novenas - NOVENAS GRUPO 31
 

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CONCLUSIONES

NOVENA AL ESPÍRITU SANTO

 

Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.

 

ORACIONES PARA EMPEZAR TODOS LOS DÍAS

¡Dios mío! Dios de amor y de verdad. Autor de la santificación de nuestras almas, postrado humildemente ante vuestra soberana Majestad, detesto en la amargura de mi corazón todos mis pecados, como ofensas hechas a Vos, digno de ser amado sobre todas las cesas. ¡Oh bondad infinita! ¡Quién jamás os hubiera ofendido! Perdonadme, Señor, Dios de gracia y de misericordia, perdonadme mis continuas infidelidades; el no haber tenido valor para ejecutar cosa alguna buena, después que tantas veces vuestra misericordia y gracia me han solicitado, reprendido, amenazado e inspirado amorosamente. Me pesa, me arrepiento de la ingrata correspondencia e indigna ceguedad con que he resistido incesantemente a vuestros dulces y divinos llamamientos. Mas propongo firmemente con vuestro auxilio de no ser ya rebelde a Vos, de seguir en adelante vuestras tiernas inspiraciones con suma docilidad. A este fin, alumbrad, oh fuente de luz, mi entendimiento, fortaleced mi voluntad, purificad mi corazón, arreglad todos mis pensamientos, deseos y afectos, y hacedme digno de gustar los frutos bienaventurados que vuestros dones producen en las almas que os poseen. Concededme las gracias que os pido en esta Novena, si han de ser para mayor gloria vuestra, y para que yo os vea, ame y alabe sin fin en vuestra gloria. Amén.

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a nuestras almas ¡Oh Espíritu SANTO! y del cielo envía de tu luz un rayo.

Ven, padre de pobres,  ven, de dones franco,  ven, de corazones  lucido reparo.

Ven, consolador,  dulce y soberano,  huésped de las almas,  suave regalo.

En los contratiempos  descanso al trabajo,  templanza en lo ardiente consuelo en el llanto.

Santísima luz de  todo cristiano,  lo intimo del pecho,  llena de amor casto.

En el hombre nada se halla sin tu amparo,  y nada haber puede  sin Ti, puro y santo.

Con tus aguas puras  lava lo manchado,  riega lo que es seco  pon lo enfermo sano.

Al corazón duro  doblegue tu mano,  y ablande las almas  que manchó el pecado.

Vuelve al buen camino  al extraviado,  y al helado enciende  en tu fuego santo.

Concede a tus fieles  en Ti confiados  de tus altos dones sacros septenarios.

Aumento en virtudes  haz que merezcamos,  del eterno gozo  el feliz descanso.

Amén.

A continuación rezar la oración del día que corresponda:

ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS


(Excepto el último día)

 

HIMNO AL ESPÍRITU SANTO

¡Ven, oh Criador Espíritu!  Nuestras almas visitad,  los pechos, que Vos criasteis,  llene gracia celestial.

Pues sois Paráclito Espíritu,  Don del Padre celestial,  fuente viva, sacro fuego,  unción santa, espiritual.

En tus dones setiforrnes,  tu promesa paternal,  dedo eterno de Dios Padre  nuestras lenguas inflamad.

Ilustrad nuestros sentidos,  el corazón inflamad,  nuestros cuerpos, que son flacos,  con vuestra virtud armad.

Apartad los enemigos,  danos la divina paz  y siendo Vos nuestra guía  huyamos toda maldad.

Par Vos al Padre y al Hijo,  en esta vida mortal  conozcamos, y creamos  siempre tu Divinidad.

A Dios PADRE sea gloria,  al HIJO gloria inmortal  y al Espíritu PARÁCLITO por toda la Eternidad.

Amén.

ORACIÓN
¡Oh Espíritu Santo! Divinísimo consolador de mi alma, fuego, luz y celestial ardor de los corazones humanos, si es para gloria de vuestra Majestad que yo consiga lo que deseo y pido en este día, dignáos concedérmelo benignamente; y sino dirigid mi petición, dándome las gracias que ha de ser para vuestra mayor gloria y bien de la salvación de mi alma. Amén.

Ahora cada uno se recogerá interiormente y pedirá la gracia que más necesite.
Hecha la petición, se concluirá todos los días con antífona, verso, respuesta y oración siguientes:

ANTÍFONA
No os dejaré huérfanos, aleluya; voy y vengo a vosotros, aleluya; y se alegrará vuestro corazón, aleluya, aleluya.

III.   Enviad, Señor, vuestro Santo Espirito, y serán creados.

R. Y renovaréis la faz de la tierra.

ORACIÓN
Oh Dios, que habéis instruido los corazones de los fieles con la ilustración del Espíritu Santo, dadnos el sentir rectamente con este mismo Espíritu, y gozar siempre de su consolación. Por Jesucristo Señor nuestro, tu Hijo, que vive contigo y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

DÍA PRIMERO Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.

¡Oh Espíritu Santo! Fuente viva de divinas aguas que, en la creación del mundo, santificasteis las inmensas que rodeaban el mundo y las aguas del Jordán en el bautismo de Jesucristo, Señor nuestro; yo os suplico que seáis en mi espíritu, tan árido y seco, la Sagrada fuente de aguas vivas, que jamás se agote y salte hasta la vida eterna; y la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

 

DÍA SEGUNDO Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.

¡Oh Espíritu Santo! Que haciendo sombra con vuestra virtud altísima a la purísima Virgen María, y llenándola al mismo tiempo de gracia, obrasteis de un modo inefable y omnipotente la obra infinita de la Encarnación del Verbo eterno, en el seno virginal de vuestra celestial Esposa: haced sombra a mi alma y concededme la gracia necesaria para que yo sea digno de recibir al mismo Verbo divino hecho hombre y sacramentado por mi amor, y también la especial que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra, y bien de mi alma. Amén.

Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

DÍA TERCERO  Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.

¡Oh Espíritu Santo! Celestial paloma que, abriendo de par en par los cielos, bajasteis sobre Jesús ya bautizado en el Jordán, simbolizando: que desde cl momento en que tomó la naturaleza humana, habitaba en él la plenitud de la Divinidad; bajad sobre la mía pobre y miserable y llenadla del don de sabiduría de consejo, de entendimiento y fortaleza, de ciencia, piedad y temor de Dios; y dadme la gracia que pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

DÍA CUARTO Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.

¡Oh Espíritu Santo! Nube lúcida que haciendo en el Tabor sombra a Jesús transfigurado y glorioso, ilustrasteis aquel Santo monte, y amparasteis en su excesivo temor a los Apóstoles, comunicándoles después de la Ascensión de su Divino Maestro mucha luz, fervor y gracia; ilustrad, proteged y fecundad mi alma para que yo sea digno discípulo de Jesús, y dadme la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

 

DÍA QUINTO Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.

¡Oh Espíritu Santo! Suave viento que llenó el Cenáculo y dio fuerza y valor a los corazones de cuantos os esperaban, orando fervorosamente unidos con una alma y un corazón: ocupad ¡oh Espíritu de vida y amor! toda la casa de mi pequeño espíritu, mí memoria, entendimiento y voluntad: y dadme la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

DÍA SEXTO  Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.

Oh Espíritu Santo! Luz clarísima que ilustró el entendimiento de los santos Apóstoles, comunicándoles, como Sol divino, toda la luz que necesitaban para su perfección y para la conversión del mundo: llenad ¡oh luz beatísima! todos los senos tenebrosos de mi interior, para que os conozca y dé a conocer a todo el mundo; y la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

DÍA SÉPTIMO Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.

¡Oh Espíritu Santo! Sagrado fuego que apareciendo visible sobre los Apóstoles el día de Pentecostés, inflamasteis divinamente sus corazones para que, abrasados en vuestro amor, encendiesen después a todo el mundo en las mismas sagradas llamas: encended en vuestros santísimos ardores mi corazón helado, para que, abrasado mi espíritu en ellos, encienda en vuestro divino amor a cuantos tratare; y dadme la gracia que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

DÍA OCTAVO Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.

¡Oh Espíritu Santo! Llama ardiente de caridad que con el fuego de vuestro amor inflamando el corazón de los santos Apóstoles y de todos los hombres Apostólicos, les comunicasteis el don de lenguas para la conversión del mundo; inflamad sagrado fuego de amor a mi corazón y mi lengua para que siempre hable gobernado por vuestro Espíritu, y fervoroso en la caridad, inflame a todos para que observen fielmente vuestros divinos mandamientos; y dadme la gracia que pido en esta Novena, si es para mayor gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.

Rezar tres veces el Padre nuestro y el Ave María en honor de la Santísima TRINIDAD, y terminar con la oraciones finales para todos los días.

DÍA NOVENO Comenzar con la oraciones preparatorias para todos los días.

¡Oh Espíritu Santo! Caridad esencial que, difundida en los corazones humanos, los divinizáis comunicándoles todas las divinas gracias que se incluyen en nuestros siete dones, y comprenden cuanto necesita la vida espiritual, propia de cada uno, y la que deseáis se comunique a todos los hombres: difundidlos, ¡oh Caridad santísima! en mi corazón tan pobre de vuestros siete dones, y que con ellos publique vuestras grandezas. ¡Oh Dios misericordioso! Vos, que antiguamente llenasteis en este dichoso día los pechos apostólicos de vuestra gracia, llenad los nuestros de vuestros divinos carismas, concedednos tranquilos tiempos, confirmad las gracias que os hemos pedido en esta Novena, si son para mayor gloria vuestra y bien de nuestras almas. Amén.

Después de esta oración, en lugar de la antífona, verso, respuesta y oración de todos los días, se dirán las siguientes:

ANTÍFONA PARA EL DÍA NOVENO
Hoy se completaron los días de Pentecostés, aleluya; hoy se reproducen los felices gozos, cuando el Espíritu Consolador bajó sobre sus Apóstoles, aleluya; hoy, rayando el resplandor del divino fuego, reposó el Espíritu Santo en forma de lenguas sobre ellos, aleluya; hoy les hace fecundos en palabras, les inflama de su amor y les llena de' sus innumerables carismas, aleluya, aleluya.

V. Fueron todos llenos del Espíritu Santo, aleluya.
R. Y comenzaron a hablar en varias lenguas, aleluya.

ORACIÓN
Oh Dios, que habéis instruido en este día los Corazones de los fieles con la ilustración del Espíritu Santo, dadme el sentir rectamente con este mismo Espíritu, y gozar siempre de su consolación. Por Jesucristo Señor nuestro, tu Hijo, que vive contigo y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

 

 

 

NOVENA AL GLORIOSO SAN ALEJO

 

BREVE HISTORIA DE SAN ALEJO

 

(Se celebra el 17 de Julio)

El “Hombre de Dios” de Edesa (identificado como San Alejo) era natural de Roma.

La leyenda griega, que es anterior al siglo IX dice que Alejo era hijo de un romano destacado llamado Eufemiano. La noche de su boda abandonó en secreto la casa de su padre y viajó a Edesa, en el Oriente sirio, donde, y durante años llevó una vida de piedad ascética.  Allí vivió durante el episcopado del obispo Rábula (412-435) como un pordiosero, y que pedía limosnas a la puerta de la iglesia.

 

Después de reservarse apenas lo suficiente para sus necesidades vitales, entregaba el resto de las limosnas a los pobres.

 

Al aumentar la fama de su santidad, dejó Edesa y volvió a Roma, donde, durante diecisiete años, moró como un mendigo bajo las escaleras del palacio de su padre, sin que su padre o su mujer lo supieran.

 

Tras su muerte, fijada en el año 417, se encontró un documento en su cuerpo, en el que revelaba su identidad.  En el acto fue honrado como santo y la casa de su padre se convirtió en una iglesia colocada  bajo el patronato de San Alejo.

 

Después de muerto empezó a conseguir muchos milagros a favor de los que se encomendaban a él.  En Roma le edificaron un templo y en la Iglesia de Oriente, especialmente en Siria, le tuvieron mucha devoción.

 

La enseñanza de la vida de San Alejo es que para obtener la humildad se necesitan las humillaciones. La soberbia es un pecado muy propio de las almas espirituales, y se le aleja aceptando que nos humillen. Aún las gentes que más se dedican a buenas obras tienen que luchar contra la soberbia porque si la dejan crecer les arruinará su santidad.

 

La soberbia se esconde aún entre las mejores acciones que hacemos, y si no estamos alerta esterizada nuestro apostolado. Un gran santo reprochaba un vez a un discípulo por ser muy orgulloso, y este le dijo: “Padre, yo no soy orgulloso”. El santo le respondió: “Ese es tu peor peligro, que eres orgulloso, y no te das cuenta de que eres orgulloso”.

 

La vida de San Alejo sea para nosotros una invitación a tratar de pasar por esta tierra sin buscar honores ni alabanzas vanas, y entonces se cumplirá en cada uno aquello que Cristo prometió: “El que se humilla, será enaltecido”.

 

 

ORACION

Oh gloria de la nobleza romana y verdadero amador de la pobreza e ignominia de Cristo! ¡Oh Alejo bendito! Que en la flor de tu juventud, por obedecer a la inspiración del Señor, dejaste a tu esposa y saliste como otro Abraham de la casa de tus padres, y habiendo repartido lo que llevabas con los pobres, viviste como pobre y mendigo tantos años desconocido y menospreciado entre los hombres.  Tú fuiste muy regalado y favorecido de la Virgen María nuestra Reina y señora, y huyendo de las alabanzas de los hombres, volviste por instinto de Dios a la casa de tus padres que por tu voluntad habías dejado, para darnos ejemplo de humildad, de paciencia, de sufrimiento y constancia, y para triunfar de ti y del mundo con un género de victoria tan nuevo y tan glorioso.

 

Pues, ¡oh santo bienaventurado! Rico y pobre, noble y humilde, casado y puro, llorado de tus padres, denostado de tus criados, desestimado de los hombres y honrado de los ángeles, abatido en el suelo y sublimado en el cielo, yo te suplico. Alejo dulcísimo, que por tus merecimientos y oraciones yo alcance del Señor la virtud de la perfecta castidad, de obediencia, de menosprecio de todas las cosas transitorias, y gracia para vivir como hombre peregrino de su patria, y desconocido y muerto al mundo. Amén.

 

 

Hecha la señal de la Cruz se dirá el Señor mío Jesucristo

 

 

ORACION PARA TODOS LOS DIAS

 

Dios Omnipotente. Trinidad Sacrosanta, ante vuestra soberana presencia hacemos esta novena en honor de vuestro amado siervo San Alejo; haced, Dios y Señor mío, que practiquemos este ejercicio con espíritu de verdadera devoción y así podamos alcanzar de vuestra Divina Majestad la gracia que solicitamos por intercesión del glorioso San Alejo; pero si es de vuestro beneplácito no concedernos la gracia que imploramos, nos conformaremos enteramente con vuestra Santa Voluntad. Amén.

 

DIA PRIMERO

CONSIDERACION        

Considera, alma devota, a los ilustres padres de San Alejo que debieron su hijo a las más fervientes oraciones, porque después de muchos años de matrimonio Dios no les había querido conceder ningún hijo, para que fuese el heredero de su noble nombre y de su fortuna.  El Señor oyó por fin sus oraciones y les concedió un hijo a quien dieron el nombre de Alejo.

Aquel niño vino a ser la alegría y esperanza del hogar y desde sus primeros años se advirtieron en él las más extraordinarias virtudes, dejando los juegos infantiles para extasiarse en la más ferviente contemplación.

 

ORACION

Gloriosísimo San Alejo, que desde los primeros años anduviste por la hermosa senda de la virtud, persuadido deque ella es la única que conduce a Dios; haz que yo, pobre pecador, a imitación tuya, abandonando las sendas tortuosas del pecado camine siempre por la vía de las virtudes cristianas y por esa pureza de corazón que siempre te acompañó, alcanzadme del Señor la gracia que solicito.

Se hace la petición y enseguida se rezan tres Padres Nuestros, Avemarías y Gloria Patri, en memoria de las tres horas que Nuestro Señor Jesucristo estuvo pendiente en la Cruz.

 

SEGUNDO DIA

CONSIDERACION

Considera alma devota, que siendo Alejo ya hombre, sus padres pensaron en casarlo y al efecto le buscaron para esposa una joven de noble alcurnia, modelo de virtud y de belleza.  Alejo obedeció ciegamente a sus padres pero en el mismo día de sus desposorios Dios le hablo secretamente a su corazón y le hizo comprender lo que debía hacer para agradarle.  Entonces Alejo tomando un precioso anillo y envolviéndolo en un velo rojo lo entregó a su esposa diciéndole: “guarda este anillo hasta mi regreso”.

Hecho esto salió furtivamente de su casa y después de un largo y penoso viaje, llego a la ciudad de Edesa, en Mesopotamia, donde se venera un lienzo con el rostro de Cristo.

 

 

ORACION

Oh Gloriosísimo San Alejo, que después de obedecer a  tus padres siguiendo la inspiración Divina, los abandonaste lo mismo que a tu esposa, y todo el esplendor de tu noble casa, y sufriendo mil trabajos, huiste a la ciudad de Edesa, en busca de padecimientos que anhelabas sufrir por amor a Jesucristo; concédenos, que a imitación tuya abandonemos los falsos oropeles de este mundo convencidos de que todo es vanidad de vanidades y haz que sólo busquemos aquellos que retirándonos del mundo, nos acerquen más a Dios Nuestro Divino Redentor, alcanzándonos del Señor lo que con mayor instancia te pedimos en esta novena, si es para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amén.

 

Aquí se hace la petición y lo demás como el primer día.

 

Cuando hacemos lo mejor que podemos, nunca sabemos qué milagro se produce en nuestra vida o en la de otros (Helen Keller)

 

DIA TERCERO

CONSIDERACION

Considera, alma devota, cómo nuestro santo, después de llegar a Edesa, quitándose sus vestiduras se cubrieron de harapos como el último de los mendigos y vivía de la limosna que imploraba por el amor de Dios, no tomando sino aquello muy necesario para no morir de hambre y el resto lo repartían entre los ancianos pobres.  Su habitación durante 17 años que estuvo en Edesa, fue el portal de una iglesia consagrada a la Virgen Maria, de quien fue muy devoto el santo.

 

Al amor lo pintan, ciego y con alas, ciego para no ver los obstáculos; con alas, para poder salvarlos (Richard Bach)

 

ORACION

Oh Gloriosísimo y humilde San Alejo protector mío; que sabiendo que en este mundo no hay mayor dicha que padecer por Jesús, tomando el traje del más miserable mendigo, vivías de la caridad publica, siendo tan grande la tuya, que las pequeñas limosnas que recibías, las repartías con los pobres ancianos, y llevando tu austeridad hasta vivir muchos años en el portal de un templo consagrado a Nuestra Señora.

 

Haz, Santo glorioso, que a imitación tuya, reine en nuestro corazón la caridad, para hacer el bien a nuestro prójimo, que seamos devotos de Maria Inmaculada a quien tanto amaste, que buscaste por morada el desabrigado portal de un templo suyo; allí por amor a tan buena Madre sufriste por espacio de 17 años todos los rigores de la intemperie; alcánzanos de tan benigna Señora la gracia de su Divino Hijo y provecho de nuestras almas. Amén.

 

Aquí se hace la petición y lo demás como el primer día.

DIA CUARTO

CONSIDERACION

Considera, alma devota, que la virtud por más que se oculte es tan bella que siempre despide rayos de hermosa luz, y he aquí que el sacristán de aquel templo, que era un hombre temeroso de Dios, tuvo revelación del cielo, en la cual se le hizo saber que el mendigo del portal era un gran Santo.

Pronto divulgase por la cuidad aquella revelación, y las gentes acudían al sitio donde estaba nuestro Santo penitente, y él entonces, huyendo de aquello que hería su grandísima humildad, desapareció de la ciudad.

ORACION

Humildísimo San Alejo, que después de 17 años de rigurosa penitencia, habiendo el cielo revelado a la tierra tu santidad y virtud y viendo tú que las gentes iban a admirarte, sufriste una mortificación tan espantosa, que te obligó a huir de la ciudad precipitadamente; concédenos humildísimo San Alejo, que a imitación tuya humanos de los honores mundanales que siempre nos arrastran a pecados de soberbia.

Haz que jamás prestemos oídos a los silbidos engañosos de la serpiente infernal y que al oírlos corramos a refugiarnos en el Sagrado Corazón de Jesús, seguro asilo de nuestras almas; alcánzanos de ese corazón manso y humilde la gracia que solicitamos en esta novena.

AQUÍ SE HACE LA PETICION Y LO DEMÁS COMO EL PRIMER DIA.

DIA QUINTO

CONCIDERACION

Considera, alma devota, que habiéndose embarcado nuestro Santo, una violenta tempestad hizo arribar la nave a las costas de Italia, su amada patria y por esta causa viendo en ello una disposición de Dios, se dirigió a Roma.  Al entrar a la ciudad eterna aquel pobre mendigo cubierto de harapos, crecidos los cabellos, la barba en desorden, que más que hombre parecía un cadáver ambulante, tropezó con su amado padre, que con un lujoso séquito se dirigía a su palacio.

Entonces Alejo, sin darse a conocer se arrojó a sus pies y le clamó así: “Noble señor, sé que es tan grande tu caridad que alojas en tu propia casa hasta los mendigos, concédeme a mi este favor, y dame un rincón donde guarecerme”.

Eufemiano, que así se llamaba el padre de Alejo, movido a compasión, le dio alojamiento en su propia casa, determinándole para habitación un estrecho y oscuro cuartucho debajo de la escalera.

ORACION

Oh mortificadísimo San Alejo!, que desconocido de todos, aun de tu mismo padre buscaste asilo en tu propia casa, en donde se te dio por albergue un pobre y miserable cuartucho; haz que a imitación tuya negándome a mí mismo, tome alegre y gustoso la Cruz del Redentor para satisfacer así el deseo de su corazón, pues él dijo:”Aquel que me ame, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”, y alcánzame del Divino Nazareno la gracia que humildemente solicito en esta novena, si es para gloria de Dios y bien de mi alma.

DIA SEXTO

CONSIDERACION

Considera, alma devota, cuanto sufría nuestro Santo, estando en su propia casa, pues los criados se burlaban de él a cada momento; cuando le llevaban el alimento se lo tiraban como a un perro y aquello que sobraba lo arrojaban a la cara del Santo; y no paraba en esto su crueldad, sino que le mesaban los cabellos y le tiraban la barba; pero todo aquello lo sufría el pacientísimo Alejo con gran alegría, pues recordaba que, mucho más había sufrido el inocente Jesús por nuestros pecados en su horrorosa y cruel flagelación.

ORACION

Oh gloriosísimo Alejo!, modelo de penitencia, que en tu propia casa y de tus propios criados sufriste durante muchos años tantos vejámenes y martirios por el amor a Jesucristo; haz que a imitación tuya, mortifiquemos nuestra carne y odiemos el pecado.

AQUÍ SE HACE LA PETICION Y LO DEMAS COMO EL PRIMER DIA.

DIA SEPTIMO

CONSIDERACION

Considera, alma devota, el horrible martirio y la terrible tentación que nuestro Santo tuvo que vender ayudado de la gracia divina, para reprimirse y no declarar quien era, cuando llegaban a sus oídos las tristes voces de su desolada madre que decía, anegada en lagrimas: oh Dios mío, ¡qué será de mi querido e inolvidable Alejo?. ¡Qué hará? ¡Dónde estará? ¡Por qué huyó de esta casa donde llora su ausencia su  pobre madre?

Otras veces llegaban a sus oídos las tristes lamentaciones de su inconsolable esposa que decía: “Ay de mí, cuanto sufro! ¡Qué será de mi amado esposo Alejo, a quien espero hace ya tantos años? ¡Qué será de él? ¡Habrá muerto? ¡Estará sufriendo y yo no sé donde esta para prodigarle mis cuidados? ¡Porque me abandonaste, esposo mío? ¿En qué te ofendí? ¡Yo muero de dolor!.

ORACION

Oh glorioso San Alejo, que con tu admirable paciencia y entereza de ánimo sufriste por muchos años este nuevo y espantoso martirio, siendo aquellos gemidos otras tantas espadas que atravesaban tu tierno corazón, concédeme que a imitación tuya, no me deje arrastrar por los afectos del mundo y que solo aspire a los bienes eternos amando al prójimo en Dios y por Dios, y alcánzame de la Santísima Virgen de los Dolores, cuyo tierno y amante corazón fue traspasado por la espada del mas terrible dolor, LA GRACIA QUE POR TU INTERCESION SOLICITO EN ESTA NOVENA.

DIA OCTAVO

CONSIDERACION

Considera, alma devota, que en medio de tantas penas y martirios nuestro Santo se veía sostenido milagrosamente por el Pan de los fuertes, la Sagrada Eucaristía. Todos los días, aquel esqueleto con vida, recibía en su corazón a su Dios, y este Pan de los ángeles le comunicaba cada días más paciencia y fortaleza.

ORACION

Oh glorioso San Alejo, que pesar de todas las penas y martirios tenias la dicha inmensa de ir todos los domingos a recibir la Sagrada Comunión en una iglesia que allí cerca se levantaba siendo esta unión con tu Dios de tan inmensa dicha, que hacía que tus penas fueran rosas y perlas, concédeme que a imitación tuya, reciba en mi corazón con la mayor frecuencia a Jesús hasta, que desde el tabernáculo nos está llamando a cada instante, con tan amorosas voces; haz que no sea por mas tiempo ingrato con Jesús Sacramento, que hallando sus delicias entre los hijos de los hombres, quiso permanecer con ellos hasta el fin del mundo; Y ALCANSAME DE ESTE DIVINO PRISIONERO, LA GRACIA QUE EN ESTA NOVENA SOLCITO, si no ha de ser obstáculo para mi salvación.

DIA NOVENO

CONSIDERACION

Considera, alma devota, que habiendo Dios determinado sacar al bienaventurado Alejo de las penas de este mundo, para llevarlo al gozo eterno, le reveló el día de su dichosa muerte que acaeció el 17 de julio, en día que nuestra Santa Madre Iglesia celebra su fiesta.  Estando el Papa Inocencia I celebrando el Santo Sacrificio de la Misa, delante del Emperador Honorio, oyese de repente una voz que dijo: “buscad al Santo que ha muerto en casa de Eufemiano”. Apenas concluyó el Santo Sacrificio se encaminó el Papa acompañado de Honorio y gran muchedumbre a la morada de Eufemiano, y allí, en un humilde cuartucho encontraron al mendigo muerto, su rostro circundando de extraño resplandor y sosteniendo en su mano derecha una carta con caracteres de oro en que probaba que el era Alejo, el hijo de Eufemiano. Su cuerpo fue sepultado en la iglesia de San Bonifacio.

ORACION
Oh bienaventurado y glorioso San Alejo que después de 34 años de la más rigurosa penitencia, supiste por revelación del cielo el día de tu dichosa muerte, y entonces oíste aquellas dulces palabras: “Siervo bueno y fiel, ven a entrar en el gozo de tu Señor”, haz que a imitación tuya, mortifique todas mis pasiones y trate de imitar tus grandes y heroicas virtudes, para que de esa manera obtenga tu poderosa intercesión y alcánzame de la Santísima Trinidad la gracia que durante esta novena te he pedido, si es para bien de mi alma. Amén.


GOZOS

Pues eres tan poderoso

Ante el trono del Señor

Alejo Santo y piadoso

Alcánzame este favor.

 

Naciste en una cuna de oro

Entre el lujo y la opulencia,

Más buscaste otro tesoro,

Y hallándolo en la indigencia

Te sentiste más dichoso

Y rico de santo amor.

Alejo Santo y piadoso

Alcánzame este favor.

 

Por Jesús abandonas este

Padres y esposa amante,

Y así partiste al instante

Dejando cuando tu amaste

A Edesa llegaste ansioso,

De sufrir por tu Señor.

Alejo Santo y piadoso

Alcánzame este favor.

 

Allá en tan lejana tierra

Como mendigo vivías,

Y ya el corazón se aterra

Al pensar cuanto sufrías,

Más sufrías con alborozo

Por tu amable redentor.

Alejo Santo y piadoso

Alcánzame este favor.

 

Al cabo de muchos años

Y de la lisonja huyendo,

En pos de otros desengaños

A Roma vuelves, pidiendo

A tu padre bondadoso

Un albergue en tu dolor.

Alejo Santo y piadoso

Alcánzame este favor.

 

Tu padre sin conocerte,

¡tan desfigurado estabas!

Sintió compasión al verte

Y él que en su casa alojaba

Al pobre menesteroso

Te dio albergue  con amor.

Alejo Santo y piadoso

Alcánzame este favor.

 

En tu cuarto húmedo y oscuro

De tu propia casa estabas,

Durmiendo en el suelo duro,

Y ni una queja exhalabas.

Alejo Santo y piadoso

Alcánzame este favor.


 

Del banquete delicioso comías sobras sin rubor, los criados con seña limpia te insultaban con crueldad.

Alejo Santo y piadoso

Alcánzame este favor.

 

ORACION
Sálvame, Dios mío, por tu nombre! ¡Defiéndeme con tu poder! Escucha, Dios mío, mi oración; presta oído a mis palabras, pues gente arrogante y violenta se ha puesto en contra mía y quiere matarme. ¡No tienen presente a Dios! Sin embargo, Dios me ayuda; el Señor me mantiene con vida. El hará que la maldad de mis enemigos se vuelva contra ellos mismos. ¡Destrúyelos Señor, pues tú eres fiel! Yo te ofreceré sacrificios voluntarios y alabare tu nombre, porque eres bueno, porque me has librado de todas mis angustias y he visto vencidos a mis enemigos.

 

 

NOVENA AL GLORIOSO SAN ROQUE

 

NOVENA AL GLORIOSO SAN ROQUE

Abogado contra las enfermedades epidémicas y contagiosas.
Dada al público por un devoto del Santo natural de Arjonilla,
en mayo del año 1855


ADVERTENCIA

Todos saben el valimiento que este Santo tiene con Dios a favor de los que le invocan con fe contra el cólera y demás enfermedades epidémicas y contagiosas, según y conforme prometió Dios al Santo en la tabla milagrosamente hallada junto a su cadáver, y según ha sucedido en esta villa, con sus vecinos en diversas ocasiones y con otros verdaderos devotos del Bendito Santo: puede hacerse el 16 de Agosto y en toda necesidad.

Se halla venal en casa de D. Félix H. en Arjonilla.

Señor mío Jesucristo, mi Dios, mi Criador mi Redentor, mi Padre y todo mi bien: yo el mayor pecador de todos los nacidos, me acojo rendido a vuestros pies sagrados buscando el perdón de mis graves culpas: me pesa en el alma, una y mil veces me pesa, de haberos ofendido, por ser vos quien sois, tan bueno, tan santo, tan benigno, tan dulce, tan misericordioso, y por infinitos títulos tan amable: quisiera, Jesús mío, y dueño de mi alma, tener el dolor de todos los penitentes, para que junto en mi corazón, me lo partiera en minutísimas partes. Propongo, Señor, perder mi vida, mi salud y mi hacienda, antes que volver a ofenderos: espero firmemente, que como a otro reconocido pródigo me habéis de vestir la estola preciosa de vuestra divina gracia, con la que perseveraré, si vos me ayudáis hasta el fin de mi vida. Amén.

Oración para todos los días

Omnipotente Dios y Señor de los cielos, en cuyas manos está la salud y el remedio, la muerte y la vida y para que se conserven los hombres en ella, y sanen de sus enfermedades todas, no solo pusiste tantas virtudes en las yerbas y plantas, sino que a tantos y tan diversos de tus santos, constituiste especiales abogados, contra tantas y tan diversas enfermedades, como a las que vivimos sujetos los hombres; y en especial, concediste, al bienaventurado Sr. S. Roque, fuese protector contra todo género de enfermedad epidémica y contagiosa; lo cual, el mismo santo, estando para morir, tocado del contagio, os pidió y vuestra majestad le concedió, según se vio en la lámina, que milagrosamente se halló junto a su santo cadáver luego que expiró, en que decía: “Los que fueren heridos de peste, e implorasen el favor de Roque, alcanzarán salud”. Yo os suplico y humildemente os ruego, que pues tu dijiste, que primero faltarían los cielos y la tierra, que tu santísima palabra faltase, por que la diste al bendito Sr. S. Roque, y por aquella gran caridad con que asistió a los apestados de Roma, Acuapendente, Cecena y Plasencia, atendáis a los pueblos de nuestra España, para librarnos ahora y siempre de todo contagio y epidemia; no solo Señor te pido nos libres del que amenaza a los cuerpos, si que también del que mata las almas, que es la culpa, librando la mía y la de todos los católicos, del de las herejías y malas doctrinas, cuya infección debemos temer, como castigo, el de la pestilencia, y otros de su santísima justicia: lo cual Señor, te pido en esta novena, junto con la salud de nuestros católicos reyes y de la cabeza visible de la Iglesia, nuestro Pontífice N. Exaltación de nuestra santa fe católica, y a mí gracia, para hacer esta novena, con aquella disposición, que sea más agradable a vuestros santos ojos: a ti, Señor, que con el Eterno Padre y el Espíritu Santo, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Ahora se rezan cinco Padre Nuestros y Ave Marías gloriados en memoria de los cinco años que estuvo preso el Santo.

Oración para el día primero

Dios y Señor de todo lo criado, que con tu admirable providencia todo lo dispones y nada sucede en todo lo criado que no sea por tu voluntad admirable; Tú, Señor, que quisiste honrar tanto en su nacimiento, al bendito Señor S. Roque, que del vientre de su madre salió adornado con la señal de la cruz para admiración de los circunstantes, y para explicación de los altos fines de tu sabia Providencia: Yo te suplico y humildemente ruego, que pues en vuestra Cruz Santísima, estuvo pendiente la salud del género humano, y por ella resucitó el hombre y murió la misma muerte, que por la Santísima Cruz en que padeciste, y por su señal prodigiosa con que quisisteis honrar a este bendito Santo, me libréis a mí y a todos los cristianos, del temeroso castigo del contagio, para que logrando esta gracia por tu misericordia, podamos decir con nuestra Santa Madre Iglesia, que por tu santísima Cruz y por la del Sr. S. Roque, hemos sido libres y salvos, por ti, Señor, que vives y reinas, con el Eterno Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Ahora se hace a Dios la súplica de lo que cada uno quiera conseguir por la intercesión del Santo. Después los gozos y la oración final.

Oración para el día segundo

Misericordiosísimo Señor, que de tal suerte gobiernas las acciones de tus siervos, que con ellas se consigan los altos fines a que los ordenáis, tú, Señor, que al bendito Sr. S. Roque, iluminasteis, para que aun siendo de solos doce años de tal suerte macerase y castigase su cuerpo, con disciplinas, ayunos y otras penitencias, que no tuvo entrada en su alma santísima el contagio de la culpa, antes sí resplandeciese en su rostro y sus acciones, los rayos de vuestra santísima gracia: Yo te suplico y humildemente ruego que por aquellas penitencias y mortificaciones, con que preservó su alma y cuerpo, del contagio de las impurezas y peste de los vicios, preserveis mi alma de todo pecado mortal y mi cuerpo, de las pestilentes enfermedades; para que de esta suerte, pueda emplearme en tu santo servicio; hacer penitencia de mis culpas y pedir por la preservación de enfermedades epidémicas a estos pueblos y el socorro de todas las necesidades de la Santa Iglesia: a ti, Señor, que con el Eterno Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por todos los siglos. Amén.

Oración para el día tercero

Piadosísimo Señor, por cuya inspiración, todos los santos, ejecutaron las resoluciones más heróicas: Tú, Señor, que inspiraste al bendito Sr. S. Roque que muertos sus padres, quedando como quedaba, Sr. de Montpellier; y de tanta hacienda; esta la repartiese entre los pobres, y el estado lo encomendase a su tio; y que huyendo de la peste y contagio que traen consigo las riquezas y honras del mundo; vestido de peregrino pasase a servirte, como fiel siervo, dejándolo todo y cargando solo con la cruz de la mortificación: Yo te suplico; misericordiosísimo Señor, que por aquel desinterés, con que este bendito Santo, todo lo dejó, por aquel amor con que se encaminó a sus prójimos, que sepa yo apartarme, del pestífero contagio de vanidades y soberbia, que traen consigo las riquezas y honras del mundo, y que solo me aplique. A buscaros a vos, Señor, en donde se hallan los verdaderos tesoros. Y asimismo te suplico, y humildemente ruego, por los méritos de este glorioso Santo me libréis a mi y a todos estos pueblos del contagio, según se lo prometisteis a este tu querido siervo, estando para morir; tú, Señor, que con el Eterno Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por todos los siglos de los siglos. Amén.

Oración para el día cuarto

Amantísimo Señor de las almas, cuya caridad os hizo bajar del cielo a la tierra en cuerpo visible y mortal y encargarte de todas nuestras enfermedades y dolores, trabajos y penalidades, como si fueran propias vuestras. Tú, Señor, que al bendito Sr. S. Roque de tal suerte le hiciste imitar esta compasión con sus prójimos, que en el hospital de Acuapendente estando en el tiempo que allí llegó, tan apoderada de aquella provincia la peste, sirviendo a todos con tanta caridad, y a los mas, solo con hacer la señal de la cruz los sanó; yo te suplico humildemente ruego, por vuestro amor santísimo y por la caridad de este bendito siervo, que a mí, y a todos los que nos valiésemos de su protección, nos alcance la virtud de tu Santa Cruz y de la que tu Santo hacía para preservarnos del contagio de la culpa y de la epidemia que amenaza a estos pueblos, para que conozcan y vean las otras naciones del mundo lo mucho que tu Majestad santísima favorece a aquellos a quienes tu siervo ampara, y para que podamos decir que por tu Cruz santísima, cuya señal llevaba siempre en su cuerpo y por los méritos con que la supo llevar, logremos en esta vida, la preservación del contagio y epidemia para los cuerpos, y de las almas la conservación de la gracia para ir a veros y gozaros en la Gloria, donde con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Oración para el día quinto

Incomprensible Dios de las alturas, que a los que más amas, a esos les envías los regalos de las tribulaciones y trabajos, para purificarlos como el crisol: Tú, Señor, que quisiste al bendito Sr. S. Roque, no solo darle enfermedades y calenturas rigurosas, sino que con una saeta fuese traspasado un muslo, para que como blanco de vuestro amor pudiese decir, que lo era de vuestras amorosas saetas, y por este medio, le preservásteis de las saetas y contagios, de vanidades y estimación propia, en que podía caer por verse tan estimado y aplaudido. Yo te suplico, Dios y Señor mío, por aquel agudísimo dolor que sintió vuestro siervo, y siempre le quedó de aquella penetrante herida, y por todas las aflicciones que en este tiempo padeció; me concedáis a mi y a todos los pueblos de España que seamos preservados de la rigurosa saeta de la peste y del temeroso dardo del contagio, no solo Señor en los cuerpos, si que también de toda vanidad y soberbia, que es el de las almas; y que no hagamos caso de nuestra propia estimación, sino para conocer nuestra miseria, que somos polvo y ceniza, y que nos humillemos y aprendamos de este bendito Santo a ser pacientes humildes y a conformarnos con todos nuestros trabajos y ofrecerlos de todo corazón a ti, Señor, que con el Eterno Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Oración para el día sexto

Clementísimo Dios y Señor, que a nadie desamparas y aun de las hormigas y sabandijas más pequeñas cuidas, como universal proveedor de todo lo criado. Tú, Señor, que al bendito Sr. S. Roque, cuando más desamparado, enfermo y solo en un desierto, debajo de un árbol y por donde ni pasaba gente, ni había quien lo asistiese ni cuidase; tuviese la providencia de que un perro, tomando todos los días un pan de la mesa de su amo, se lo llevase, por cuyo medio se mantenía; y que la medicinal lengua del perro, fuese también alivio, para que su herida se purificase. Yo te suplico humildemente, por aquel desamparo en que se vio este bendito Santo, y por la paciencia y conformidad con que supo llevarle; me concedáis y a cuantos esta novena hicieren la verdadera misericordia y medicina, de vuestra soberana mesa y la piedad de vuestra divina gracia, para que yo y todos los católicos, seamos sanos de las heridas del alma y libres del formidable rigor de la epidemia, por la palabra que te pidió vuestro siervo Sr. S. Roque y por los méritos de vuestra pasión y muerte, Dios y Señor mío, que con el Eterno Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Oración para el día séptimo

Dios y Señor de la Gloria, que a los que elegiste para mayor elevación en ella, queréis que en este mundo se vean más despreciados y abatidos, para que a vuestra imitación en el padecer y en el desprecio, consigan su mayor corona Vos, Señor, que dispusiste que volviendo el bendito Roque a su patria, Montpellier, de donde era Señor, sus mismos vasallos lo prendiesen, pusiesen en la cárcel, y tratasen como espía y traidor, para que fuese tratado como a vuestra Majestad le trataron los propios, de quien erais Dios y Señor, pues como a ladrón e inicuo, entre los ladrones os pusieron. Os suplico, Dios y Señor mío, por aquella pena y dolor, que vos y vuestra Santísima Madre, de esta afrenta tuvisteis, y por la que tuvo y sintió en su corazón el señor S. Roque: Y pues que allí en vuestra mayor afrenta, asegurasteis la salud verdadera, que es el paraíso celestial, a aquel feliz ladrón, solo porque os pidió un momento con confianza; que a mi y a cuantos hiciesen esta Novena, por la memoria de vuestro siervo, señor S. Roque, nos concedáis al presente la preservación de la epidemia de la culpa, que es la que mata a las almas, y la que destruye los cuerpos, para que después logremos la felicidad de ir a veros y gozar de vuestra Majestad Santísima, que con el Padre y el Espíritu Santo, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Oración para el día octavo

Benignísimo Dios y Señor mío, que para librar a los hombres de la muerte, quisisteis vos sujetaros a morir por el hombre: Vos, Señor, que siendo así que tenías elegido al bendito Sr. S. Roque, para abogado, protector y tutelar contra las enfermedades epidémicas y contagiosas, y quisistes que también fuese herido de ellas, y que de ellas muriese: Yo os suplico, que ya que quisisteis que en esto os imitase y que su enfermedad y muerte fuese causa de que os pidiese para nosotros el remedio de semejantes enfermedades, me concedáis a mi y a cuantos hicieren esta novena, y a todos los fieles cristianos que su auxilio imploren, que seamos libres y preservados de tan riguroso azote, no solo en la salud del cuerpo, sino de todo contagio de las almas, para que, por vuestra misericordia y su intercesión logremos veros en la Gloria, donde vives y reinas con el Padre y Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

Oración para el día noveno

Gloriosísimo Señor de las alturas, que después de vuestra santísima muerte, quisisteis manifestar vuestra Gloria por tantos y tan admirables modos, en especial, haciendo que los muertos resucitasen, que vuestros enemigos se confundiesen, y que vuestros apóstoles lo publicasen. Vos, Señor, que dispusiste, que después de la muerte de vuestro siervo el bendito Sr. S. Roque, el sacrosanto concilio de Constanza, lo declarase por especial protector contra la peste, haciendo que sacasen sus imágenes en procesiones, que le diesen honores y culto de Santo, por cuyo medio cesó la peste en toda aquella tierra: A Vos, Señor, suplicamos, que por los méritos de este bendito Santo, y por lo que en esto quisiste honrarle, nos concedáis a cuantos al Santo, a sus imágenes, procesiones, novenas y sufragios asistiéremos, que seamos libres y preservados de todo contagio y epidemia que ataca a los cuerpos, y del mortal de la culpa que imprime en el alma, para pasar en paz a veros y gozaros en la Gloria, en donde con el Eterno Padre y el Espíritu Santo, vives y reinas por todos los siglos de los siglos. Amén.

Gozos al Señor San Roque

Roque que con dulce amor, serviste al desvalido,

Al enfermo y afligido dispensad vuestro favor.

1.-Pisando mundanas glorias, por Jesús te hiciste pobre y porque todo te sobre su cruz sólo es tu memoria: Oh corazón encendido en el celestial fervor.

2.-Todo el fausto reduciendo a un bordón y a una esclavina, tu ardiente celo camina en ir al pobre sirviendo, siempre en Dios embebecido por caritativo amor.

3.-De Roma y toda su tierra, de la cruz con la señal, la pestilencia mortal vuestro celo la destierra, favor que os ha concedido el divino redentor.

4.-Partiste luego a Plasencia en busca del apestado, y con tu amor y cuidado desechó toda dolencia, aquí saliste herido de una saeta al rigor.

5.-Libre ya de este accidente, volviste a vuestro estado, y fuiste aprisionado por vuestra vasalla gente, esta afrenta habéis sufrido con un cristiano valor.

6.-En la prisión ultrajado, dando ejemplo de paciencia, a la Divina clemencia rogáis por el apestado, no habiendo descaecido de caridad tu fervor.

7.-Al cabo de cinco años de tan bárbara prisión, vos estando en oración del mundo y de sus engaños, Dios te ha sacado y subido al cielo por morador.

8.-Ya conocido de cuantos fueron causa a tu prisión, te rinde veneración desechos en tiernos llantos, porque ya han reconocido tu santidad y su error.

9.-Sednos pues, Roque glorioso, defensor de todos males, pues entre angustias mortales os aclamamos piadoso, escuchad nuestro gemido y aliviad nuestro dolor.


V/ Ruega por nosotros San Roque


R/ Para que seamos dignos de las promesas de Nuestro Señor Jesucristo

ORACIÓN

Dios que prometiste al bienaventurado Roque, que el que le rogase no sería tocado de género alguno de peste, cuya gracia y favor tan singular se lo comunicaste por conducto de un Ángel escrito en una tabla: Te rogamos, Señor, nos concedas a los que le tributamos alabanzas, e interponemos sus méritos y ruegos, seamos libres de la mortífera peste de alma y cuerpo: por Jesucristo Nuestro Señor que vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.

 

 

 

 

 

         NOVENA AL NIÑO DIOS

          Comienza del 16 de diciembre

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Al  PADRE Dios Padre de infinita caridad, que tanto amaste a los hombres, que les entregaste a vuestro Hijo amado, para que hecho hombre en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio, os damos gracias por tan soberano beneficio. Agradecido, os ofrezco todas las virtudes de vuestro Hijo, suplicándoos por los divinos méritos de su nacimiento, por su pobreza, humildad y por las lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones como tu humilde morada para siempre. Que allí te recibamos limpios de pecados, con humildad profunda, con amor encendido y con despego de todo lo terreno. Amén (Se reza tres veces el Gloria)

A LA SANTÍSIMA VIRGEN Soberana María que por vuestras grandes virtudes, y especialmente por vuestra humildad, Dios quiso escogerte para ser Su que seas su madre; os suplico que vos misma prepareis y dispongais mi alma y la de todos, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado Hijo. ¡Oh dulcísima Madre! Comunicadme algo del profundo recogimiento y tierno amor con que le recibisteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. - Rezar: Avemaría. 

A SAN JOSÉ ¡Oh Santísimo José!, esposo de la Virgen María y padre putativo de Jesús. Gracias a Dios que te escogió y a ti por responder con tanta virtud. Dios te dotó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza; os ruego por el amor que tuviste al Divino Niño, me ayudes a tener el mismo fervor para recibirle en la Eucaristía. Amén. -Rezar: Padre Nuestro, Avemaría, Gloria.

ORACIÓN AL NIÑO JESÚS Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los meritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en Vos, ¡Oh Jesús, que sois la misma verdad, venimos reconociendo que somos pecadores. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Nos entregamos a Vos, ¡oh Niño omnipotente! Seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis nuestra súplica. Amen.

 

CONSIDERACIÓN PARA CADA DIA (ver abajo)

Para finalizar se cantan villancicos y cantos apropiados…

GOZOS Dulce Jesús Mió Mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas!¡Ven no tardes tanto!

¡Oh Sapiensa suma Del Dios soberano, Que al nivel de un niño Te hallas rebajado! ¡Oh Divino infante
Ven para enseñarnos La prudencia que hace Verdaderos sabios! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

¡Oh raíz sagrada De José, que en lo alto Presentas al orbe Tu fragante nardo! ¡Dulcísimo Niño
Que has sido llamado “Lirio de los Valles, Bella flor del campo!” ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

¡Oh lumbre de Oriente Sol de eternos rayos Que entre las tinieblas Tu esplendor veamos! ¡Niño tan precioso Dicha del cristiano, Luzca la sonrisa De tus labios! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

Rey de las naciones Emmanuel preclaro. De Israel anhelo Pastor de rebano! ¡Niño que apacientas Con suave cayado Ya la oveja arisca Ya el cordero manso! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

Ábranse los cielos Y llueva de lo alto Bienhechor roció Como riego santo! ¡Ven hermoso Niño! ¡Ven Dios humanado! Luce, hermosa estrella, Brota flor del campo! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

Ven que ya Maria  Previene sus brazos De su Niño vean En tiempo cercano! ¡Ven que ya José con anhelo sacro se dispone a hacerse de tu amor sagrario! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

¡Del débil auxilio. Del doliente amparo, Consuelo del triste, Luz del desterrado! ¡Vida de mi vida, mi sueno adorado,  Mi constante amigo,  Mi divino hermano! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

¡Ve ante mis ojos De ti enamorados Bese ya tus plantas! Bese ya tus manos! Prosternado en tierra Te tiendo los brazos Y aun más que mis frases Te dice mi llanto! Ven Salvador nuestro, Por quien suspiramos, ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

Diciembre 16


La vida del Verbo Eterno en el seno de su padre era una vida maravillosa; y sin embargo, ¡misterio sublime! Busca otra morada. Una mansión creada. No era porque en su mansión eterna faltase algo a su infinita felicidad, sino porque su misericordia infinita anhelaba la redención y la salvación del género humano, que sin El no podría realizarse. El pecado de Adán había ofendido a Dios, y esa ofensa no podía ser perdonada sino por los méritos del mismo Dios. La raza de Adán había desobedecido y merecido un castigo eterno; era, pues, necesario para salvarla y satisfacer su culpa que Dios se encarnara y obediente a los designios de su Padre, expiase aquella desobediencia, ingratitud y rebeldía. Por eso el Verbo Eterno, ardiendo en deseos de salvar al hombre, resolvió hacerse hombre y así redimir al culpable.

Diciembre 17


El verbo eterno se halla a punto de tomar su naturaleza creada en la santa casa de Nazaret. Maria estaba sola y embebida en oración. Pasaba las silenciosas horas de la noche en la unión mas estrecha con Dios. El arcángel Gabriel la visita con el mensaje divino, pide su consentimiento. El creador no quiso efectuar este gran misterio sin la aquiescencia de su criatura. Ella da su FIAT. Entonces, el Verbo Eterno se encarnó en ella convirtiéndola en su madre.

Diciembre 18


Jesús fue un bebé en el vientre de su madre. Consideremos su pequeñez, su total dependencia, como niño, en su madre. Adorémosle porque ese bebé es Dios. Consideremos que el niño es el Señor de toda la creación a quién obedecen los ángeles. Es mas poderoso que todos los ejércitos que jamás existieron o existirán. Viene, sin embargo humilde y débil para enseñarnos a amar.

Diciembre 19


Desde el seno de su Madre comenzó el Niño Jesús a poner en práctica su eterna sumisión a Dios, que continuó sin la menor interrupción durante toda su vida. Adoraba a su Eterno Padre, le amaba, se sometía a su voluntad, aceptaba su humanidad con todas sus limitaciones para enseñarnos a nosotros a vivir como hombres y expiar nuestro orgullo, origen de todos nuestros pecados. ¿Quienes de nosotros quisiera retroceder a un estado semejante en el pleno goce de la razón y la reflexión?

Diciembre 20


Ya hemos visto la vida que llevaba el Niño Jesús en el seno de su purísima Madre; veamos hoy la vida que llevaba también María durante el mismo tiempo. María, llena de esperanza, deseaba contemplar la faz de Dios encarnado. Estaba a punto de ver aquella faz humana que debía iluminar el cielo durante toda la eternidad. Iba a verle en la ignorancia aparente de la infancia, en los encantos particulares de la juventud y en su revelación pública de la edad madura.

Diciembre 21


Jesús había sido concebido en Nazaret, domicilio de Jesús y Maria, y allí era de creer que iba a nacer, según todas las posibilidades. Más Dios lo tenía dispuesto de otra manera y los profetas habían anunciado que el Mesías nacería en Belén de Judá, ciudad de David. Para que se cumpliese esta predicción, Dios se sirvió de un medio que no parecía tener ninguna relación con este objeto a saber: la orden dada por el emperador Augusto de que todos los súbditos del imperio romano se empadronasen en el lugar de donde eran originarios. María y José, como eran descendientes de David, estaban obligados a ir a Belén.

Diciembre 22


Meditemos en el viaje de Sta. María y San José hacia Belén; llevando consigo, aun no nacido, al creador del universo, hecho hombre. Contemplemos la humildad y obediencia de ese divino Niño que aunque de raza judía y habiendo amado a su pueblo con una predilección inexplicable, obedece así a un príncipe extranjero que forma el censo de la población de su provincia. Vive esa circunstancia y sus padres también la han de sufrir. Ellos no entendían todo pero aceptaron por fe. Nosotros también vivimos en un mundo donde los fuertes se imponen, pero si confiamos en Dios veremos maravillas.

Diciembre 23


Llegan a Belén José y María, buscando hospedaje, pero no lo encuentran. Todo está lleno por causa del censo. Ellos eran pobres y no podían pagar por privilegios. Pero nada puede turbar la paz interior de los que están fijos en Dios. Si José experimenta tristeza cuando era rechazado de casa en casa, porque pensaba en María y en el Niño, sonreía también con santa tranquilidad cuando fijaba la mirada en su casta esposa que le animaba. El Niño aun no nacido aceptaba aquellas negativas que eran el preludio de las humillaciones venideras. Esas humillaciones no lo alejan. El vino a buscar a los pecadores.

Diciembre 24


Ha llegado la media noche, y de repente vemos en el pesebre, poco antes vació, al Divino Niño esperando, vaticinado durante cuatro mil años con tan inefables anhelos. Allí su Santísima Madre en los transportes de una adoración de la cual nada puede dar idea. José, también se acerca y le rinde homenaje, ejerciendo su misterioso e imponderable oficio de padre putativo del redentor de los hombres. La multitud de Ángeles que desciende del cielo a contemplar esa maravilla sin par hace vibrar en los aires las armonías de ese Gloria in Excelsis, que es el eco de la adoración en torno del trono del Altísimo hecho perceptible a los oídos de los pobres en la tierra. Convocados por ellos, vienen en tropel los pastores de la comarca a adorar al recién nacido y presentarle sus humildes ofrendas.


¡Oh adorable Niño! Nosotros también, los que hemos hecho esta novena para prepararnos al día de vuestra Navidad, queremos ofreceros nuestra pobre adoración; no la rechacéis! Venid a nuestras almas; venid a nuestros corazones llenos de amor. Encended en ellos la devoción que realmente practicada y celosamente propagada, nos conduzca a la vida eterna, librándonos del pecado y sembrando en nosotros todas la virtudes cristianas.

 

 

 


Novena al Niño Jesús

INTRODUCCION

Señal de la cruz

Oración inicial para todos los días

Señor Dios, Rey Omnipotente: en tus manos están puestas todas las cosas. Si quieres salvar a tu pueblo nadie puede resistir a tu voluntad. Tú hiciste el cielo y la tierra y cuanto en ellos se contiene. Tú eres el dueño de todas las cosas. ¿Quién podrá pues resistir a tu majestad? Señor, Dios de nuestros padres: ten misericordia de tu pueblo porque los enemigos del alma quieren perdernos y las dificultades que se nos presentan son muy grandes. Tu has dicho "pedid y se os dará. El que pide recibe. Todo lo que pidáis al Padre en Mi Nombre os lo concederá. Pero pedid con fe". Escucha pues, nuestras oraciones. Perdona nuestras culpas. Aleja de nosotros los castigos que merecemos y haz que nuestro llanto se convierta en alegría, para que viviendo alabemos tu santo Nombre y continuemos alabándolo eternamente en el Cielo. Amén.

Oración a la Santísima Virgen


Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que alguno de cuantos han acudido a tu protección e implorando tu socorro, ha sido abandonado de ti. Animados por esta confianza a Ti acudimos y, aunque agobiados bajo el peso de nuestros pecados, nos atrevemos a implorar tu favor, pues eres abogado de los pecadores y auxilio de los cristianos.
No deseches, oh madre de Dios, nuestras humildes súplicas, mas bien, alcánzanos el perdón de nuestros pecados, luz y acierto para hacer una buena confesión de todos ellos, virtud para conservar la gracia de Dios y con tu auxilio, conseguir nuestra eterna salvación.
Y si conviene para el bien de nuestras almas, pedimos los siguientes favores (cada uno pida las gracias que desea), y deseamos que en todo se cumpla la voluntad de Dios. Amén.

Rezar Padre Nuestro, Ave María y Gloria

 


Día Primero

Leer Lc 1,26-38

Meditación

Práctica: Propagaré la devoción al divino Niño Jesús repartiendo novenas o estampas, consagrando el hogar o hablando de los favores que El me ha concedido.
Rezar los gozos y la oración final




Gozo


Oh Divino Niño
Mi Dios y Señor:
Tú serás el Dueño
de mi corazón

Niño amable de mi vida,
consuelo de los cristianos,
la gracia que necesito
pongo en tus benditas manos.

Oh Divino Niño
Mi Dios y Señor:
Tú serás el Dueño
de mi corazón.

Tú que sabes mis pesares
pues todos te los confío,
da la paz a los turbados
y alivio al corazón mío.

Oh Divino Niño
Mi Dios y Señor:
Tú serás el Dueño
de mi corazón.

Y aunque tu amor no merezco,
no recurriré a ti en vano
pues eres Hijo de Dios
consuelo del cristiano.

Oh Divino Niño y
Mi Dios y Señor:
Tú serás el Dueño
de mi corazón

Acuérdate, oh niño santo,
que jamás se oyó decir
que alguno te haya implorado
sin tu auxilio recibir.

Oh Divino Niño
Mi Dios y Señor:
Tú serás el Dueño
de mi corazón

Por eso con fe y confianza,
humildes y arrepentidos,
llenos de amor y confianza,
tu protección te pedimos.

Oh Divino Niño
Mi Dios y Señor:
Tú serás el Dueño
de mi corazón


 

Oración final al divino niño Jesús (todos los días)

Acuérdate, oh Dulcísimo Niño Jesús, que has dicho: "Todo lo que queráis pedir pedidlo por los méritos de mis infancia y nada os será negado. Si queréis agradarme confiad en Mi. Si queréis agradarme más, confiad más. Si queréis agradarme inmensamente, confiar inmensamente en Mí. Según sea vuestra fe, así serán las cosas que os sucederán. Nada es imposible para el que tiene fe".

Nosotros queremos confiar inmensamente en Ti. Por los méritos de tu infancia ayúdanos a llevar una vida santa, perdónanos nuestras culpas, líbranos de los castigos que merecemos por nuestros pecados y de todos los peligros para el alma y el cuerpo; concédenos aquellos favores que más estamos necesitando y después de una vida llena de paz, de alegría y de buenas obras llévanos a la gloria del paraíso, donde con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Jesús, José y María:
Bendecid nuestros hogares
Jesús, José y María:
Libradnos de todo mal.
Jesús, José y María:
Salvad nuestras almas.
Amén. Aleluya.
Señal de la cruz

Día segundo

Oración inicial para todos los días

Lectura de Lc 1,39-56 La Visitación

Meditación

Práctica:
"por amor a Dios callaré cuando esté de mal genio y rezaré por que me han ofendido".
Rezar Gozos y Oración final de todos los días.

Día tercero

Oración inicial

Lectura de Lc 2 El nacimiento de Jesús


Meditación

Práctica: recordaré algún favor que he recibido de Dios y le daré gracias, y si me es posible lo narrare a alguna persona
Gozos y oración final de todos los días

Día cuarto

Oración inicial para todos los días

Lectura de Lc 2,22-35 La presentación

Meditación

Práctica:
" daré alguna limosna que me cueste para el culto en algún templo o para alguna obra religiosa "
Rezar Gozos y Oración final de todos los días


Día quinto

Oración inicial para todos los días

Lectura de Mt 2,1-13 Los magos visitan al niño Jesús

Meditación

Práctica:
"entraré a un templo y haré una breve visita a Jesús sacramentado"
Rezar Gozos y Oración final de todos los días

Día sexto

Oración inicial para todos los días

Lectura de Lc 2,41-52 El niño Jesús en el templo

Meditación

Práctica:
"tendré para con mis familiares o los que viven en mi casa, algún detalle que les demuestre mi simpatía y mi aprecio".
Rezar Gozos y Oración final de todos los días

Día séptimo

Oración inicial para todos los días

Lectura de Mt 25,31-46 El juicio final

Meditación

Práctica:
"haré un acto de fe pensando en mi corazón: todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Todo es posible para quien tiene fe".
Rezar Gozos y Oración final de todos los días

Día octavo

Oración inicial para todos los días

Lectura de Lc 16,19-31

Meditación


Práctica:
"apartaré ropas en muy buen estado o alimentos para los pobres y a la primera ocasión visitaré una familia necesitada o algún enfermo".
Rezar Gozos y Oración final de todos los días

Día noveno

Oración inicial para todos los días

Lectura de Jn 1,1-18 El Hijo de Dios

Meditación

Práctica:
"pediré perdón a Dios por mis pecados y haré el propósito de enmendarme de aquella falta que más cometo".
Rezar Gozos y Oración final de todos los días

 
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