novenas - NOVENAS GRUPO 19
 

Busca primero el reino de Dios
Proyecto de Dios para ti
INDICE DE NOVENAS
LOS NUNCA MAS
DEDICATORIA
SIEMPRE CONFESARE QUE DIOS ES MI PADRE
MANUAL DE ORACION: COMO ORAR
SIGNIFICADO DE NOVENA
SiGNIFICADO DE NOVENA 2
LA MEDALLA MILAGROSA
NOVENAS GRUPO 1
NOVENAS GRUPO 2
NOVENAS GRUPO 3
NOVENAS GRUPO 4
NOVENAS GRUPO 5
NOVENAS GRUPO 6
NOVENAS GRUPO 7
NOVENAS GRUPO 8
NOVENAS GRUPO 9
NOVENAS GRUPO 10
NOVENAS GRUPO 11
NOVENAS GRUPO 12
NOVENA GRUPO 13
NOVENAS GRUPOS 14
NOVENAS GRUPO 15
NOVENAS GRUPO 16
NOVENAS GRUPO 17
NOVENAS GRUPO 18
NOVENAS GRUPO 19
NOVENAS GRUPO 20
NOVENAS GRUPO 21
NOVENAS GRUPO 22
NOVENAS GRUPO 23
NOVENAS GRUPO 24
NOVENAS GRUPO 25
NOVENAS GRUPO 26
NOVENAS GRUPO 27
NOVENAS GRUPO 28
NOVENAS GRUPO 29
NOVENAS GRUPO 30
NOVENAS GRUPO 31
NOVENAS GRUPO 32
NOVENAS GRUPO 33
NOVENAS GRUPO 34
NOVENAS GRUPO 35
NOVENAS GRUPO 36
NOVENAS GRUPO 37
NOVENAS GRUPO 38
NOVENAS TRUPO 39
NOVENAS GRUPO 40
NOVENAS GRUPO 41
NOVENAS GRUPO 42
NOVENAS GRUPO 43
NOVENAS GRUPOS 44
NOVENAS GRUPO 45
NOVENAS GRUPOS 46
NOVENAS GRUPOS 47
NOVENAS GRUPOS 48
NOVENAS GRUPO 49
NOVENAS GRUPO 50
NOVENAS GRUPO 51
NOVENAS GRUPO 52
CONCLUSIONES

NOVENA A LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Rezar la oración del día que corresponda:
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.
V. No te acuerdes, Señor, de mis pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
V. Dales, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Padrenuestro.
IV. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas.
V. Descansen en paz.
R. Amén.
V. Señor, oye mi oración.
R. Y llegue a ti mi clamor.
Oremos. Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que mandes que tus santos ángeles las tomen y las lleven a la patria del paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
III. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellos la luz perpetua.
V. Descansen en paz.
R. Amén.
DÍA PRIMERO
Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.
Señor mío Jesucristo, que quieres que tengamos suma delicadeza de conciencia y santidad perfecta: te rogamos nos la concedas a nosotros; y a los que por no haberla tenido se están purificando en el purgatorio, te dignes aplicar nuestros sufragios y llevarlos pronto de aquellas penas al cielo. Te lo pedimos por la intercesión de tu Madre purísima y de San José.
Terminar con la oración final y el responso.
DÍA SEGUNDO
Por la señal, etc.

Señor mío Jesucristo, etc.
Señor mío Jesucristo, que eres cabeza de todos tus fieles cristianos que en ti nos unimos como miembros de un mismo cuerpo que es la Iglesia: te suplicamos nos unas más y más contigo y que nuestras oraciones y sufragios de buenas obras aprovechen a las ánimas de nuestros hermanos del purgatorio, para que lleguen pronto a unirse a sus hermanos del cielo.
Terminar con la oración final y el responso.
DÍA TERCERO
Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
Señor mío Jesucristo, que a los que pecan castigas con justicia en esta vida o en la otra: concédenos la gracia de nunca pecar y ten misericordia de los que, habiendo pecado, no pudieron, por falta de tiempo, o no quisieron, por falta de voluntad y por amor del regalo, satisfacer en esta vida y están padeciendo ahora sus penas en el purgatorio; y a ellos y a todos llévalos pronto a su descanso.
Terminar con la oración final y el responso.
DÍA CUARTO
Por la señal, etc
Señor mío Jesucristo, etc.
Señor mío Jesucristo, que exiges la penitencia aun de los pecados veniales en este mundo o en el otro: danos temor santo de los pecados veniales y en misericordia de los que, por haberlos cometido, están ahora purificándose en el purgatorio y líbralos a ellos y a todos los pecadores de sus penas, llevándoles a la gloria eterna.
Terminar con la oración final y el responso.
DÍA QUINTO
Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
Señor mío Jesucristo, que a los regalados en esta vida, que no pagaron por su culpa o no tuvieron bastante caridad con el pobre, castigas en la otra con la penitencia que aquí no hicieron: concédenos las virtudes de la mortificación y de la caridad y acepta misericordioso nuestra caridad y sufragios, para que por ellos lleguen pronto a su descanso eterno.
Terminar con la oración final y el responso.
DÍA SEXTO
Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
Señor mío Jesucristo, que quisiste que honrásemos a nuestros padres y parientes y distinguiésemos a nuestros amigos: te rogamos por todas las ánimas del purgatorio, pero especialmente por los padres, parientes y amigos de cuantos hacemos está novena, para que logren el descanso eterno.
Terminar con la oración final y el responso.
DÍA SÉPTIMO
Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
Señor mío Jesucristo, que a los que no se preparan a tiempo para la muerte, recibiendo bien los últimos sacramentos y purificándose de los residuos de la mala vida pasada, los purificas en el purgatorio con terribles tormentos: te suplicamos, Señor, por los que murieron sin prepararse y por todos los demás, rogándote que les concedas a todos ellos la gloria y a nosotros recibir bien los últimos sacramentos.
Terminar con la oración final y el responso.
DÍA OCTAVO
Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
Señor mío Jesucristo, que a los que vivieron en este mundo demasiado aficionados a los bienes terrenales y olvidados de la gloria, los retienes apartados del premio, para que se purifiquen de su negligencia en desearlo: calma, Señor misericordioso, sus ansias y colma sus deseos, para que gocen pronto de tu presencia, y a nosotros concédenos amar de tal manera los bienes celestiales, que no deseemos desordenadamente los
terrenos.
Terminar con la oración final y el responso.
DÍA NOVENO
Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
Señor mío Jesucristo, cuyos méritos son infinitos y cuya bondad es inmensa: mira propicio a tus hijos que gimen en el purgatorio anhelando la hora de ver tu faz, de recibir tu abrazo, de descansar a tu lado y; mirándolos, compadécete de sus penas y perdona lo que les falta para pagar por sus culpas. Nosotros te ofrecemos nuestras obras y sufragios, los de tus Santos y Santas; los de tu Madre y tus méritos; haz que pronto salgan de su cárcel y reciban de tus manos su libertad y la gloria eterna.
Terminar con la oración final y el responso.
Se repite cinco veces para formar un Rosario de cinco dieces.
Oración inicial:
Abrid, Señor, nuestros labios; alentad nuestros corazones y limpiadlos de vanos, impuros e impertinentes pensamientos; ilustrad nuestro entendimiento, inflamad nuestra voluntad, para que, con todo nuestro corazón, meditemos los pasos de vuestra Sagrada Pasión y muerte, con los acerbísimos dolores de vuestra Madre Santísima, y merezcamos sor oídos ante el acatamiento de vuestra Divina Majestad, que vivís y reináis en todos los siglos. Amén.

1. Jesús mío, por aquel sudor copioso de sangre que sudaste en el huerto, ten misericordia de las almas del Purgatorio (o del alma de N.)


Instrumentos de la Pasión de N. S. Jesucristo



1. Jesús mío, por tu santísimo rostro lleno de sangre, que dejaste impreso en el velo de la Verónica, ten misericordia de las almas del Purgatorio... 2. Jesús mío, por la bofetada que recibió tu rostro venerable, ten misericordia de las almas del Purgatorio... 7. Jesús mío, por la vestidura sangrienta que con violencia te desnudaron los sayones, ten misericordia de las almas del Purgatorio... 3. Jesús mío, por los crueles azotes que sufriste, ten misericordia de las almas del Purgatorio... 8. Jesús mío, por tu santísimo Cuerpo clavado en la cruz, ten misericordia de las almas del Purgatorio... 4. Jesús mío, por la corona de agudas espinas que traspasaron tu santísima cabeza, ten misericordia de las almas del Purgatorio... 9. Jesús mío, por tus santísimos pies y manos clavados con duros clavos, ten misericordia de las almas del Purgatorio... 5. Jesús mío, por los pasos que diste en la calle de la Amargura con la cruz a cuestas, ten misericordia de las almas del Purgatorio… 10. Jesús mío, por tu costado abierto al borde de una lanzada, de donde manó sangre y agua, ten misericordia de las almas del Purgatorio (o del alma de N.)


En lugar del Padrenuestro se dirá la siguiente oración:
Piadosísimo Jesús mío, mira con benignos ojos las almas de los fieles difuntos por las cuales has muerto y recibido tormento de cruz. Amén.

NOVENA A LOS SANTOS ANGELES

Introducción
Los Ángeles son compañeros de camino, protectores e intercesores.
A ellos recurrimos en caso de peligro, en momentos de angustia y desolación, cuando nos sentimos tristes por problemas económicos, familiares, y de salud. Ellos nos brindan gran ayuda y por estar tan cerca de Dios nos transmiten la paz y la serenidad que Él ofrece a todos sus hijos e hijas.
Antes de iniciar la novena, renovamos nuestra confianza en Dios, la certeza de que Él nos escucha y que a través de sus Santos Ángeles nos mostrará su querer. Nos disponemos a acoger su voluntad, y si él lo considera oportuno nos dará lo que con esta novena queremos pedirle. Hacemos un momento de silencio, presentándole a Dios por intercesión de sus Ángeles nuestras necesidades.
Oración Inicial (para todos los días)
Ángel Santo, amado por Dios, que por divina disposición, me has tomado bajo tu protección desde el primer instante de mi vida, jamás has dejado de defenderme, de iluminarme y de guiarme.
Te venero y te amo como protector, me coloco bajo tu protección y confío profundamente en tu compañía.
Te pido, por el amor de Jesucristo que escuches mis súplicas y las lleves con amor ante Dios, condúceme por el camino seguro cuando mis pasos se desvíen, enséñame, cuando necesite orientación, levántame, cuando mis pies tropiecen, consuélame en la aflicción, protégeme cuando esté en peligro y lleva la súplica que te presento hoy, ante Dios, nuestro Padre y protector. Amén.
Oración final (para todos los días)
Padre Bueno y misericordioso, tú que en muchas ocasiones te vales de los Santos Ángeles para darnos a conocer tu voluntad, te pedimos confiados su permanente compañía y protección, a la vez que te rogamos, nos ayudes a descubrir lo que Tú, Padre bueno, deseas para nosotros.
Santos Ángeles, intercedan por nosotros y ayúdennos a acoger en nuestro corazón la voluntad de Dios. Amén.
Primer Día
Oración Inicial
Lectura de : Mt 2, 19-20
Después de la muerte de Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, en Egipto. Le dijo: "Levántate y regresa con el niño y su madre a la tierra de Israel, porque ya han muerto los que querían matar al niño". José, pues, se levantó, tomó al niño y a su madre, y se vino a la tierra de Israel.
Breve momento de reflexión personal
Oremos:
Santos Ángeles, acudimos a ustedes para pedir por su intercesión, la poderosa ayuda de Dios en este momento particular de nuestra vida; y hoy, de una manera muy especial queremos pedirles por (se pide la gracia).
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración final
Segundo Día
Oración Inicial
Lectura de Lc 1,10,15
Mientras el pueblo permanecía fuera, en oración, se le apareció el Ángel del Señor. El Ángel estaba de pie a la derecha del altar del incienso. Zacarías, al verlo, se turbó y tuvo miedo. El Ángel le dijo entonces: "No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido escuchada, y tu esposa Isabel te dará un hijo al que llamarás Juan. Grande será tu felicidad, y muchos se alegrarán con su nacimiento, porque tu hijo ha de ser grande ante el Señor. No beberá vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre.
Breve momento de reflexión personal
Oremos:
Ángel de Dios, hoy vengo ante ti para darte gracias por tu poderosa intercesión, por comunicarme los designios de Dios y por dejar en mi corazón serenidad, paz y valentía para continuar caminando en la vida. Amén
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración final
Tercer Día
Oración Inicial
Lectura Lc 1, 30-33.38
Pero el Ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. Vas a quedar embarazada y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Lo ensalzarán y con razón lo llamarán: Hijo del Altísimo, Dios le dará el trono de David, su antepasado. Gobernará por siempre el pueblo de Jacob y su reino no terminará jamás".
Dijo María: ,yo soy la esclava del Señor; que se haga en mí lo que has dicho". Después de estas palabras el Ángel se retiró
Breve momento de reflexión personal
Oremos:
Santos Ángeles, gracias por comunicarnos que la presencia de Dios se manifiesta en la cotidianidad de nuestra vida. Les pedimos que intercedan ante Él para que aún en los acontecimientos que nos parecen absurdos, tristes y dolorosos sepamos ver el amor de Dios y lo que de allí sirve para dar un nuevo sentido a nuestro caminar en la vida. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración final
Cuarto Día
Oración Inicial
Lectura de Lc 2, 9-11
El Ángel del Señor se les apareció, y los rodeó de claridad la gloria del Señor, y todo esto les produjo un miedo enorme. Pero el Ángel les dijo: "No teman, porque yo vengo a comunicarles una buena nueva que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy nació para ustedes en la ciudad de David un Salvador que es Cristo Señor.
Breve momento de reflexión personal
Oremos:
Santos Ángeles de Dios, sentimos que cada día necesitamos renovar nuestra fe y nuestra esperanza; que la alegría del nacimiento de Jesús nos comunique optimismo y nos aliente en la búsqueda de caminos nuevos que conduzcan a la paz. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración final
Quinto Día
Oración Inicial
Lectura de: Lc 22, 41-44
Después se alejó de ellos como a la distancia a la que uno tira una piedra, y doblando las rodillas, oraba diciendo: "Padre, si quieres, aparta de mí esta prueba. Sin embargo, que no se haga mi voluntad sino la tuya".
Entonces se le apareció un Ángel del cielo que venía a animarlo, y empezó a luchar contra la muerte. Oraba con más insistencia y su sudor se convirtió en grandes gotas de sangre, que caían hasta el suelo. Palabra de Dios.
Breve momento de reflexión personal
Oremos:
Santos Ángeles, gracias porque en los momentos más difíciles de la vida ustedes han sido una luz en el camino, nos han comunicado esperanza y han iluminado en la fe nuestro sufrimiento. Les pedimos que nos comuniquen la esperanza y que las dificultades no nos dejen apagar la presencia de Dios en nuestra vida. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración final
Sexto Día
Oración Inicial
Lectura de: Mt 28, 1-6
Pasado el sábado, al despertar el alba del primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a visitar el sepulcro. De repente se produjo un gran temblor: el Ángel del Señor bajó del cielo y, llegando al sepulcro, hizo rodar la piedra que lo tapaba y se sentó encima. Su aspecto era como el relámpago y sus ropas blancas como la nieve. Al verlo los guardias temblaron de miedo y quedaron como muertos. El Ángel dijo a las mujeres: "Ustedes, no teman, porque yo sé que buscan a Jesús crucificado. No está aquí. Ha resucitado tal como lo había anunciado.
Breve momento de reflexión personal
Oremos:
Santos Ángeles, les pedimos por todas las personas que sufren por causa de la violencia, las víctimas y sus familias, las personas que se olvidan que todos somos hermanos y causan sufrimiento y dolor; intercedan por todos para que la solidaridad y la confianza en Dios se hagan presentes en nuestras vidas. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración final
Séptimo Día
Oración Inicial
Lectura de: Hch 12, 6-8
La noche anterior al día en que Herodes se proponía presentarlo al pueblo, Pedro dormía entre dos soldados, atado con dos cadenas; otros guardias vigilaban ante la puerta de la cárcel. De repente, se presentó el Ángel del Señor y la celda se llenó de luz. El Ángel tocó a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo: "Levántate, rápido", y las cadenas cayeron de sus manos. Entonces el Ángel le ordenó: 'Asegúrate bien el cinturón y colócate las sandalias". Así lo hizo. Y el Ángel agregó: "Ponte tu manto y sígueme".
Breve momento de reflexión personal
Oremos:
Santos Ángeles de Dios, gracias porque sus palabras nos motivan a encontrar en Dios una razón nueva para vivir, un deseo profundo de liberación. Les pedimos que nos ayuden a ser fuertes cuando necesitamos transformar nuestras cárceles interiores en lugares de encuentro y de paz. Amén.

Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración final
Octavo Día
Oración Inicial
Lectura de: Hch 27, 21-24
Como hacía días que no comíamos, Pablo se puso en medio y les dijo: "Amigos, hubiera sido mejor seguir mi consejo cuando les dije que no saliéramos de Creta; nos habríamos evitado este peligro y esta pérdida. Pero ahora los invito a que recobren ánimo, porque ninguno de ustedes morirá, solamente se perderá el barco. Pues anoche se me apareció un Ángel de Dios a quien pertenezco y a quien sirvo que me dijo: "Pablo, no tengas miedo, tienes que presentarte ante el César y Dios te concede la vida de todos los que navegan contigo".
Breve momento de reflexión personal
Oremos:
Santos Ángeles de Dios, les pedimos que nos ayuden a crear en nuestra sociedad la cultura de la vida, que infundan en nuestros corazones los valores del respeto, la solidaridad y la tolerancia para que la vida sea un signo más del amor de Dios a la humanidad. Amén
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración final
Noveno Día
Oración Inicial
Lectura de:(Hch 1, 9-11
Entonces en presencia de ellos, Jesús fue levantado y una nube lo ocultó. Mientras miraban fijamente al cielo hacia donde iba Jesús, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: "Hombres de Galilea ¿Qué hacen ahí mirando al cielo? Este que ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá como lo han visto subir al cielo".
Breve momento de reflexión personal
Oración:
Santos Ángeles de Dios, al concluir esta novena queremos agradecerles, su presencia permanente en nuestra vida, su compañía que nos inspira a obrar el bien y que nos conduce a Dios. Que por la intercesión de ustedes, el Señor nos obtenga las gracias necesarias para vivir mejor nuestra fe y lo que confiadamente les hemos pedido. Amén.
Se reza un Padrenuestro, Ave María y Gloria.
Oración final


NOVENA A LOS CORAZONES UNIDOS
“He venido a ti pidiendo la devoción en el mundo a Nuestros Corazones Unidos. Empieza una novena de cinco días recitando esta Corona de los Corazones Unidos que está llena de gracias. Las respuestas vendrán. Los más grandes recursos de Mi Corazón han sido reservados para estos últimos días, en los cuales transpondré Mi Corazón sobre aquellos que se consagren a Mí. Dado que esta devoción está basada en las Escrituras, pertenece con el Rosario a la Festividad del Santo Rosario. Por favor pidan a la gente que la rece. Establezcan esta devoción en el mundo. Mi gracia los ayudará. Háganme este favor, y Mi Corazón no podrá resistirse a sus peticiones.” (Nuestra Señora, 14 de Septiembre de 1996.)

CORONA DE LOS CORAZONES UNIDOS
Son 20 cuentas; cinco meditaciones; cada meditación consta de un Padrenuestro y tres Avemarías. Al final de la meditación, encontrarás una oración para hacer tu petición.
Meditación en Honor al Sagrado Corazón de Jesús
Yo invito a Mis hijos a comprender la inmensa profundidad y perfección contenida en el Corazón de Mi Hijo Querido. Permítanse ser atraídos a este Vaso de perfecto Amor, Misericordia y Verdad.
Dejen que la Llama de Su Corazón les consuma y les lleve a la más alta unión con la Santísima Trinidad. ¡A Él todo el honor y la gloria! Jesús, otorga a Mis hijos hambre de salvación a través de la devoción a Tu Sacratísimo Corazón.

Un Padrenuestro... tres Avemarías...
Meditación en Honor al Inmaculado Corazón de María

Inmaculado Corazón de María, eres el vaso más puro de la gracia, la definición misma de la santidad y una señal del Apocalipsis. María, Tu Corazón es el Refugio del Amor Santo, una señal de contradicción en esta era de maldad. Querido Corazón de María, ha sido ordenado que la conversión y la paz del mundo sean confiadas a Ti. Sólo a través del Amor Santo se podrá ganar la batalla. Como Tú, Corazón de María, fuiste traspasado por muchas espadas, atraviesa nuestros corazones con la flecha encendida del Amor Santo. Inmaculado Corazón de María, ruega por nosotros.
Un Padrenuestro... tres Avemarías...
Meditación sobre la Pasión de Nuestro Señor
Jesús estuvo dispuesto a morir por los pecados de la humanidad. Él murió por todos y cada uno de nosotros. De Su costado, aún hoy, fluye una fuente inagotable de Amor y Misericordia. No sean renuentes, como lo fue Simón, en abrazar las cruces que les son dadas. Muchos sufren las llamas eternas del infierno porque no hubo alguien dispuesto a sufrir por ellos.
Víctima Eterna, verdaderamente presente en los sagrarios del mundo, ruega por nosotros.
Un Padrenuestro... tres Avemarías...
Meditación sobre los Dolores de María
Así como Mi Hijo sufrió por ustedes, Yo sufrí también, en Mi entendimiento, en Mi Corazón y en Mi cuerpo. Mi cruz física quedó escondida. Mis cruces emocionales e intelectuales sólo pudieron suponerse, con intensidad ardían dentro de Mí. Igualmente, su sufrimiento debe permanecer oculto, siempre que sea posible, para ganar méritos para las almas y gracias para el mundo.
Un Padrenuestro... tres Avemarías...
En Expiación a los Corazones de Jesús y de María
Yo los invito a comprender que su “sí” en el momento presente al Amor Santo es expiación para Nuestros Corazones Unidos. Les digo esto, pequeños, porque vivir en Amor Santo en cada momento, requiere una autodisciplina heroica y un rendirse a la Divina Voluntad de Dios a través del Amor Santo. Se pueden sacrificar muchas y grandes cosas: las posesiones, los acontecimientos y más, pero ninguna tan grande como la voluntad propia. Ésta es la mayor expiación.
Un Padrenuestro... tres Avemarías...
ORACIÓN A LOS CORAZONES UNIDOS DE JESÚS Y MARÍA
¡Oh Corazones Unidos de Jesús y María!, son toda gracia, toda misericordia, todo amor. Permitan que mi corazón esté unido a los Suyos para que cada necesidad mía esté presente en Sus Corazones Unidos. Sobre todo, viertan Sus gracias sobre esta necesidad en particular (mencione su necesidad). Ayúdenme a reconocer y a aceptar Su amorosa Voluntad en mi vida. Santas y Sagradas Heridas de los Corazones Unidos de Jesús y María, atiendan mi oración.

NOVENA A LOS CORAZONES UNIDOS POR LA SANTIDAD DE LOS SACERDOTES

“Hijita mía, niña de Dios, me han enviado a dictarte esta novena para todos los sacerdotes. Me la dieron por orden del Eterno Ahora para que se rece por medio de la intercesión de los Corazones Unidos para el fortalecimiento de la Iglesia desde su interior. Esta novena hará que muchos sacerdotes que están poniendo en peligro su vocación regresen al sendero de la rectitud, el sendero del Amor Santo.” (San Juan-María Vianney, 19 de Mayo del 2009.)

“La siguiente oración se debe rezar todos los días de la novena:
Oración Diaria
Benditos Corazones Unidos de la Santísima Trinidad junto con el Inmaculado Corazón de María, les suplico que me ayuden en cada una de mis debilidades e imperfecciones. Recuérdenme siempre que mi vocación es un don suyo. Ayúdenme a ser una imagen del Amor Divino para todos aquellos a los que yo sirvo. Concédanme el don de conmover incluso a las almas más endurecidas. Amén.”
Día 1
“Por la intercesión del Inmaculado Corazón de María y por el infinito poder y gracia de los Corazones Unidos, pido la gracia de desear ser santo. Fortalezcan este deseo en cada momento presente para que yo pueda inspirar una profunda santidad personal en aquellos a quienes yo sirvo. Aumenten mi amor por ustedes, queridos Corazones Unidos. Amén.”

Día 2
“Santísimos Corazones Unidos, por la intercesión del Inmaculado Corazón de María, ayúdenme a infundir el deseo por la santidad personal a quienes son confiados a mi cuidado. Denme la Santa Valentía para llenar los corazones de mi rebaño con este deseo. Ayúdenme a inspirarlos con mi propio ejemplo. Amén.”
Día 3
“Dignísimos Corazones Unidos, por la intercesión del Inmaculado Corazón de María, nunca permitan que me olvide de que, como sacerdote que soy, es mi deber proporcionar los sacramentos a mi rebaño, pues los sacramentos (especialmente la Eucaristía y la Confesión) es lo que protege y fomenta la santidad personal, y es lo que fortalece a parroquias enteras. Sabiendo esto, debo fomentar la confesión frecuente, así como la Adoración Eucarística. Nunca debo limitar su disponibilidad por ocupar egoístamente mi tiempo. Ayúdenme, queridos Corazones Unidos, a poner el bienestar espiritual de los demás antes que mi propia comodidad. Amén.”
Día 4
“Santísimos Corazones Unidos, por la intercesión del Inmaculado Corazón de María, como sacerdote que soy, asístanme para ayudar a mi rebaño a crecer en la virtud, pues las virtudes son los cimientos de la santidad personal. Ayúdenme, queridos Corazones Unidos, a educar a mi rebaño sobre la importancia del Amor Santo en el momento presente, pues toda virtud está basada en el Amor Santo. Amén.”
(El 20 de Mayo del 2009, San Juan-María Vianney dio el siguiente mensaje y oración para el quinto día de la novena:)
San Juan-María Vianney dice: “Alabado sea Jesús. Por la intercesión del Inmaculado Corazón de María y los Corazones Unidos de la Santísima Trinidad, los sacerdotes deben orar para agradar a Dios y vivir en armonía con la Voluntad de Dios. Este es el mandato del Amor Santo, de la Santa Humildad. Estas dos virtudes son compañeras; una no puede existir en el alma sin la otra. La profundidad de una depende de la profundidad de la otra. Los sacerdotes son probados en estas dos virtudes todos los días.” “Que esta sea la oración del sacerdote:”
Día 5
“Por la intercesión del Inmaculado Corazón de María,* Santísimos Corazones Unidos, no me dejen fallar en ninguna prueba de Amor Santo o Santa Humildad. Debo darme cuenta de que la prueba es la oportunidad que Dios me da para practicar cada virtud. Les pido que yo acepte las gracias que me dan para vencer en cada prueba. Les pido que pueda yo enseñar a los demás a hacer lo mismo. Amén.”
• Rezar la oración que Nuestra Señora dio a los sacerdotes el 18 de Agosto del 2007:

“Hija Mía, deseo que todos los sacerdotes reciban y recen con el corazón esta oración cada día. Esto fortalecerá vocaciones y levantará espíritus decaídos.”
“Querido Jesús, me pongo bajo la Bendición Completa de los Corazones Unidos. Con esta Bendición, deseo un entendimiento profundo de mis faltas. Con tu ayuda, no me defenderé, sino que por Tu asistencia, trabajaré para vencer cada obstáculo y debilidad que me detiene en el sendero de la santidad. Imprime en mi corazón un gran amor por las virtudes, muy especialmente por el Amor Santo y la Santa Humildad, a fin de que cada virtud pueda crecer en mí. Yo deseo ser santo y deseo la santificación viviendo en la Divina Voluntad de Dios. Amén.”
“Los sacerdotes que recen fielmente esta oración, recibirán Mi protección especial sobre sus vocaciones. Por Mi Mano, ellos serán guiados hacia el Corazón Paternal del Padre.”
Día 6
“Santísimos Corazones Unidos, por la intercesión del Inmaculado Corazón de María, el día de hoy les pido que se aparte de mi corazón cualquier deseo desordenado de ser popular con la gente. No pondré el amor al dinero por encima del pastoreo de mi rebaño. Confiaré en la Divina Provisión de Dios. Les pido valor y Santa Valentía para denunciar todo pecado, incluso los pecados que Satanás ha llevado al ámbito político, tales como el aborto, los matrimonios entre el mismo sexo, la eutanasia y la investigación con células madre embrionarias. Señor, dame una lengua recta. Amén.”
Día 7
“Dignísimos Corazones Unidos, por la intercesión del Inmaculado Corazón de María, como sacerdote que soy, ayúdenme siempre a darme cuenta del valor de la modestia y la pobreza de espíritu. Ayúdenme a nunca ponerme en primer lugar, ni mis propias necesidades ni mis propios sentimientos. Mi santidad personal depende de mis esfuerzos en poner en primer lugar a Dios y a los demás. Ayúdenme, queridos Corazones Unidos, a desprenderme de los falsos dioses de la reputación, de los beneficios materiales y del orgullo intelectual, pues todo esto son puertas que el liberalismo utiliza para destruir vocaciones. Yo les pido, Corazones Unidos, protéjanme de estas trampas. Amén.”
Día 8
“Santísimos Corazones Unidos, por la intercesión del Inmaculado Corazón de María, ayúdenme siempre a hablar y enseñar con el Espíritu de la Verdad. En esta era de concesiones, necesito su ayuda para combatir toda herejía contra la Tradición de la Fe. Ayúdenme a permanecer firme en todo lo que enseña el Catecismo, y a nunca cambiar mis creencias por complacer a los demás. Amén.”
Día 9
“Dignísimos y Amorosísimos Corazones Unidos, por la intercesión del Inmaculado Corazón de María, yo, su fiel sacerdote, suplico su ayuda para preparar a mi rebaño para el regreso triunfante de Jesús. Comprendo que la Victoria de Jesús será una Victoria del Amor Santo y Divino. Ayúdenme en cada esfuerzo por propagar estos Mensajes del Amor Santo y Divino, pues comprendo que son bíblicamente correctos y basados en la verdad. Debo animar a los demás a que vivan en Amor Santo, pues esta es la Puerta de Entrada de la Nueva Jerusalén y el sendero de la salvación. Protejan mi corazón del desaliento. Llénenme con Santa Valentía. Amén.”

NOVENA A LOS SANTOS ÁNGELES

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE OFRECIMIENTO DIARIO
Santos Ángeles del Señor oíd mis súplicas a partir de este día en que ofrezco mis pensamiento, palabras y acciones para bendición y gloria de Dios. Acercad a Dios Nuestro Señor este ofrecimiento que con alma, vida y emoción hago en este día para su adoración.
ORACION INTRODUCTORIA PARA TODOS LOS DIAS
Ángel de la paz, Ángel de la Guarda a quien soy encomendado, mi defensor, mi madre, mi vigilante centinela, gracias te doy, que me libraste de muchos daños y peligros del cuerpo y del alma. Gracias te hago que, estando durmiendo, tú me velaste y despierto me encaminaste; al oído con santas inspiraciones me avisaste; yo encenegado en los vicios mundanos, no me valía de tus consejos, y como desgraciado no me curaba. Perdóname, amigo mío, mensajero del cielo, consejero y protector, y fiel guarda mía; muro fuerte de mi alma, defensor y compañero celestial, en mis desobediencias, vilezas, desvergüenzas y mis muchas descortesías que hoy cometí en tu presencia, tú siempre me ayudaste y guardaste: ayúdame y guárdame siempre de noche y de día. Amén.
Día Primero: Oración a San Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel defiéndenos en la lucha, sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Que Dios humille su soberbia y tú Príncipe de la Milicia Celestial arroja al infierno a Satanás y demás espíritus inmundos que vagan por el mundo para perdición de las almas. Amén.
Día Segundo: Oración a San Gabriel Arcángel ¡Oh! Dios, que entre todos los ángeles elegiste al Arcángel Gabriel para anunciar el misterio de tu Encarnación; concédenos benignamente que los que celebramos su festividad en la tierra, experimentemos su patrocinio en el cielo. Amén.
Día Tercero: Oración a San Rafael Arcángel Glorioso Arcángel San Rafael medicina de Dios, que guiaste a Tobías en su viaje para cobrar la deuda de Gabelo le preparaste un feliz matrimonio y devolviste la vista a su anciano padre, guíanos en el camino de la salvación, ayúdanos en las necesidades haz felices nuestros hogares y danos la visión de Dios en el Cielo. Amen.
Día Cuarto: Oración a San Uriel Arcángel
Oh! Dios que con inefable providencia te dignas enviar a tus santos Ángeles
para nuestra guarda, accede a nuestros ruegos y haz que seamos siempre defendidos por su protección. Señor, que nos confías a tus Ángeles para que nos guarden en todos nuestros caminos, concede propicio que por intercesión de tu glorioso Arcángel San Uriel nos veamos libres de los peligros presentes y asegurados contra toda adversidad.
Glorioso Arcángel San Uriel, poderoso en fortaleza imploro tu continua custodia para alcanzar la victoria sobre todo mal espiritual o temporal. Protector mío, concédeme la gracia que te solicito (se pide la gracia deseada) si es conveniente para el bien de mi alma, acompáñame y guía todos mis pasos hasta alcanzar la vida eterna. Amén.
Día Quinto: Oración al Arcángel Chamuel

Arcángel Chamuel te amo y te bendigo pues por tu incansable trabajo de derramar amor, comprensión y unión a los hijos de Dios, cubres con tu luz las faltas que en el mundo se suceden. Ruega a Dios Nuestro Señor por el bien de mi alma y mis seres queridos sé nuestra protección ante los peligros y tentaciones haciéndonos comprender la verdad y la belleza que es propia de Nuestro Señor. Amén.
Día Sexto: Oración al Arcángel Jofiel
¡Oh! Sabio, radiante, y esplendente, Arcángel Jofiel, nuestras mentes y corazones están ávidos de penetrar en los laberintos insondables, misteriosos de la sublime ciencia del conocimiento de la divinidad, de la potestad, del Espíritu del Señor Dios que nos creó, que nos guía y nos ama desde el principio hasta el fin. Tu, Arcángel Jofiel, ilumina nuestra senda con la luz de la eterna sabiduría, líbranos de la amenaza de la duda y la incomprensión, nutre nuestro espíritu con la cuota indispensable de sabiduría que nos conduzca seguros al edén prometido a los justos. Amen.
Día Séptimo: Oración al Arcángel Zadkiel
¡Oh! Señor, acudimos confiados a Tu Divina potestad para que en merito a Tu infinita muestra de amor de Padre y Protector dispongas que el Arcángel Zadkiel proteja como, ayer, hoy y siempre a la indefensa humanidad, especialmente a los niños. Que el espíritu maligno sea definitivamente aniquilado y que el amor reine entre nosotros así como Tu amor se nos manifiesta pleno e inagotable. Amen.
Día Octavo: Oración al Ángel de la Guarda
Santo Ángel, mi guía celestial, a quien tantas veces he entristecido con mis pecados. No me abandones. Te lo ruego. En medio de los peligros, no me retires tu apoyo. No me pierdas de vista ni un solo instante, sino que tus amables inspiraciones dirijan y fortifiquen mi alma, reanimen mi corazón desfallecido y casi apagado, porque está sin amor: comunícale alguna chispa de las llamas suaves y puras que te abrasan, a fin de que cuando llegue el término de esta vida pueda en tu compañía y la de todos los Ángeles obtener la vida eterna y ver sin cesar a Dios, amarlo, alabarlo y bendecirlo. Amen.
Día Noveno: Oración a todos los Coros angélicos
Dulces ángeles del Señor, que de su visión eterna gozosos están vuestros ojos les ruego participar en mi vida como activa presencia en mi camino. Denme una señal de vuestra compañía y haced que yo aprenda el camino del amor, la verdad y el perdón como buen hijo de Dios. Aceptad mi ofrenda que es dada con el corazón, Alcanzadle a Nuestro Padre Eterno mi pedido (....mencionar el pedido...) Gracias por acudir en este momento, por asistirme en todo tiempo para cruzar los caminos desconocidos por el que deba andar y que de todo peligro para mi alma sabrán cuidar. Amén.
ORACION CONCLUSIVA PARA TODOS LOS DIAS
Ángel de la guarda, dulce compañía sé mi amparo tanto de noche como de día.
Pues ante tanta confusión yo me perdería. Tómame la mano y guía mis pasos en la vida. Traspásame con tu luz y con tu sabiduría.
Corrígeme con tu dulzura y alienta mi camino con fe, esperanza y amor.
Haz que donde yo vaya lleve siempre una chispa del amor de Dios.
Ángel de la Guarda, dulce compañía no me desampares ni de noche ni de día
hasta que descanse en los brazos de Jesús, José y María.

Padre Nuestro, Ave Maria, Gloria.
NOVENA A MARIA AUXILIADORA
Dia Primero
Oh, María, poderoso Auxilio de los Cristianos que confiados de tu misericordia, acuden a tu trono lleno de confianza! Oye los ruegos de tus hijos que suplicantes imploramos tu poderoso patrocinio, para poder huir del pecado y de las ocasiones de pecar.
Tres Avemarías y Gloria.
ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DiAS
Invocación:
¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia...
Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla...
Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.
¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso.
Amén.
Oración de San Bernardo:

Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Tu protección, implorando Tu asistencia y reclamando Tu socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Ti también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Tu presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no deseches mis humildes súplicas, antes bien, escúchalas y dígnate atenderlas favorablemente.
Amén.
Suplica a Maria Auxiliadora.
Acordaos, Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos.
Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad...
(pídase aquí la gracia que se desea obtener).
Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad.
Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio.
Amén
Dia SEGUNDO
¡Oh, María Santísima, Madre de bondad y de misericordia! tú que siempre libraste al pueblo cristiano, con tu poderoso patrocinio, de los asaltos e insidias del enemigo, protege nuestras almas, te lo suplicamos, de las acometidas del demonio, del mundo y de la carne, para que alcancemos completa victoria sobre los enemigos de nuestra salvación.
Tres Avemarías y Gloria.
ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DiAS
Invocación:
¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia...
Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla...
Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.
¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso.
Amén.
Oración de San Bernardo:

Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Tu protección, implorando Tu asistencia y reclamando Tu socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Ti también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Tu presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no deseches mis humildes súplicas, antes bien, escúchalas y dígnate atenderlas favorablemente.
Amén.
Suplica a Maria Auxiliadora.
Acordaos, Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos.
Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad...
(pídase aquí la gracia que se desea obtener).
Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad.
Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio.
Amén
Dia TERCERO
¡Oh, poderosísima Reina del Cielo, que sola triunfaste de las herejías, que intentaron arrancar a tantos hijos del regazo de nuestra Madre la Iglesia! Ayúdanos ¡oh María! a guardar firme nuestra fe y puros nuestros corazones, en medio de tantas insidias para no contaminarnos con el veneno de tantas perversas doctrinas.
Tres Avemarías y Gloria.
ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DiAS
Invocación:
¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia...
Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla...
Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.
¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso.
Amén.
Oración de San Bernardo:
Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Tu protección, implorando Tu asistencia y reclamando Tu socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Ti también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Tu presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no deseches mis humildes súplicas, antes bien, escúchalas y dígnate atenderlas favorablemente.
Amén.
Dia CUARTO
¡Oh dulcísima Madre nuestra María, tú que eres Reina de los Mártires por los heroicos actos de valor y fortaleza que practicaste en la tierra! Dígnate infundir en nuestro corazón la fuerza necesaria para mantenernos constantes en tu servicio para que, venciendo todo respeto humano cumplamos sin rubor nuestros deberes religiosos y nos comportemos siempre como devotos hijos tuyos hasta la muerte.
Tres Avemarías y Gloria.
ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DiAS
Invocación:
¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia...
Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla...
Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.
¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso.
Amén.
Oración de San Bernardo:

Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Tu protección, implorando Tu asistencia y reclamando Tu socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Ti también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Tu presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no deseches mis humildes súplicas, antes bien, escúchalas y dígnate atenderlas favorablemente.
Amén.
Suplica a Maria Auxiliadora.
Acordaos, Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos.
Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad...
(pídase aquí la gracia que se desea obtener).
Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad.
Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio.
Amén
Dia QUINTO
Querida Madre mía, tú que en el triunfo del Papa Pío VII mostraste tu eficaz patrocinio, desplegaste tu manto protector sobre toda la Iglesia y especialmente sobre su augusto jefe el Sumo Pontífice, defiéndelo en todo momento de los ataques de los enemigos, líbralo de las aflicciones, asístelo siempre para que pueda dirigir al puerto de salvación la navecilla de San Pedro, triunfando de las oleadas embravecidas que amenazan de sumergirla.
Tres Avemarías y Gloria.
ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DiAS
Invocación:
¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia...
Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla...
Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.
¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso.
Amén.
Oración de San Bernardo:

Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Tu protección, implorando Tu asistencia y reclamando Tu socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Ti también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Tu presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no deseches mis humildes súplicas, antes bien, escúchalas y dígnate atenderlas favorablemente.
Amén.
Suplica a Maria Auxiliadora.
Acordaos, Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos.
Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad...
(pídase aquí la gracia que se desea obtener).
Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad.
Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio.
Amén
Dia SEXTO
¡Oh, María, Reina de los Apóstoles! toma bajo tu protección a los sagrados ministros y todos los fieles de la Iglesia Católica: alcánzales espíritu de unión, de perfecta obediencia al Romano Pontífice, y de celo ferviente por la salvación de las almas; especialmente te suplicamos extiendas tu amorosa asistencia sobre los misioneros, para que consigan atraer a la verdadera fe de Jesucristo a todas las almas, para formar del mundo entero un solo Rebaño bajo la guía de un solo Pastor.
Tres Avemarías y Gloria.
ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DiAS
Invocación:
¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia...
Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla...
Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.
¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso.
Amén.
Oración de San Bernardo:
Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Tu protección, implorando Tu asistencia y reclamando Tu socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Ti también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Tu presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no deseches mis humildes súplicas, antes bien, escúchalas y dígnate atenderlas favorablemente.
Amén.
Suplica a Maria Auxiliadora.
Acordaos, Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos.
Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad...
(pídase aquí la gracia que se desea obtener).
Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad.
Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio.
Amén
Dia SEPTIMO
No seas, Madre de misericordia, insensible a los dolores de la Iglesia menospreciada en su doctrina y en sus Sacramentos. No permitas sea derramada en balde la sangre preciosísima de tu divino Hijo, ilumina a los ciegos que la persiguen, fortalece a los débiles que no la defienden. Brille ¡oh María! tu poder sobre la tierra; sea glorificada y acatada la religión, observada la ley divina y eclesiástica, para que todos te alaben y alcance la humanidad los goces eternos.
Tres Avemarías y Gloria.
ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DiAS
Invocación:
¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia...
Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla...
Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.
¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso.
Amén.
Oración de San Bernardo:

Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Tu protección, implorando Tu asistencia y reclamando Tu socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Ti también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Tu presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no deseches mis humildes súplicas, antes bien, escúchalas y dígnate atenderlas favorablemente.
Amén.
Suplica a Maria Auxiliadora.
Acordaos, Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos.
Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad...
(pídase aquí la gracia que se desea obtener).
Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad.
Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio.
Amén
Dia OCTAVO
Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra amantísima, de Ti se ha dicho: todo poder se le ha dado en la tierra y en el cielo; te presentas al trono del Altísimo, no como quien pide, sino como quien manda, a Ti clamamos desde el abismo de nuestras miserias, aleja de nosotros todo mal; bajo tu protección ponemos nuestros bienes, nuestros corazones, almas, potencias, sentidos, vida y todo lo que tenemos; sé nuestro amparo y nuestra defensa durante toda la vida.
Tres Avemarías y Gloria.
ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DiAS
Invocación:
¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia...
Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla...
Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.
¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso.
Amén.

Oración de San Bernardo:

Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Tu protección, implorando Tu asistencia y reclamando Tu socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Ti también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Tu presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no deseches mis humildes súplicas, antes bien, escúchalas y dígnate atenderlas favorablemente.
Amén.
Suplica a Maria Auxiliadora.
Acordaos, Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos.
Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad...
(pídase aquí la gracia que se desea obtener).
Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad.
Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio.
Amén
Dia NOVENO
¡Oh, piadosísima Madre!, Tú que en todo tiempo te mostraste verdaderamente la Auxiliadora de los cristianos asístenos con tu poderosísimo patrocinio en vida y especialmente en el terrible trance de la muerte, y alcánzanos la perseverancia final. ¡Ah! no nos dejes un solo instante hasta que felices cantemos tus glorias y las misericordias de tu Hijo en el cielo, por los siglos de los siglos.
Tres Avemarías y Gloria.
ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DiAS

Invocación:
¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia...
Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla...
Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.
¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso.
Amén.
Oración de San Bernardo:

Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Tu protección, implorando Tu asistencia y reclamando Tu socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Ti también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Tu presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no deseches mis humildes súplicas, antes bien, escúchalas y dígnate atenderlas favorablemente.
Amén.
Suplica a Maria Auxiliadora.
Acordaos, Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos.
Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad...
(pídase aquí la gracia que se desea obtener).
Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad.
Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio.
Amén
V. Virgen Sacratísima, dígnate permitirme que te alabe.
R. Dame fortaleza contra tus enemigos.
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis