novenas - NOVENAS GRUPO 32
 

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CONCLUSIONES

NOVENA AL NIÑO JESÚS DE PRAGA

ACTO DE CONTRICIÓN.

Señor mío Jesucristo, yo me arrepiento sinceramente de haberos ofendido porque sois infinitamente bueno y digno de ser amado sobre todas las cosas, y porque aborrecéis el pecado; yo tomo la firme resolución, con la ayuda de vuestra gracia, que no dudo me concederéis, de no volver a cometer en lo sucesivo ningún pecado mortal ni aún venial consentido; de conformar todas mis acciones y deseos a vuestra voluntad santísima; de confesar todas mis culpas y de satisfacer vuestra divina justicia por medio de una saludable penitencia. Haced ¡oh Dios mío y Señor mío! que así lo haga. Amén.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS.

¡OH Verbo divino, soberano Señor y Rey de reyes! ¡OH digno descendiente de Jessé, llave misteriosa de David y cetro dominador del pueblo de Israel! ¡OH Emmanuel y legislador supremo, dulcísimo Niño Jesús de Praga, esposo de las almas, que por redimirlas y salvarlas habéis querido descender del seno de vuestro Eterno Padre a las entrañas de una Virgen purísima! A vuestros sacratísimos pies me arrojo, divino y hermosísimo Niño, y os adoro con el más profundo anonadamiento, con aquella fe con que antes lo hicieron los pastores y los magos en Belén: imprimid en mi alma las disposiciones de fe, de amor, de reconocimiento y generosidad con las cuales debo practicar esta devota Novena, consagrada a vuestra honra y gloria, y dignaos concederme, por la intercesión poderosa de la Sacratísima Virgen María, vuestra Madre, y del bondadoso Patriarca San José, vuestro padre nutricio, el que mi alma sea purificada de todos sus pecados y afirmada más y más en vuestro divino servicio; otorgadme también, Niño amabilísimo, la gracia particular que imploro de vuestro generoso Corazón. Os lo pido por esta sagrada y milagrosa imagen vuestra, en la cual tanto os complacéis según lo demuestran las innumerables gracias y continuos beneficios de todo género, que tan abundantemente derramáis por medio de ella, no sólo sobre los felices habitantes de Praga, sino sobre los fieles todos del mundo entero donde es honrada y venerada. No desoigáis, Señor, mis súplicas, antes bien atendedlas y despachadlas favorablemente. Amén.


Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias y luego exponer el favor que se solicita en esta Novena.

Concluir con la oración del día de la Novena que corresponda.

DÍA PRIMERO

Divino Niño Jesús de Praga, Verbo Eterno del Padre, que para librar a nuestras almas de la esclavitud del pecado quisisteis tomar nuestra carne, padecer y satisfacer por nosotros a la divina Justicia, y haceros así nuestro ejemplar: concededme la gracia de corresponder a tan gran misericordia, y llevadme de las criaturas a Vos; libradme de la fascinación de los sentidos y haced que vea y reconozca en Vos el objeto de mi vida para merecer poseeros y gozaros en el cielo. Amén.

 

DÍA SEGUNDO

Dulcísimo Niño Jesús de Praga, Dios y Salvador nuestro, que quisisteis nacer en un establo y en los rigores del invierno, sujetándoos desde los primeros instantes de vuestra vida a la pobreza y a los padecimientos: desasidme de los bienes y goces de la tierra, libradme del amor a lo carnal y mundano y haced que os siga en todos los padecimientos y humillaciones de la vida, para merecer participar un día de vuestra eterna gloria. Amén.

DÍA TERCERO

Poderosísimo Niño Jesús de Praga, Hijo del Padre celestial, que vinisteis al mundo para cumplir los designios eternos de salvar al género humano y cifrasteis vuestra gloria en hacer la voluntad de Aquél que os envió: haced que pueda yo también cumplir vuestros designios acerca de mi, y que me conforme con vuestra voluntad, mirando en todo mi salvación y la de mis prójimos. Amén.

DÍA CUARTO

Misericordiosísimo Niño Jesús de Praga, Creador y Redentor mío, que habiéndoos hecho visible a los hombres y conversado con ellos, los reunisteis para formar una sociedad que sea con Vos una sola cosa, como Vos sois una cosa sola con el Padre celestial: no permitáis que me haga indigno de pertenecer a esta sociedad de que Vos sois cabeza y fundador, y de ser miembro de vuestro místico cuerpo la Santa Iglesia, nuestra buena Madre. Amén.

DÍA QUINTO

Piadosísimo Niño Jesús de Praga, divino Salvador de los hombres, que vinisteis a la tierra para la redención de todos ellos, y confiasteis a vuestra Iglesia el modo de conducirlos a la participación de la redención universal: haced, Señor, que los que no tienen la dicha de pertenecer a la Santa Iglesia acudan a esta vuestra amada Esposa para alcanzar su salvación, y que los que a ella pertenecen, pero desgraciadamente están faltos de la vida de la gracia, saquen de las fuentes de misericordia, que tenéis siempre abiertas, el inestimable beneficio de la eterna salvación. Amén.

DÍA SEXTO

Bondadosísimo Niño Jesús de Praga, resplandor del Padre y vivo retrato de su sustancia, que descendisteis del cielo a la tierra para servir a los hombres de camino, de verdad y de vida: restableced en nosotros la imagen divina, oscurecida y desfigurada por el pecado, y guiad todos nuestros pasos para que reconozcamos en Vos el único objeto de nuestra vida en la tierra y de nuestra esperanza en el cielo. Amén.

DÍA SÉPTIMO

Benignísimo Niño Jesús de Praga, Príncipe de la paz, que al momento de llegar Vos al mundo anunciaron ya los ángeles la paz a los hombres de buena voluntad: reconciliad con la Divinidad a los pecadores, dad la paz a su conciencia, luz a su entendimiento, fuego de caridad a su corazón, para que vuestro glorioso Nacimiento obre en todos los hombres los efectos que el anuncio angélico produjo en los pastores que os adoraron en el portal de Belén. Amén.

 

 

DÍA OCTAVO

Amabilísimo Niño Jesús de Praga, Esposo divino de nuestras almas, que después de haber venido para salvar a los hombres, vendréis nuevamente a juzgarlos, manifestando los esplendores de vuestra eterna generación del Padre, que ocultasteis para haceros accesible a los hombres, y haréis brillar toda vuestra gloria para confusión de los que hayan abusado de vuestra gracia: ayudadme para que siga ahora vuestras inspiraciones, Redentor mío, y pueda veros aquel día como Juez benigno y apacible. Amén.

DÍA NOVENO

Amorosísimo Niño Jesús de Praga, Hijo de Dios desde la eternidad, e Hijo de María en el tiempo, que encarnándoos en su seno purísimo recibisteis de Ella la más admirable y respetuosa acogida que pueda haceros jamás criatura alguna: concededme que yo también os acoja con la firmeza y caridad que encontrasteis en la Virgen Santísima ¡Ah Salvador mío! Así como nacisteis realmente por María a la vida corporal, naced, os lo ruego ahora, espiritualmente en mi alma y llenadla de vuestra gracia para que corresponda siempre a vuestras inspiraciones. Amén.

 

 

NOVENA AL NIÑO JESÚS
 NOVENA DE LA NATIVIDAD
[1]

 

Al nacer el Señor, los ángeles cantan llenos de gozo: Gloria a Dios en el cielo, y proclaman: y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor ... ¿Cómo, pues, no habría de alegrarse la pequeñez humana ante esta obra inenarrable de la misericordia divina, cuando incluso los coros sublimes de los ángeles encontraban en ella un gozo tan intenso?

San León Magno,
Sermón 1 sobre la Natividad

***

Nuestro Salvador ha nacido hoy; alegrémonos. No puede haber, en efecto, lugar para la tristeza, cuando nace aquella vida que viene a destruir el temor de la muerte y a darnos la esperanza de una eternidad dichosa.

 

Que nadie se considere excluido de esta alegría, pues el motivo de este gozo es común para todos; nuestro Señor, en efecto, vencedor del pecado y de la muerte, así como no encontró a nadie libre de culpa, así ha venido para salvarnos a todos. Alégrese, pues, el justo, porque se acerca a la recompensa; regocíjese el pecador, porque se le brinda el perdón; anímese el pagano, porque es llamado a la vida

San León Magno,  Sermón 1 sobre la Natividad

***

La fiesta de la Natividad renueva para nosotros los comienzos sagrados de la vida de Jesús, nacido de la Virgen María; y, al adorar el nacimiento de nuestro Salvador, se nos invita a celebrar también nuestro propio nacimiento como cristianos.

San León Magno,  Sermón 6 sobre la Natividad

***

¿Qué cosa mejor podríamos encontrar entre los dones divinos, para honrar la fiesta de hoy, que aquella paz que anunciaron los ángeles en el nacimiento del Señor?

 

En efecto, esta paz es la que engendra hijos de Dios, la que alimenta el amor, la que es madre de la unidad. Ella es descanso para los santos y tabernáculo donde moran los invitados al reino eterno. El fruto propio de esta paz es que se unan a Dios aquellos que el Señor ha segregado del mundo.

San León Magno, Sermón 6 sobre la Natividad

En el nombre del Padre... Rezar a continuación las siguientes oraciones durante nueve días consecutivos:

I. Ofrecimiento. Oh Padre eterno, os ofrezco a honra y gloria vuestra, y por mi salvación y la de todo el mundo, el misterio del Nacimiento de nuestro divino Redentor. Gloria, padrenuestro y avemaría.

II. Ofrecimiento. Oh Padre eterno, os ofrezco a honra y gloria vuestra, y por mi eterna salvación, los sufrimientos de la Virgen santísima y de san José en aquel largo y penoso viaje de Nazaret a Belén, y las angustias de su corazón por no encontrar lugar donde ponerse a cubierto cuando estaba para nacer el Salvador del mundo. Gloria, padrenuestro y avemaría.

III. Ofrecimiento. Oh Padre eterno, os ofrezco a honra y gloria vuestra, y por mi eterna salvación, el pesebre donde nació Jesús, el duro heno que le sirvió de cama, el frío que sufrió, los pañales en que fue envuelto, las lágrimas que derramó y sus tiernos gemidos. Gloria, padrenuestro y avemaría.

IV. Ofrecimiento. Oh Padre eterno, os ofrezco a honra y gloria vuestra, y por mi eterna salvación, el dolor que sufrió el divino niño Jesús en su tierno cuerpecito, cuando se sujetó a la cruel circuncisión; os ofrezco aquella preciosísima sangre, que entonces derramó por primera vez para la salvación de todo el género humano. Gloria, padrenuestro y avemaría.

V. Ofrecimiento. Oh Padre eterno, os ofrezco a mayor honra y gloria vuestra, y por mi eterna salvación, la humildad, la mortificación, la paciencia la caridad, y todas las virtudes del niño Jesús, y os doy gracias, os amo y os bendigo infinitamente por este inefable misterio de la Encarnación del Verbo divino. Gloria, padrenuestro y avemaría.

 

 

 

 


Gloria a Dios en las alturas
Y en la tierra al hombre paz.
Así los Ángeles cantan
de Belén en el portal.

A Belén venid, Pastores,
Que ha nacido vuestro Rey;
Envuelto en pobres pañales
Sobre paja le veréis.

Temblando de frío llora
En el pesebre mi Dios,
Porque el mundo está muy frío,
Que él viene a darle calor.

Del portal por las grietas
Ve a lo lejos una cruz;
Por eso temblando llora
El pobre Niño Jesús.

La Virgen le tiene en brazos
y a ratitos San José;
De ellos quiero ser esclavo
Y ayudárselo a tener.


 


NOVENA AL PADRE CELESTIAL
PIDIENDO POR EL NOMBRE DE
SU HIJO JESÚS

 

¡Oh Dios Omnipotente y bondadoso!; vednos postrados a vuestros pies para imploraros misericordia y perdón por nuestros muchos pecados. ¿Quiénes somos nosotros para aparecer ante Vos y mucho menos para pediros gracias? Acordaos, sin embargo que dijisteis: "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá"; y en otra parte:
"Pedid por el nombre de Jesús y todo se os concederá." Llenos de fe y confianza en vuestras palabras, os suplicamos nos concedáis la gracia....

Por este mismo nombre os pedimos perdón de nuestras culpas, gracia para vencernos, generosidad en vuestro servicio, constancia en el bien obrar y llegaros a amar en la tierra cuanto es posible a una miserable criatura. Concedednos, os lo suplicamos de nuevo, la gracia que solicitamos en esta novena.

V. ¡Oh Padre celestial!


R. Escuchad nuestras súplicas por el nombre de vuestro Hijo Jesús. (repetir 5 veces).

 

ORACIÓN¡ Oh Dios que quisisteis glorificar el nombre de vuestro Hijo, prometiendo conceder cualquiera cosa que por El se os pidiera! Acordaos de vuestra promesa, ya que en ella tenemos puesta toda nuestra confianza, y concedednos el favor que solicitamos. Ciertos estamos de alcanzarlo, porque creemos firmemente que antes pasarán los cielos y la tierra que deje de cumplirse la menor de vuestras palabras. Gracias sean dadas ya desde ahora a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo, porque nos han socorrido. Amén.

 

NOVENA AL PADRE NUESTRO

 

 

Día 1º.- APRENDER A REZAR

Lecturas: Gn 3, 17-19 y Lc 11,1-13  

INTRODUCCIÓN.-

a./.- Nos encontramos aquí en oración, para orar, para rezar: Celebrando nuestra    fe y para rezar a la Santísima Virgen.

b./- Nuestra reunión es una reunión de oración.

¿QUÉ VAMOS A HACER ESTOS DÍAS?

.- EN EL DESIERTO DEL MUNDO:

a./.- Ninguna época en toda la historia del mundo tan poco religiosa como la nuestra. Materialismo: Tener, poseer más que ser.

b./.- En la misma Biblia, Gn 3, 19, se dice que el hombre tiene que ganar  el  pan  con  el  sudor  de  su  frente.

c./.- Sin embargo el hombre de hoy, cansado, ve que necesita reposo. Por muy poco religioso que se sea, en sectores concretos, necesidad extraordinaria de oración.

- Grupos de oración: Ejemplo de Sevilla, talleres de oración...

- Publicaciones para ayudar a rezar...

-.Grupos de jóvenes que rezan: En Sevilla, todos los martes...

,.-"FIELES A LA RECOMENDACIÓN DEL SALVADOR"

a./.- Los discípulos de Jesús: "Enséñanos a rezar"

b./.- Y Jesús les enseña una fórmula...

c./.- Formas de rezar: Padrenuestro, Avemaría, Devocionarios: Son caminos: El ca-mino...

3º.-"SIGUIENDO SU DIVINA ENSEÑANZA"

Enseñó, pero se convirtió en maestro: "Velad y orad, para que no caigáis en tentación". Mc 14, 18 y Lc 21, 36.

 

4º.- "NOS ATREVEMOS A DECIR"

- Postura de humildad por nuestra parte.

- Reconocimiento de Dios y reconocimiento de nuestras limitaciones.

- Pero confiados: Precisamente porque sabemos que Dios nos admite a trato con Él. La Biblia: "Qué nación tiene a sus dioses tan cerca de sí, que desciende a  ellos y los admite a conversación.

 

5º.- "UNIDOS EN EL MISMO ESPÍRITU"

Este es el distintivo de la oración comunitaria: Cuando nos ponemos delante de un altar, no cuentan los grados de nuestras medidas humanas: ¡Todos iguales ante Dios!  

- ni el rico

- ni el pobre

- ni el sabio

- ni el ignorante, etc. ¡Sólo el espíritu con que se reza!

CONCLUSIÓN.-

a./.- Nuestra oración estos días: Sí a Dios...

b./.- Pero a través de Medianera, La Virgen...

c./.-Ella, modelo de oración...  

Lectura 1ª.- Gn 3, 17-19

Al hombre le dijo: "Por haber hecho caso de tu mujer y por haber comido del árbol prohibido, maldita sea la tierra por tu culpa. Con trabajo sacarás de ella tu alimento todo el tiempo de tu vida. Ella te dará espinas y cardos, y comerás la hierba de los campos. Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado, porque polvo eres y en polvo te has de convertir".

Lectura 2ª.- Lc 11, 1-13

Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando acabó, uno de sus discípulos le dijo:"Señor, enséñanos a orar como Juan enseñó a sus discípulos". Él les dijo: "Cuando oréis decid: Padre, santificado sea tu nombre; venga tu reino; danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación". Y les dijo: "Suponed que uno de vosotros tiene un amigo que acude a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame dos panes, pues un amigo mío ha venido de viaje a mi casa y no tengo qué darle; y que él le responde desde dentro: No me molestes; la puerta está cerrada, y yo y mis hijos acostados; no puedo levantarme a dártelos. Yo os aseguro que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos para que deje de molestarle se levantará y le dará todo lo que necesite.

Pues bien, yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá. Porque el que pide recibe; el que busca encuentra, y al que llama se le abre, ¿Qué padre de entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará en lugar de un pez una serpiente? O si le pide un huevo, ¿le dará un escorpión? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo piden?"    

Día 2º.- LA ORACIÓN DE LOS HIJOS DE DIOS

"Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre"  Rm 8, 14-17;    Mt 6,5-15;    Lc 1, 46-55

INTRODUCCIÓN.-

a./.- Si yo os preguntara: Cuando rezáis, ¿qué fórmula soléis usar? Estoy seguro que todos vosotros me responderíais: ¡El Padrenuestro!

b./.- Y visito los cementerios; veo a esa mujer piadosa delante de una sepultura, de un nicho... Mueve los labios. No tengo duda ninguna: Está rezando padrenuestros por sus queridos difuntos.

PROPOSICIÓN.-

El Padrenuestro: La oración por excelencia de los hijos de Dios.

1º.- LOS DOS PILARES DEL PADRENUESTRO.-

Los evangelios nos presentan dos versiones del Padrenuestro.: La de San Mateo y la de San Lucas.

a./.- La de San Mateo, colocada en el sermón del Monte: Se encuentran formulados siete deseos o peticiones.

- Siete es la cifra bíblica que, tradicionalmente, traduce la forma simbólica de la perfección.

b./.- La de San Lucas: En realidad, tan completa como la de San Mateo.

- San Mateo desdobla y explicita dos de las cinco peticiones comunes a los dos evangelios.

c./.- En ambos casos: El Padrenuestro conforma dos partes: La primera, la causa de Dios. La segunda se refiere a la causa del hombre.

2º.- "PADRE NUESTRO".-

Las dos grandes partes del Padrenuestro, causa de Dios y causa del hombre, se sitúan bajo la misma invocación Padre.

a./.- Las siete de San Mateo y las cinco de San Lucas se dirigen a "nuestro Padre que está en el cielo".

b./.- Ambas formulaciones desarrollan, alimentan y concretan el acto de fe y de confianza en el Padre.

c./.- Dirigirse a Dios como Padre no es que sea una originalidad absoluta del cristianismo Pero hay varias formas de ser Padre.

- El Padre que Jesús nos enseñó:

Misericordioso:"...Hijo pródigo"

Creador: Todopoderoso

Tierno: Hace salir el sol sobre malos y buenos (Mt 5, 45)

(Ejemplo: Niña colombiana..., misión...P. Moriones: --¿Quién está en la sagrada hostia? Y la niña: Tatica Dios. Y le dio la primera comunión a una niña que dice "Tatica Dios".

3º.- "...QUE ESTÁS EN EL CIELO". Soberano, Rey de reyes y Señor de los señores...

4º,. "..."SANTIFICADO SEA TU NOMBRE".- Nombre: "Yo soy el que soy"

CONCLUSIÓN.- ¡La blasfemia! ¡Contra el nombre de Dios! Cómo la Virgen: Magnificat!      

Día 3º.- EL REINO DE DIOS

"Venga a nosotros tu reino"  (Lectura: Jn 18, 33-38)

INTRODUCCIÓN.-

a./.- Cuando el Viernes Santo leemos, en los oficios, la Pasión de Jesucristo en el Evangelio de San Juan, nos sobrecoge el diálogo de Pilato con Jesús. Cuando el procurador romano manifiesta deseos de liberarlo de los que piden para Jesús la muerte: "¿Luego tú eres rey? -Tú lo dices: Soy rey"... "Mi reino no es de este mundo" ha dicho un momento antes.

b./.- Jesús tiene perfecto conocimiento de su realeza y de la naturaleza de su reino.

c./.- En el Padrenuestro había hablado de Reino de Dios.

PROPOSICIÓN.- Qué ha entendido Jesús por Reino de Dios.

1º.- EL REINO DE DIOS.-

a./.- En el Evangelio, no sólo en la formulación del Padrenuestro, sino en otros varios lugares se habla , de una o de otra manera, del Reino de Dios.

- "El plazo se ha cumplido. El Reino de Dios está cerca. Convertíos y creed en el evangelio". (Mt 1, 15)

- El misterio del Reino de Dios. (Mc 4, 11)

- Bienaventuranzas: "Dichosos los pobres"...(Mt 5, 3)

b./.- Jesús se sitúa en una postura de espera: En la esperanza de su pueblo. Todo el AT es espera por la llegada del Reino.

c./.- Da un paso adelante en la historia del Pueblo de Israel: Israel, en espera; Jesús anuncia la introducción definitiva del Reino de Dios.

d./.- Los apóstoles no le entienden... Caso de la madre de los Zebedeo... Para ellos, poder, reino humano...

2º.- ¿UNA PETICIÓN MÁS?

a./.- Las peticiones todas: Las siete de Mateo y las cinco de Lucas no son más que un eco de la primera invocación: "Padre nuestro".

- Por qué cosa se compromete Jesús al anunciar su Reino a la causa del hombre:  - pan cotidiano;

- el perdón de los pecados;

 - la liberación del mal.

b./.- Petición sólo de una manera relativa.

c./.- Un grito de esperanza confiada, un grito de impaciencia.

(Reino: Quién es más grande en el reino de los cielos: Mt 18, 1-7: Hacerse como niños. Armas: Oración, caridad, sacrificio...)

3º.- UNA ORACIÓN QUE COMPROMETE.-

a./.- Un suspiro de hombres y mujeres decepcionados, cansados y deprimidos.

b./.- La oración de Padrenuestro forma un todo con la proclamación de las Bienaventuranzas.

c./.- La carta magna de la felicidad y la alegría.

d./.- Comprometidos: S. Fco. de Asís, S. Ignacio de Loyola, Luter King. Teresa de Calcuta...

CONCLUSIÓN: Iglesia, compromiso pobres...África... María, compromiso espada de dolor.

Día 4º:- LA VOLUNTAD DE DIOS

"Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo" Lectura: Lc 22, 39-46

INTRODUCCIÓN.-

a./.- Jesús, en la oración de Getsemaní, ora al Padre. Él, que había dicho que al rezar dijéramos "hágase tu voluntad"...se presenta en la hora suprema de la vida, y no se echa atrás, tiene que dar ejemplo y: "No se haga mi voluntad, sino la tuya".

b.-/.- Esta "petición" del Padrenuestro, tal como está en el Evangelio de Mateo, no tiene correspondencia en la versión de Lucas. Pero, si no aparece aquí, sí que está explícita en otros muchos pasajes del Evangelio de San Lucas.

c./.- San Alfonso: Conformidad con la voluntad de Dios...

PROPOSICIÓN.- Qué debemos entender por voluntad de Dios.

1º.- ¿PALABRAS DE PRESENTACIÓN?

a./.- Hoy, cuando se evoca la voluntad de Dios, la mayoría de las veces se hace en situaciones desgraciadas.

- Como algo ante lo cual tenemos que resignarnos: "Es voluntad de Dios".

- Y no es que eso sea falso. En Dios no hay fatum, no hay fatalidad.

- Adivinadores del destino: Tarot, echadoras de cartas...

b./- La voluntad de Dios es radicalmente diferente del destino. Más bien, todo lo contrario: La voluntad de Dios consiste en "buscar y salvar lo que estaba perdido": Lc 19, 10. Voluntad positiva de vida y salvación.

c./.- La voluntad de Dios es muy exigente: Una ley que requiere la entrega total del hombre.

d./.- Resumen: No resignación, sino aceptación valiente de lo que es reconocido como voluntad de Dios en el seno de los sufrimientos y contrariedades en cuanto implican beneficio para el hombre.

- "No todo el que dice: ¡Señor, Señor! entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos".Mt,7,21.

2º.- "...EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO"

a./.- Sugiere amplitud

b /.- San Alfonso : Conformidad con la Voluntad de Dios.

c./.- San Pablo: Había llegado a aquellas alturas místicas... Ansiaba el cielo... Sin embargo, por los hermanos, quedarse...

d./.- No nos hace renunciar a nuestra responsabilidad... Dios no nos ha creado hojas de árboles a merced del viento...

CONCLUSIÓN.-

La Virgen, en la Anunciación... Ha decidido vivir vocación de virginidad. Le anuncian maternidad. No lo entiende. Responsable: Podríamos añadir en las letanías lauretanas, Virgen responsable. Cuando le aclaran que se hará por ley de misterio, acata la voluntad de Dios: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra".  

 

Día 5º: EL PAN DE CADA DÍA

"Danos hoy nuestro pan de cada día". Lecturas: Gn 3, 17-19.  Mt 6, 25-34

INTRODUCCIÓN.-

a./.- ¡El pan! Cuando hablamos, por ejemplo, del hambre en el mundo...: "Campaña del hambre", empleamos este tropo (metonimia) para significar los alimentos, que el organismo físico -el cuerpo- de los mortales necesita para su subsistencia.

- Y se emplean estadísticas sociológicas para hablar de las regiones geográficas por donde se extienden las masas famélicas: África, América, etc... Los países pobres, subdesarrollados; los países ricos...

b./.- Jesucristo también se fijó en esas áreas sociológicas. En el Padrenuestro, y en la primera de las peticiones de la segunda parte, la denominada la causa del hombre, explicita su posición ante la carencia por parte de los humanos de ese pan, de aquellas cosas que el hombre necesita para subsistir.

Prenotando:

a./.- La primera parte: la causa de Dios... más que peticiones, son deseos.

b./.- La segunda parte: la causa del hombre: Aquí ya son peticiones explícitas.

c./.- Las mismas formas gramaticales: "nuestro", "nosotros", no "tu" y el imperativo reemplaza al optativo.

 

PROPOSICIÓN.- Qué entiende el Padrenuestro por "nuestro pan".

1º.- "NUESTRO PAN"

a./.- El conjunto de la subsistencia.

- Entre los palestinos, en tiempos de Cristo, el principal alimento.

- Los romanos: "panem et circenses".

b./.- Nuestro:

1.- Algo que está unido a nuestra vida.

2.- Algo nuestro: Que nos pertenece, porque nos lo ha dejado Dios.

3.- Primera de las peticiones: Ejemplo de Barcelona.. En nuestra iglesia, colecta por nuestra misión de Zaire... (P. Ángel Luis, misionero del Zaire) Pedía para tractores y herramientas de trabajo... Una señora, en la sacristía, me apostrofó: ..."¡Ustedes, misioneros!... ¡A predicar el Evangelio!"... Respondí: ¡Ay, señora! Antes que hacer cristianos, hay que hacer personas.

2º.- "NUESTRO PAN DE CADA DÍA"

a./.-

b./.- Esas comidas de "caridad" para lucirse un día al año... ¡No!: El estómago tiene 365 días...

3º.- "DANOS HOY"...

a./.- A todo lo que permite vivir ese día que Dios nos da.

b./.- "No andéis preocupados por... Mirad los pájaros del cielo: no siembran y Dios se preocupa de ellos... Hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados"...(Jesús).

CONCLUSIÓN.-

a./.- Hermosa costumbre de la bendición de la mesa familiar cotidiana. b./.- Nazaret: Casa de la Virgen... Allí María..., el pan para Jesús y José... (Describirlo...emoción...). c./.- Jornada del hambre: Colaborar.

Día 6º: EL PERDÓN DE LAS OFENSAS

"Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden"   Mt 18, 21-35.      Lc 15, 11-32

INTRODUCCIÓN.-

a./.- Jesucristo, el Gran Perdonador: Mujer adúltera. "Quién es éste que perdona pecados?"

b./.- El Padre, que invocamos en la Oración del Señor, es el "Padre de la misericordia", como lo llama San Pablo (2 Cr 1, 3).  - La gran enseñanza evangélica: El Hijo Pródigo.

c./.- El gran escándalo: Se presentó como el "amigo de publicanos y pecadores". (Mt 11, 19).

d./.- No debemos, pues, extrañarnos de que, en la oración que nos enseñó, la petición del perdón se encuentre en buen lugar.

PROPOSICIÓN: De qué perdón nos habla Jesús.

1º.- ¿OFENSAS, DEUDAS O PECADOS?

a./.- "Perdona nuestras ofensas" se pide en la traducción litúrgica y ecuménica del Padrenuestro. ¡Ojo!: La palabra griega, litúrgicamente es "deuda", aunque en el Nuevo Testamento tenga siempre un sentido metafórico. Y así lo entiende Jesús en sus repetidas enseñanzas: *Dos deudores con deudas desiguales, que les son perdonadas a ambos: Lc 7, 41-43. *Deudor inmisericorde: Mt 18, 23-35. *Talentos: Mt 25, 14-30. *Capital, intereses: Lc 19, 12-27.

b./.- La Traducción Ecuménica de la Biblia (TOB), traduce por "culpa": "Perdona nuestras culpas hacia ti, como nosotros perdonamos a los que tenían culpas hacia nosotros".

c./.- San Lucas: En su versión del Padrenuestro, emplea la palabra más directamente teológica de "pecado"; pero en la segunda parte de la petición vuelve a utilizar el vocabulario de la deuda.

d./.- El término "ofensa", traducción francesa y española, tiene la ventaja de subrayar la relación personal con Dios. Todo nuestro ser está en deuda con Dios.

2º.- "...COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS"

a./.- Extraordinaria esta pequeña declaración, que rompe la cadena de deseos, súplicas y peticiones. Está en indicativo ("perdónanos"); las demás están en optativo o en imperativo.

b./.- Hace pensar esta afirmación en la parada en el camino del altar al ir a llevar la ofrenda: ..."deja allí tu ofrenda"(Mt 5,24). Y otros: Mt 5, 7; Mt 7,1; Mt 6,14-15

c./.- ¡Ojo!: No quiere decir olvidar o dejar de sentir el dolor de una herida fecunda.

3º.- ..."A LOS QUE NOS OFENDEN": Mt 5,23; Lc 12, 58-59.

CONCLUSIÓN.-

a./.- Importante: Jesús en la cruz: "Perdónales, Padre; no saben lo que hacen".

b./.- La Virgen al pie de la cruz y en el sepulcro. No maldice; llora y reza.

Día 7º: LA TENTACIÓN

"No nos dejes caer en la tentación" Lecturas: 1 Cr 10, 1-13; Mt 4, 1-11

INTRODUCCIÓN.-

a./.- Nikos Kasansakis: "La última tentación", novela... No nos consta por el Evangelio, pero cabe dentro de lo verosímil. Y si Jesucristo-hombre pasó por la prueba de tentaciones en otras ocasiones, ¿por qué, en la "hora suprema" de su vida, la de la muerte, no pudo tener una tentación de poder salvarse de la muerte? Se figura el novelista: Jesucristo en la cruz... Los judíos le insultaban: "Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz". Y Él tenía poder para hacerlo.

b./.- Tentaciones de Jesús en el desierto. 

PROPOSICIÓN: Qué quiere significar la palabra "tentación" del Padrenuestro.

1º.- UNA PETICIÓN MUY HUMANA.-

a./.- El Padrenuestro es, fundamentalmente, un acto de fe, lleno de confianza en la venida del Reino de Dios. Pero es también la oración de los hombres de carne. (Unamuno: "No somos ángeles; no tenemos alas")

b./.- Petición objeto de discusión, sujeta de interpretaciones. Estas palabras: "no nos dejes caer en la tentación", están cargadas de muchos significados.

- ¿Tentación equivale a "prueba"? Podría así entenderse y casaría con la antigua traducción del Evangelio: "No nos dejes sucumbir a la tentación".

- Así entendida, expresión de una confianza fundamental con apoyo en otros pasajes de las Escrituras, como la de San Pablo en  1 Cr 10, 13: "podéis confiar en que Dios no permitirá que seáis puestos a prueba por encima de vuestras fuerzas; al contrario, junto a la prueba, os proporcionará fuerzas suficientes para superarla".

2º.- EN EL LENGUAJE DE LA BIBLIA.-

a./.- Los exégetas (los estudiosos de la Biblia), insisten en la diferencia que hay entre prueba y tentación: Tentación es una prueba (Tobías...),pero va más allá de la prueba: Algo más funesto. a/.- Abrahán, puesto a prueba. b/.- Israel, en el desierto, tentación "murmurando", "recriminando a Dios", "peleándose". c/.- Job, poema o novela del dolor: Caso típico: Prueba primero, y después, cuando vienen sus amigos, tentación, y maldice su vida y hasta maldice a Dios... d/.- La primera de las tentaciones, la de Adán; la segunda gran tentación: Xto. en el desierto.

3º.- LAS FIGURAS DE LA TENTACIÓN.-

a./.- Las marcan las tentaciones de Jesús: 1ª.- Concupiscencia o codicia: "Piedras en pan." 2ª.-Tentación del espíritu: "Tírate de ahí abajo". 3ª.- Tentación absoluta: "Todo eso te daré".

b./.- En el hombre: Concupiscencia de la carne; de los ojos; de la vida.

4º.- EN LOS LÍMITES DEL MUNDO.-

a,/.- La sintieron los discípulos de Jesús: Abandono.

b./.- Nosotros las sentiremos: Abandonar a Jesús, sus enseñanzas... por comodidades y egoísmos, etc. "¡No nos dejes caer!"...

CONCLUSIÓN.-

a./.- Nosotros: La tentación no es pecado...; puede ser exponerse temerariamente a ella...

b./.- Acudir a La Virgen en las tentaciones.

c./.- La Iglesia: Tentada y caída... las riquezas.

d./.- ¿La Virgen? Pudo ser tentada a otra vida mejor... no sucumbió.

e./.- Prueba de fidelidad para nosotros.

Día 8º: EL MAL

 "Líbranos del mal". Lecturas: Gn 3, 13-19; Jn 17, 6-19

INTRODUCCIÓN.-

a./.- En esa oración, tan bella, tradicional en la piedad mariana, la más frecuentemente rezada, después del Avemaría, la Salve, rezamos aquello que dice:..."en este valle de lágrimas". En ello recordamos toda esa serie de penas, sufrimientos, tanto físicos como morales, a que el hombre está sujeto por causa de sus limitaciones.

b./.- Filósofos de todos los tiempos se han enfrentado con este fenómeno del sufrimiento, del dolor: Estoicos, epicuros racionalistas, y cristianos también. Sus respuestas filosóficas nos dejan con el frío de la duda y, aún más, con la inexplicación de ese misterio.

c./.- Juan Pablo II, hablando a creyentes, da la única explicación que tenemos desde la fe:...Jesús paciente..., y arranque del primer pecado del hombre en el paraíso... El mal es una consecuencia de la situación de pecado. Pero el misterio permanece; la realidad no necesita pruebas: el mal, el sufrimiento, el dolor está ahí.

PROPOSICIÓN.- Qué mal al que se refiere el Padrenuestro.

1º.- LA PROLONGACIÓN DE LA PETICIÓN ANTERIOR.-

a./.- El texto de Lucas acaba con la petición "no nos dejes caer en la tentación". No difieren las dos peticiones.

b./.- Pero ésta puede sugerir demasiado o demasiado poco al mismo tiempo: demasiado = hombres prisioneros del mal; poco, porque no explica...

2º.- ¿EL MAL, O EL MALIGNO?.-

a./.- La dificultad de esta petición no radica tanto en el el verbo como en el substantivo. En la Biblia, el mismo Jesús se refiere al Maligno: Unas veces al diablo, el calumniador; otras, a satán o satanás, el adversario.

b./.-Sin embargo hoy superamos ya esa puntual interpretación. (Así se expresa la liturgia del bautismo, refiriéndose más al "maligno"). Se ha acudido demasiado a atribuir todo al diablo.

c./.- En definitiva: Todos los males, todas las miserias, que, de cerca o de lejos, se relacionan con esta fuerza misteriosa, que continúa actuando en nuestro mundo y en nosotros.

3º.- EN EL CORAZÓN DE LA LUCHA.-

a./.- Que la tonalidad trágica de estas dos últimas peticiones no debe hacernos perder de vista el clima de seguridad y confianza en que se desarrolla el conjunto de la oración del Padrenuestro.

b./.- Reconocer, sí, los peligros que nos rodean. Pero Jesús rezó por los suyos: "Padre..., no te pido que los saques del mundo, sino que los libres del Maligno" (Jn 17). Y San Pablo: "Porque nuestra lucha no es contra adversarios de carne y hueso , sino contra los principados, contra las potestades, contra los que dominan este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal, que tienen su morada en un mundo supraterreno" (Ef 12).

CONCLUSIÓN.-

a./.- La Virgen: Reconoce su pequeñez, pero confía en Dios: "Miró la pequeñez de su esclava"...

b./.- San Pablo: "Si Dios con nosotros, quién contra nosotros". ("Cur times, Caesarem vehis?").  

 

Día 9º: LA CONCLUSIÓN DEL PADRENUESTRO   Lc 1, 39-56

INTRODUCCIÓN.-

a./.- En estos días: Resumen:  Aprender a rezar.   La oración de los hijos de Dios.  El Reino de Dios.  La voluntad de Dios.   El pan de cada día.  El perdón de las ofensas. La tentación.  El mal.

b./.- Mi satisfacción sería el que me pudiérais decir que ahora hemos conocido mejor la gran "Oración de los hijos de Dios".

PROPOSICIÓN.- Qué conclusión sería la mejor sobre el Padrenuestro.

1º.- UNA ESTRUCTURA CIRCULAR.

a./.- En las versiones o textos bíblicos, el de San Mateo y el de San Lucas, concluyen con la última petición.

b./.- Presentan una forma original en relación con otras oraciones judías:

- compuesto de súplicas y peticiones;

- se enraíza así, profundamente, en el corazón y en la historia del hombre;

- una oración cristiana muy alejada de las simples solemnidades rituales.

c./.- Oración determinada por la próxima venida del Reino de Dios. lo que para Jesús era como obsesión: Su Iglesia.

d./.- El Padrenuestro puede ser retomado sin cesar volviendo siempre al resplandor de la gloria y de la misericordia del Padre.

2º.- AMEN.-

a./.- Desde hace mucho tiempo los cristianos tienen la costumbre de terminar el Padrenuestro con la palabra "Amen". Traducida significa "así sea".

b./.- Pero significa más: Es la categoría del testimonio de la fe: "Es verdad", o "Esto es lo que digo y ratifico".

c./.- Es, pues, la seguridad de la fe, la seguridad de ser escuchados; esta es la medida de la calidad de la oración.  - La oración sólo puede expresar fe.

3º.- PORQUE TUYO ES EL REINO, TUYO EL PODER Y LA GLORIA POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.-

a./.- Esta alabanza parecía, hasta hace poco, como la primera firma del Padrenuestro en las iglesias protestantes.

Los católicos no plantearon a ella objeción alguna cuando se decidió hacer una formulación ecuménica. (Calvino, Lutero...).

4º.- OTRAS POSIBLES ORQUESTACIONES.-

a./.- Literariamente, un modelo...

b./.- Oración perfecta en sí misma: Todo lo que anima la fe y llena la vida de los cristianos: cielo y tierra.

c./.- Jesucristo no quiso tanto enseñarnos una oración, sino enseñarnos a rezar.

CONCLUSIÓN,-

a./.- Perdernos en el Padrenuestro (Tarancón...).

b./.- Rezar como rezaba la Virgen. (Recitar el "Magnificat).



 

NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 

Por la señal de la santa Cruz, etc. Señor mío Jesucristo, etc.

ORACIÓN PREPARATORIA

¡Oh Corazón divinísimo de mi amado Jesús, en quien la Santísima Trinidad depositó tesoros inmensos de celestiales gracias! Concededme un corazón semejante a vos mismo, y la gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, vuestro sagrado culto y bien de mi alma. Amén.

Rezar a continuación la oración del día que corresponda.

 

DÍA PRIMERO  Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. ¡Oh Corazón sacratísimo y melifluo de Jesús, que, con ferventísimos deseos y ardentísimo amor, deseáis corregir y desterrar la sequedad y tibieza de nuestros corazones! Inflamad y consumid las maldades e imperfecciones del mío, para que se abrase en vuestro amor; dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amantísimo Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma.

Tres Padrenuestros, tres Avemarías, en reverencia de las tres insignias de la Pasión con que se mostró el divino Corazón a Santa Margarita de Alacoque. Oraciones finales.

DÍA SEGUNDO  Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. ¡Oh Corazón amabilísimo de Jesús, celestial puerta por donde nos llegamos a Dios y Dios viene a nosotros! Dignaos estar patente a nuestros deseos y amorosos suspiros, para que, entrando por vos a vuestro Eterno Padre, recibamos sus celestiales bendiciones y copiosas gracias para amaros. Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta novena, sí es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.

Tres Padrenuestros y Avemarías. Oraciones finales.

DÍA TERCERO Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. ¡Oh Corazón Santísimo de Jesús, camino para la mansión eterna y fuente de aguas vivas! Concededme que siga vuestras sendas rectísimas para la perfección y para el cielo, y que beba de vos el agua dulce y saludable de la verdadera virtud y devoción, que apaga la sed de todas las cosas temporales. Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.

Tres Padrenuestros y Avemarías. Oraciones finales.

DÍA CUARTO  Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. ¡Oh Corazón purísimo de Jesús, espejo cristalino en quien resplandece toda la perfección! Concededme que yo pueda contemplaros perfectamente, para que aspire a formar mi corazón a vuestra semejanza, en la oración, en la acción y en todos mis pensamientos, palabras y obras. Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.

 

Tres Padrenuestros y Avemarías. Oraciones finales.

DÍA QUINTO  Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. ¡Oh Corazón dulcísimo de Jesús, órgano de la Trinidad venerada, por quien se perfeccionan todas nuestras obras! Yo os ofrezco las mías, aunque tan imperfectas, para que supliendo vos mi negligencia, puedan aparecer muy perfectas y agradables ante el divino acatamiento. Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.

Tres Padrenuestros y Avemarías. Oraciones finales.

 

DÍA SEXTO Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. ¡Oh Corazón amplísimo de Jesús, templo sagrado donde me mandáis habite con toda mi alma, potencias y sentidos! Gracias os doy por la inexplicable quietud. sosiego y gozo que yo he hallado en este templo hermoso de la paz, donde descansaré gustoso eternamente. Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.

Tres Padrenuestros y Avemarías. Oraciones finales.

DÍA SÉPTIMO Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. ¡Oh Corazón clementísimo de Jesús!, divino propiciatorio, por el cual ofreció el Eterno Padre que oiría siempre nuestras oraciones, diciendo: "Pídeme por el Corazón de mi amantísimo Hijo Jesús; por este Corazón te oiré, y alcanzarás cuanto me pides". Presento sobre vos a vuestro Eterno Padre todas mis peticiones, para conseguir el fruto que deseo. Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.

Tres Padrenuestros y Avemarías. Oraciones finales.

DÍA OCTAVO Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. ¡Oh Corazón amantísimo de Jesús, trono ígneo y lucidísimo, inflamado en el amor de los hombres, a quienes deseáis abrasados mutuamente en vuestro amor! Yo deseo vivir siempre respirando llamas de amor divino en que me abrase, y con que encienda a todo el mundo, para que os corresponda amante y obsequioso. Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.
Tres Padrenuestros y Avemarías. Oraciones finales.

DÍA NOVENO Acto de contrición y oración preparatoria.

Oración. ¡Oh Corazón dolorosísimo de Jesús, que para ablandar nuestra dureza y hacer más patente el amor con que padecisteis tantos dolores y penas para salvarnos, los quisisteis representar en la cruz, corona de espinas y herida de la lanza, con que os manifestasteis paciente y amante al mismo tiempo! Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, correspondiendo agradecido a vuestro amor, y la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.

Tres Padrenuestros y Avemarías. Oraciones finales.

 

ORACIONES FINALES

Al Padre eterno. ¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén.

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena

 

Oración. ¡Oh Corazón divinísimo de Jesús, dignísimo de la adoración de los hombres y de los ángeles! ¡Oh Corazón inefable y verdaderamente amable, digno de ser adorado con infinitas alabanzas, por ser fuente de todos los bienes, por ser origen de todas las virtudes, por ser el objeto en quien más se agrada toda la Santísima Trinidad entre todas las criaturas! ¡Oh Corazón dulcísimo de Jesús! Yo profundísimamente os adoro con todos los espíritus de mi pobre corazón, yo os alabo, yo os ofrezco las alabanzas todas de los más amantes serafines y de toda vuestra corte celestial y todas las que os puede dar el Corazón de vuestra Madre Santísima. Amén.

 

NOVENA A Santísimo Cristo de la Victoria
Historia
y Oraciones al Cristo de la Victoria 

¡Mira cuanto nos ama Jesús! Reparó por nuestros pecados sufriendo y muriendo en la cruz.

Su Cruz es nuestra VICTORIA.

Deseamos que se cumpla la profecía de Juan 19,37: "Mirarán al que traspasaron". Que lo miremos ahora y nos convirtamos antes que se cumpla la del Apocalipsis 1,7: "Mirad,  viene acompañado de nubes: todo ojo le verá, hasta los que le traspasaron, y por él harán duelo todas las razas de la tierra. Sí. Amén." 

Basta de tanta indiferencia y pecado. Entremos ya en su misericordia, respondamos a su llamada a la conversión. Contempla y llora de agradecimiento ante esta imagen bendita de nuestro Salvador. ¡Que tan bien nos representa el amor de Jesús!.  Ante esta imagen se han concedido muchas gracias. Pídele que te reciba como discípulo fiel.

 

BREVE HISTORIA DEL SANTISIMO CRISTO DE LA VICTORIA

Esta santa imagen, milagrosa desde el principio, fue tallada en Madrid, en el año 1630, por el célebre escultor Domingo de Rioja y por encargo de la Sierva de Dios Francisca de Oviedo y Palacios.

Después de vencer muchas dificultades, pudo, al fin, Francisca de Oviedo sacar al Santísimo Cristo de la Corte, en donde realizó innumerables prodigios, y traerlo a Serradilla. Viéndose obligada a hacer parada en Plasencia, sucedió en esta ciudad lo mismo que en Madrid: comenzó el Santísimo Cristo a hacer tantos milagros, que ya le fue imposible a la beata Francisca sacarlo de allí.

Por fin, el sábado, 13 de abril de 1641, esta imagen pudo hacer su entrada triunfal en Serradilla, donde se sigue venerando. Años después, en 1660, y por expresa voluntad de Dios, se fundó en Serradilla (Extremadura), Diócesis de Plasencia, el Monasterio de MM. Agustinas Recoletas, pasando el Santísimo Cristo a tomar posesión de esta Santa Casa y Santuario, como Rey y Señor, y desde cuyo Trono de Amores se complace en derramar un torrente de gracias y bendiciones sobre los fieles que, con fe y amor, se postran a sus pies.

Las MM. Agustinas Recoletas quedaron constituidas, desde entonces y para siempre, en sus más fieles hijas, esposas y guardianas, ofrendando sus vidas ante El en holocausto de amor, reparación, intercesión y alabanza, en nombre de todos los hombres, sus hermanos, al mismo tiempo que velando por el mayor ornato y esplendor de su culto y gloria.

 

ORACION A CRISTO DE LA VICTORIA

Hacedme prudente en mis determinaciones. Fuerte, con vuestra Gracia, en los peligros.
Paciente y manso en las pruebas y sufrimientos. Humilde y agradecido, en las alegrías y prosperidades. Señor Jesús: Dame la pureza y limpieza de mi cuerpo. La santificación de mi alma. La modestia de mis sentidos. Y una conducta edificante y llena de caridad con mis prójimos. Cristo mío, concédeme la Gracia especial que te suplico humildemente en esta novena...Padre Nuestro. Avemaría y Gloria.

 

Realizar Acto de contrición  

 

DIA PRIMERO

Después de persignarse se dirá: Señor y Dios eterno infinito de todas las perfecciones y atributos yo, la más pobre, vil y despreciable de todas las criaturas, postrada en el más humilde rendimiento ante vuestra soberana Majestad, os confieso con todo mi corazón como a mi Dios y Señor, así en el cielo como en la tierra y en todo el universo. Y penetrado íntimamente del conocimiento de la miseria y de mi bajeza me confundo en vuestro divino acatamiento, considerándome la criatura más indigna de vuestra infinita dignación, por más que habéis querido poner en mis ojos, conservándome en la vida y en el ser que he recibido únicamente de Vos, para que me empleara sólo en servicio de vuestro amor y voluntad. Pero ingrato y desconocido a los grandes y especiales beneficios de vuestro amor, yo, Dios mío, me he olvidado enteramente de Vos y poniendo mi corazón y mi amor en las criaturas me he apartado con la mayor torpeza e ingratitud de vuestro servicio y voluntad. Lo conozco y lo confieso, Señor y Dios mío, conozco que no os he amado, que no os he servido como debiera añadiendo a esta monstruosa ingratitud el desprecio más abominable y vil también conozco y confieso amargamente que os he ofendido, que he quebrantado una y mil veces vuestra divina voluntad y mandamientos. Cuánto me arrepiento Señor y Dios Altísimo. Cuánto me duele el delito y la traición que con vuestra Majestad soberana he cometido. Quisiera haber muerto primero que ofenderos y quisiera morir mil veces antes que volveros a ofender. Con esta resolución con todo el amor de mi corazón me atrevo a levantar mis ojos hacia Vos implorando humildemente vuestra bondad y misericordia para conservarme siempre en esta resolución. Y convencido de la infinita piedad con que miráis a los hombres, a quienes habéis querido salvar, empleando en su rendición tesoros infinitos de vuestro amor, yo, la primera, me postro en vuestra presencia soberana a implorar los méritos de esa misma redención para con ellos cubrir mis delitos y obtener el perdón de ellos, ahora y por toda la eternidad. Amén.

 

ORACION AL PADRE ETERNO  Padre, eterno y clementísimo Dios que por un exceso de compasión y caridad con los hombres, quisisteis que bajase vuestro Unigénito desde el seno de vuestra gloria a tomar carne humana y hacerse hombre; encargándole la más importante obra: de la redención y la libertad del linaje humano, sujetándole a ese fin, a todos los castigos que debiera sufrir el hombre por el delito de haberse rebelado contra vuestra Majestad soberana, haciéndolo participante de todos los abatimientos y humillaciones que han venido después de su delito. Y os adoro, y os reverencio, con toda mi alma, por esta tan singular misericordia, con la cual habéis querido salvarnos de nuestros pecados, a costa de tormentos y de la sangre que derramó vuestro preciosísimo Hijo sobre una cruz; y en retorno y agradecimiento a tan soberano beneficio os ofrezco esta mi sangre, los tormentos y la muerte de vuestro divino Hijo, en cuyos méritos confío, para la redención y gracia a mis culpas, consagrando estos nueve días en memoria de esta muerte que con tanto amor sufrió por nosotros en la Cruz.

 

Dignaos, Señor y Padre misericordioso, desterrar de mi corazón todos los afectos del pecado, ilustrad con vuestra divina luz mi entendimiento, encended mi alma y la de todos los devotos de vuestro divino Hijo crucificado, en un amor perfecto hacia Vos consagrándome en estos días con la pureza debida a la contemplación de vuestro Hijo Jesús, en los que confiados para ser admitidos a vuestra santísima gracia y conseguir vuestra gloría eterna. Amén.

 

Consideraciones. Primer día. 

Consideración sobre el amor que Jesucristo tuvo a los hombres, el cual le obligó a admitir la muerte en una Cruz.

Oh alma mía! Ven al calvario allí es el lugar del sacrificio de JESUS: allí lo ha llevado el amor, hecha víctima de los delitos de los hombres. Ah! ¿Quién dijera que después de conducido de tribunal en tribunal en donde ha tolerado una tras otra las mayores afrentas e ignominias, ansioso todavía de tormentos, no había de quedar satisfecho hasta no haber agotado las heces del más amargo cáliz de dolor. Pues así es: míralo alma mía, mira bien ese cuadro espantoso, dibujado con sangre, los inmensos deseos que Jesucristo ha tenido que padecer y morir sólo por tu bien. Registra y lee atentamente ese sagrado libro que se muestra en el Calvario hasta donde ha podido llegar la sed insaciable de su amor sin darse por contento tener traspasada con azotes sus espaldas, abofeteadas sus mejillas y magullados con terribles golpes todo su cuerpo ahora se deja en el Calvario, al arbitrio de sus bárbaros asesinos, los que añadiendo dolor a dolor han llevado hasta el colmo de indignación taladrando, con formidables clavos sus pies y manos sacrosantas.

Oh JESUS mío. Dios de amor y misericordia. ¿No era bastante haber derramado una sola gota de vuestra purísima sangre para dejar comprobado vuestro inmenso amor hacia los hombres? No quedó el hombre redimido enteramente de su penosa esclavitud con uno solo de vuestros tormentos padecidos por su libertad? Ay, Dios mío Quién tuviera un amor infinito para corresponder infinitamente a vuestro divino amor... Encended, Jesús mío, nuestros corazones en esas llamas de vuestro amor. Avivad entre nosotros el fuego de esa inmensa caridad con que habréis querido abrasaros. Ahora mismo nuestros corazones endurecidos con el hielo de los vicios, ni sienten, ni hacen el debido aprecio de vuestro amor. Dios mío: alentad nuestros corazones; avivad en ellos nuestra caridad; haced que este pueblo, que desde muy a principios se ha esmerado en los afectos de vuestra sagrada Imagen enclavada en la Cruz se penetre ardientemente en los incendios de vuestro amor para que aborrezca el pecado y consagre toda la vida a vuestro servicio y voluntad.

 

 ADORAClON A LAS CINCO LLAGAS DE JESUCRISTO

Os adoro, Santísima llaga de la mano derecha de nuestro Señor Jesucristo, y os suplico por el dolor que entonces sintió vuestra alma purísima que mi alma sea penetrada del dolor y sentimiento de haber empleado mis acciones en ofender a vuestra divina Majestad. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Os adoro, Santísima llaga de la mano izquierda de Nuestro Señor Jesucristo, y os suplico por el dolor que entonces sintió vuestra alma purísima, que mi espíritu sea penetrado rIel más firme propósito y resolución de nunca jamás desviarme del camino derecho que lo conduce a la gloria. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Os adoro, Santísima llaga del pie derecho de nuestro Señor Jesucristo, y os suplico por el dolor que entonces sintió vuestra alma purísima, que me conciba los deseos más eficaces de mantenerme siempre firme en la observancia de vuéstros divinos mandamientos. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Os adoro, Santísima llaga del pie izquierdo de Nuestro Señor Jesucristo, y os suplico por el dolor que entonces sintió vuestra alma purísima, que todas mis acciones y movimientos se encaminen a vuestro amor y servicio. Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Os adoro, Santísima haga del costado de Nuestro Señor Jesucristo, y os suplico por el dolor que entonces sintió vuestra alma purísima, que mi corazón sea traspasado con el dolor de las culpas consagrándoos enteramente en obsequio de vuestro divino amor. Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

ORACION IMPLORANDO EL AUXILIO DE MARIA SANTISIMA

Jesús amantísimo, recibid las súplicas y ruegos con los que me dirijo a Vos, como a verdadero refugio en mis necesidades. Volved los ojos a esta pobre miserable alma vacía de vuestra divina gracia y colmada de vicios y pasiones groseras, único fruto que ha sacado de seguir ciegamente sus deseos. Por vuestra pasión santísima os pido en especial para que mi alma no sé pierda me hagáis sentir el dolor verdadero que todas mis ofensas, y si todas mis súplicas no son bastantes por su tibieza o por no estar acompañadas de la pureza debida, me dirijo hacia Vos, uniendo mis oraciones con las de Vuestra Santísima Madre María. Oh Madre de Dios y de los hombres. Por vuestros santísimos dolores, penas y sentimientos que dividieron vuestro corazón amante al pie de la cruz ayudadme a aclamar a Jesucristo, vuestro Hijo verdadero, encaminad hacia El mis ruegos y mis súplicas, en especial para que mi alma no se pierda y que desde ahora viva sujeto a la guarda de su ley y de sus mandamientos, y si fuere de su divino beneplácito y del vuestro, Madre purísima, que me conceda también lo que pido en esta novena, así la salud de mi cuerpo, como el remedio para todas mis necesidades y la de mis prójimos. Todo esto lo apoyo Jesús mío, en tos méritos y las sújetas de María, interponiendo también el patrocinio de vuestro amado discípulo San Juan por cuyo medio espero que no dejaréis desatendidos mis deseos sujetándome en todo a vuestra divina voluntad. La salve, Padrenuestro, Avemaría, a San Juan Apóstol.

Aquí, confiando en Dios, pedirá cada uno lo que desea alcanzar.

AFECTOS Y SUPLICAS A JESUS CRUCIFICADO

Señor que por tu bondad Quisiste bajar del cielo Dádnos alivio y consuelo En toda necesidad.

¿Y quién puede concebir Oh mi dulce Redentor Lo infinito de tu amor Que al mundo te hizo venir Tan sólo por redimir A toda la humanidad? Señor que por tu bondad, etc.

Desde entonces eh tormento Y ha aflicción te persigue Las penas juntas te siguen Y tu dolor va en aumento Cuando eh entendimiento Del hombre hacia la eternidad. Señor que por tu bondad, etc.

Cuando con aguda lanza Tu costado traspasaron Tus penas no te aumentaron Más se afirmó tu esperanza De ha bienaventuranza Por toda la eternidad. Señor que por tu bondad, etc.

Yo te adoro buen JESUS Te pido con fervor De ampararme con tu cruz. Y huyendo del mal con tu luz Obre el bien con tu libertad. Señor que por tu bondad, etc.

Con indecible furor Te ultrajan los sayones Con sarcasmos y baldones, Gozándose en tu dolor; Mas en tu infinito amor Perdonaste su maldad. Señor que por tu bondad, etc.

Hacia el Calvario caminas Mi adorado buen Jesús Llevando una tosca cruz, A cuyo peso te inclinas Ya coronado de espinas Oh inaudita crueldad. Señor que por tu bondad, etc.

En tres horas de agonías Sobre la cruz clavado ¿A quién decir será dado Lo que allí padecerías? ¿Con cuánto pesar verías De los hombres la impiedad? Señor que por tu bondad, etc.

Por esa mortal herida De tu pecho sacrosanto Haz que cese mi quebranto Y encuentre salud cumplida Y la paz apetecida Ventura y felicidad. Señor que por tu bondad, etc.

Dadme siempre algún consuelo Pues espero en Ti con fe Que yo te bendeciré Con el más constante anhelo Para merecer el cielo Por toda la eternidad. Señor que por tu bondad, etc.

Señor que por tu bondad Quisiste bajar del cielo Dádnos alivio y consuelo En toda necesidad.

 

ANTIFONA

Oh Cruz santísima, Arbol el más precioso entre los árboles del Libano en cuyos brazos estuvo pendiente la vida del mundo, en los que triunfó Jesús y venció para siempre con su muerte a la misma muerte.

V. Te adoramos y te bendecimos, oh Señor Jesucristo.

R. Porque redimiste al mundo con tu Cruz.

ORACION

Oh Dios que renovásteís los milagros de la pasión, en la invención gloriosa de vues- tra cruz, concedednos que con el precio de, este leño de vida consigamos alcanzar la viøn da eterna.

Hoy se da principio a la confesión general, si debiera hacerse, si no se hará la conw fesión actual empleando los nueve días de la novena en cierta distribución de lección, oración y demás ocupaciones piadosas.

 

DIA SEGUNDO

Consideración sobre los deseos de Jesucristo de que los hombres aprovechen su amor.

Quién dijera Jesús que los hombres de todos los tiempos y de todas las edades reunidos en este día, bajo la bandera de su cruz viniesen a participar de los frutos preciosos de su sacrificio. Qué ansias las suyas tan ardientes. Qué deseos tan eficaces los suyos de salvar a todos y redimirlos a costa de sus tesoros, con el precít infinito de su misma sangre.

 

Levanta tus ojos, alma mía, míralo en el Calvario, escucha atenta dirigiéndose al Padre, le ruega con la súplica más encarecida aún por los mismos verdugos que le atormentaron. Padre, le dice: verdad es que. Mis enemigos me atormentaron; que ahora mismo me persiguen enfurecen contra mi sangre; pero ellos no saben lo que hacen, son rudos e ignorantes; perdónalos, Padre mío.

Así habla Jesús, oh alma mía y no sólo son de ahora sus deseos fervientes de salvar a todos y sacarlos del poderío del demonio y del pecado. ¿A quién no son constantes en toda Jerusalén, en Judea y en los lugares todos por donde ha ido esparciendo los saludables frutos de su apostolado y de su misión? ¿Quién no le ha visto al la- do de una samaritana junto al pozo de agua, imagen de la vida; en la compañía de una Magdalena, levantando blandamente sus manos sobre ella para quitarle todos sus delitos y maldades, en la casa del publicano? ¿Quién no le ha visto devorado por la sed de saciar a los hombres, buscando aquí y allá por los pecadores, además de haber regado por todas partes la doctrina de la salvación, Sa que hubiera bastado para que los hombres todos viniesen a reunirse bajo su bandera? Pero ahora sobre la cruz ¿quién podrá explicar dignamente lo que es su amor y la eficacia de sus deseos para que uno solo de los hombres no se pierda?

Míralo en ti misma, alma mía. Mira cuántas veces ha enviado sobre ti sus luces, avisos y desengaños; mira cuántos otros quizá tus conocidos, parientes o amigos, tocados de su divina luz, han venido a su santo templo a implorar sus auxilios y conversión han conseguido. Cuántas mudanzas, cuántos arrepentimientos han conseguido a sus divinos píes y se han ejecutado a su influjo.

Dios y Jesús mío, Redentor de mi alma. Volved a mí vuestros divinos ojos, soy uno de aquellos ministros del furor que atormentándose desde el Calvario y en todos los lugares he concurrido a desperdiciar vuestra sangre causándome la muerte más inhumana. Levantad, Señor, por mí el primero, vuestra divina voz, pidiendo al Padre, que me perdone. Ay, Dios mío, me olvidé que os ofendía y ultrajaba a mi mismo Padre, a mi Dios, cuando tan osadamente pecaba contra vuestra santísima ley. No permitáis que yo malógre los frutos de vuestra redención; haced que verdaderamente contrito, me resuelva en estos nueve días a la reforma de mí vida para que sirviéndoos desde ahora, os goce después para siempre. Amén.

 

DIA TERCERO

Consideración sobre las señales que manifestó Jesucristo en la Cruz.

 

Bien puede el hombre animarse por miserable y pecador que sea, en los ojos de Dios. A pesar de los tormentos que despedazan cruelmente el corazón de Jesús, cercado como se halla en un mar inmenso de dolores y angustias, el amor al Jefe y Cabeza todo es obra de su muerte, hombre, el deseo de salvarlo, sus ansias porque no se pierda, todo esto crece a medida que crecen sus tormentos. Considera, oh alma mía, que cuanto ha practicado hasta ahora el amor a los hombres, y el momento en que debiera rehusar su amor por los desprecios que ha recibido de ese mismo, se dedica a comunicarse amoroso olvidando ofensas e ingratitudes. Sí, alma mía, a ese mismo hombre a quien Jesucristo ofrece en este día abrir las puertas del Paraíso conducirlo a una mansión de gloria y darle millares de tesoros que lo hagan feliz y bienaventurado, ese mismo es aquel pecador que poco antes él ha ofendido y quebrantado indignaménte sus preceptos, y que convencido de sus delitos se prepará para expiarlo en el suplicio, más volviencté ahora los ojos a Jesucristo, que está a su lado, le dice penetrado de dolor: “Acuerdate de mí cuando vengas a tu reino”. Nada más se necesita; basta este dolor o arrepentimiento para qúe aunque sea el mayor y más abominable de los pecadores lo reciba, alma mía. Y en efecto, con esto manifiesta Jesús las señales más convincentes de salvar al pecador por grande que sea.

 

Oh Dios mio! que fuera yo ese dichoso ladrón para que dieráis ,a conocer en mí vuestro especial amor. Aliéntate, alma mía, y apresúrate a ponerte delante de Jesús el día de sus grandes misericordias; eres semejante al buen ladrón por el hurto que has hecho a Dios del tiempo por el desprecio bien culpable con que has manejado los caudales de su amor con los cuales habríais comprado ya una dicha verdadera. Cuántas veces he dado continuamente a tu corazón y te he convidado a penitencia ofreciéndote también el Paraíso? Ah! ingrata y desconocida vuelve sobre ti, considera atentamente lo mucho que has hecho por tu amor. Qué tesoros te ofrece para la vida eterna. Y aún desde ahora qué de beneficios, auxilios y medios de salvación en tantas indulgencias y gracias te ha dado por medio de su Vicario en la tierra, todo con el objeto de suavizante y llamarte al camino de su reino. No pierdas tiempo. Apresúrate, alma mía, a recibir a manos llenas las muestras visibles del grande amor de tu Dios. Amén.

 

DIA CUARTO

Consideración sobre el grande interés de Jesús para que los hombres no malogren su amor.

 

En dónde hallarás, alma mía, un padre tan bondadoso, una Madre tan compasiva y tierna, un amigo más fiel y consolador, un patrón más aplicado a tu interés y descanso, sino sólo en Jesucristo? Ah!, sumergida en tantas angustias, oprimido de dolores a cuál más agudo y cruel, no por eso ha desviado de ti su compasiva mirada, antes bien momento por momento quiero mostrate que sólo el cuidado de tu salvación es el mayor y más grande de todos. Qué interés el suyo! Mientras los verdugos sedientos de sangre, no quieren sino multiplicar sus tormentos, Jesús, con más fuertes ansias, también aumenta más y más sus cuidados, anímádo del único interés de tu propio bien. ¿Quieres Conocer hasta dónde llega el vivo interés y los cuidados amonosos que por ti lo animan? Míralo, pues, alma mía, sobre el calvario, haciendo depósitos continuos de sangre, los que ha aplicado a sus sacramentos, consumiendo también una virtud infinita y soberana para salvarte. Miralo cubriendo con su sangre como un muro inexpugnable el valor y el mérito de sus sacramentos, para qué, si el hombre nace, vive y muere halle siempre pronto los recursos de su misericordia y todo el interés en su corazón, en su provecho y bien.

 

En esta hora terrible de agonía sacando fuerzas de su misma flaqueza ha querido que el hombre vea hasta dónde llegan sus cuidados, pues lo único que ha podido salvarse de entre los hombres en el naufragio espantoso de la naturaleza humana, el único bien que ha dejado a Jesucristo entre los mismos hombres, ese bien precioso que siempre se ha mostrado agradable y dulce a sus ojos también se une en la cruz al cúmulo inmenso de sus beneficios para salvar y hacer mucho más dichosos a los hombres. Alma mía: ¿Por qué no tiemblas ahora de horror y espanto al ver tu ingratitud y maldad cuando oyes a Jesús dándote por Madre, haciéndote hijo de la que es su Madre, la consoladora única en el inmenso mar de las angustias que lo atormentan? Ay, Jesús dulcísimo, que no puedo yo explicar los grandes motivos que debieran arrebatar fuertemente a los hombres en vuestro amor! Cuántos beneficios en este sólo beneficio! Cuántos intereses en nuestro bien, sólo porque María, su madre sea también nuestra. Templo santo que me escuchas, tú lo dirás algún día si cuando ha venido el pecador dentro de sus muros.

 

María la primera entre sus ángeles tutelares no ha corrido a recibir sus oraciones y llevadas a la Cruz, cumpliendo exactamente con los oficios de la Madre más amorosa de los hombres. Tú has visto portentos, obrados por la mano del milagroso Señor de Buga; siendo su Madre María el conducto por donde los pecadores han llegado a obtener sus piedades. Tú viste renovarse a esfuerzos de copioso sudor que cubría esa santa imagen, su rostro y sus miembros, para que el pecador se anime, y el angusdo que Jesucristo comienza por su imagen a abrir las puertas de sus bondades; viste salir de tu recinto uno tras otro, los pobres, los enfermos, los necesitados, a bendecir una y mil veces las aguas de tu piscina saludable, y todo esto, todos los prodigios de Jesús, los ha obrado por medio de su Madre que dio a los hombres en cuyo pecho han descansado los grandes cuidados a beneficio de los mismos hombres. Conócelo desde luego, alma mía. Conoce ya a tu Jesús y Salvador; conoce su amor para que así mismo le ames, le sirvas y llores tus ofensas en verdaderas lágrimas. Amén.

 

DIA QUINTO

Consideración sobre las penas y sufrimientos de Jesús al ver que los hombres no apreciaban su amor.

 

No hay alivio ni consuelo para Jesús, acércate alma mía al Calvario; oye a Jesucristo hablar con su padre quejándose amargamente de su desamparo. La sangre que ha derramado, sus tormentos, la muerte misma que va a sufrir no le afligen ni desconsuelan tanto como el verse desamparado. Pero no creas alma mía, que el Eterno Padre lo ha abandonado, o se niega a recibir sus sacrificios; lo que atormenta a Jesús es el ver que tú, la primera, te separas de su cruz por el pecado; que perdiendo infelizmente el fruto saludable de su sangre, le vuelves las espaldas y lo desamparas. Esta es la gran pena, el mayor sentimiento de Jesús en esta hora, Considera, pues, con qué espadas tan agudas se verá traspasado su corazón santísimo, al ver el ningún aprecio que los pecadores hacen de su muerte. Tantos millones de infieles y herejes y multitud de innumerables pecadores e impíos que se presentan ahora a su sagrada vista desnudos de méritos, vacíos de su gracia, desamparados de sus auxilios, llenos únicamente de vicios y pasiones groseras, vestidos con la librea del mundo, esclavos de sus antojos y deseos. Todo lo veo y lo siento con mayor pena en esta cruz.

 

Al paso que crece también la pena de verse desamparado de los pecadores. Ay, quién pudiera, Dios mío, quitar la infamia del pecado y que no angustiase sobremanera vuestro corazón; pero no quiere Jesús más consuelo ni más alivio sino que los pecadores se conviertan, que bañados todos con su sangre sacrosanta se unan a su cruz y os salven. Resuelvéte alma, a dejar ya los males del vicio, y entra por la senda de las virtudes. Acuérdate que a pesar de la ingratitud con que te muestras, jamás ha estado tan cerca de ti, llamándote con sus inspiraciones para que vuelvas a su misericordia y no lo pierdas de vista. De cuántos peligros no te ha librado, aguardando la ocasión más oportuna para hacerse dueño de tú corazón. Cuántas veces habrá separado el rayo de tu cabeza, domando el imperio de las aguas, impedido la frialdad y destemplanza de los aires para que no perezcas y te pierdas como felizmente habría perecido en estos semejantes peligros tantas almas a quienes ha protegido visiblemente por su devoción a su sagrada imagen y ellas quizás tú, la más favorecida; con el fin de que no se malogre su redención. Oh, Jesús mío, haced que yo estime de veras vuestros beneficios; que sienta en el alma el desamparo de vuestra gracia en que me han dejado mis vicios. Obligad, forzad, si es posible mi alma a que siempre os ame y os sirva, que aborrezca en estos nueve días, fodos sus delitos y permanezca siempre firme en los propósitos de amaros eternamente. Amén.

 

DIA SEXTO

Consideración sobre los deseos que tuvo Jesús de padecer más torturas por amor a los hombres.

Ahora es tiempo alma mía, de que vuelvas un momento sobre ti misma y veas hasta donde ha podido llegar tu ingratitud y tu perfidía para con Jesús. Todavía suspira ardientemente por su salvación, sigue tus pisadas, se te pone delante, te llama y te ruega que vengas a recibir los frutos de su misericordia y de su piedad. Con ese fin te dice dulcemente, oh, alma mía, la sed me atormenta, y acaba en esta cruz, yo muero de sed de tu salvación. Si la sed de salvar a los pecadores y padecer por ellos hasta la muerte con tal que no se condenen. Este es uno de sus mayores tormentos; que la insulten y blasfemen los verdugos como el hombre maldito de Dios y dejado de su gracia; que le den hiel y vinagre en vez de refrigerio, que despedacen su costado y dividan su corazón no importa que aumenten sus padecimientos, con tal que tú, alma mía, no perezcas; que se pierdan todos sus tesoros, fortunas, su misma vida nada importa con tal que le reserves para sí las almas. ¿Se dará por ventura otro amor? En que piensas, alma mía que desde ahora no das principio a pagar la deuda infinita que has contraído de día en día con Jesucristo, cada lágrima de sus ojos es un beneficio inmenso que no tienes cómo responder. Y qué será cada clavo de sus manos; cada espina de su cabeza, cada azote de sus espaldas, cada llaga de su cuerpo? Alcanzada como te hallás de una deuda tan antigua a Jesucristo, quieres aún aumentar el precio de ella? Jesús suspira por más tormentos y tú suspiras por más ofensas? Jesús se aflige con la sed de tu salvación y de tu dicha y tú has de consumirle con el ardor la sed de las grandezas, riquezas y los placeres. No es dable en vista de tanto amor rehusar por más tiempo tus ojos al llanto, tus oídos a su llamamiento, tu corazón a los continuos golpes con que quiere despertarte del funesto letargo del vicio en que vives; no es dable alma mía! Dile ya a Jesús: Dios mío, basta ya de tormentos, muchos son los que hasta aquí os han hecho padecer mis delitos. Justo es que no os ofenda aunque jamás hubíérais padecido por mí, Jesús que no os ofenda más.

 

DIA SEPTIMO

Consideración sobre el grande gozo de Jesús al ver lo que ha sufrido y padecido por el amor al los hombres.

 

Mira alma mía, hasta dónde han podido las amarguras y los tormentos de Jesús, que no hay parte de su cabeza que no tenga su espina, lugar en sus espaldas, que no tenga azote; lado de sus miembros que no tenga su llaga y su dolor. Acaso ha quedado vena de su cuerpo que no esté dislocada? Acaso puede recibir ya más tormentos? Atiende, alma mía, a las quejas que te da Jesús por boca de Isaías; piensa tú qué pudiera haber hecho por ti, que no lo haya hecho, hay acaso tormentos que no haya padecido? Hay dolores y tribulaciones que no hayan sufrido sus espaldas? así te habla Jesús, alma mía. Pero lleno de amor y gozo al ver que por él no ha faltado que si no te salvas y rehusas sus llamamientos y sus voces, no es por falta suya, ni por defecto de su redención, la que abundante hubiera desatado las duras presiones de que tanto tiempo te aprisionan con la culpa. Tú misma has rehusado tus oídos, endurecido torpemente tu corazón y cuando Jesús ha corrido lleno de amor a tomar sobre sí la cruz de los padecimientos, tú le has vuelto la espalda, mostrando tus ojos y tu rostro a sus enemigos a quienes has dado tu mismo corazón.

 

 

Podías haber hecho más por ofender a Jesús? Hay acaso un delito o crimen nuevo que no haya cometido? Qué más podías hacer alma mía, en ofénsas a Jesús, días que habeis comenzado: Conozco mis delitos, conozco que no habéis padecido más y más por mi felicidad, y yo, ingrato, he cometido ofénsas para mi propia ruina e infelicidad. Ya me encamino a vuestros brazos; ya vuelvo mis ojos a Vos y lleno de fe confío que me perdonareis y me daréis vuestra santísima gracia para siempre amaros y serviros. Amén.

 

DIA OCTAVO

Consideración sobre los sacrificios que Jesús ha hecho de sí mismo por el amor a los hombres.

No quiere Jesús, oh alma mía, traspasar de sí el cáliz de su pasión y de su muerte, sino que resignado a la voluntad de su Eterno Padre se ha sometido voluntariamente hasta agotar sus más amargas heces. Qué conformidad la suya! Y cuando ya siente sin sangre las venas sin vigor ni aliento su espfritu, qué aliento tan nuevo el que recibe su alma purísima, para hacer completo el sacrificio de su amor. Nada ha faltado en su pasión. Todo lo más triste, amargo y sombrío ha concurrido desde el Calvario para hacer más cruel e intolerable el suplicio. Todo está acabado y perfeccionado, sus deseos de redimir a los hombres, el ansia de morir por ellos en una cruz, todo se ha reunido a perfeccionar enteramente su sacrificio. Cuando ve que no le separa de la muerte, sino un momento muy corto, oh alma mía!, si pudieras conocer toda la extensión, todo el valor de su infinito gozo, en dejar perfectamente satisfechos sus deseos. ¡Entrad, alma, en estecorazón abierto de Jesús. ¡Mira a El y observa con atención todo lo que ha podido el ansia y el deseo de sacrificarse por tu amor. Dios mío: es posible que le quede al hombre, que agote no sólo ese mar de sentímientos en que debiera ser hundido y que se haga dueño enteramente de vuestros sacrificios habiendo sido tan costosos a vuestra santa persona? Cuando el hombre todo entero ahora y siempre debiera ser vuestro; cuando debiera agotar justísimamente todo el cáliz de vuestra ira, ya no es posible mantenerse por más tiempo en ingratitud, en indolencia y endurecimiento. El que no le hayas hecho? ¿Hasta dónde quieres extender tu perfidía? Vuelve ya las espaldas al enemigo, eleva tus ojos a Jesucristo fíjalos en el calvario; aprende allí lo que es amor, lo que es padecer por tu bien y pagar beneficios por ingratitudes. Acuérdate que a pesar de tu maldad, jamás has venido a la presencia de Jesús, a pedirle beneficios en este su Santo Templo que no lo hayas conseguido. No has sido siempre un paño de lágrimas, el médico de tus enfermedades? No has conseguido más que una vez la salud con el aceite de su lámpara, se ha limpiado el sudor de su santísimo Cuerpo? Qué señales son éstas, sino deseo de aficionarte a su devoción y a su culto y ganar entonces su corazón, mostrándote a tus ojos cubiertos de llagas, oprimido de angustias y dolores para que te animes a vencer y no te deslumbres con el temor de los castigos que debes temer de su venganza, Jesús mío, por vuestras santísimas llagas, acabad en mí las obras de misericordia sacrificio de Jesús por amor está ya completo. Tiempo es ya muy sobrado de su sacrificio; ni espíritu, ni aliento, ni sangre, ni su vida misma queda ya en la Cruz, porque todo lo entrega y sacrifica por amor tuyo. Ya es tiempo de que te apresures con pasos de dolor y compasión a ofrecerte todo entero el sacrificio de ti mismo. Para qué sirven tu vida, tus pasiones, tus deseos y tu mismo corazón, si no han de entrar en el sacrificio que por tantos títulos le debes a Dios? Dios mío, dueño verdadero de mí mismo, Héme aquí, vuestro soy y debo serlo para siempre. Ah! que me tiado no desaliente en sus peticiones vienfuera posible entregarme entero a Vos y arrebatar del mundo la parte desventurada que de mucho tiempo he dado de mí, sin caer en la cuenta del hurto espantoso que os hacía. Pero esto no es posible. Conozco que perdí infelizmente aquella parte de mi vida que sacrifiqué el mundo y a los vicios; no me queda ya otro recurso que ofreceros los restos de mi vida. Ay de mí! las obras miserables del mundo y las pasiones, los años y señores a quienes consagré ciegamente. Acabad en mí Jesús mío es tos deseos y, que comenzando a amaros de veras con vuestros auxilios, continúe y acabe en tu servicio. Amén.

 

DIA NOVENO

Consideración de la muerte de Jesús por el infinito amor a los hombres.

Oh alma mía !Llegará a tanto tu desventura que no tiembles ni te estremezcas al considerar que Jesús no ha muerto por ti en la cruz y tan sólo por tu amor! Cuánto es que has oído que otro padezca y haya muerto por ti? Ay, Dios mío! Dios de amor. Dónde hallaré palabras con qué expresar el profundo sentimiento que debe apoderarse de nuestros corazones, al ver tal extremo de amor, tal exceso de misericordia y de bondad. Mira y considera con pura atención, alma mía, el estrago espantoso que la pasión ha causado en Jesús antes que muera. No es más que un vivo esqueleto y apenas encuentra la muerte para cebarse en todos sus miembros. Después que ha padecido los crueles tormentos, que ha derramado toda su sangre, que ha luchado por tres horas con las más terribles agonías pendiente de la Cruz, le ha dado por último licencia a la muerte, habiendo encomendado su espíritu al Eterno Padre, de este modo acaba Jesús no a impulsos del dolor, sino el de su propio amor. Observa con cuidado, alma mía, el funesto estrago que la pasión ha causado a Jesús: ojos marchitos, semblante pálido, mejillas enjutas, labios renegridos, miembros fuertemente estirados, en fin, la muerte es un patíbulo afrentoso, ha sido el complemento y ella no ha hecho otra cosa que poner fin a su martirio. Considera, alma mía qué esfuerzos de amores en los últimos instantes, de esos mortales desgraciados, autores de su muerte. Pero al mismo tiempo qué regocijo, qué júbilo el suyo porque asegura para siempre sus conquistas en los mismos hombres. Y manda a abrir las puertas de su Gloria, ya confunde el pecado, ya aterra al demonio; establece y hace fecunda su Iglesia poniéndole la marca de su religión, en la que reúne miembros suyos a los el Jefe y Cabeza todo es obra de su muerte, redimidos de quienes será perpetuamente la obra de su redención, de su amor. Enjuga tus lágrimas, alma mía, razón es que sientas con un dolor infinito la muerte de Dios; pero también es razón de que te regocijes en vista de su amor y de sus inmensos bienes que has ganado con él. Ya tienes un verdadero Padre, un consolador seguro, un guía que te conduzca dichosamente al descanso eterno.

Salvador mío, bendita sea para siempre vuestra pasión sacrosanta, benditos vuestro amor y humildad; mírame ahora con vuestra especial misericordia; Jesús mío, que yo me consagre a vuestro servicio y amor. Que se logren en mí los preciosos frutos de vuestra sangre. Recibid mis súplicas y mis ruegos, haced Redentor mío, que mi corazón se encienda de día en día más y más en vuestro obsequio y en vuestro culto. Volved los ojos misericordiosos hacia vuestra Iglesia Santa, protegiéndola con vuestros especiales auxilios, amparad a sus ministros, defended a todos sus fieles, sostened vuestro brazo poderoso sobre este pueblo afortunado en vuestro amor y dicha en amaros. Haced Dios mío, que sean eficaces mis deseos y que saque los frutos de esta novena para nunca ofenderos y amaros para siempre. Amén.

 

 
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