTIANA

Lectura Bíblica (1 Jn 4,7)
“Queridos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.”

Lectura Espiritual.
La caridad cristiana consiste en amarnos mutuamente como Jesucristo nos ama. Y el nos ama de tal manera que su vida entera, su cuerpo, su alma, su tiempo, su eternidad, su divinidad y humanidad, todo lo que él es, todo cuanto tiene y puede lo pone a nuestra disposición, demostrando así su amor por nosotros. Mira, pues, a tu prójimo en Dios y a Dios en él. Mírale como quien ha salido del corazón y de la bondad de Dios, como una participación suya, creado para regresar a Dios, para alojarse un día en su regazo, para glorificarlo eternamente; como alguien en que Dios será eternamente glorificado, por vía de misericordia o de justicia. (San Juan Eudes, Obras Escogidas, 192 – 193)

Reflexión
San Juan Eudes unificó su vida, su pensamiento y su acción alrededor de la caridad más delicada. Buscó a Dios entre los enfermos y afligidos, entre los ignorantes y los pecadores, entre los sacerdotes y fieles. Para todos tuvo una palabra, un gesto bondadoso, una dedicación sincera. Cualidad insigne de toda su vida fue la disponibilidad al servicio del clero y del pueblo de Dios. Sin hacer distinción de buenos y malos, ricos y pobres, de grandes y pequeños a todos los quiso con su gran corazón, para llevarlos a todos al corazón divino de Jesús.

Dirigente: Vive y reina Jesús y María…
Todos: En nuestros corazones
Padre Nuestro… Ave María… Gloria… Canto
Concluimos con las invocaciones a San Juan Eudes.
“La caridad es la norma suprema y el alma de la Congregacion”. San Juan Eudes






Cuarto día: EL SACERDOCIO

Lectura Bíblica (Heb 5,1 – 6)
“Todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y está puesto a favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados; y puede sentir compasión hacia los ignorantes y extraviados, por estar también él envuelto en flaqueza. Y a causa de esta misma flaqueza debe ofrecer por los pecados propios igual que por los del pueblo. Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aarón. De igual modo, tampoco Cristo se apropió la gloria del Sumo Sacerdocio, sino que la tuvo de quien le dijo: Hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec”.

Lectura Espiritual
Ustedes, sacerdotes, son la parte más noble del cuerpo místico del Hijo de Dios. Son los ojos, la boca, la lengua, el corazón de su Iglesia, más aún, del mismo Jesús. Son sus ojos: Mediante ustedes el Buen Pastor vela continuamente sobre su rebaño; por ustedes ilumina y conduce, por ustedes llora sobre las ovejas que se hallan entre las garras del lobo infernal. Son su boca y su lengua: Por ustedes Cristo habla a los hombres y continúa anunciando la misma palabra el mismo Evangelio que él proclamó en la tierra. Son su corazón: mediante ustedes comunica la vida verdadera, de la gracia en la tierra y de la gloria en el cielo, a todos los miembros de su cuerpo místico. Nuestro Señor Jesucristo nos asocia a su sacerdocio eterno y a sus cualidades con sus poderes y privilegios. Esto nos obliga a imitarlo en su santidad, a continuar su vida, sus ejercicios y las funciones sacerdotales. (Leccionario propio de la liturgia de las Horas, 101 – 102)


Reflexión
En la época en que vivió San Juan Eudes los sacerdotes tenían poca formación. Eran muy escasos los seminarios. El santo, convencido de que ésta era la mejor solución para la mayoría de los problemas del Pueblo de Dios, dedicó todos sus esfuerzos a fundar lo que él llamaba “Las Universidades de santidad”. Su fe en Cristo Sacerdote, su esperanza en la transformación espiritual del clero y su amor al Pueblo de Dios que reclamaba pastores idóneos, le hicieron vencer los numerosos obstáculos que se le opusieron y dejó a sus hijos el encargo de mantener encendida esa luz que garantiza la supervivencia de la Iglesia.
Fuertes vendavales azotan hoy la institución de los Seminarios, pero también hay signos de una vitalidad creciente en la juventud que se prepara en esa “aventura de amor”, el sacerdocio, para realizar la misión que el mundo necesita hoy. No olvidemos que los pueblos deben merecerse sus pastores…


Dirigente: Vive y reina Jesús y María…
Todos: En nuestros corazones
Padre Nuestro… Ave María… Gloria… Canto
Concluimos con las invocaciones a San Juan Eudes.


“Son los jueces, no de los cuerpos sino de las almas; no de cosas terrestres sino celestiales y espirituales” San Juan Eudes.


Quinto día: EL CORAZÓN DE JESÚS

Lectura Bíblica (Jn 19 31- 36)
“Como era el día de la Preparación de la Pascua, los judíos no querían que los cuerpos quedaran en la cruz durante el sábado, pues aquel sábado era un día muy solemne. Pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y retiraran sus cuerpos. Fueron pues, los soldados y quebraron las piernas de los que habían sido crucificados con Jesús. Pero al llegar a Jesús vieron que ya estaba muerto, y no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le abrió el costado con la lanza, y al instante salió sangre y agua. El que vio da testimonio. Su testimonio es verdadero, y aquel sabe que dice la verdad. Y da este testimonio para que también ustedes crean”.

Lectura Espiritual
Cristo es mi cabeza y mi corazón. Los judíos atravesaron y perforaron no sólo las manos sino el también los pies y el costado de Jesús; la lanza de su furor orado lo más íntimo de su corazón, de su Corazón santísimo, ya desde muy antes herido por la lanza del amor. Heriste mi corazón, dice el Esposo en el cantar, hermana y novia mía, heriste mi Corazón. Es tu esposa, tú amiga, tu hermana la que vulnera tu corazón, Señor Jesús. ¿Por qué fue necesario que fuera lastimado también por tus amigos? ¿Qué hacen, verdugos? Si ya está herido, precisamente porque está herido ¿Por qué añadir otra herida al Corazón dulcísimo de Jesús? ¿No saben que una vez lacerado, el corazón muere y se hace insensible? Murió el corazón de Jesús porque ha sido maltratado. Es su dueño la herida del amor; muerte de amor posee al corazón del Señor, de Jesús, el Esposo. ¿Cómo podrá sufrir otra muerte?
Considera cómo es fuerte el amor cuando conquista el santuario del corazón y suavemente herido, es capaz de causar la muerte no sólo del Señor Jesús sino también a sus servidores. Pensemos en los mártires: son maltratados y se alegran, se les infiere la muerte y triunfan, ¿Por qué? Porque por muerte amorosa, de tiempo atrás, en el secreto del corazón, muriendo al pecado, muriendo al mundo y, como si se hubieran tornado insensibles, no temieron ni amenazas, ni tormentos. Más como ya llegamos al dulcísimo Corazón de Jesús y lo mejor para nosotros es permanecer allí, no nos dejemos arrancar de él, pues está escrito: quienes se alejan de ti tienen su nombre escrito en la tierra. Lleguemos pues, a él y encontraremos gozo y exultación, recordándonos de su Corazón. (San Juan Eudes, Corazón de Jesús y María, Hoguera de Amor, 80 – 81)
Reflexión
En una época en que el jansenismo helaba las relaciones del hombre para con Dios, san Juan Eudes levantó el estandarte del amor de Cristo simbolizado en su corazón. Elocuentes sermones y doctos escritos, cartas familiares y conversaciones íntimas, ardientes súplicas y fervorosas oraciones lograron que él fuera el primero en rendir público homenaje a los Sagrados Corazones de Jesús y María, con misas y oficios para las festividades que se celebraron en octubre y febrero respectivamente.


Esta manera de honrar el amor de Jesús, y de su Santísima Madre era el fruto normal del ardiente anhelo de hacer que todos los hombres comprendieran cuánto nos ama Dios y cuánto debemos amarnos los unos a los otros. Jesús en la Eucaristía, se hizo alimento, construye la fraternidad que vino a establecer el corazón de Cristo entre los hombres.

Dirigente: Vive y reina Jesús y María…
Todos: En nuestros corazones
Padre Nuestro… Ave María… Gloria… Canto
Concluimos con las invocaciones a San Juan Eudes


“Corazòn de Jesùs, fuente de todos los bienes, a ti la gloria y la alabanza por siempre” San Juan Eudes



Sexto día: LA ORACIÓN

Lectura Bíblica (Col 3,16)
“Que la palabra de Cristo habite en ustedes y esté en su anchas. Tengan sabiduría, para que se puedan aconsejar unos a otros y se afirmen mutuamente con salmos, himnos y alabanzas espontáneas. Que la gracia pongan en sus corazones un cántico a Dios”.

Lectura Espiritual
El ejercicio de la oración es unos de los principales fundamentos de la vida y santidad cristianas, porque toda la vida de Jesucristo ha sido una perpetua oración que debemos continuar y reproducir en la nuestra. Es tan importante y necesaria, que la tierra que pisamos, el aire que respiramos, el pan que nos alimenta, el corazón que palpita en nuestro pecho, no son tan necesarios a nuestra vida humana como la oración para que un cristiano viva cristianamente.
La oración es una participación de la vida de los ángeles y santos, de la vida de Jesucristo y de su santa Madre y de la misma de Dios. Porque los ángeles, los santos, María y Jesús viven en un continuo ejercicio de oración, de contemplación y de amor a Dios y de intercesión por nuestras necesidades. Y la vida de las tres personas divinas es una mutua contemplación glorificación y amor, lo cual es, precisamente la sustancia de toda oración.

Finalmente, la oración es la ocupación más digna, noble y elevada, porque es la misma de los ángeles, los santos, la santa Virgen, Jesucristo y la Trinidad Bendita por toda la eternidad, como será la nuestra por siempre en el cielo. Esta es la genuina y propia función del hombre y del cristiano, puesto que el hombre ha sido creado por Dios, para vivir en familiaridad con él, y el cristiano está sobre la tierra únicamente para continuar en este mundo la ocupación de Jesucristo. (Leccionario propio de la liturgia de las Horas, 44 – 46)
Reflexión




San Juan Eudes fue un hombre convencido de que la intimidad con Cristo es la fuente de todo apostolado. Siempre tuvo tiempo para orar y para hacer orar a cuantos lo rodeaban. Y tal fue el ejercicio que en este camino realizó que llegó a hacer de toda su vida una perenne oración: las acciones más ordinarias como comer y descansar eran para él medio de unión con el Señor. “Que cada latido de mi corazón y de mis venas sean otros tantos actos de amor” a Dios. Expresaba en su autobiografía: el respeto de los dones del Señor en su vida.

En este tiempo en que la vida lleva un ritmo tan agitado no podemos olvidar que sin oración de nada servirá todo lo que hagamos, y con ella todo tendrá sentido y fecundidad.

Dirigente: Vive y reina Jesús y María…
Todos: En nuestros corazones
Padre Nuestro… Ave María… Gloria… Canto
Concluimos con las invocaciones a San Juan Eudes.

“Continuar la oración de Jesús es orar en el Espíritu de Jesús como oro Él mismo… y como El oraría si estuviese en nuestro lugar”. San Juan Eudes



Séptimo día: EL MARTIRIO

Lectura Bíblica (Mt 16, 24 - 25)
“Entonces dijo Jesús a sus discípulos: el que quiera seguirme, que renuncie a si mismo cargue su cruz y me siga. Pues el que quiera asegurar su vida la perderá, pero el que sacrifique su vida por causa mía, la hallará”.

Lectura Espiritual
La perfección de la vida cristiana es el martirio. La gracia del martirio es el mayor prodigio que Dios obra en los cristianos, y lo más grande y maravilloso que los cristianos pueden hacer por Dios es sufrir el martirio por ÉL. El beneficio más señalado que hace Jesucristo a quienes ama especialmente es hacerlos semejantes a él en su vida y en su muerte, y hacerlos dignos de morir por Él, como él murió por su Padre y por ellos.

Y para usar el lenguaje del Espíritu Santo, el martirio es el fin de toda la perfección y la consumación final y perfecta de toda santidad. Porque el hombre no puede hacer nada más grande por su Dios que sacrificarle lo más caro que tiene: su sangre y su vida, y morir por Él, que es el verdadero y perfecto martirio.

Pero el verdadero y perfecto martirio, no consiste en sufrir, sino en morir. De ahí que la muerte es la esencia del martirio consumado. Para hacer, pues, verdaderamente y perfectamente mártir, en el sentido que da la iglesia a esta palabra, es necesario morir, y morir por Jesucristo. Morir por Jesucristo, es decir: o por su misma persona o para sostener el honor de algunos de sus misterios o sacramentos, o por la defensa de su iglesia, o para reafirmar alguna verdad enseñada por Él, o alguna virtud por Él practicada. (Leccionario propio de la liturgia de las Horas, 75 – 76)


Reflexión
Indiscutiblemente Dios es admirable en sus santos. No sólo por el bien que hace en ellos y por ellos, sino por los trabajos y pruebas a que los somete. Juan Eudes tuvo más de una cruz y bebió el cáliz del Señor hasta el fondo. Con heroísmo valor y paciencia soportó las incomprensiones, las calumnias y las oposiciones de propios y ajenos, con la alegría de ser encontrado digno de sufrir algo por Cristo y con gratitud que le hacía exclamar que sus mejores amigos eran aquellos que más lo perseguían. El mandamiento más difícil: “Amar a nuestros enemigos, es la piedra de toque del verdadero seguidor de Cristo.”

Dirigente: Vive y reina Jesús y María…
Todos: En nuestros corazones
Padre Nuestro… Ave María… Gloria… Canto
Concluimos con las invocaciones a San Juan Eudes.
“La cima, la perfección y la consumación de la vida cristiana es el martirio”
San Juan Eudes.

Octavo día: INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Lectura Bíblica (Lc 2,18- 19)
“Todos los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían. Maria por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su corazón”.

Lectura Espiritual
Lo que recomienda las diligencias de los pastores es la certidumbre del hallazgo del Niño cuyo elogio se fundamenta en tres motivos: porque fue comprobado con certeza, divulgado con prontitud y guardado cuidadosamente en el recuerdo.
En primer lugar fue comprobado con certeza con señales convincentes y evidentes, por eso se dice: encontraron a María y a José y al niño, recostado en un pesebre. Encontraron porque buscaron con cuidado y sinceridad. Y ten en cuenta que encuentran a Jesús con María Virgen y con José varón justo en un pesebre. Porque quien desea encontrar a Cristo debe tener puro el corazón, respecto de si mismo, justo respecto del prójimo y humilde y lleno de acatamiento respecto de Dios.
En segundo lugar, el nacimiento de Cristo no sólo fue establecido con certeza sino divulgado con prontitud, por eso añaden: y todos los que lo oyeron se admiraban, es decir, a causa del nacimiento del Niño, y por que les habían dicho los pastores, a saber, lo que el ángel les había comunicado.
En tercer lugar, su recuerdo fue cuidadosamente conservado. De ahí que se añada: María por su parte conservaba todo el recuerdo de todo esto, meditándolo en su corazón. Porque era prudente y discreta según aquellas palabras: “que la misericordia y la verdad no te abandonen. Ponlas alrededor de tu cuello y grábalas en las tablas de tu corazón”. Y en el Eclesiástico: “quien las guarda en su corazón será siempre sabio”.

En cambio del insensato se dice: “el corazón del insensato es como un vaso quebrado; no retendrá ninguna sabiduría”. De ahí que el corazón de María sea el arca que encierra los secretos de las divinas palabras. (San Juan Eudes, Corazón de Jesús y María, hoguera de amor, 116)

Reflexión
San Juan Eudes contempló en María, siempre virgen, el ejemplar de la perfecta consagración al amor de Dios. La amaba entrañablemente, confiaba plenamente en ella. Meses antes de morir trabajaba afanosamente en la terminación de la obra de sus sueños: un libro titulado el corazón de la madre admirable. Gastó años en su confección y es el reflejo fiel de acendrada y varonil devoción a la madre de Dios. Quiso tener los mismos sentimientos de Jesús para con la bendita entre todas las mujeres. Y no pudiendo separar estos dos seres que vivieron el uno para el otro, San Juan Eudes honraba la vida de Jesús en Maria y la de María en Jesús; sus corazones santísimos se confunden en una unidad incendiada de amor.
¡OH! Dios, que has hecho vivir y reinar a tu Hijo Unigénito en el corazón de la Virgen Madre, Te rogamos nos concedas: proclamar esta santísima vida de Jesús y María en un solo corazón, vivir entre nosotros y con ellos en íntima unión de caridad, y cumplir en todo tu Voluntad, con generosidad y decisión, para llevar así en nosotros la semejanza de tú propio Corazón, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Dirigente: Vive y reina Jesús y María…
Todos: En nuestros corazones
Padre Nuestro… Ave María… Gloria… Canto
Concluimos con las invocaciones a San Juan Eudes.







Noveno día: LA MISERICORDIA

Lectura Bíblica (2 Cor 1, 3-4)
“Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús Nuestro Señor, Padre lleno de ternura, Dios del que viene todo consuelo, Él nos conforta en toda prueba, para que también nosotros seamos capaces de confortar a los que están en cualquier dificultad, mediante el mismo consuelo que recibimos de Dios”.



Lectura Espiritual
Porque para librarnos del más profundo abismo de miseria y de maldición que pueda imaginarse, en el cual estábamos por desgracia sumergidos, y para elevarnos al más alto grado de felicidad y de grandeza que se pueda pensar, la divina misericordia ha querido que el Hijo de Dios se hiciera hombre como nosotros, mortal y pasible como nosotros; que viniera a la tierra, que viviera y conversara con nosotros; que nos enseñara con su propia boca una doctrina totalmente celestial y divina; que nos diera una ley santísima; que nos enseñara con su ejemplo la manera como debemos seguirle, que hiciera cosas grandes y sufriera cosas extrañas por nuestro amor, mientras estuviese en este mundo; que muriera en la cruz, que fuera puesto en un sepulcro y que resucitara al tercer día, que permaneciese todavía cuarenta días en la tierra, que estableciera y formara ahí una Iglesia; en esta Iglesia constituyera un sacerdocio maravilloso, un sacrificio admirable y varios dignos sacramentos, y que después de subir al cielo enviase a su Espíritu Santo para que estuviese siempre en su Iglesia. Tres cosas se requieren para hacer misericordia: la primera es tener compasión de la miseria del otro, porque es misericordioso el que lleva en su corazón, por compasión, las miserias de los miserables. La segunda, tener una gran voluntad de socorrer las miserias de los miserables. La tercera pasar del querer al hecho. (Equipo Interprovincial, Misioneros de la Misericordia, 8 – 9)

Reflexión
San Juan Eudes, nos ayuda a descubrir a Jesús, encarnación de la misericordia de Dios. La divina misericordia es una perfección, que se fija en las miserias de la criatura para aliviar y aun para liberarla. Juan Eudes, como llevado de la mano fue tomando el camino pastoral de la divina misericordia. Al final de su vida, reflexionando sobre la obra realizada, describirá en su último libro “Misioneros de la divina misericordia” los pasos que hace dar el Dios de la misericordia a sus apóstoles. Es lo mismo que el realizó en los años que siguen como testigo de la divina misericordia. Juan Eudes, terminará recordándoles a sus hermanos que: “somos misioneros de la divina misericordia, enviados por el Padre de las misericordias para distribuir los tesoros de su misericordia a los míseros, esto es, a los pecadores y para llegarnos a ellos con espíritu de misericordia, de compasión y de bondad”

Dirigente: Vive y reina Jesús y María…
Todos: En nuestros corazones
Padre Nuestro… Ave María… Gloria… Canto
Concluimos con las invocaciones a San Juan Eudes.

“Es misericordioso el que lleva en su corazón por compasión, la miseria de los miserables” San Juan Eudes.



Oración

Dirigente: Queridos hermanos, hemos contemplado cuánto amor ha tenido Dios por nosotros. Acerquémonos, pues, a Él en su infinita misericordia con toda confianza, pidiéndole sinceramente perdón por todos nuestros pecados y renovemos la entrega total de nuestra vida a Él recurriendo a la intercesión de San Juan Eudes.

Invocaciones a San Juan Eudes

San Juan Eudes, padre fundador, (Ruega por nosotros).
San Juan Eudes, elegido de Dios,
San Juan Eudes, Modelo de vida cristiana, ruega por nosotros,
Fiel cumplidor de la voluntad divina,
San Juan Eudes, penetrado de amor a Jesucristo,
San Juan Eudes, delicado y tierno en el amor a María Virgen,
San Juan Eudes, conocedor de los divinos misterios,
San Juan Eudes, Padre, doctor y apóstol del culto de los Sagrados Corazones,
San Juan Eudes, lleno del Espíritu Santo.
Fiel obrero de la casa del Señor,
San Juan Eudes, movido de especial amor a los pecadores,
San Juan Eudes, hecho todo para todos,
San Juan Eudes, predicador apostólico.
San Juan Eudes, vehemente defensor de la fe,
San Juan Eudes, enriquecido con el carisma de la contemplación,
Honra y prez del sacerdocio,
Formador de sacerdotes,
San Juan Eudes, luz de la Iglesia.
San Juan Eudes, adornado con el don de sabiduría,
Prudente guía de los creyentes,
San Juan Eudes, amante de la perfección evangélica,
San Juan Eudes, fundador de seminarios,
Fundador de la Congregación de Jesús y de María,
Fundador de las Hijas de Nuestra Señora de la Caridad,
Fundador de la Sociedad del Corazón Admirable.
Como Cristo, humilde de corazón,
San Juan Eudes, deseoso de ser coronado con el martirio,
Insomne apoyo de los pobres,
Auxilio y consuelo de los enfermos,
San Juan Eudes, Guía y protector nuestro.



OREMOS

Dios y Padre nuestro, que para acompañar a muchos por los caminos de la salvación, te dignaste escoger a san Juan Eudes, concédenos ser partícipes de su celo por tu gloria, y de su ardor en pregonar las bondades de los corazones de Jesús y de María, para que luego de imitar estos divinos modelos en la tierra encontremos en ellos refugio y esperanza en la hora de nuestra muerte. Amén.

Saludo de san Juan Eudes al
Corazón de Jesús y de María

Te saludamos, Corazón santo,
Te saludamos, Corazón manso,
Te saludamos, Corazón humilde,
Te saludamos, Corazón puro,
Te saludamos, Corazón sacerdotal,
Te saludamos, Corazón sabio,
Te saludamos, Corazón paciente,
Te saludamos, Corazón obediente,
Te saludamos, Corazón atento a la voluntad del Padre,
Te saludamos, Corazón fiel,
Te saludamos, Corazón fuente de felicidad,
Te saludamos, Corazón misericordioso,
Te saludamos, Corazón amante,
Te adoramos,
Te alabamos,
Te glorificamos,
Te damos gracias,
Te amamos,
Con todo nuestro corazón,
Con toda nuestra alma,
Con todas nuestras fuerzas,
Te ofrecemos nuestro corazón,
Te lo damos,
Te lo consagramos,
Te lo ofrecemos,
Recíbelo y poséelo totalmente,
Purifícalo,
Ilumínalo,
Santifícalo,
Y vive y reina en él, ahora y por siempre jamás.
AMEN.














































 
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