novenas - NOVENAS GRUPO 22
 

Busca primero el reino de Dios
Proyecto de Dios para ti
INDICE DE NOVENAS
LOS NUNCA MAS
DEDICATORIA
SIEMPRE CONFESARE QUE DIOS ES MI PADRE
MANUAL DE ORACION: COMO ORAR
SIGNIFICADO DE NOVENA
SiGNIFICADO DE NOVENA 2
LA MEDALLA MILAGROSA
NOVENAS GRUPO 1
NOVENAS GRUPO 2
NOVENAS GRUPO 3
NOVENAS GRUPO 4
NOVENAS GRUPO 5
NOVENAS GRUPO 6
NOVENAS GRUPO 7
NOVENAS GRUPO 8
NOVENAS GRUPO 9
NOVENAS GRUPO 10
NOVENAS GRUPO 11
NOVENAS GRUPO 12
NOVENA GRUPO 13
NOVENAS GRUPOS 14
NOVENAS GRUPO 15
NOVENAS GRUPO 16
NOVENAS GRUPO 17
NOVENAS GRUPO 18
NOVENAS GRUPO 19
NOVENAS GRUPO 20
NOVENAS GRUPO 21
NOVENAS GRUPO 22
NOVENAS GRUPO 23
NOVENAS GRUPO 24
NOVENAS GRUPO 25
NOVENAS GRUPO 26
NOVENAS GRUPO 27
NOVENAS GRUPO 28
NOVENAS GRUPO 29
NOVENAS GRUPO 30
NOVENAS GRUPO 31
NOVENAS GRUPO 32
NOVENAS GRUPO 33
NOVENAS GRUPO 34
NOVENAS GRUPO 35
NOVENAS GRUPO 36
NOVENAS GRUPO 37
NOVENAS GRUPO 38
NOVENAS TRUPO 39
NOVENAS GRUPO 40
NOVENAS GRUPO 41
NOVENAS GRUPO 42
NOVENAS GRUPO 43
NOVENAS GRUPOS 44
NOVENAS GRUPO 45
NOVENAS GRUPOS 46
NOVENAS GRUPOS 47
NOVENAS GRUPOS 48
NOVENAS GRUPO 49
NOVENAS GRUPO 50
NOVENAS GRUPO 51
NOVENAS GRUPO 52
CONCLUSIONES

Novena

A Nuestra Señora de las Angustias.

 

Puestos de rodillas ante la imagen de Nuestra Señora de las Angustias, y hecha la señal de la cruz, se dirá el acto de contrición con toda la atención posible, procurando excitar el espíritu a un dolor profundo de haber ofendido a  Dios.

 

Acto de contrición para todos los días.

 

¡Adorada Virgen de las Angustias!: Yo os amo Señora con todo mi corazón, y me pesa de haber ofendido a vuestro Hijo, mi Señor, mi Padre y mi verdadero Dios, en quien creo, en quien espero y a quien amo sobre todas las cosas. Me pesa en el alma ¡oh

Madre mía!, haber sido con mis culpas la causa de las angustias que padecisteis en toda

la vida, Pasión y muerte de mi santísimo Redentor. Yo propongo firmemente, Madre y

Señora mía, nunca más cometer el pecado, y consolar vuestro angustiado corazón con la enmienda de mi vida. ¡Madre del alma! yo os suplico humildemente que ofrezcáis a vuestro Hijo y mi Dios, todas las penas de vuestra inmaculada vida, en satisfacción de mis muchos pecados. Así os lo suplico y confío de vuestra bondad que me alcanzaréis de su misericordia infinita, el perdón de mis culpas. Amén.

 

Oración para todos los días.

¡Oh Reina del dolor y Madre bendita de las Angustias! a tus plantas se acerca un alma amante de tus dolores, a buscar en ellos el consuelo de sus pesares. Bien sé, Señora, que mis pecados y mis ingratitudes son las espinas que coronaron la cabeza de tu divino Hijo, los azotes que cubrieron su cuerpo sacratísimo, las salivas y burlas con que le escarnecieron y la Cruz en que le crucificaron.

 

Pero Tú, que eres Madre de misericordia, alcánzame del Señor el perdón de todos, y la gracia de que os llore con lágrimas de verdadera penitencia. Yo quisiera Señora, que volvieras a mí tus ojos llenos de amor y de piedad y me alcanzases las gracias que necesito, para que estas súplicas le sean gratas a tu divino Hijo. No olvides que eres nuestra Madre… ¿y qué le pedirá un hijo a su madre que no le sea concedido? Con esta seguridad me acerco a tu trono y lleno de confianza te ruego me concedas que no pida en esta novena nada que no sea de tu agrado, fervor para enjugar con él el llanto de tus maternales ojos, y que siempre ¡Oh Madre! estéis a mi lado disipando con la lumbre de tus miradas las sombras del pecado. En tus manos pongo mi alma, con la esperanza de que la presentarás a tu Hijo y le pedirás que la conduzca a la vida eterna. Amen.

 

 

Día primero. – Oración

 

¡Oh Virgen angustiadísima!, que después de haber permanecido con Jesús, treinta años en el seno de aquel hogar de Nazaret, cercado de purísimos amores y de santas dulzuras, visteis cómo un día se despedía de Vos para internarse en el mar del mundo judaico donde habían naufragado tantos profetas: por el dolor que experimentaríais al dar a vuestro Hijo el adiós de despedida, y por las angustias que sentiría vuestra alma al verlo partir, os suplico, Señora, me concedáis gracias , para que, con santa resignación y con tranquilidad de ánimo pueda contemplar cómo se disipan y se van las ilusiones de la vida , sin que mi corazón se apegue a nada que no seáis Vos o la gloria de vuestro

Santísimo Hijo. No me neguéis esta gracia, que me atrevo a pediros al contemplar la primera de vuestras angustias, para que así, no amando otra cosa sino a Vos, logre algún día la vida eterna. Amén.

 

Después de la oración particular de cada día, se rezaran tres Padres nuestros, Ave María y Gloria Patri, en memoria de las tres horas de agonía que tuvo la Santísima Virgen al pie de la Cruz en el Monte Calvario, y se hace la petición que se desee conseguir.

 

Oración final para todos los días.

¡Oh Virgen de las Angustias, la más amante de todas las madres!; faro luminoso que alumbra al hombre en medio de las tinieblas de la vida; Divina Estrella que guías los pasos del mísero mortal en su carrera por el mundo; Puerto seguro de paz y de bonanza; bálsamo prodigioso que curas las heridas del alma y los dolores del corazón. A tus plantas rendidos los hijos de tus dolores, vienen a llamarte Madre, a enjugar las lágrimas de tus ojos, aliviando así tus acerbos dolores. Prometemos trabajar Señora, porque tu nombre sea de todos conocido y por todos amado. Detestamos el pecado que tanta sangre y lágrimas costó a vuestro Hijo y a Vos. Quisiéramos, que nuestra vida toda se empleara en serviros. Y pues nos adoptasteis por hijos en la altura del Calvario, no nos abandonéis jamás, para que siempre seas Tú la que reine entre nosotros. Bendecid nuestros hogares y nuestras familias, en las que queremos vivir siempre la llama de tu purísimo amor. Atraed hacia Vos tantas almas como andan por los caminos de la perdición. Señora, que vuelvan y sepan que no sólo les espera en la puerta del hogar un padre dispuesto a perdonarles, sino una madre cariñosa que les abre los brazos para darles todo su corazón. Concedednos las gracias que os pedimos en esta novena si conducen a nuestra salvación, y si no, dadnos solo vuestro amor. ¡Oh Virgen de las

Angustias!, dadnos siempre vuestro amor que con él seremos felices en la vida y en la eternidad. Amen.

 

 

Día segundo. – Oración.

Angustiada Virgen María, encanto de los Cielos y consuelo de esta miserable tierra; Madre afligidísima con la separación del Hijo de vuestros amores, que sabiendo que había sido condenado a muerte de Cruz, saliste a su encuentro en la calle de la Amargura para darle el último adiós; por la angustia y el dolor que experimentasteis al ser rechazada por aquellos crueles soldados, para que no os acercarais al Hijo de vuestro corazón; por la pena que sentisteis cuando alzando el divino Nazareno sus apagados ojos, los fijo en Vos al mismo tiempo que con voz temblorosa os llamaba ¡Madre!, palabra que resonó en vuestros oídos como fúnebre campana que destrozaba el alma; te suplico me alcances de tu divino Hijo, resignación para saber llevar la cruz que el Señor ha puesto sobre mis hombros, y que ésta sea para mí, no motivo de condenación, sino fuente de inagotable de merecimientos para la vida eterna. Amén.

 

Después de la oración particular de cada día, se rezaran tres Padres nuestros, Ave María y Gloria Patri, en memoria de las tres horas de agonía que tuvo la Santísima Virgen al pie de la Cruz en el Monte Calvario, y se hace la petición que se desee conseguir.

 

 

 

Día tercero. – Oración.

Angustiada Virgen María, que ansiosa y anhelante por contemplar de nuevo a vuestro Hijo, subisteis bajo un sol abrasador las faldas del Calvario, hasta llegar a la cumbre del monte santo del Gólgota, y allí de pie, junto a la Cruz, le visteis agonizar y morir, quedando sola y desamparada, sin más alivio que amarguras y sin más compañía que tormentos. Por el dolor que experimentasteis al contemplar, cómo aquellos bárbaros verdugos, más crueles que las fieras, clavaban los pies y manos del que había pasado por la tierra haciendo el bien y sembrando beneficios, te ruego me alcances del Señor una encendida claridad para amar siempre a vuestro Hijo, que por mí murió crucificado, y que mis pasos en la vida siempre se encaminen por la senda de la virtud, para así llegar algún día a la patria celestial. Amén.

 

Después de la oración particular de cada día, se rezaran tres Padres nuestros, Ave María y Gloria Patri, en memoria de las tres horas de agonía que tuvo la Santísima Virgen al pie de la Cruz en el Monte Calvario, y se hace la petición que se desee conseguir.

 

 

Día cuarto. – Oración.

Angustiada Virgen María, que firme como una roca, permanecíais al pie de la Cruz escuchando las últimas palabras que salían de los labios del que era vuestra vida. ¡Cuánto no sentiría vuestro pecho maternal al considerar, que cuando más derecho teníais a escuchar palabras de consuelo que dieran vida a vuestro desolado corazón, se entreabrieron aquellos labios para llamaros mujer y no madre. ¿Y un extraño os llamará madre y vuestro Hijo sólo mujer…? Por el dolor y la angustia que sentiríais al ver como se despedía de Vos, vuestro Santísimo Hijo, os ruego me concedáis el que yo os ame siempre con toda la ternura del amor filial, y que Vos me améis siempre como a hijo, en la vida y sobre todo en la hora de la muerte, porque así tendré segura la gloria eterna.

Amén.

Después de la oración particular de cada día, se rezaran tres Padres nuestros, Ave María y Gloria Patri, en memoria de las tres horas de agonía que tuvo la Santísima Virgen al pie de la Cruz en el Monte Calvario, y se hace la petición que se desee conseguir.

 

Día quinto. – Oración.

Angustiada Virgen, la más hermosa de todas las mujeres y la más afligida de todas las madres, que al pie de la Cruz oíste de labios del Divino Nazareno que tenía sed, ¡Él! que sacó agua de la peña dura y abrió cataratas del Cielo sin que a Ti, ¡pobre Madre!, te fuera dado acercar la punta de tu velo humedecido, para refrigerar los labios del Hijo de tu corazón; por el dolor que experimentasteis al no poder saciar la sed que abrasaba al buen Jesús, te suplico hagas sentir en mi pecho una sed ardiente de la gloria de Dios y la salvación de las almas, y sobre todo, una sed grande de mi propia salvación. Que mis lágrimas de arrepentimiento sean el agua saludable que apague la sed de vuestro Hijo, para que así lavado con ellas, pueda entrar en las regiones de la gloria. Amén.

 

Después de la oración particular de cada día, se rezaran tres Padres nuestros, Ave María y Gloria Patri, en memoria de las tres horas de agonía que tuvo la Santísima Virgen al pie de la Cruz en el Monte Calvario, y se hace la petición que se desee conseguir.

 

Día sexto. – Oración.

Angustiada Virgen, ¡Madre la más desconsolada de todas las del mundo!, que contemplasteis al pie de la Cruz cómo expiraba vuestro Hijo, recibiendo en vuestra alma la más honda de las penas que haya afligido el corazón de una madre. ¡Oh Madre!, que escuchabas de sus labios que estaba desamparado, a pesar de estar allí Vos, sin que pudierais prestarle ningún consuelo. Por el dolor que experimentasteis cuando en medio del sentimiento de toda la naturaleza, le visteis entregar su espíritu al Eterno Padre; por las angustias de vuestra alma, en la agonía y muerte de vuestro divino Hijo, te suplico que esa muerte no sea infructuosa para mí; sino que, bañado por la sangre de Jesús y purificado por tus lágrimas, vuele algún día a las mansiones eternas de la gloria. Amén.

 

Después de la oración particular de cada día, se rezaran tres Padres nuestros, Ave María y Gloria Patri, en memoria de las tres horas de agonía que tuvo la Santísima Virgen al pie de la Cruz en el Monte Calvario, y se hace la petición que se desee conseguir.

 

Día séptimo. – Oración.

Angustiada Virgen María, tesoro de aflicciones, que, después de haber adorado con tierna devoción y besado con devota ternura la corona, las espinas y clavos de Jesús, recibisteis amorosa al pie de la Cruz su bendito cuerpo ya difunto, en vuestro doloroso pecho y regazo maternal, ¿cuál no sería vuestro dolor al contemplar cerrados aquellos ojos que con una mirada habían convertido a Pedro? ¡Mudos aquellos labios que habían pronunciado tantas palabras de vida eterna!; ¡inmóviles aquellos pies que tanto habían corrido en pos de los pecadores…! ¡Oh Madre amantísima!, por el dolor que experimentasteis en aquella tristísima hora, os suplico, ofrezcáis al eterno Padre ese divino cadáver, cubierto de sangre y llagas, para que por ese sacrificio me conceda luz con que conozca la malicia y fealdad del pecado mortal y una firme resolución de nunca más pecar para que sirviéndole todos los días de mi vida, logre la bienaventuranza eterna. Amén.

 

Después de la oración particular de cada día, se rezaran tres Padres nuestros, Ave María y Gloria Patri, en memoria de las tres horas de agonía que tuvo la Santísima Virgen al pie de la Cruz en el Monte Calvario, y se hace la petición que se desee conseguir.

 

 

Día octavo. – Oración.

Angustiada Virgen María, la más desamparada de todas las madres, que, sobre la amargura que padecisteis por la muerte de vuestro Hijo, fuisteis martirizada viéndole encerrar en el sepulcro. ¡Cuánto no padecería tu alma al tenerse que separar de aquella tumba bajo cuya losa dejaba encerrados tesoros de amor y de esperanza!¡Cuanto no sufriría tu corazón, al darle el último adiós a aquel cuerpo, en cuya posesión estaba tu vida! ¡Cuánto no sufrirías al tener que volver a la ciudad de Jerusalén, sola, sin la luz de tus ojos y pasando por el Calvario en donde cada peña, cada roca, te recordaba la Pasión y muerte de tu querido Jesús! Yo te ruego amada Madre de mi alma, que por el dolor que experimentasteis al tenerte que separar de Jesús, dejándole enterrado en el sepulcro, me des fuerza y resolución para sepultar mis pecados bajo la losa de mis penitencias, y así aleje el castigo que por ellos tengo merecido y logre verle en el Cielo resucitado y glorioso. Amén.

 

Después de la oración particular de cada día, se rezaran tres Padres nuestros, Ave María y Gloria Patri, en memoria de las tres horas de agonía que tuvo la Santísima Virgen al pie de la Cruz en el Monte Calvario, y se hace la petición que se desee conseguir.

 

Día noveno. – Oración.

Angustiada Virgen, solitaria y purísima paloma, que después de haber dejado enterrado a Jesús, os recogisteis en el retiro del Cenáculo en terrible soledad. ¿Qué dolor no sufriríais al veros sola, recordando en el fondo de vuestra imaginación aquellas escenas dulcísimos de Belén y Nazaret, cuando erais feliz con vuestro divino Hijo? ¿Qué amargura no sentiríais, al considerar que ya no le volveríais a ver más entrar por vuestras puertas, ni sentarse a vuestra mesa, para consolaros con su divina presencia?¿Qué angustia no experimentaríais al veros abandonada de todos, afligida y sola sin que del Cielo ni de la tierra os viniese ningún consuelo? Por el dolor (la angustia) que sufristeis en vuestra angustiosa soledad, os ruego no permitáis jamás que yo me aparte de vuestra presencia. Asistidme con vuestra gracia para que dignamente os pueda acompañar y servir todos los días de mi vida. Que mi alma jamás quede sola y sin Dios por el pecado, sino que amándoos siempre con todas las energías de mi pobre corazón, pueda conseguir vuestra protección en vida, vuestra asistencia en la hora de la muerte y vuestra gloria en el Cielo. Amén.

 

Después de la oración particular de cada día, se rezaran tres Padres nuestros, Ave María y Gloria Patri, en memoria de las tres horas de agonía que tuvo la Santísima Virgen al pie de la Cruz en el Monte Calvario, y se hace la petición que se desee conseguir.

 

 

Letra de Francisco Herranz Blesa Música de Martín Alonso Pérez

Himno a Ntra. Sra. De las Angustias

 


Virgen de las Angustias

Tú que sufriste tanto

Benditas sean tus lágrimas

Bendito sean tu llanto

--------------

Virgen de las Angustias

Madre del Redentor

Apiádate de nosotros

Y concédenos tu perdón

--------------

¡Ay! Virgen de las Angustias

Con Jesús muerto en tus brazos

El corazón se me para

Y se rompe en mil pedazos

--------------

¡Ay! Virgen de las angustias

Tu rostro lo va expresando

Pena, dolor y tristeza

Caminando hacia el calvario

Pena dolor y tristeza

Caminando hacia el calvario

--------------

¡Ay! Virgen de las Angustias

Quisiera decirte tanto

Que la voz se me quiebra

Y solo queda mi llanto

--------------

¡Ay! Virgen de las Angustias

Santa Madre del Señor

 

Novena a San Antonio de Padua

El modo y tiempo más apropiado para hacer esta novena es antes o a partir del 13 de junio, día en que la Iglesia ha destinado el culto al santo; pero esto no priva de hacerlo siempre que uno quiera.

Modo de rezar la Novena: durante nueve días rezarás los textos que a continuación se detallan, empezando cada día con la "Oración Preparatoria".

 Oración Preparatoria

Oh Dios, distribuidor de los dones celestiales, que concediste al bienaventurado San Antonio de Padua fervorosa y arrebatadora elocuencia, nacida por aquel su amor a las Sagradas Escrituras que lo hacían no sólo hábil para argumentar, sino también eficaz a la hora de persuadir, ya que sabía dar así mismo testimonio con su conducta; infunde también en mi vida la bondad y la dulzura, la sencillez y pureza en mis costumbres, con la práctica de todas las virtudes cristianas para que arrepentido y dolorido de todas mis faltas siga fielmente los principios de la vida cristiana y pueda dar también testimonio con mi vida del mensaje de Jesús.

 Día Primero (Después de la oración preparatoria)

Meditación sobre el amor. Dice San Antonio en uno de sus sermones: "Hay un sólo amor a Dios y al prójimo. Dios, dice San Agustín, nos ordena amar a Dios por si mismo y al prójimo como a nosotros mismos, esto es, por los mismos motivos y por la misma finalidad con que nos amamos. ! Grande es el amor que Dios nos tiene! Nos envió a su Hijo para que le amásemos. Vivir sin Él es morir, pues quien no ama está muerto. Si Dios nos ha amado hasta el extremo de darnos a su Hijo, también nosotros debemos amarnos unos a otros".

Reflexión para hoy: Hoy es un buen día para ponernos a contar el tiempo que llevamos sin tener noticias de aquellos amigos y amigas que tanto nos han dado en nuestra vida. El estrés de la vida diaria motivado básicamente por el trabajo, hace que muchas veces nos encerremos en nosotros mismos y dejemos de lado a aquellos con los cuales habíamos compartido mucho tiempo. Es un buen momento para llamar a aquel amigo o amiga y quedar para comer o simplemente a tomar una copa. Revivir experiencias y conocer la vida actual de un amigo siempre alegra el corazón.

Oración: ¡Oh amorosísimo San Antonio de Padua!, que recibisteis de Dios Espíritu Santo tan encendido amor a Dios, que con él trabajasteis infatigablemente en la salvación de las almas, y sobre todo una tan amorosa devoción al Santísimo Sacramento del Altar, con el cual aumentasteis en todas partes su culto, obtenedme un verdadero amor a Jesús y que anhele la gloria eterna en cada momento de mi vida.

A continuación se rezan tres Padrenuestros, Tres Avemarías y una Gloria. Se da gracias a San Antonio y se pide a Dios que por intercesión del santo nos de los beneficios que queremos conseguir. Después se dirá la:

Oración Final y Responsorio a San Antonio

Día Segundo  (Después de la oración preparatoria)

Meditación sobre el pecado. San Antonio dice: "Por pecadores entiendo los amadores de este mundo, los que llevados por la curiosidad y solicitud corren en pos de las riquezas y de los deleites. El corazón del pecador es como un mar alborotado: se hincha con la soberbia, se abrasa con el hervir de la lujuria, y los malos pensamientos traen sobre él el lodo. Así le causan un doble mal: pisotean la gracia e introducen la mancha del pecado. El pecado es como una araña que va extendiendo poco a poco sus hilos".

Reflexión para hoy: No nos será difícil, si compramos el periódico de hoy o escuchamos las noticias de la radio, ver como muchas personas cometen fraudes y transacciones ilegales para enriquecerse, la mayoría de las veces a costa de los demás. Por otro lado, también en la vida diaria y en especial en el mundo laboral o social, muchos intentan pisotear a los demás con el fin de un bienestar propio. Un poco de humildad, es como la sal, que da gusto a la vida. Aquí van un par de frases para reflexionar sobre la humildad y la riqueza: "Vale más ser honrado y tener poco, que ganar mucho con injusticias " ( Proverbios 16,8). "Sócrates al mirar las mercancías en un mercado, exclamó: ¡Cuántas cosas hay que no necesito!" (Diógenes)

Oración: Oh gloriosísimo San Antonio de Padua!, que recibisteis de Dios Eterno Padre tan admirable poder sobre la naturaleza y sobre los enemigos del alma, que merecisteis el sobrenombre de Taumaturgo por tus milagros; alcanzadme la gracia para ser fuerte en mis momentos de flaqueza.

A continuación se rezan tres Padrenuestros, Tres Avemarías y un Gloria. Se da gracias a San Antonio y se pide a Dios que por intercesión del santo nos de los beneficios que queremos conseguir. Después se dirá la:

Oración Final y Responsorio a San Antonio

Día tercero (Después de la Oración preparatoria)

Meditación: la Palabra de Dios. Dice San Antonio: "Los pobres, los humildes, los sencillos, tienen sed de la Palabra de Vida y del Agua de la Sabiduría. Los mundanos, por el contrario, que se emborrachan con el cáliz del vicio, los que presumen de sabios sin serlo... no se dejan anunciar el mensaje divino. Es muy buena señal de predestinación el escuchar de buen grado la Palabra de Dios. Como el desterrado, ansiando y escuchando con placer noticias de su tierra, demuestra amar a su patria, así podemos decir del cristiano que ansía escuchar a quien habla de la patria celestial".

Reflexión para hoy: Está claro que para algunos hablar de Jesús hoy en día no está de moda; incluso algunos medios de comunicación evitan hablar de temas referentes al cristianismo si éstos no son motivo de polémica. Decir a alguien que has ido un domingo a la parroquia de tu pueblo suena a antiguo, a "pasado de moda"... A pesar de esto, el mensaje de Jesús de amor a los demás, al pobre y de ayuda a los más necesitados, sigue vigente en la actualidad después de casi 2.000 años. Un ejemplo lo tenemos en asociaciones de Iglesia como "Caritas", "Manos Unidas" ... o diferentes organizaciones no gubernamentales, las llamadas ONG, que luchan para conseguir la igualdad de todos. Todas estas personas que están en estos organismos trabajan con Jesús, aunque muchos de ellos no lo saben o no lo quieran saber porque algunos dicen que esto de Jesús "ya no se lleva". Ellos también escuchan la Palabra de Dios, pero de otra forma, aunque nunca hayan leído el Evangelio. Algún día se darán cuenta.

Oración. ¡Oh sapientísimo San Antonio de Padua! que por vuestro profundo conocimiento de las Sagradas Letras fuiste llamado "El Arca del Testamento" y "Doctor Evangélico" que con tan sorprendente sabiduría, maravillasteis a toda la Iglesia; infunde en mi espíritu el sano afán de buscar en los Libros Sagrados la Palabra de Dios, para que pueda así saciar el hambre de felicidad y amor a los demás que anhelo desde el fondo de mi corazón, y así pueda alcanzar la plenitud de la luz.

A continuación se rezan tres Padrenuestros, Tres Avemarías y un Gloria. Se da gracias a San Antonio y se pide a Dios que por intercesión del santo nos de los beneficios que queremos conseguir. Después se dirá la:

Oración Final y Responsorio a San Antonio

Día cuarto

(Después de la Oración Preparatoria)

Meditación sobre la fe. Dijo San Antonio: "La fe es la reina de la virtudes. Quien no cree, se parece a los hebreos que se rebelaron contra Moisés en el desierto. La fe es la vida del alma. La verdadera fe va siempre acompañada de la caridad. Hay que creer amando, abandonándose a Dios".

Reflexión para hoy: Decía el historiador italiano Francesco Guicciardini que "El que tiene fe se hace obstinado en lo que cree y camina intrépido y resuelto, despreciando dificultades y peligros, decidido a soportar cualquier apuro". Si crees en una cosa, lucha hasta el final y tendrás tu recompensa. ¿Recuerdas el partido de fútbol correspondiente a la final de la Copa de Europa disputada en Barcelona el mes de mayo de 1999? El Bayern de Munich ganaba desde el principio del encuentro por 1-0. En el tiempo de descuento, y en sólo un minuto y medio, el Manchester United hizo dos goles y se proclamó campeón. Ellos tuvieron fe, lucharon hasta el final y ganaron. En tu vida laboral y social haz lo mismo. La fe en Dios es igual, luchar hasta el final. San Agustín resumía la fe de esta manera: "La fe consiste en creer lo que no vemos. La recompensa es ver lo que creemos".

Oración. ¡Oh devotísimo San Antonio de Padua! Haced que prenda en mi corazón la llama intensa de la fe que tan heroica paciencia os dio soportando vuestras enfermedades y que tan vivo deseo os alimentó de verse libre de los lazos de este mundo para ir al Cielo, consumido en amor de Dios.

A continuación se rezan tres Padrenuestros, Tres Avemarías y un Gloria. Se da gracias a San Antonio y se pide a Dios que por intercesión del santo nos de los beneficios que queremos conseguir. Después se dirá la:

Oración Final y Responsorio a San Antonio 

Día Quinto (Después de la Oración preparatoria)

Meditación sobre la esperanza. Decía San Antonio: "Por la esperanza confiamos en que Dios nos dará los bienes prometidos... El que desespera no progresa en la virtud, el que ama el mal no puede tender a la gloria futura. Es necesario, no obstante, que la esperanza no degenere en presunción, en el presumir demasiado de uno mismo; ya que nadie puede llegar a gustar la dulzura del conocimiento si antes no ha gustado la amargura del temor".

Reflexión para hoy. Hoy te invito a que tu mismo reflexiones sobre las siguientes frases que te propongo: "Un pobre que tiene esperanza vive mejor que un rico que no la tiene" (Raimon Llull),"Dos minutos no son nunca iguales. Por tanto, espera y confía" (Anónimo), "Donde la esperanza no existe, no puede existir el esfuerzo" (Samuel Johnson), "Mientras exista una chispa, hay siempre esperanza de llama", "Muchas hormigas reunidas pueden vencer al león" (Proverbio persa), "La belleza del desierto es que esconde un pozo de agua en algún lugar" (Antoine de Saint-Exupéry) y "Cuando todo está perdido, aún nos queda la esperanza" (Tales de Mileto).

Oración. Oh gloriosísimo San Antonio!, haz que despierte del sueño de la vida fácil y que encuentre en la esperanza la forma comprometida en vivir una auténtica vida cristiana, motivada siempre por una fe inquebrantable que venza todos los miedos, dudas y tentaciones para esperar confiados en los bienes prometidos de la otra vida, y sea para los demás testigo de la fe y esperanza en Cristo Jesús.

A continuación se rezan tres Padrenuestros, Tres Avemarías y un Gloria. Se da gracias a San Antonio y se pide a Dios que por intercesión del santo nos de los beneficios que queremos conseguir. Después se dirá la:

Oración Final y Responsorio a San Antonio

Día Sexto (Después de la Oración preparatoria)

Meditación sobre la gratitud. Muchas veces San Antonio de Padua se ayudaba de los salmos para rezar a Dios y alabarlo. Fragmentos como éstos, sacados de los propios salmos, le ayudaban: "Te doy gracias, Señor, de todo corazón, quiero cantar tus maravillas; quiero alegrarme y recrearme en ti, ensalzar tu nombre, oh Dios altísimo. Oh Dios, a ti debemos alabarte, hasta ti, que escuchas las plegarias, todo mortal puede llegar. Bendeciré al Señor a todas horas, su alabanza estará siempre en mi boca, mi alma se gloría en el Señor, ensalcemos su nombre todos juntos".

Reflexión para hoy. Por la mañana vamos tan juntos de tiempo que no nos olvidamos de ponernos el jersey y el pantalón, pero si a veces de dar gracias a Dios por el nuevo día. Aquí tienes una oración matinal de alabanza al Señor, corta (para llegar a tiempo al trabajo y tu jefe "no te eche la bronca") pero concisa.

ORACIÓN MATINAL: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Dios mío y Señor, yo te adoro como único Creador; te alabo como perpetuo benefactor, y os quiero como un padre, el más bueno. Gracias, Padre bondadoso por este nuevo día que me concedes, y también por todos los dones recibidos durante la vida. Haz que sepa aprovechar plenamente este día; que todo sea según tu voluntad y a Gloria vuestra. En compañía de San Antonio, escucha mi plegaria final, tal como nos enseñó Jesús: (se reza el Padrenuestro).

Oración. Oh gloriosísimo San Antonio!, acompáñame cada día, en el trabajo, en casa, con la familia, en mis tiempos de ocio y diversión, en mis vacaciones ... para que con tu protección sepa agradecer a Dios nuestro Señor, los bienes de esta tierra.

A continuación se rezan tres Padrenuestros, Tres Avemarías y un Gloria. Se da gracias a San Antonio y se pide a Dios que por intercesión del santo nos de los beneficios que queremos conseguir. Después se dirá la:

Oración Final y Responsorio a San Antonio

Día Séptimo (Después de la Oración preparatoria)

Meditación sobre el arrepentimiento. Decía San Antonio: "¿Cómo debe ser tu contrición?. Escuchad al salmista: mi sacrificio es un espíritu apenado, un corazón dolorido y humillado, oh Dios, no lo desprecies... Es necesario la reconciliación del pecador, la contrición de todos los pecados y la humillación. El espíritu dolorido del penitente es holocausto agradable para el Señor".

Reflexión para hoy. Un conocido teólogo escribió que "Los santos, muchas veces, al rezar tartamudeaban. Este tartamudeo es más agradable a Dios que las frases retóricas, por más bellas y brillantes que puedan ser". Muchas veces nos cuesta pedir disculpas a nuestros amigos, compañeros... por un mal acto que hemos cometido. Pedir perdón por una mala acción es la forma más poderosa de demostrar nuestra humildad y honestidad. Sería interesante que hoy recordaras a aquellas personas con las cuales mantienes una enemistad por culpa tuya. Reconcíliate con ellos con palabras fáciles y honestas y si hace falta tartamudea! Hay una frase increíble que te ayudará a pensar: "El perdón de las flores es tan bonito que llegan incluso a perfumar a aquél que las aplasta con la mano"(Anónimo).

Oración. ¡Oh gloriosísmo San Antonio de Padua! Vos que con el fervor de vuestra palabra a tantos pecadores convertías, muchos de los cuáles, al terminar los sermones, se arrojaban a vuestros pies arrepentidos para confesar sus pecados; haced que, arrepentido de todas mis faltas, permanezca alejado de todos los motivos y ocasiones que fuera motivo de volver a faltar y sea constante imitador de vuestras virtudes para ser merecedor de la gloria eterna.

A continuación se rezan tres Padrenuestros, Tres Avemarías y un Gloria. Se da gracias a San Antonio y se pide a Dios que por intercesión del santo nos de los beneficios que queremos conseguir. Después se dirá la:

Oración Final y Responsorio a San Antonio

Día Octavo (Después de la Oración Preparatoria)

Meditación: Ser testigo de Cristo. Decía San Antonio: "Vosotros sois la luz del mundo. El sol es fuente de calor y de luz. Como de la fuente, de Cristo, así de los cristianos, sus testigos, debe brotar vida y doctrina para los demás. Vive ardientemente tu amor cristiano e instrúyete en la doctrina de Cristo! El cristal, iluminado por los rayos del sol, los reverbera. También el creyente, iluminado por el resplandor de Cristo, debe expandir el mensaje cristiano en palabras, en ejemplos...

Reflexión para hoy. Hoy hacemos volar nuestra imaginación y podríamos pensar que Jesús se presenta de candidato a unas elecciones. No hay ninguna duda que sus asesores de imagen y de campaña le propondrían este lema: "Amor al prójimo. Vota Jesús de Nazareth". Es muy lindo pensar siempre en querer a los demás, pero nuestras palabras se tienen que traducir con hechos. Estas frases te ayudarán a reflexionar: "El amor sólo empieza a desarrollarse cuando amamos a quien no necesitamos para nuestros fines personales" (Erich Fromm), "Ninguno de vosotros es creyente mientras no prefiera para su hermano lo que prefiera para si mismo " (Hadith), "Vivir para los demás no es solamente la ley del deber sino también la ley de la felicidad"(Auguste Comte) y "Quien quiera consolar antes debe amar" (Romano Guardini).

Oración. Oh gloriosísimo San Antonio de Padua!, vuestra vida fue siempre de un auténtico testigo de Cristo, por ello os ruego intercedáis por mi para que pida a Dios que haga de mi un instrumento de paz y que tal y como dijo San Francisco de Asís: "donde haya odio, ponga amor; donde haya ofensa, ponga perdón; donde haya discordia, ponga unión; donde haya error, ponga verdad; donde haya duda, ponga fe; donde haya desesperanza, ponga esperanza; donde haya tinieblas, ponga luz; donde haya tristeza, ponga alegría; para que iluminado por la luz de Cristo, sea testigo de Él.

A continuación se rezan tres Padrenuestros, Tres Avemarías y un Gloria. Se da gracias a San Antonio y se pide a Dios que por intercesión del santo nos de los beneficios que queremos conseguir. Después se dirá la:

Oración Final y Responsorio a San Antonio

Dia Noveno y Último (Después de la Oración preparatoria)

Meditación sobre el camino de la Gloria. Decía San Antonio: "Oh alma cristiana, si eres fiel en las pruebas terrenas, un día contemplarás lo que jamás el ojo humano vió. Nos dice la escritura: "Ni ojo vió, ni oído oyó, ni mente alguna ha podido comprender los que Dios tiene preparado para los que le buscan confiadamente". Entonces satisfarás tu vista, porqué verás a Aquél que todo lo ve. Tu corazón se hinchará de infalibles alegrías. ! Grande es tu dulzura, oh Dios! Ahora nos la escondes para que la busquemos con más afán, la busquemos y la encontremos, y amándola, la gocemos eternamente...

Reflexión para hoy. Un defecto que impide a muchas personas a tener éxito en la vida es que no se creen de los que son capaces de hacer y es que... quien nada empieza nada termina. No hay duda que la acción más pequeña vale más que la intención más grande y que no haber hecho nada es el camino para no ser nadie. Si uno es perseverante y consistente con su trabajo, con sus ideas... al final le llega la Gloria. Lo mismo pasa con el cristiano, al final ve a Aquél que todo lo ve, tal y como decía el mismo San Antonio.

Oración. Oh protector mío San Antonio de Padua! Alcanzadme ser un hijo fiel de la Iglesia y constante imitador de vuestras virtudes para salvar mi alma y llegar al final de mi vida a la gloria eterna. Enseñadme lo que debo hacer para mejor agradar a Dios, cumpliendo fielmente con mis deberes y aprendiendo de vuestras celestiales enseñanzas.

A continuación se rezan tres Padrenuestros, Tres Avemarías y un Gloria. Se da gracias a San Antonio y se pide a Dios que por intercesión del santo nos de los beneficios que queremos conseguir. Después se dirá la:

Oración Final y Responsorio a San Antonio 

Oración Final

¡Oh Glorioso San Antonio de Padua!, acudo a vos en esta Novena guiado por el ejemplo incomparable de tu vida que llenaste de santidad, para que seas mi Santo protector y dejes caer sobre mi una mirada de bondad, implorando en favor mío la misericordia divina. Ayudadme a hacer fructificar la gracia de mi Bautismo, enséñame a que, a ejemplo vuestro, ame y sirva a Dios. Protegedme mientras viva y asistidme a la hora de la muerte, a fin que tenga la dicha de cantar eternamente con vos las alabanzas de la augusta Trinidad. Vos que obráis tantos milagros y sois la admiración del mundo, concededme la gracia que os pido en esta Novena si todo es para el bien mío, salvación de mi alma y mayor gloria vuestra, de Jesucristo y de Dios nuestro Señor.

Responsorio a San Antonio

Si buscas milagros, míralos: muerte y error desterrado, miseria y maldad huida, leprosos y enfermos sanos. El mar sosiega su ira, se remiden los encarcelados, miembros y bienes perdidos recobran mozos y ancianos. El peligro se retira, los pobres van remediados; cuéntenlo los socorridos, díganlo los paduanos. El mar sosiega su ira, se remiden los encarcelados, miembros y bienes perdidos recobran mozos y ancianos. Gloria al Padre, Gloria al Hijo. Gloria al Espíritu Santo. Ruega a Cristo por nosotros, Antonio divino y santo, para que dignos así de sus promesas seamos. Amén.

Nota: si la necesidad de uno lo requiere puede añadir el acto de contrición:

Acto de Contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Ante vuestra divina presencia reconozco que he pecado muchas veces y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa haberos ofendido. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo no volver a caer más. Amén.

NOVENA A SAN ANTONIO MARIA CLARET
1807-1870


Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS: Señor Dios nuestro, que en los designios de vuestra bondad adorable predestinasteis a San Antonio María Claret para el ministerio apostólico de la salvación de las almas y le previnisteis con especiales dones de gracia, a fin de que fuera dechado de santidad en los distintos estados de la vida cristiana. Yo os alabo y doy gracias por los tesoros de virtud que depositasteis en su alma, sobre todo aquel espíritu de caridad con que acogía a cuantos recurrían a él en sus necesidades espirituales y temporales. Concededme la gracia de saber seguir sus ejemplos e imitar sus virtudes, y especialmente la que vengo a pediros en esta Novena mediante su poderosa intercesión ante Vos. Os la pido también por el Corazón Inmaculado de María, de cuyas glorias y misericordia le hicisteis apóstol predilecto. Amén.

Rezar a continuación la oración del día que corresponda: 

Terminar cada día con estas invocaciones y la oración final.

INVOCACIONES PARA TODOS LOS DÍAS

1. Glorioso San Antonio María, Confesor y Pontífice de la Iglesia: alcánzanos tu amor a la Iglesia santa y una fidelidad inquebrantable a todas sus enseñanzas y preceptos. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

2. Glorioso San Antonio María, Apóstol de la Santísima Virgen: alcánzanos tu devoción a su Inmaculado Corazón, y mediante ella la salvación de nuestras almas. Padrenuestro, etc.

3. Glorioso San Antonio María, ilustre Fundador de Congregaciones religiosas: alcánzanos un ardiente amor a Jesús, para seguir sus pasos hasta la cumbre de la perfección cristiana. Padrenuestro, etc.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

V. Ruega por nosotros, San Antonio María.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

Señor Dios, que adornasteis con virtudes apostólicas a vuestro bienaventurado Confesor y Pontífice Antonio María, y por su medio reunisteis en la Iglesia nuevas familias de clérigos y de vírgenes: os suplicamos nos concedáis que, instruidos con sus saludables enseñanzas y confortados con sus ejemplos, podamos felizmente llegar a Vos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Corazón Inmaculado de María, de cuyas glorias y misericordia le hicisteis apóstol predilecto. Amén.

DÍA PRIMERO: Inocencia angelical

Comenzar con la oración preparatoria de todos los días.

MEDITACIÓN: Considera los admirables ejemplos de virtud que desde su más tierna infancia da San Antonio María Claret. Nace en Sallent de unos padres cristianos, modestos tejedores, que se distinguían más por sus virtudes cristianas que por su fortuna. De ellos aprende el santo temor de Dios, la piedad y un espíritu de fe viva que le hace pensar con frecuencia en la eternidad y en la desgracia de los condenados. Distínguese por su modestia, por su obediencia y sobre todo por su inocencia, que él cultiva con una tierna devoción a la Santísima Virgen y a la divina Eucaristía. En medio de sus juegos infantiles sentía interiormente una voz que le llamaba; y obediente a ella, acudía al templo a los pies de la imagen de María o del sagrario. Así santificó su infancia y conservó intacta la inocencia bautismal.

INVOCACIÓN: ¡Oh glorioso Antonio María, que, prevenido con bendiciones de dulzura, consagraste al Señor tu inocencia, que después guardaste incólume por toda la vida! Infúndenos amor ferviente a la gracia de Dios, para que la guardemos celosamente como el más grande de los tesoros, y la recobremos inmediatamente si alguna vez tuviéramos la desgracia de perderla.

Pídase ahora las gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con la oración final.

 

DÍA SEGUNDO: Vida de trabajo

Comenzar con la oración preparatoria de todos los días.

MEDITACIÓN: San Antonio María fue en toda su vida modelo perfectísimo del trabajo cristianamente aceptado y cumplido. Ya de niño, sus padres le pusieron en el telar, para ayudar a las necesidades de la casa. Antonio se entregó a las labores textiles con todo empeño, mostrando en ellas extraordinarias habilidades y acompañando el trabajo con la práctica de la piedad y el rezo del santo Rosario. Joven, fue a los grandes centros fabriles de Barcelona, donde con su constante laboriosidad ganó la confianza de todos y los primeros puestos en el arte. Seminarista, alternaba la oración y el estudio. Sacerdote, fue infatigable misionero, recorriendo a pie los pueblos, predicando innumerables sermones, dando largas horas al confesionario, robando al sueño la mayor parte de la noche, que dedicaba a la oración, al estudio, a la composición de innumerables libros y opúsculos. Sólo por su trabajo extraordinario y asiduo pueden explicarse las portentosas obras y empresas que realizó en su vida. Para él, el trabajo, acompañado siempre de la oración, fue alimento de su vida espiritual, medio de apostolado, contribución a la obra redentora de Cristo. Así debe serlo para el cristiano.

INVOCACIÓN: ¡Oh glorioso San Antonio María, que joven artesano, supiste huir los peligros del mundo, y en la práctica de la piedad y en la aplicación al trabajo cotidiano encontraste el medio de santificar el alma y conservar puro y fuerte el cuerpo! Enséñanos a comprender la virtud santificadora del trabajo cristianamente cumplido, y alcánzanos la gracia de que a tu imitación sepamos santificar nuestra vida en la práctica de las obligaciones de nuestro estado. Amén.

Pídase ahora las gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con la oración final.

DÍA TERCERO: Fidelidad a la vocación

MEDITACIÓN: Era Antonio todavía muy niño cuando sintió vivos deseos de ser sacerdote y emprendió el estudio para prepararse a serlo. Por obedecer a su padre lo suspendió por algunos años, hasta que, experimentando más fuerte el divino llamamiento, comenzó en el seminario de Vich la carrera eclesiástica. ¡Qué fidelidad la suya a la vocación divina, en superar toda clase de dificultades, ya cuando seminarista, ya cuando sacerdote! ¡Qué docilidad la suya a las inspiraciones de la gracia, al consejo de sus directores, a la voluntad de su Superior eclesiástico!

 

 

Por corresponder a ella, va a Roma, regresa a la Península, emprende las misiones, va a los pueblos que se le señalan, acepta el arzobispado y después el cargo de confesor real. Su espíritu estaba siempre presto a escuchar la voz de Dios en cualquiera de sus manifestaciones; su voluntad, resuelta a seguir la divina voluntad hasta el heroísmo y la muerte. Así realizó los designios de Dios, designios providenciales para España y para la Iglesia. Así fue un hombre según el corazón de Dios.

INVOCACIÓN: ¡0h glorioso San Antonio María, que apenas sentiste la vocación de Dios a un ministerio más alto y heroico, renunciaste al lisonjero porvenir que el mundo te ofrecía, abrazando el estado eclesiástico! Alcánzanos la gracia de ser siempre dóciles a las celestes inspiraciones, para que, aun a costa de dolorosos sacrificios, sepamos seguir el divino llamamiento y servir al Señor en el puesto en que él quiere le glorifiquemos. Amén.

Pídase ahora las gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con la oración final.

DÍA CUARTO: Vida de celo

Comenzar con la oración preparatoria de todos los días.

MEDITACIÓN: San Antonio María Claret es llamado el apóstol del siglo XIX. Y eso fue toda su vida: de celo y apostolado. Desde niño le infundió el Señor ardiente deseo de salvar las almas, y ese celo fue creciendo toda su vida. Se hizo misionero apostólico y se entregó totalmente a la obra de las misiones, recorriendo toda Cataluña, Canarias, la archidiócesis de Cuba y después la mayor parte de España, anunciando apostólicamente la palabra de Dios en misiones, ejercicios y toda clase de predicación: a toda clase de personas, en todos los lugares, en las ciudades más populosas como en las más pequeñas aldeas. Acompañó este apostolado de la palabra con el de la prensa, publicando innumerables libros y opúsculos, difundiendo toda clase de buenas lecturas, fundando asociaciones para la propaganda religiosa. Y lo completó con el apostolado del buen ejemplo, en la palabra, en todo su porte, en toda su vida santísima, que trascendía a Dios y que sólo buscaba las almas para llevarlas a Dios.

 

INVOCACIÓN: ¡Oh glorioso San Antonio María, que ungido sacerdote del Señor, no pensaste en otra cosa, ni ambicionaste sino evangelizar a los pobres y humildes y retornar a Dios a los pecadores arrepentidos, renovando en tu vida y persona las maravillas y hechos de los Apóstoles! Alcánzanos que, encendidos en el celo de las almas, nos empleemos en llevar a Dios a nuestros hermanos extraviados, con la palabra, con el ejemplo y con la oración, siendo así verdaderos testigos y apóstoles de Cristo. Amén.


Pídase ahora las gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con la oración final.

 DÍA QUINTO: Vida de oración

Comenzar con la oración preparatoria de todos los días.

MEDITACIÓN: El celo apostólico de San Antonio María era fruto de su amor a Dios y se alimentaba en su vida interior, en su vida de oración. Cultivó siempre la oración, la mental como la vocal, dedicándose a una y a otra todos los días. Rezaban diariamente las tres partes del Rosario, el Viacrucis, el santo Trisagio y muchas otras devociones. Visitaba diariamente el Santísimo Sacramento. Por los caminos rezaban distintas devociones, y al llegar a los pueblos invocaba a los Santos y Ángeles tutelares de los mismos. Dedicaba algunas horas diarias a la oración mental, robándolas al sueño de la noche, diciendo que se creería perdido el día que hubiera abandonado la oración. Fomentaba este espíritu con el recogimiento y la presencia de Dios; y para ello se había fabricado un oratorio espiritual en su corazón, donde día y noche adoraba a Dios, suplicándole continuamente por sí y por los demás. Por eso el Señor le favoreció con gracias extraordinarias y con comunicaciones sobrenaturales y dio fruto copiosísimo a todos sus trabajos y empresas.

 

INVOCACIÓN: ¡Oh glorioso San Antonio María, que en el trato continuo con Dios por la oración transformaste toda tu vida hasta no vivir sino en Cristo y para Cristo, en los pensamientos, en los afectos y en las obras! Alcánzanos el espíritu de oración, danos a conocer su excelencia y necesidad, enséñanos la práctica de la piedad cristiana, para que mediante la oración aprendamos a vivir cristianamente, a santificar nuestras obras y con el cumplimiento de nuestros deberes conseguir la vida eterna. Amén.

Pídase ahora las gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con la oración final.

DÍA SEXTO: Vida de penitencia

 

MEDITACIÓN: No es posible la vida cristiana sin el espíritu de penitencia, ni menos la santidad sin la práctica de la mortificación. ¡Qué ejemplo nos da de ello San Antonio María Claret! La comenzó ya de joven, y le acompañó toda la vida. Tres días a la semana se ponía el cilicio; otros tres se disciplinaban; ayunaba los viernes y sábados. De estudiante, se levantaba muchas veces de la cama, exclamando: «¡Señor! ¿Vos en un pesebre, y yo en una cama? ¡Jesús mío! ¿Vos en la cruz, y yo en un blando lecho?» Y se entregaba así a la penitencia. En su vida de misionero, comía frugalísimamente; no probaba la carne ni el vino; dormía muy poco, y las más de las veces, recostado en una silla; hacía siempre los viajes a pie, privándose de todo refrigerio. Más extraordinarias fueron sus penitencias cuando arzobispo y cuando confesor real, por las especiales circunstancias en que se mantenía fiel a su plan de austeridad y de privaciones. Y a estas mortificaciones voluntariamente tomadas, ¿cómo no sumar las que le venían de los mismos ministerios, de los elementos, de la persecución de los malos? Bien pudo exclamar, al fin de su vida, que llevaba en su carne los estigmas de Jesucristo.

 

INVOCACIÓN: ¡0h glorioso San Antonio María, que por el ejercicio constante de la penitencia y por la paciencia admirable en sufrir toda clase de persecuciones llevaste impresa en tu cuerpo la mortificación de Cristo, viviendo crucificado al mundo y a la carne! Alcánzanos el espíritu de penitencia con que sepamos dominar las pasiones, huir de los falsos halagos del mundo y seguir a Jesús por el camino de la cruz, hasta merecer los premios de la. Gloria. Amén.


Pídase ahora las gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con la oración final.

DÍA SÉPTIMO:Espíritu de humildad

Comenzar con la oración preparatoria de todos los días.

MEDITACIÓN: Enseñan los Santos que la humildad es el fundamento de la perfección, la primera virtud del cristiano. Sobre este fundamento trató San Antonio María de levantar el templo de su santidad. Por ello se entregó tan completamente a su ejercicio.

 

 

Con la consideración de su nada, con la meditación de las divinas excelencias, con el examen diario sobre esta virtud; sobre todo, con el ejercicio constante de actos de humildad. Por más de veinte años llevó el examen particular sobre el ejercicio de esta virtud. Hacer actos públicos de humildad, como besar los pies de los otros, servirles en la mesa, hacer los oficios más abyectos, fue práctica frecuente de toda su vida, aun cuando arzobispo y confesor real. Sobre todo, su humildad brilló heroica en el silencio y paz con que sufrió las más horribles calumnias en su fama y en su vida, sin salir nunca en propia defensa ni permitir que otros lo hicieran. Ni las aclamaciones le ensalzaban, ni la persecución le abatía; con igual modestia y sencillez en las dignidades que en la oscuridad de sus ministerios apostólicos; llano con los pobres y menesterosos, fuerte y desinteresado con los grandes. Buscaba siempre a Dios; quería imitar a Jesús, manso y humilde de corazón.

 

INVOCACIÓN
¡Oh glorioso San Antonio María, que, para seguir más perfectamente a Jesús, te abrazaste con las humillaciones y los desprecios, no buscando más que la gloria de Dios en todo! Alcánzanos la humildad de corazón, con la que sepamos combatir la soberbia de la vida, someternos en todo a la divina voluntad y glorificar a Dios en esta vida para poseerlo felizmente en la eterna. Amén.

Pídase ahora las gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con la oración final

DÍA OCTAVO: Vida mariana.

Comenzar con la oración preparatoria de todos los días.

 

MEDITACIÓN: San Antonio María tuvo una verdadera piedad filial para con la Santísima Virgen; la amó y honró siempre como a Madre ternísima. De niño, se complacía en visitar sus imágenes; de tejedor, le rezaba todos los días las tres partes del Rosario; de estudiante, se alistó en sus asociaciones, para venerarla más fielmente; sacerdote, se consagró como esclavo suyo de amor; misionero, predicó incansable sus glorias y propagó las prácticas de devoción y sus asociaciones, especialmente el santo Rosario y la devoción a su Inmaculado Corazón, cuya archicofradía estableció en todas las parroquias de la archidiócesis de Santiago. ¡Con qué ternura filial amaba al Corazón Inmaculado de María! Y ¡cuán maternalmente pagó la Santísima Virgen esta piedad de su' Siervo! ¡Cuántas veces le libró de la muerte, le dio victoria en las tentaciones y peligros, hizo fructuosísimos todos sus ministerios!

 

INVOCACIÓN: ¡Oh glorioso San Antonio María, que ya desde los tiernos años escogiste a la Santísima Virgen por madre y maestra de vuestra vida espiritual, logrando así llegar a las más altas cumbres de la santidad! Alcánzanos para con ella verdadera piedad de hijos; que conozcamos sus grandezas y excelencias, que sintamos el atractivo de su Corazón maternal, para mejor conocer, amar y servir a su Santísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Pídase ahora las gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con la oración final.

DÍA NOVENO: Vida eucarística

Comenzar con la oración preparatoria de todos los días.

 

MEDITACIÓN: El sagrario fue el hogar donde se formó la vida espiritual de San Antonio María y donde continuamente se encendían su amor a Dios y su celo por las almas. Para eso visitaba frecuentísimamente a Jesús Sacramentado, pasaba largo tiempo meditando su amor, celebraba fervorosamente la santa Misa y de mil modos practicaba su devoción para con la Eucaristía. ¡Cómo deseaba unirse con Jesús! «Yo me abrazo espiritualmente con Jesús -decía-, y en este abrazo pasaría toda la eternidad.» Y añadía: «Oh Jesús! Cuando en la santa Misa pronuncio las palabras de la consagración, la sustancia del pan y del vino desaparece... Pronunciad sobre mí las palabras de la consagración: consagradme, Jesús mío, para que yo desaparezca, y bajo mis apariencias viváis únicamente Vos.» ¡Cómo correspondió el Señor a este amor de su Siervo, uniéndole a sí, concediéndole el favor de conservarse milagrosamente en su interior las especies sacramentales de una comunión a otra, convertido de este modo como en un sagrario viviente!

INVOCACIÓN: ¡Oh glorioso San Antonio María, amantísimo de Jesús Hostia, sagrario viviente de la Eucaristía! Alcánzanos aquella tu ardentísima devoción a este santo misterio; que lo veneremos con fe, que lo recibamos con amor, que sea siempre nuestro alimento espiritual acá en la tierra, para que podamos verlo, adorarlo y gozarlo en el cielo. Amén.

Pídase ahora las gracias que deseen obtenerse mediante la Novena. Concluir con la oración final.

 

NOVENA A SAN BLAS
Obispo y mártir (m. hacia el 316)


ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

Acto de amor a Dios. Creo fiel y verdaderamente en Misterio de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero, en quien confío firmísimamente conseguir perfección del dolor que tengo de haber ofendido a su majestad Santísima, intercediendo los méritos de mi Señor Jesucristo, los de su Santísima Madre y los de mi glorioso abogado San Blas; suplicando al Señor conserve en mí siempre esta fe viva, me de el perdón de mis culpas, el remedio de mis necesidades, y lo que pido en esta Novena, siendo para honra suya y bien de mi alma; si no, viva resignado en su santa voluntad, como cosa que más me conviene. Amén.

Meditar a continuación la reflexión del día que corresponda:

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS:

 

Dignaos, Señor mío, Padre de las misericordias, y Dios de todo consuelo, dignaos oír la humilde petición de vuestro siervo Blas, y restituid a éste... (Adulto, niño o animal) la salud, para que conozca todo el mundo que sólo Vos sois el Señor de la muerte y la vida, pues Vos sois el dueño y soberano de todos, misericordiosamente liberal para con todos cuantos invocan vuestro santo nombre; humildemente os suplico que todos los que en adelante recurrieren al Santo para conseguir de Vos, por su intercesión, la curación de semejantes dolencias, experimenten el efecto de su confianza, y sean benignamente oídos, y favorablemente despachados. Por nuestro Señor Jesucristo, Hijo vuestro, que siendo Dios, vive y reina con Vos en unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.

Pídase aquí con fe y confianza al glorioso San Blas el favor particular que desea alcanzar.

 

Oración. Santísimo Pontífice de Dios, San Blas, protector sagrado de los que os invocan, dado por Dios para que en nuestras aflicciones y quebrantos nos valgamos de vuestro poderoso patrocinio. Yo os suplico y ruego me alcancéis de la piedad divina, el remedio en mi necesidad, favor que rendidamente os pido en esta Novena, y asimismo que sea ensalzado su santísima fe, que dé salud al Sumo Pontífice, paz a los Príncipes cristianos, refrigerio a las Animas del purgatorio, remisión a los que están en pecado mortal, perseverancia en la fe, y nos conserve en su gracia, para que pueda haceros compañía, cantando las divinas alabanzas por los siglos de los siglos. Amén.

DÍA PRIMERO: Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Altísimo y misericordioso Dios, que estimaste en tanto la humildad, que quisiste que tu Hijo Jesucristo viniese al mundo desconocido, y viviese despreciado de su mismo pueblo: yo te ofrezco los méritos de tu humildad y desprecio, y los de tu invicto mártir San Blas, que retirándose a lo oculto, vivió apartado de los ojos del mundo, conocido solo de las fieras; y te suplico me apartes de todos los peligros que en el mundo me amenazan, y de las delicias aparentes que me ofrecen para que te sirva con mayor perfección, anhelando solo las delicias de la gloria y me concedas lo que te pido en esta Novena para gloria y honra tuya. Amén.

Rezar tres padrenuestros y avemarías en reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA SEGUNDO: Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Oh Padre de misericordias y Dios de todo consuelo, que lo comunicas a las almas que te buscan en la soledad y retiro, y nos enseñaste con el ejemplo de tu Hijo Jesucristo, que se retiraba a orar a la soledad y desierto: yo te ofrezco los méritos de su elevada oración, y los de tu esclarecido mártir San Blas, que en el retiro de la cueva se ocupaba día y noche en la contemplación de las cosas divinas, y en pedir la paz de tu Iglesia: y te suplico me des un total despego del bullicio de este mundo, para que libre y sin ruido pueda hallarte en el retiro de mi corazón, y gozar de tu santa conversación; y me concedas lo que te pido en esta Novena, para. Gloria y honra tuya. Amén.

Rezar tres padrenuestros y avemarías en reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA TERCERO: Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Señor Dios fuerte y poderoso, que ostentas en lo poderoso lo infinito de tu fortaleza; yo te ofrezco los méritos de tu valeroso mártir San Blas, y la fortaleza y constancia con que se ofreció a los ministros del tirano que le buscaban, a imitación de tu Hijo Jesucristo, que en el huerto salió al encuentro y se ofreció a los judíos que venían a prenderle: yo te suplico me des una firme constancia para imitar sus pasos, y una constante fortaleza para hacer rostro a los embarazos que pueda ponerme el mundo para guardar tu santa ley y me concedas lo que os pido en esta Novena para gloria y honra tuya. Amén.

Rezar tres padrenuestros y avemarías en reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA CUARTO: Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Único Señor de lo criado, Dios celoso de las almas, yo te ofrezco los méritos de tu Hijo Jesucristo, que llevado del celo de tu casa, veneración y culto de tu nombre, arrojó a los sacrílegos que profanaban tu templo, y a su imitación tu esforzado mártir San Blas despreció los ídolos del tirano, confesándote a ti Dios único y verdadero: y te suplico por los méritos de tu valiente mártir, me des gracia para confesar tu Santo Nombre, y sanidad en la garganta. para bendecir y cantar tus alabanzas, y me concedas lo que te pido en esta Novena para honra y gloria tuya. Amén.

Rezar tres padrenuestros y avemarías en reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA QUINTO: Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Pacientísimo Dios y Señor mío, que por tu infinita caridad enviaste a tu Unigénito Hijo a redimir al mundo a costa de tormentos, azotes y afrentas en un madero: yo te ofrezco la sangre que derramó en toda su pasión, y los tormentos y azotes que padeció tu escogido mártir San Blas, cuando colgado de un madero herían y maltrataban su cuerpo, gloriándose de padecer por la confesión de la fe: yo te suplico me des paciencia en mis tormentos y ahogos, para que mis quebrantos sean meritorios y aceptos en tu acatamiento, hasta llegar a la patria del descanso, y me concedas lo que te pido en esta Novena para, gloria y honra tuya. Amén.

Rezar tres padrenuestros y avemarías en reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para todos los días.


DÍA SEXTO:
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Liberalísimo Señor y Dios de todo lo creado, que con altísima providencia repartes los tesoros que encierras en tus manos: yo te ofrezco los méritos de tu agradecido mártir San Blas, que preso en la cárcel aceptó la limosna de la pobre viuda, ofreciendo favorecer a los que celebrasen tu memoria, a ejemplo de tu Hijo Jesucristo, que agradecido al obsequio de las hermanas de Lázaro, llenó la casa de bendiciones, consolándolas en su aflicción: y te suplico sea yo agradecido a tus favores, para que empleándome en hacer bien a los pobres y necesitados reciba de tu mano el galardón de los tesoros del cielo, y lo que te pido en esta Novena para gloria y honra tuya. Amén.

Rezar tres padrenuestros y avemarías en reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA SÉPTIMO: Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Omnipotente Señor del cielo y tierra, que para mostrar el dominio que tienes sobre los elementos, mandaste a tu Apóstol San Pedro venir a ti seguro sobre las aguas: yo te ofrezco los méritos de tu glorioso mártir San Blas, que armado con la señal de la cruz, andaba sobre las aguas como por tierra firme, manifestando tu virtud y poder: y te suplico, que de tal suerte me adorne con esta sagrada insignia, que me libre de los ahogos que me ofrece el mar tempestuoso de este mundo, y respire en ti, descanso único en nuestra peregrinación, y me concedas lo que te pido en esta Novena para la gloria y honra tuya. Amén.

Rezar tres padrenuestros y avemarías en reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA OCTAVO: Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Misericordiosísimo Dios y Señor mío, que en el nombre de Jesús, tu Hijo, nos dejaste universal medicina parad todas nuestras dolencias, ofreciendo a sus Apóstoles que con la invocación de este dulcísimo Nombre, curarían todas las enfermedades: yo te ofrezco los méritos de tu esforzado mártir San Blas, a quien concediste estando próximo a la muerte la petición que te hizo de favorecer a todos los que en sus enfermedades y ahogos invocasen tu nombre: y te suplico me concedas que traiga siempre mis labios endulzados con la invocación de estos nombres, para que menospreciando los acíbares y amarguras del mundo, consiga la sanidad del alma y cuerpo, y lo que te pido en esta Novena para gloria y honra tuya. Amén.

Rezar tres padrenuestros y avemarías en reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA NOVENO: Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.

Señor Dios de las venganzas, que con la muerte de tú Unigénito Hijo té diste por satisfecho de los agravios e injurias del linaje humano: yo te ofrezco los méritos de su muerte y los de tu esclarecido mártir San Blas, que por la confesión de tu nombre ofreció su vida en holocausto a los acerados filos del cuchillo: y te suplico me asistas con tu gracia, para que cortando la cabeza a mis vicios y pasiones, pueda ofrecerme como sacrificio en olor de suavidad en el altar de la gloria, y me concedas lo que te pido en esta Novena para gloria y honra tuya. Amén.

Rezar tres padrenuestros y avemarías en reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para todos los días.

 

 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis