novenas - NOVENAS GRUPO 35
 

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CONCLUSIONES

NOVENA BEATA  MADRE GENOVEVA TORRES MORALES

Beata Genoveva Torres Morales

"ANGEL DE LA SOLEDAD"

NOVENA

 

ORACION INICIAL  (para todos los días)


Oh Dios, que concediste a la Beata Genoveva, religiosa, gracias innumerables, escogiéndola como instrumento fiel para combatir la soledad en que viven muchos seres humanos: haz que yo sepa también convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte, de servir con alegría y sencillez a la Iglesia y al prójimo, iluminando los caminos del mundo con la luz de la fe y del amor. Dígnate otorgar la pronta canonización de la Beata Genoveva, y concédeme con su intercesión el favor que te pido (pídase). Por Jesucristo Nuestro Señor. Así sea.

 

Se medita a continuación sobre el pensamiento tomado para cada día de los escritos de la Madre, y se reza la oración correspondiente

 

 

ORACION FINAL   (para todos los días)

Oh Dios, rico en misericordia, que por medio de la Beata Genoveva, virgen, inválida en su cuerpo, has manifestado la grandeza del amor del Corazón de Cristo, principalmente hacia quienes viven en soledad, por su intercesión, concédenos imitar sus ejemplos para poder seguir fielmente a tu Hijo Jesucristo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

  PRIMER DÍA

"En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos"
(I Jn 5, 2-3).

 

"El camino de la virtud es el camino del vencimiento y, por consiguiente, el del sufrimiento. Todo lo vence el amor, y con gusto o sin él trabajamos. Que la antorcha de la fe sea nuestro faro, nuestra guía el amor a Dios y al prójimo, y la esperanza nuestra fortaleza".

 

 (De los escritos de la Beata Madre Genoveva)

 

Oración: Señor, Padre Santo, que para nuestro bien espiritual nos mandaste dominar nuestro cuerpo mediante la austeridad, ayúdanos a librarnos de la seducción del pecado y a entregarnos al cumplimiento filial de tu santa ley.


Por Jesucristo nuestro Señor.

 

  (Padrenuestro, Avemaría, Gloria)

 

SEGUNDO DÍA

"El que no coge mi cruz y me sigue no es digno de Mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por Mí, la encontrará"


(Mt 10, 38-39).

 

"La vida espiritual está en cumplir nuestros deberes con perfección, y para estar unida con Dios basta el conformarse con su santa voluntad; y tanto estaré más unida cuanto más renuncio a mis pobres quereres por abrazarme en la cruz de Cristo en su querer, cueste lo que cueste".

 

 (De los escritos de la Beata Madre Genoveva)

 

Oración: Señor Dios, Creador de todas las cosas, que mandaste a los hombres cumplir los deberes de trabajo; haz que, por tu misericordia, sirvan nuestras tareas para el progreso humano y para la extensión del Reino de Cristo.


Por Jesucristo nuestro Señor.

(Padrenuestro, Avemaría, Gloria)

 

TERCER DÍA

"Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el final del mundo"
(Mt 28, 30).

"¡Tenga confianza y acuda al Sagrario! ¡Él está solo!, ¿por qué no acompañarlo? Y sufre, ¿por qué no sufrir nosotros? Y disimula, ¿por qué no nosotros? Y siempre perdonando y pidiendo y ofreciéndose a su Eterno Padre, ¿y por qué no nosotros? Y siempre amando, ¿y por qué no nosotros? ¡Buen ánimo y a ser todos de Él!".

 

 (De los escritos de la Beata Madre Genoveva)

 

Oración: Oh Dios, que en el sacramento de la Eucaristía nos dejaste el memorial de tu pasión; te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

 

  (Padrenuestro, Avemaría, Gloria)

 

 

CUARTO DÍA

"Voy a enviarte un ángel por delante para  que te cuide en el camino y te lleve  al lugar que he preparado"  (Ex 23, 20).

 

"El Ángel de la Guarda es el mejor amigo de mi alma. A Él acudiré en mis necesidades de alma y cuerpo, pues en mis tristezas y padecimientos me fortalecerá para caminar hacia Dios. El Ángel siempre a mi lado. Yo le daré gusto viviendo en paz".

 

 (De los escritos de la Beata Madre Genoveva)

 

Oración: Oh Dios, que en tu providencia amorosa te has dignado enviar para nuestra custodia a tus santos ángeles; concédenos, atento a nuestras súplicas, vernos siempre defendidos por su protección y gozar eternamente de su compañía.


Por Jesucristo nuestro Señor.

 

  (Padrenuestro, Avemaría, Gloria)

 

 

QUINTO DÍA

"Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador"
(Lc 1, 46-47).

 

"¡Cuánto debo yo a la Santísima Virgen! A su nombre se fundó la primera casa, bajo sus auspicios. ¡Cuántas gracias le debo! ¡Cuántos recuerdos, Madre querida! No me dejes; no me falte tu amparo en toda contrariedad y vaivenes de esta vida de miseria. El Instituto es tuyo. Como tal, espero que seáis el timón que lleva la nave al puerto".

 

 (De los escritos de la Beata Madre Genoveva)

 

Oración: Dios todopoderoso, concede a los fieles que se alegran bajo la protección de la Virgen María, verse libres, por su intercesión, de todos los males de este mundo y alcanzar las alegrías del cielo.


Por Jesucristo nuestro Señor.

 

  (Padrenuestro, Avemaría, Gloria)

 

 

SEXTO DÍA

"Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro" (Col 3, 12-13).

 

"Siempre he visto con pena las desavenencias, pareciéndome que el Señor no puede estar contento de ellas; pues que todos somos hijos del mismo Padre. Esta es la vida: sufrir de todos y no hacer sufrir a nadie".

 

 (De los escritos de la Beata Madre Genoveva)

 

 

Oración: Oh Dios, unidad suprema y amor verdadero; concede a tus hijos un solo corazón y un solo espíritu, para que vivan en concordia y para que la Iglesia, cimentada en la verdad, pueda mantenerse en la unidad perfecta.


Por Jesucristo nuestro Señor.

 

  (Padrenuestro, Avemaría, Gloria)

 

 

SEPTIMO DÍA

"Lo que hacéis hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor y no a los hombres"
(Col 3, 23).

 

"Quiere el Señor almas grandes, y no lo son las que guardan alguna partecita de su propio corazón. Entonces somos aves de rapiña. No acepta el Señor la ofrenda de un corazón partido, ni puede decirse que ama el que teme dar aquello que el Señor quiera pedirle".

 

 (De los escritos de la Beata Madre Genoveva)

 

Oración: Oh Dios, Padre de todos los dones, de quien viene cuanto somos y tenemos; enséñanos a reconocer los beneficios de tu amor, y a amarte con todas las fuerzas de nuestro corazón.


Por Jesucristo nuestro Señor.

 

  (Padrenuestro, Avemaría, Gloria)

 

 

OCTAVO DÍA

"Inclinaos, pues, bajo la mano poderosa de Dios, para que a su tiempo os levante. Descargad en Él todo vuestro agobio, que Él se interesa por vosotros"


(I P 5, 6-7).

 

"Vivamos en manos de Dios, como la pelota en manos de un niño juguetón, que, por más lejos que la eche, nunca la pierde de vista. Mi paz la debo cifrar en estar pendiente de lo que Dios quiera de mí, sin mirar mis gustos y quereres. Sólo Dios basta en todo".

 

 (De los escritos de la Beata Madre Genoveva)

 

Oración: Oh Dios, que has preparado tu Reino para los humildes y sencillos, concédenos la gracia de seguir confiadamente el camino de la conformidad en todo con tu santa voluntad, para que nos sea revelada tu gloria eterna.


Por Jesucristo nuestro Señor.

 

  (Padrenuestro, Avemaría, Gloria)

 

NOVENO DÍA

"Me alegro de sufrir por vosotros: así completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia"


(Col 1, 24).

 

"En medio de mis padecimientos morales y físicos, no cesará la música interior de mi alma, de alabar a Dios con actos de virtudes ofreciéndome a Él por amor. Siempre la enfermedad es un aliciente más para acudir a Dios, no para sanar sino para estar conforme en lo que Dios manda".

 

 (De los escritos de la Beata Madre Genoveva)

 

Oración: Dios y Señor nuestro, salvación eterna de cuantos creen en Ti, escucha las oraciones que te dirigimos por tus hijos enfermos; alívialos con el auxilio de tu misericordia, para que, recuperada la salud, puedan darte gracias en tu Iglesia.
Por Jesucristo nuestro Señor.

 

  (Padrenuestro, Avemaría, Gloria

 

La Beata Genoveva, hubo de caminar siempre apoyada en muletas, pero eso no le impidió discernir y cumplir, con paso firme, la voluntad de Dios.

Demostró una fortaleza heroica, tanto en su actividad humana como en su labor apostólica. Muestra que la limitación física no es impedimento alguno para realizarse como persona y para vivir en plenitud la vocación y misión cristiana.

Mujer humilde, tanto por su origen como por su cultura, poseyó la ciencia del amor divino, aprendido en su intensa devoción al Corazón de Jesucristo.

En su debilidad se manifestó la fuerza de Dios. Ella siguió el ejemplo de María: como la humilde muchacha de Nazaret pronunció también su "fiat" confiando en el poder del Señor y recibiendo de Él la ayuda necesaria para responder generosamente a la vocación religiosa de fundar un nuevo Instituto.       (Juan Pablo II)      

 


NOVENA BREVE ESPÍRITU SANTO

 

SIETE VENTAJAS PRECIOSAS PARA EL QUE HA HECHO LA PROMESA DE PROPAGAR LA DEVOCIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

1. Se crea un lazo de amor entre nuestra alma y la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.

2. Un aumento notable de todas nuestras devociones, especialmente a la Sagrada Eucaristía, al Corazón de Jesús y a la Santísima Virgen.

3. Una seguridad de recibir en el alma más inspiraciones del Espíritu Santo y la fuerza para ponerlas en práctica.

4. Procurar, de una manera excelente, la gloria de Dios, trabajando cada día en hacer conocer y amar al Santificador de las almas.

5. Trabajar muy especialmente por el advenimiento del Reinado de Dios en el mundo por la acción del Espíritu vivificante.

6. Ser verdadera y prácticamente Apóstol del Espíritu Santo.

7. Atraer sobre el alma auxilios espirituales del Espíritu Santo; más intima unión con Dios por medio del Santificador; mayor progreso en la oración mental; más consuelo, y hasta alegría, en la hora de la muerte después de tan sublime apostolado.

 

(El invocar a menudo al Espíritu Santo es prenda segura de acierto y ayuda en nuestros problemas y necesidades espirituales y temporales.)

La novena del Espíritu Santo es de suma importancia para todo cristiano ya que fue la primera que celebraron los Apóstoles con la Virgen María en el Cenáculo. Allí aguardaron con recogimiento y oración su venida y recibieron sus abundantes y maravillosos dones.

ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor. Oh, Dios, que con la luz del Espíritu Santo iluminas los corazones de tus fieles, concédenos que guiados por el mismo Espíritu, disfrutemos de lo que es recto y nos gocemos con su consuelo celestial.

 

1

Ven, Espíritu Santo, por tu don Sabiduría, concédenos la gracia de apreciar y estimar los bienes del cielo y muéstranos los medios para alcanzarlos. Gloria...

2

Ven, Espíritu Santo, por tu don de Entendimiento, ilumina nuestras mentes respecto a los misterios de la salvación, para que podamos comprenderlos perfectamente y abrazarlos con fervor. Gloria...

3

Ven, Espíritu Santo, por tu don de Consejo, inclina nuestros corazones a actuar con rectitud y justicia para beneficio de nosotros mismos y de nuestros semejantes. Gloria... 

4

Ven, Espíritu Santo, por tu don de Fortaleza, fortalécenos con tu gracia contra los enemigos de nuestra alma, para que podamos obtener la corona de la victoria. Gloria...

5

Ven, Espíritu Santo, por tu don de Ciencia, enséñanos a vivir entre las cosas terrenos para así no perder las eternas. Gloria...

6

Ven, Espíritu Santo, por tu don de Piedad, inspíranos a vivir sobria, justa, y piadosamente en esta vida, para alcanzar el cielo en la otra vida. Gloria.

7 

Ven, Espíritu Santo, por tu don de Temor de Dios, hiere nuestros cuerpos con tu temor para así trabajar por la salvación de nuestras almas. Gloria...

 

 

Oración. Oh Dios, que has unido las naciones en la confesión de tu nombre, concédenos que los que han renacido por el agua del bautismo, tengan la misma fe en sus corazones y la misma piedad en sus acciones.

Oh Dios, que enviaste el Espíritu Santo a los apóstoles, oye las oraciones de tus fieles para que gocen de la verdadera paz, quienes por tu gracia, han recibido el don de la verdadera fe. Te suplicamos, oh Dios, que tu Santo Espíritu encienda en nuestros corazones esa llama que Cristo trajo a la tierra y deseó ardientemente fuera encendida.

Inflama, oh Señor, nuestros corazones con el fuego del Espíritu Santo, para que te sirvamos castos de cuerpo y limpios de corazón. Enriquece, Señor, nuestros corazones derramando con plenitud tu Santo Espíritu por cuya sabiduría fuimos creados y por cuya providencia somos gobernados.

Te suplicamos, oh Dios Todopoderoso y Eterno, que tu Santo Espíritu nos defienda y habite en nuestras almas, para que al fin, seamos los templos de su gloria.

Te pedimos, Señor, que según la promesa de tu Hijo, el Espíritu Santo nos lleve al conocimiento pleno de toda la verdad revelada. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

 

 

 

"Recuerda, pues, que has recibido el sello del Espíritu, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de piedad, espíritu del santo temor, y conserva lo que has recibido. Dios Padre te ha sellado, Cristo el Señor te ha confirmado y ha puesto en tu corazón, como prenda suya, el Espíritu Santo, como te enseña el Apóstol."

San Ambrosio


Tratado sobre los misterios, 29-30

Novena de acuerdo al "Acuérdate, Ntra. Sra."


1. Acuérdate, Nuestra Señora Del Sagrado Corazón, De Las Maravillas Que Dios Hizo En Ti

2. - El Te Escogió Como Madre De Su Hijo

3. A Quien Seguiste Hasta La Cruz

4. - Te Glorificó Con Él, Escuchando Con Agrado Tus Plegarias

5. - Tu Conoces Nuestras Necesidades.

6.- Ayúdanos A Vivir En Su Amor

7. Condúcenos A Las Fuentes De Agua Viva Que Brotan De Su Corazón.

8. De Donde Brotan Para La Vida Del Mundo La Esperanza Y El Perdón, La Fidelidad Y La Salvación

9. - Tu Petición De Madre Es Poderosa.

Nuestra Señora Del Sagrado Corazón.



1. ACUÉRDATE, NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CO­RAZON, DE LAS MARAVI­LLAS QUE DIOS HIZO EN TI
A: María, a ti hemos dado el titulo «Nuestra Señora del Sagrado Corazón». Estamos convencidos que tú tienes una re­lación muy especial para con tu Hijo Jesús. 

B: El es el corazón de Dios en nuestro mundo.

A: En Jesús vemos al Buen Pastor que va en busca de las ovejas perdidas. El conoce a las suyas y da su vida por salvarlas. Nos muestra la profunda preocupación del Pa­dre, por los que son menospreciados y cu­yos derechos no son respetados. El alivia nuestras cargas y nos ofrece descanso. Pero también nos plantea exigencias y nos habla con autoridad.

B: En él hemos conocido el amor que Dios nos tiene. Hemos creído en él.

A: María, tú estás íntimamente unida a tu Hijo. Tú conoces las riquezas de su corazón. Todo su ser está llena de tu amor. Tú nos llevas a él. Tú señalas a su corazón, fuente de un amor sin limite que da nacimiento a un mundo nuevo.

B: Desde toda la eternidad, Dios te ha elegido. El te ha llenado de gracia. Tú eres un regalo de Dios para nosotros.

A: El poder de Dios descansó sobre ti. Dios se hizo presente. Tú eres la Madre de Dios.

B : Como nadie has escuchado la pa­labra de Dios y la has dado realidad concre­ta.

A: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, acuérdate de las maravillas que Dios hizo en ti.

B: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, acuérdate de las maravillas que tú has hecho en nuestro favor. - Amén.

2. - EL TE ESCOGIO COMO MADRE DE SU HIJO

A: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, acuérdate que Dios se ha hecho hom­bre en ti.

B: El te ha escogido como madre de su Hijo.

A: Tú has vivido más que otras muje­res las ansias y preocupaciones de una ma­dre gestante.

B: En Belén te llegó a ti el tiempo de dar a luz.

A: Tú has aprendido de Jesús como él de ti.

B: Siempre quedó grabado en tu cora­zón lo que pasó en la infancia de tu hijo. Este privilegio compartes con todas las ma­dres del mundo.

A: A tus manos, Jesús ha hecho los primeros pasos. Le has enseñado a hablar y rezar.

B: En la humildad del hogar de Nazaret, él ha sentido ya algo de la grandeza de Dios Padre, gracias a José y a ti.

A: Con todos los padres compartes esta gran tarea que tienen: ser médico, maestra y sacerdote para sus hijos.

B: Te ha costado aceptar tu rol duran­te la vida pública de Jesús.

A: Tú has sido su madre en los momentos felices y tristes de su vida. 

B: Tú has dicho «Sí» a Dios con el entusiasmo de una joven. Pero este entusias­mo no ha sido pasajero, sino has mantenido esta afirmación hasta debajo de la cruz. 

A: Desde entonces, tu maternidad se extiende a los hermanos y las hermanas de tu hijo.

B: Tú has cooperado con el Espíritu Santo como madre de Cristo y madre de la Iglesia.

A: Alabamos a Dios por las maravi­llas que ha hecho en ti, su humilde esclava.

B: Alabamos a Dios que ha obrado bien en favor de todos los hombres, por medio de ti.

A: Te confiamos a ti, la Madre de Dios, nuestras súplicas y alabanzas, pues tú conoces como nadie a tu Hijo.

B: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, acuérdate de los lazos maternales que te unen con tu Hijo. Intercede por nosotros. Prepáranos para ver en todo su amor. Con­cédenos vivir como tú, aceptando su volun­tad. - Amén.

3. A QUIEN SEGUISTE HASTA LA CRUZ
A
: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, acuérdate de los dolores que has sufri­do durante tu vida.

B: Tú has participado en el camino de la cruz de tu hijo.

A: Desde el comienzo, las reacciones de los hombres frente a tu hijo, su creciente rechazo y enemistad han atravesado tu alma como una espada.

B: Como madre de Jesús, estabas jun­to a la cruz.

A: Tú, la Madre Dolorosa, has recibi­do en el momento de sufrimiento un encar­go especial: ser la madre de todos los des­amparados y abandonados.

B: No te alejes de nosotros, cuando sufrimos. Quédate a lado de nuestras cru­ces.

A: Ayúdanos a mantener la confianza en la voluntad de Dios.

B: Sea nuestro consuelo y fuerza para que aprendamos que nuestro sufrimiento tie­ne un sentido.

A: En nuestras dolencias podemos ha­cernos participes del sufrimiento redentor de Cristo.

B: La más valiosa forma de coopera­ción misionera alcanza su máxima eficacia precisamente en la unión de nuestros sufri­mientos con el sacrificio de Cristo Reden­tor.

A: Que seamos nosotros corazón de Cristo en nuestro mundo: sensibles a las angustias de nuestro tiempo y traspasados por una esperanza que no muere.

B: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón,

A: Ruega por nosotros. Amén.

4. - TE GLORIFICÓ CON ÉL, ESCUCHANDO CON AGRADO TUS PLEGARIAS

A: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, tú sabes que tu Hijo se fue a la muerte por obediencia, a esa vergonzosa muerte en la cruz. Pero tú has experimentado también que Dios le dio el más alto honor.

B: Contigo doblamos la rodilla al nombre de Jesús. Todos juntos reconocemos: Jesucristo es el Señor para honra de Dios Padre.

A: Jesús resucitado quiere transmitir a todos los hombres lo que ya se realizó en ti. La vida en la gloria ya no es promesa vacía para nosotros.

B: En comunión contigo, damos gra­cias a Dios por las maravillas que él hizo en ti. A ti nos dirigimos para que su bondad se extienda a todos los hombres.

A: Tu gloria es la nuestra. Participa­mos en tu victoria. Totalmente se ha cum­plido en ti lo que es diseño provisional en nosotros todavía.

B: Tú compartes ahora la gloria de tu Hijo. Tú estás junto a él para siempre.

A: De esta manera estás más cerca de todos los hombres. Tú te das a conocer siem­pre como nuestra Madre que vela por nosotros.

B: Tú nos amas y estás íntimamente unida a Jesús. Aprovechamos de esta feliz coincidencia y te pedimos: ¡interceda por nosotros

A: María, Madre de la Iglesia y Ma­dre de todos los hombres, habla por nosotros y de nosotros al Corazón de tu Hijo re­sucitado.

B: Con agrado te escucha. - Amén.

5. - TU CONOCES NUESTRAS NECESIDADES. 
HABLA AL SEÑOR POR NOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES

A: María, tú eres nuestra hermana. A nuestro lado compartes nuestra vida. 

B: Tú conoces nuestras alegría y pe­nas, nuestros fracasos y éxitos.

A: No estaban ajenos a ti la humilla­ción y el rechazo, la inseguridad y la ingra­titud, el miedo y la preocupación. 

B: Como nosotros necesitabas el reconocimiento y el aliento que animan en si­tuaciones difíciles.

A: En los momentos importantes de tu vida sabías dirigirte a Dios. Tus oraciones son modelos para nosotros. Contigo pode­mos rezar.

B: Contigo nos ponemos a disposición de Dios. Estamos convencidos que nuestra oración está sostenida por la tuya. 

A: Acompañados por ti, cantamos las maravillas que Dios ha realizado en ti y en­tre nosotros. Dios tiene siempre misericor­dia de quienes lo reverencian..

B: También hoy, Dios pone en alto a los que ponen su confianza en él. A los ham­brientos llena con bienes y ayuda a su pue­blo.

A: No se olvida de tratarnos con cle­mencia. Sus promesas tienen plena validez para nosotros.

B: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, a ti venimos con nuestras súplicas.

A: Tú eres la orante perfecta. Habla al Señor por nosotros y por todos los hombres. - Amén.

6.- AYÚDANOS A VIVIR EN SU AMOR

A: María, hermana nuestra, el cora­zón de tu Hijo es signo del amor de Dios que vive entre nosotros.

B: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, ahora pedimos tu intercesión.

A: Cuando Jesús entregó su vida, cuando fue abierto su costado, nos dio su espíritu que derrama tu amor en nuestros corazones y nos da la voluntad de servir.

B: Mirando a aquel que fue traspasa­do, descubrimos el Corazón de Jesús como fuente inagotable de vida.

A: Podemos vivir nuestra fe en el amor del Padre, manifestado en el Corazón de Cristo.

B: Queremos ser como Jesús que ama con un corazón humano. Queremos amar por él y con él y proclamar su amor al mundo.

A: El amor de Jesús nos inspira. Si­guiendo su ejemplo, nos esforzamos por lle­var los demás a Dios, para unirlos a él me­diante el amor y librarlos del temor.

B: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, debemos constatar que muchas veces nuestra vida no es movida por este espíritu de amor y de bondad, de humildad y senci­llez.

A: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, enséñanos de nuevo el amor de tu Hijo. Ayúdanos a vivir en su amor.

B: Haznos vivir tu reino de vida y verdad, tu reino de gracia y santidad, tu rei­no de justicia, de amor y de paz. - Amén.

7. CONDÚCENOS A LAS FUENTES DE AGUA VIVA QUE BROTAN DE SU CORAZON.

A: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, contigo venimos a las fuentes, al cora­zón de Cristo.

B: El evangelista Juan resume sus re­flexiones sobre la muerte de Jesús con las palabras: "Del costado abierto salió sangre y agua".

A: Juan quiere subrayar la muerte, verdadera, cruel y sangrienta de Jesús en la cruz. Jesús acepta esta forma de morir. Su muerte no es una casualidad. Jesús se hace matar. Se sacrifica por nosotros.

B: La sangre derramada en la cruz es para siempre el sacrificio verdadero. En el futuro, ni más se necesita recurrir a los sa­crificios acostumbrados.

A: La alianza que una vez fue sellada entre Dios y los hombres, siempre estaba en peligro de fracasar. Los hombres no sabían cumplir las cláusulas del contrato. Pero ahora, una vez para siempre, Jesús ha aceptado nuestra parte.

B: Jesús nos salva. Del costado abier­to, con la sangre y el agua, nacen los sacra­mentos. Jesús quiere salvarnos en nuestra Iglesia.

A: María, madre nuestra, haznos va­lorizar los sacramentos que nos dan vida en Dios. Ellos manifiestan siempre el amor que Dios nos tiene.

B: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, necesitamos de los sacramentos. En nuestro camino que andamos contigo, son ellos señales que conducen a Dios y a nues­tro prójimo. - Amén.

8. DE DONDE BROTAN PARA LA VIDA DEL MUNDO LA ESPERANZA Y EL PERDON, LA FIDELIDAD Y LA SALVACION

A
: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, acuérdate de tu posición especial que tienes en la vida de Jesús y de nuestra Igle­sia.

B: María, tú tienes gran influencia sobre Jesús. Por eso te buscamos. Contigo nos acercamos a él.

A: Tú nos haces ver a un Dios que abre nuevos horizontes, que ama y perdona, da esperanza y solución en los conflictos. 

B: El corazón abierto de tu Hijo nos enseña a vivir nuestra propia soledad. 

A: En la oscuridad de nuestro aisla­miento cae como rayo de sol tu presencia consolador. En el desierto de nuestra deses­peración crece una planta llena de vida. 

B: Tú quitas el miedo de nosotros, cuando aceptamos ser misioneros del amor de tu Hijo.

A: Tú has trazado un nuevo camino para nosotros. Cuando estamos fatigados y sobrecargados, nos invitas al descanso. 

B: Nos ayudas a tomar sobre nosotros el yugo que a veces nosotros mismos nos imponemos.

A: Contigo podemos aprender de Je­sús, el manso y humilde, cuando no esta­mos bien con los demás.

B: Necesitamos descanso, justamente para iniciar de nuevo esta caminata de nues­tra vida y este reto de nuestra misión. 

A: Tú infundes un espíritu nuevo en nosotros. Nuestros corazones de piedras re­emplazas por los de carne.

B: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, tu relación personal e inmediata con Dios nos ayude, ser fieles a él y a la misión que él nos confió. - Amén.

9. - TU PETICION DE MADRE ES PODEROSA.
QUE DIOS RESPONDE A NUESTRA ESPERANZA.

A: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, tú eres la Madre de Dios. 

B: Tus lazos maternales nos conectan a nosotros con Cristo. 

A: Tu relación tan singular con tu Hijo nos une también con los hermanos en los cuales Cristo ha dejado su rostro. 

B: Tú eres nuestra madre. A ti pode­mos ir con nuestras preocupaciones y temores, en los momentos tristes y felices de nues­tra vida. 

A: Tú nos conduces a Jesús que confía en su Padre y reza: "Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo".

B: En un momento muy difícil de su vida, se dirige a su Padre y dice: "No mi voluntad, sino la tuya". 

A: Esta oración le da la fuerza de aguantar la captura, las falsas acusaciones, los sufrimientos y la muerte cruel en la cruz. 

B: Contigo podemos rezar. Podemos presentar todo lo que nos aflige. Tú nos en­señas a aceptar la oración de tu Hijo como nuestra.

A: Desde ahora te damos gracias. Tú no eres indiferente a nuestras súplicas. Pues tú eres nuestra Madre. 

B: Madre, mira a tus hijos. Escucha sus ruegos, sobre todo de los que sufren y de los que lloran. 

A: Te pedimos por los que ya no se atreven de acercarse a ti. 

B: Pedimos tu intercesión por todos los que están en peligro de dejar la misión que tu Hijo les ha confiado. 

A: Que te preocupes por nuestra Igle­sia, para que sea signo más claro de Cristo en nuestro mundo.

B: En las pruebas quédate a nuestro lado.

A: Nuestra Señora del Sagrado Cora­zón, abre para nosotros perspectivas de es­peranza.

B: Rompe los muros que nos encierran y no nos hacen ver el otro lado, donde estás Tú, esperándonos. - Amén


NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZON

A: Nuestra Señora del Sagrado Corazón, acuérdate de las maravillas que el Señor hizo en ti.

B: El te ha elegido como Madre de su Hijo.

A: Tú Hijo Jesús ha aprendido de ti, como todos los hijos tienen en sus padres los primeros médicos, profesores y sacerdotes.

B: María, sea nuestra madre, médico, profesora y sacerdote.

A: Tú has acompañado a Jesús hasta la cruz.

B: Por eso, él te hace compartir su gloria y escucha tus súplicas por nosotros.

A: Ofrécele nuestras alabanzas y nuestra gratitud.

B: Haznos vivir como tú, en el amor a tu Hijo.

A: Conduce a todos los hombres a la fuente de agua viva que brota de su Corazón.

B: Por intermedio de él y con tu protección, tenemos motivos para esperar de nuevo, para buscar nuevos senderos de justicia y de paz.

A: Mira nuestra confianza y atiende nuestras súplicas.

B: Muéstrate siempre como madre nuestra. 

A: Nuestra Señor del Sagrado Corazón:

B: Ruega por nosotros.

 

Novena de Aguinaldos


Oraciones Para Todos los Días or Daily Prayers

Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro Hijo la mejor prenda de vuestro amor para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En torno a él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado; suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en su pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.

Novena de Aguinaldos
Oración a la Santisima Virgen Also for Every Day

Soberana María, que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma, y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado Hijo.

¡Oh dulcísima Madre! Comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con la que aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.


---Se reza nueve veces el Avemaría---

Novena de Aguinaldos
Oración a San José Also for Every Day

¡Oh Santísimo San José! Esposo de María y padre adoptivo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan altos ministerios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza.

Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abraséis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.


---Se reza el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria---

Novena de Aguinaldos
Oración al Niño Jesús or Baby Jesús Prayer

Acordaos ¡Oh dulcísimo Niño Jesús! Que dijisteis a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será n egado”.

Llenos de confianza en Vos ¡Oh Jesús, que sois la misma verdad! Venimos a exponeros toda nuestra miseria. Ayudadnos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concedednos, por los méritos de vuestra encarnación y de vuestra infancia, la gracia... de la cual necesitamos tanto.

Nos entregamos a Vos ¡Oh Niño omnipotente! Seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.

Novena de Aguinaldos
Aspiraciones para la venida del Niño Dios
Gozos

One or several participants read them every day and at the end of each one all sing the chorus with the musical instruments. There are 2 choruses I have included both but you only sing one.

Chorus 1

Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ¡ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

Chorus 2 --My Favorite!

Ven, ven, ven, Ven a nuestras almas niñito ven, ven, ven, ven a nuestras almas niñito ven a nuestras almas...no tardes tanto, no tardes tanto, niñito ven, ven, ven.

¡Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh Divino Niño, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios! ¡Ven a nuestras almas!¡Ven no tardes tanto!

¡Oh, Adonaí potente que, a Moisés hablando, de Israel al pueblo disteis los mandatos! ¡Ah! ven prontamente para rescatarnos. Y que un niño débil muestre fuerte brazo!¡Ven a nuestras almas!¡Ven no tardes tanto!

¡Oh raíz sagrada de José, que en lo alto presentan al orbe tu fragante nardo! ¡Dulcísimo Niño que has sido llamado lirio de los valles bella flor del campo! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

¡Llave de David que abre al desterrado las cerradas puertas del regio palacio! ¡Sácanos, Oh Niño, con tu blanda mano, de la cárcel triste que labró el pecado! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

¡Oh lumbre de Oriente sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos! ¡Niño tan preciado, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

¡Espejo sin mancha Santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano! ¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado y, en forma de Niño da al mísero amparo! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas con suave cayado ya la oveja arisca, ya el cordero manso! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

¡Abranse los cielos y llueva de lo alto Bienhechor rocío, como riego santo! ¡Ven hermoso Niño! Ven Dios humanado luce, hermosa estrella, brota flor del campo. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

¡Ven que ya María previene sus brazos de su niño vean, en tiempo cercano! ¡Ven, que ya José, con anhelo sacro, se dispone a hacerse de tu amor sagrario! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

¡Del débil auxilio del doliente amparo, consuelo del triste, luz del desterrado! ¡Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

Véante mis ojos, de ti enamorados! Bese ya tus plantas, bese ya tus manos! Prosternado en tierra te tiendo los brazos, y aún más que mis frases te dice mi llanto! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

Ven, Salvador nuestro, por quien suspiramos, Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto!

Novena de Aguinaldos. Día Primero

Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.

Consideración

En el principio de los tiempos el Verbo reposaba en el seno de su Padre en lo más alto de los cielos: allí era la causa, a la par que el modelo de toda creación.

En esas profundidades de una incalculable eternidad permanecía el Niño de Belén. Allí es donde debemos datar la genealogía del Eterno que no tiene antepasados, y contemplan la vida de complacencia infinita que allí llevaba.

La vida del Verbo Eterno en el seno de su Padre era una vida maravillosa y sin embargo, misterio sublime, busca otra morada en una mansión creada. No era porque en su mansión eterna faltase algo a su infinita felicidad sino porque su misericordia infinita anhelaba la redención y la salvación del género humano, que sin Él no podría verificarse.

El pecado de Adán había ofendido a un Dios y esa ofensa infinita no podría ser condonada sino por los méritos del mismo Dios. La raza de Adán había desobedecido y merecido un castigo eterno; era pues, necesario para salvarla y satisfacer su culpa que Dios, sin dejar el cielo, tomase la forma del hombre sobre la tierra y con la obediencia a los designios de su Padre, expiase aquella desobediencia, ingratitud y rebeldía.

Era necesario en las miras de su amor que tomase la forma, las debilidades e ignorancia sistemática del hombre, que creciese para darle crecimiento espiritual; que sufriese, para morir a sus pasiones y a su orgullo y por eso el Verbo Eterno ardiendo en deseos de salvar al hombre resolvió hacerse hombre también y así redimir al culpable.

Novena de Aguinaldos. Día Segundo

Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que eres cabeza de todos tus fieles cristianos que en ti nos unimos como miembros de un mismo cuerpo que es la Iglesia: te suplicamos nos unas más y más contigo y que nuestras oraciones y sufragios de buenas obras aprovechen a las ánimas de nuestros hermanos del purgatorio, para que lleguen pronto a unirse a sus hermanos del cielo. Terminar con la oración final y el responso.

Consideración

El Verbo eterno se halla a punto de tomar su naturaleza creada en la santa Casa de Nazaret en donde moraban María y José. Cuando la sombra del secreto divino vino a deslizarse sobre ella, María estaba sola engolfada en la oración.

Pasaba las silenciosas horas de la noche en la unión más estrecha con Dios y mientras oraba, el Verbo tomó posesión de su morada creada. Sin embargo, no llegó inopinadamente; antes de presentarse envió un mensajero, que fue el Arcángel San Gabriel, para pedir a María de parte de Dios su consentimiento para la encarnación.

El Creador no quiso efectuar este gran misterio sin la aquiescencia de su criatura. Aquel momento fue muy solemne. Era potestativo en María el rehusar... ¡Con qué adorables delicias. Con qué inefables complacencias aguardaría la Santísima Trinidad a que María abriese los labios y pronunciase el fiat que debió ser suave melodía para sus oídos, y con el cual se conformaba su profunda humildad a la omnipotente voluntad divina!

La Virgen Inmaculada ha dado su asentimiento. El Arcángel ha desaparecido. Dios se ha revestido de una naturaleza creada; la voluntad eterna está cumplida y la creación completa. El Verbo se ha hecho carne, y aunque todavía invisible para el mundo, habita ya entre los hombres que su inmenso amor ha venido a rescatar.

Novena de Aguinaldos. Día Tercero

Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que a los que pecan castigas con justicia en esta vida o en la otra: concédenos la gracia de nunca pecar y ten misericordia de los que, habiendo pecado, no pudieron, por falta de tiempo, o no quisieron, por falta de voluntad y por amor del regalo, satisfacer en esta vida y están padeciendo ahora sus penas en el purgatorio; y a ellos y a todos llévalos pronto a su descanso. Terminar con la oración final y el responso.

Consideración

Así había comenzado su vida encarnada el Niño Jesús. Consideremos el alma gloriosa y el Santo Cuerpo que había tomado, adorándolos profundamente.

Admirando en primer lugar el alma de ese divino Niño, consideremos en ella la plenitud de su ciencia beatífica, por la cual desde el primer momento de su vida vio la divina esencia más claramente que todos los ángeles y leyó lo pasado y lo porvenir con todos sus arcanos y conocimientos.

Del alma del Niño Jesús pasamos ahora a su cuerpo, que era un mundo de maravillas, una obra maestra de la mano de Dios. Quiso que fuese pequeño y débil como el de todos los niños y sujeto a todas las incomodidades de la infancia, para asemejarse más a nosotros y participar en nuestras humillaciones.

La belleza de este cuerpo del Divino Niño fue superior a cuanto se ha imaginado jamás, y la divina sangre que por sus venas empezó a circular desde el momento de su Encarnación, es la que lavó todas las manchas del mundo culpable.

Pidámosle que lave las nuestras en el sacramento de la penitencia para que el día de su dichosa Navidad nos encuentre purificados, perdonados y dispuestos a recibirle con amor y provecho espiritual.

Novena de Aguinaldos. Día Cuarto

Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que exiges la penitencia aun de los pecados veniales en este mundo o en el otro: danos temor santo de los pecados veniales y en misericordia de los que, por haberlos cometido, están ahora purificándose en el purgatorio y líbralos a ellos y a todos los pecadores de sus penas, llevándoles a la gloria eterna. Terminar con la oración final y el responso.

Consideración

Desde el seno de su Madre comenzó el Niño Jesús a poner en práctica su eterna sumisión a Dios, que continuó sin la menor interrupción durante toda su vida. Adoraba a su Eterno Padre, le amaba, se sometía a su voluntad; aceptaba con resignación toda su debilidad, toda su humillación, todas sus incomodidades.

¿Quién de nosotros quisiera retroceder a un estado semejante con el pleno goce de la razón y de la reflexión? Por ahí entró el Divino Niño en su dolorosa y humillante carrera; así empezó a anonadarse delante de su Padre; a enseñarnos lo que Dios merece por parte de su criatura; a expiar nuestro orgullo, origen de todos nuestros pecados.

¿Deseamos hacer una verdadera oración? Empecemos por formarnos de ella una exacta idea, contemplado al Niño en el seno de su Madre. El Divino Niño ora y ora del modo más excelente. NO habla, no medita, ni se deshace en tiernos efectos. Su mismo estado, lo acepta con la intención de honrar a Dios, en su oración y en ese estado expresa altamente todo lo que Dios merece, y de qué modo quiere ser adorado por nosotros.

Unámonos a las adoraciones del Niño Dios en el seno de María; unámonos a su profundo abatimiento, y sea éste el primer efecto de nuestro sacrificio a Dios. Desaparezcamos a nuestros propios ojos, y que Dios sea todo para nosotros.

Novena de Aguinaldos. Día Quinto

Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que a los regalados en esta vida, que no pagaron por su culpa o no tuvieron bastante caridad con el pobre, castigas en la otra con la penitencia que aquí no hicieron: concédenos las virtudes de la mortificación y de la caridad y acepta misericordioso nuestra caridad y sufragios, para que por ellos lleguen pronto a su descanso eterno. Terminar con la oración final y el responso.

Consideración

Ya hemos visto la vida que llevaba el Niño Jesús en el seno de su purísima Madre; veamos hoy la vida que lleva también María durante el mismo espacio de tiempo.

María no cesaba de aspirar el momento en que gozaría de esa visión beatífica terrestre, la faz de Dios encarnado. Estaba a punto de ver aquella faz humana que debía iluminar el cielo durante toda la eternidad. Iba a leer el amor filial en aquellos mismos ojos cuyos rayos debería esparcir para siempre la felicidad en millones de elegidos. Iba a verle en la ignorancia aparente de la infancia, en los encantos particulares de la juventud y en la serenidad reflexiva de la edad madura.

Tal era la vida de expectativa de María! Era inaudita en sí misma, mas no por eso dejaba de ser el tipo magnífico de toda vida cristiana. No nos contentemos con admirar a Jesús residiendo en María, sino pensamos que en nosotros también reside por esencia, potencia y presencia.

Novena de Aguinaldos. Día Sexto

Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que quisiste que honrásemos a nuestros padres y parientes y distinguiésemos a nuestros amigos: te rogamos por todas las ánimas del purgatorio, pero especialmente por los padres, parientes y amigos de cuantos hacemos está novena, para que logren el descanso eterno. Terminar con la oración final y el responso.

Consideración

Jesús había sido concebido en Nazaret, domicilio de José y María, y allí era de creerse que había de nacer, según todas las probabilidades. Más Dios lo tenía dispuesto de otra manera, y los profetas habían anunciado que el Mesías nacería en Belén de Judá, ciudad de David.

Para que se cumpliese esta predicción, Dios se sirvió de un medio que no parecía tener ninguna relación con este objeto, a saber: la orden dada por el emperador Augusto de que todos los súbditos del imperio romano se empadronasen en el lugar de donde eran originarios. María y José como descendientes que eran de David, estaban obligados a ir a Belén.

No ignoraba Jesús en qué lugar debía nacer y así inspira a sus padres que se entreguen a la Providencia, y que de esta manera concurran a la ejecución de sus designios. Almas interiores, observad este manejo del Divino Niño, porque es el más importante de la vida espiritual: aprended que el que se haya entregado a Dios ya no ha de pertenecer a sí mismo, ni ha de querer si no lo que Dios quiera para él.

Novena de Aguinaldos. Día Séptimo

Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que a los que no se preparan a tiempo para la muerte, recibiendo bien los últimos sacramentos y purificándose de los residuos de la mala vida pasada, los purificas en el purgatorio con terribles tormentos: te suplicamos, Señor, por los que murieron sin prepararse y por todos los demás, rogándote que les concedas a todos ellos la gloria y a nosotros recibir bien los últimos sacramentos. Terminar con la oración final y el responso.

Consideración

Representémonos el viaje de María y José hacia Belén, llevando consigo aún no nacido, al creador del universo, hecho hombre. Contemplemos la humildad y la obediencia de ese Divino Niño, que aunque de raza judía y habiendo amado durante siglos a su pueblo con una predilección inexplicable obedece así a un príncipe extranjero que forma el censo de población de su provincia, como si hubiese para él en esa circunstancia algo que le halagase, y quisiera apresurarse a aprovechar la ocasión de hacerse empadronar oficial y auténticamente como súbdito en el momento en que venía al mundo.

El anhelo de José, la expectativa de María son cosas que no puede expresar el lenguaje humano. El Padre Eterno se halla, si nos es lícito emplear esta expresión, adorablemente impaciente por dar a su hijo único al mundo y verle ocupar su puesto entre las criaturas visibles.

El Espíritu Santo arde en deseos de presentar a la luz del día esa santa humanidad, que El mismo ha formado con divino esmero.

Novena de Aguinaldos. Día Octavo

Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, que a los que vivieron en este mundo demasiado aficionados a los bienes terrenales y olvidados de la gloria, los retienes apartados del premio, para que se purifiquen de su negligencia en desearlo: calma, Señor misericordioso, sus ansias y colma sus deseos, para que gocen pronto de tu presencia, y a nosotros concédenos amar de tal manera los bienes celestiales, que no deseemos desordenadamente los terrenos. Terminar con la oración final y el responso.

Consideración

Llegan a Belén José y María buscando hospedaje en los mesones, pero no encuentran, ya por hallarse todos ocupados, ya porque se les deshace a causa de su pobreza. Empero, nada puede turbar la paz interior de los que están fijos en Dios.

Si José experimentaba tristeza cuando era rechazado de casa en casa, porque pensaba en María y en el Niño, sonreíase también con santa tranquilidad cuando fijaba la mirada en su casta esposa. El ruido de cada puerta que se cerraba ante ellos era una dulce melodía para sus oídos.

Eso era lo que había venido a buscar. El deseo de esas humillaciones era lo que había contribuido a hacerle tomar la forma humana. Oh! Divino Niño de Belén! Estos días que tantos han pasado en fiestas y diversiones o descansando muellemente en cómodas y ricas mansiones, ha sido para vuestros padres un día de fatiga y vejaciones de toda clase. ¡Ay! el espíritu de Belén es el de un mundo que ha olvidado a Dios.

¡Cuántas veces no ha sido también el nuestro! Pónese el sol el 24 de diciembre detrás de los tejados de Belén y sus últimos rayos doran la cima de las rocas escarpadas que lo rodean. Hombres groseros, codean rudamente al Señor en las calles de aquella aldea oriental y cierran sus puertas al vera a su Madre.

La bóveda de los cielos aparece purpurina por encima de aquellas colinas frecuentadas por los pastores. Las estrellas van apareciendo unas tras otras. Algunas horas más y aparecerá el Verbo Eterno.

Novena de Aguinaldos. Día Noveno

Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.

Señor mío Jesucristo, cuyos méritos son infinitos y cuya bondad es inmensa: mira propicio a tus hijos que gimen en el purgatorio anhelando la hora de ver tu faz, de recibir tu abrazo, de descansar a tu lado y; mirándolos, compadécete de sus penas y perdona lo que les falta para pagar por sus culpas. Nosotros te ofrecemos nuestras obras y sufragios, los de tus Santos y Santas; los de tu Madre y tus méritos; haz que pronto salgan de su cárcel y reciban de tus manos su libertad y la gloria eterna. Terminar con la oración final y el responso.

Consideración

La noche ha cerrado del todo en las campiñas de Belén. Desechados por los hombres y viéndose sin abrigo, María y José han salido de la inhospitalaria población, y se han refugiado en una gruta que se encontraba al pie de la colina.

Seguía a la Reina de los Ángeles el jumento que le había servido de cabalgadura durante el viaje y en aquella cueva hallaron un manso buey, dejado ahí probablemente por alguno de los caminantes que había ido a buscar hospedaje en la ciudad.

El Divino Niño, desconocido por sus criaturas va a tener que acudir a los irracionales para que calienten con su tibio aliento la atmósfera helada de esa noche de invierno, y le manifiesten con esto su humilde actitud, el respeto y la adoración que le había negado Belén.

La rojiza linterna que José tenía en la mano iluminaba tenuemente ese pobrísimo recinto, ese pesebre lleno de paja que es figura profética de las maravillas del altar y de la íntima y prodigiosa unión eucarística que Jesús ha de contraer con los hombres.. María está en adoración en medio de la gruta, y así van pasando silenciosamente las horas de esa noche llena de misterios.

Pero ha llegado la media noche y de repente vemos dentro de ese pesebre antes vacío, al Divino Niño esperado, vaticinado, deseado durante cuatro mil años con tan inefables anhelos. A sus pies se postra su Santísima Madre en los transporte de una adoración de la cual nada puede dar idea. José también se le acerca y le rinde el homenaje con que inaugura su misterioso e imperturbable oficio de padre putativo del redentor de los hombres.

La multitud de ángeles que descienden del cielo a contemplar esa maravilla sin par, deja estallar su alegría y hace vibrar en los aires las armonías de esa "Gloria in Excelsis", que es el eco de adoración que se produce en torno al trono del Altísimo hecha perceptible por un instante a los oídos de la pobre tierra. Convocados por ellos, vienen en tropel los pastores de la comarca a adorar al "recién nacido" y a prestarle sus humildes ofrendas.

Ya brilla en Oriente la misteriosa estrella de Jacob; y ya se pone en marcha hacia Belén la caravana espléndida de los Reyes Magos, que dentro de pocos días vendrán a depositar a los pies del Divino Niño el oro, el incienso y la mirra, que son símbolos de la caridad, de la oración y de la mortificación.

Oh, adorable Niño! Nosotros también los que hemos hecho esta novena para prepararnos al día de vuestra Navidad, queremos ofreceros nuestra pobre adoración; no la rechacéis: venid a nuestras almas, venid a nuestros corazones llenos de amor.

Encended en ellos la devoción a vuestra Santa Infancia, no intermitente y sólo circunscrita al tiempo de vuestra Navidad sino siempre y en todos los tiempos; devoción que fiel y celosamente propagada nos conduzca a la vida eterna, librándonos del pecado y sembrando en nosotros todas las virtudes cristianas.

NOVENA DE CINCO DÍAS A NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE
(1995.)

Nuestra Señora aparece como Nuestra Señora de Guadalupe. Un pequeño ángel está con Ella. El ángel dicta lo siguiente:

DÍA UNO

Inmaculada y Perpetua Virgen de Guadalupe, Tú te apareciste en el Cerro del Tepeyac para reconciliar a la humanidad con Dios. En este día, suplica e intercede ante Jesús, Tu Hijo, para que se forme un vínculo de Amor Santo entre toda la humanidad y Dios.

Nuestra Señora de Guadalupe,

¡Ruega por nosotros!


DÍA DOS

Inmaculada y Perpetua Virgen de Guadalupe, dejaste Tu Imagen en la tilma de Juan Diego, usando un humilde vaso para traer Tu Gracia al mundo. Imprime en nuestros corazones la virtud de la humildad, querida Madre, y úsanos para traer a otros a Ti.

Nuestra Señora de Guadalupe,

¡Ruega por nosotros!


DÍA TRES

Inmaculada y Perpetua Virgen de Guadalupe, Tu Imagen de Guadalupe fue una narración simbólica para los Aztecas, convirtiéndolos del paganismo al Cristianismo. Ruega por nosotros, querida Madre, para que nuestras vidas sean símbolos de Amor Santo, convirtiendo a los que nos rodean.

Nuestra Señora de Guadalupe,

¡Ruega por nosotros!


DÍA CUATRO

Inmaculada y Perpetua Virgen de Guadalupe, Tu Imagen ha permanecido intacta por siglos en la tilma de frágil fibra de cactus, libre de la corrupción de los elementos de mundo. Danos, querida Madre, una fe constante y duradera, una fe que no esté condicionada por el mundo.

Nuestra Señora de Guadalupe,

¡Ruega por nosotros!


DÍA CINCO

Inmaculada y Perpetua Virgen de Guadalupe, te proclamaste a Ti misma Nuestra Madre y Protectora cuando te apareciste en el Cerro del Tepeyac. Llévanos a Tu Corazón Maternal, querida Madre, y protege nuestra fe.

Nuestra Señora de Guadalupe,

¡Ruega por nosotros!

 
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