novenas - NOVENAS GRUPO 28
 

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CONCLUSIONES

NOVENA A SANTA FILOMENA

Patrona: bebés, esterilidad, niños, causas imposibles, recién nacidas, enfermos.
Festividad: 11 de Agosto


ORACION PREPARATORIA para TODOS LOS DIAS.

Oh gloriosa Virgen y Mártir San Filomena! cuya devoción parece haber reservado Dios, en su eterna sabiduría para estos calamitosos tiempos llenos de tanta impiedad, para avivar en nosotros la fe, sostener la esperanza, e inflamar la caridad. Santa Filomena a quien Dios ha revestido de su singular poder de intercesión para gloria de su santo nombre y para utilidad de la Iglesia! Miradme postrada a tus pies, llena de confianza, reconociendo en ti una gran abogada y protectora de los pobres y de todos los afligidos. Mártir de Cristo llena de bondad! Recíbeme hoy bajo tu manto celestial ampárame y protégeme con tu poderosa intercesión.

Más para que yo sea digna de este favor alcánzame aquella virginal pureza por la que tu sacrificaste todo lo que el mundo tiene por más honorífico. Alcánzame aquella fortaleza de ánimo que a ti te hizo resistir valientemente todos los halagos del emperador Dioclesiano y finalmente comunícame un amor ardiente a la fe de Jesucristo por la que tú padeciste los más crueles y dolorosos tormentos.

Junto con estas suplicas te ruego, con todo fervor de mi alma, me alcances de Dios el favor particular que, en esta novena he venido a solicitar de tu generosa intercesión. El misericordiosísimo Jesús, tu Esposo Divino, por cuyo amor sufriste el martirio y la muerte, o negará nada a tus ruegos.

Sí candorosa Virgen y valerosa mártir! No te negará nada el buen Dios que dijo "PEDIR Y RECIBIRÁS" y podrá entonces realizar en mí la infalibilidad de estas sus generosas promesas. Así lo espero de la caridad que arde en tu compasivo y virginal corazón.

PRIMER DIA
¡Santa Filomena, Virgen y Mártir llena de pureza! que en el siglo IV, siglo lleno aún de idolatría y de corrupción pagana, a pesar de los prestigios, del error y del odio que profesaban a los cristianos los vanos adoradores de los falsos dioses, diste un heroico testimonio de fe. Niña llena de sabiduría que a los once años, en una edad tan tierna, en que las ilusiones del mundo ofrecen escollos a la inocencia, tu escapaste de sus lazos consagrando a Jesucristo tu virginal pureza que habías de guardar inviolable aún a costa de tu vida. ¡Santa Filomena!, por esta virginal pureza, hoy perla preciosísima de tu celestial corona, te ruego atiendas mis suplicas y te dignes presentarlas a tu Divino Esposo y por tus méritos alcánzame de El esta fe viva y esta pureza de corazón, sin las cuales no se puede entrar en el Reino de Dios. Amén.

(Se reza Padre Nuestro, Ave María y Gloria, se hace la petición)

ORACION FINAL (Para todos los días)

Ruega por nosotros Santa Filomena.

Para que seamos dignos de las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

¡ Oh gloriosa Virgen invencible mártir Santa Filomena! Tu que por amor al Corazón Sagrado de Jesús, sufriste dolorosos tormentos y derramaste toda tu sangre virginal y entregaste tu tierna y angelical vida, en testimonio heroico de la verdad de la religión cristiana que yo misma tengo el honor de profesar, presenta ante Dios en mi favor estos tus martirios y por tus valiosas suplicas alcánzame de El este amor ardiente a Jesucristo junto con el favor especial que ahora he solicitado, para que sirviendo fielmente mientras viva, a tan soberano Rey y Señor logre felicidad de poseerle, junto contigo, en el reino de los cielos. Amén.

SEGUNDO DIA
¡ Santa Filomena, Virgen y Mártir llena de firmeza!, a quien los vanos placeres del mundo no lograron seducir con sus brillantes atractivos. Las promesas y caricias más halagadoras te encontraron insensible. Tu despreciaste el trono de Roma, el primer trono del mundo, rehusando la mano y la corona que te ofrecía el emperador Dioclesiano, el más poderoso monarca de la tierra en aquella época, por servir con fidelidad a Jesucristo elegido esposo purísimo de tu alma. ¡Santa Filomena!, te suplico me alcances la gracia de saber apartar mi corazón de las vanidades de la tierra y, dominando mis pasiones, pueda superar los obstáculos que se opongan a mi eterna salvación y poder lograr un día llegar contigo a la posesión de la patria celestial. Amén.

(Se reza Padre Nuestro, Ave María y Gloria, se hace la Petición)

TERCER DIA
¡Santa Filomena, virgen y mártir llena de fortaleza! tu a pesar de tu tierna edad, hiciste brillar con espíritu robusto el fervor de tu humilde y constante oración. Fortalecida con ella despreciaste los halagos. La oración te ayudó a sobrellevar las incomodidades de la prisión, a soportar el ayuno, los horrores de las cadenas, y a rechazar los honores comprados a cambio de la infidelidad a Jesucristo, a quien te consagraste por el voto de la virginidad. Santa Filomena! alcánzame de Dios te ruego este espíritu de oración a fin de que pueda resistir las malas inclinaciones de mi naturaleza y de preferir todos los trabajos y sufrimientos antes de ofender al Señor que es digno de todo honor y de toda gloria. Amén.

(Se reza Padre Nuestro, Ave María y Gloria, se hace la Petición)

CUARTO DIA
¡Santa Filomena Virgen y Mártir llena de valor! que sufriste grandes y vergonzosas humillaciones cuando te arrastraron por las calles públicas de la ciudad de Roma en medio de los gritos del pagano populacho, siempre sediento de la sangre de los cristianos y donde dejaste jirones de tu carne virginal. Con ejemplar resignación tu viste a los verdugos flagelar, con látigos de puntas de acero tu delicado y juvenil cuerpo, sufriste estos tormentos por amor a tu Divino Esposo Jesucristo nuestro Salvador. ¡Santa Filomena!, te ruego me alcances de Dios la gracia de dominar mis flaquezas y flagelar la sensualidad con saludables penitencias, principalmente con las que han sido establecidas por la iglesia, para que pueda agradar al Señor y obtener un lugar en el reino de sus escogidos. Amén.

(Se reza Padre Nuestro, Ave María y Gloria, se hace la Petición)

QUINTO DIA
¡Santa Filomena, Virgen y Mártir llena de constancia! tu con tu paciencia heroica en los tormentos agotaste la furia de tus verdugos y cansaste sus brazos ensangrentados. El Señor quiso curarlos para redoblar tus combates y multiplicar tus triunfos. Conducida de nuevo ante el Emperador perseveraste en tu determinación de amor a Jesucristo e iluminada del cielo confundiste a quienes osaron atacar las verdades de nuestra fe. ¡Santa Filomena! te ruego me alcances de Dios la gracia de amar y servir fielmente al mismo Jesús y de no separarme de El en esta vida para después verte y gozarle eternamente.

(Se reza Padre Nuestro, Ave María y Gloria, se hace la Petición)


SEXTO DIA
¡Santa Filomena Virgen y Mártir inalterable! condenada a ser arrojada a las aguas de río Tiber. Atada al cuello un ancla fuiste precipitada a sus aguas; más el Señor envió dos Ángeles que hicieron pedazos el ancla y la lanzaron al fondo del río y en sus brazos fuiste transportada completamente ilesa a la playa. Ante este prodigio realizado por Dios en tu favor, tu viste convertida a la fe de Jesucristo una multitud de espectadores paganos, lo que lleno de consuelo a tu atribulado corazón. ¡Santa Filomena! alcánzame la gracia de llevar una vida verdaderamente cristiana a fin de que con este ejemplo pueda edificar a mis prójimos, mantenerlos en amistad e Dios y enseñarles así el camino del paraíso celestial al que, con tu mediación, espero también llegar.

(Se reza Padre Nuestro, Ave María y Gloria, se hace la Petición)

SEPTIMO DIA
¡Santa Filomena Virgen y Mártir invencible! La constancia de tu fe y la fidelidad inviolable a tu Divino Esposo Jesucristo hicieron que el verdugo te entregara a un nuevo tormento y tu virginal cuerpo atado a un árbol, fue traspasado por una lluvia de agudas flechas. Se agotaron tus fuerzas por el derramamiento de sangre y moribunda te condujeron de nuevo a la cárcel donde, después de un dulce y placentero sueño que te envió el Señor, despertaste fortalecida con una nueva vida. ¡Santa Filomena! alcánzame de Dios el valor suficiente para rechazar los impulsos pecaminosos que el maligno espíritu lanza constantemente contra mí a fin de que obtenga como tu la palma del triunfo y pueda gozar de la paz del Señor. Amén.

(Se reza Padre Nuestro, Ave María y Gloria, se hace la Petición)

OCTAVO DIA
¡Santa Filomena Virgen y Mártir llena de heroísmo! tu fuiste conducida por la ira del tirano al suplicio de los dardos encendidos en vivo fuego que habrían de acabar con tu vida terrena. Más por el poder de Dios los flecheros quedaron impotentes sin poder dar con sus dardos encendidos. ¡Santa Filomena! Obtenme de Dios la gracia de saber despreciar las incitaciones de los enemigos de mi alma que son el mundo, el demonio y la carne. Que sepa huir de las malas lecturas, de las conversaciones peligrosas, de las malas compañías y de todas aquellas ocasiones en que mi alma puede encenderse en el vivo fuego del pecado, para que permaneciendo siempre fiel como tu, a mi Divino Salvador pueda gozarle en la Vida Eterna en compañía de los limpios y puros de corazón. Amén.

(Se reza Padre Nuestro, Ave María y Gloria, se hace la Petición)

NOVENO DIA
¡Santa Filomena, Virgen y Mártir gloriosa! que terminaste tus combates por la fe con un ilustre martirio. Desesperado Dioclesiano de no conseguir sus deseos mando al verdugo a que te decapitara, y tu alma voló luminosa, con la corona de las vírgenes y la palma de los mártires como emblema de un triunfo, hacia el seno del Esposo de las Vírgenes, quien recibió triunfante y la colocó en el coro de los escogidos. ¡Santa Filomena, preciosa mártir!, dígnate coronar el final de esta novena alcanzándome de Dios, que nada te rehúsa, la gracia de amar con todo mi corazón a la Santísima Virgen María, la Reina más pura de las Vírgenes y de los mártires, que te consoló en la prisión y confortó tu espíritu para sufrir valerosamente el martirio. Que ella me ampare con su protección maternal, en las penas de este valle de lágrimas, me defienda en la hora de mi muerte, y después goce de su presencia, en tu compañía en el reino eterno de la Gloria. Amén.

(Se reza Padre Nuestro, Ave María y Gloria, se hace la Petición)



NOVENA A SANTA FRANCISCA JAVIER CABRINI
1850 - 1917
Oh Dios, ven en mi ayuda.
Oh Señor, apresúrate a auxiliarme.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Santa Francisca Javier Cabrini, tú que obtuviste el premio de la gloria celestial por tu vida virtuosa, oye la oración que confiadamente deposito en ti y por tus méritos, haz que llegue hasta Dios y sea aceptada.
Gloria al Padre, etc.
Oh Santa Francisca Javier Cabrini, tú que durante tu vida experimentaste amarguras y sinsabores, mira con benevolencia en la hora de sus necesidades a quien recurre a ti confiadamente.
Gloria al Padre, etc.
Santa Francisca Javier Cabrini, tú que con filial confianza recurriste a la Omnipotencia Divina en todas tus necesidades, intercede por mi y obténme la gracia que ardientemente deseo.
Gloria al Padre, etc.
Oh Santa Francisca Javier Cabrini, tú que dijiste con el Apóstol, "Todo lo puedo en Aquel que me conforta", ahora que vives gloriosamente con tu Celestial Esposo implora de El la gracia que te pido.
Gloria al Padre, etc.
Oh Santa Francisca Javier Cabrini, tú que fuiste enriquecida por el Espíritu Santo, con gracias Celestiales, obten para mí de este Espíritu Divino, que me conforte en mis necesidades.
Gloria al Padre, etc.
Oh Santa Francisca Javier Cabrini, tú que fuiste guía y maestra de muchas almas errantes, obten para mi también la firme creencia de que alcanzarás de Dios lo que pidas para mí.
Gloria al Padre, etc.
Oh Santa Francisca Javier Cabrini, tú que con sumo regocijo impartiste en la tierra tu auxilio como la más tierna Madre, extiende sobre mi también tu misericordia y protección.
Gloria al Padre, etc.
Oh Santa Francisca Javier Cabrini, tú que asististe a los enfermos con exquisita generosidad, mira con misericordia mis sufrimientos y obténme la gracia que confiadamente solicito.
Gloria al Padre, etc.
Oh Santa Francisca Javier Cabrini, tú que a través de la tierra esparciste el bálsamo de inextinguible serenidad sobre la pesadumbre de los corazones heridos, extiende a mi también tu ayuda acogiendo la oración que devotamente deposito en tu corazón.
Gloria al Padre, etc.
Ruega por nosotros, Oh, Santa Francisca Javier Cabrini, para que merezcamos las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
ORACIÓN FINAL: Oh Santa Francisca Javier Cabrini, tú que pusiste toda tu confianza en el Sagrado Corazón de Jesús, y encontraste en El, el secreto de toda perfección y rectitud, que te hizo Apóstol de Su Evangelio a través del mundo, predicando Su gloria en el cielo, mira favorablemente a quien confiadamente recurre a tu intercesión.
Tú que con material corazón has remediado aflicciones espirituales y temporales de tantos de nuestros hermanos en Jesucristo, extraviados por el mundo séme propicia en mi peregrinación durante el viaje de mi vida y obténme del Corazón de Jesús todas las gracias espirituales necesarias para enriquecer mi Patria Celestial.
Oh Santa Francisca Javier Cabrini, oye mi confiada oración y obténme la gracia que tan ardientemente deseo, (aquí se hace la petición) y concédeme que yo también pueda ser unido a la multitud de almas que a través de tu intercesión gozan del premio y perdón de Dios. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espirita Santo. Amén.



NOVENA A SANTA GEMA GALGANI
1878-1903


ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS: Señor mío Jesucristo, que dijisteis: pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá. Caigo a vuestras plantas implorando la gracia que ardientemente anhela mi corazón. Pero reconociendo mi indignidad, pongo por intercesora en mi favor a vuestra fidelísima sierva Santa Gema, dedicando en su honor y para gloria vuestra esta novena. Así sea.
Rezar aquí la invocación de cada día.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS: Oh Dios, que transformasteis a Santa Gema virgen en vivo retrato de vuestro Hijo atormentado; concedednos por su intercesión que, asociándonos a la Pasión de Cristo, merezcamos asimismo ser participes de su gloria. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
DÍA PRIMERO: Celestial protectora mía Santa Gema, cuya vida fue un ardiente deseo de perfección cristiana. Te suplico enciendas en mi alma vivo anhelo de santidad y me alcances la gracia particular que imploro en esta novena.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. Terminar con la oración final.
DÍA SEGUNDO: Perfectísimo dechado de desprendimiento, gloriosa Santa Gema, que pasaste por el mundo sin aficionarte a ninguna de sus vanidades. Ya que te mueve a compasión mi vida absorbida por la materia, alcánzame del Señor la perfecta renuncia y negación de mí mismo, junto con la gracia particular que imploro en esta novena.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. Terminar con la oración final.
DÍA TERCERO: Seráfica Santa Gema, que viviste inflamada en el amor de Jesucristo. Alcánzame una chispa del fuego que abrazó tu corazón, junto con la gracia particular que imploro en esta novena.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. Terminar con la oración final.
DÍA CUARTO: Ángel de caridad gloriosa Santa Gema, que cruzaste por este mundo enseñando con tus obras e inmolación heroica por las almas el verdadero amor al prójimo. Ten compasión de mi egoísmo y alcánzame la verdadera Caridad, junto con la gracia especial que imploro en esta novena.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. Terminar con la oración final.
DÍA QUINTO: Violeta perfumada que en tu profundísima humildad quisiste llamarte siempre "la pobre Gema". Compadécete de mi orgullo y alcánzame la verdadera humildad, junto con la gracia particular que imploro en esta novena.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. Terminar con la oración final.
DÍA SEXTO: Gloriosa esclava de la obediencia, que nada tanto apreciaste como negar tu voluntad para seguir las inspiraciones del cielo o los mandatos de tus superiores. Alcánzame vencer la rebeldía de mi perversa voluntad y la gracia particular que suplico en esta novena.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. Terminar con la oración final.
DÍA SÉPTIMO. Lirio inmaculado de pureza, que cruzaste por el lodazal de este mundo sin recibir en lo más mínimo las salpicaduras de la lujuria. Contémplame sin alientos para vencer mis apetitos y no me niegues el auxilio de tu protección, junto con la gracia especial que imploro en esta novena.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. Terminar con la oración final.
DÍA OCTAVO: Esclarecida abogada mía Santa Gema, que cifraste tu dicha en inmolarte en aras del sacrificio y de la mortificación. Compadécete de la repugnancia que experimento en mortificarme y alcánzame del Señor tan necesaria virtud, junto con la gracia particular que imploro en esta novena.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. Terminar con la oración final.
DÍA NOVENO. Rauda paloma, que herida por el amor divino remontaste tu vuelo hacia las alturas, alejándote de los peligros que acechaban tu virtud. Pues contemplas los peligros que me rodean, defiéndeme con tu intercesión y alcánzame el triunfo en las tentaciones, a una con la gracia particular que imploro en esta novena.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias. Terminar con la oración final.


NOVENA A SANTA LUCÍA
Mártir. 283-304



MODO DE HACER ESTA NOVENA: Se empezará el día 5 de diciembre y se concluirá en el 13, día especialmente dedicado por la Iglesia para celebrar las glorias de la Santa. Puede hacerse también en cualquier otro tiempo del año, en que se pretenda alcanzar del Señor alguna especial gracia, por medio de la intercesión de la Santa Lucía: en cuya inteligencia, puestos de rodillas delante de algún altar o imagen suya, persignándose y hecho un acto de contrición se dirá las dos oraciones preparatorias a Dios y a la Santa, que servirán para dar principio a la Novena, diciendo al fin de ella tres Padrenuestros y tres Avemarías; se continuará con las dos oraciones propias del día. Y hecha la súplica después, se concluirá con la oración especial de nuestro Señor Jesucristo. Los que hicieren esta novena se confesarán y comulgarán el primer día de ella, o al menos en alguno de los nueve.
ORACIÓN AL ETERNO PADRE PARA TODOS LOS DÍAS. Dios mío y amorosísimo Padre mío, que por sola vuestra bondad infinita, criasteis en el principio del mundo los cielos y la tierra, haciéndolo todo de la nada; Vos, Señor, que con suma sabiduría lo gobernáis todo, y con admirable providencia lo ordenáis del modo más conducente a vuestra honra y gloria: suplícoos, Señor, penetréis mi corazón con un rayo de vocación verdadera para hacer esta novena, y que me enseñéis, corno sapientísirno Maestro, a pedir aquello que más me convenga para la salud espiritual de mi alma, disponiéndolo todo a mayor servicio vuestro, que así lo espero alcanzar de vuestra bondad y misericordia infinita. Amén.
ORACIÓN A SANTA LUCÍA PARA TODOS LOS DÍAS: Gloriosa Virgen y Mártir Santa Lucía, a quien previno el Señor desde la tierna infancia con las bendiciones de su gracia, eligiéndoos el Eterno Padre por digna hija suya, el Hijo soberano por esposa amada, y el Espíritu divino por su agradable habitación, suplicaos Santa mía me alcancéis de la beatísima Trinidad un fervor devoto, para celebrar esta novena en honor vuestro, y que así como vuestra dichosa alma empezó a servir a Dios, inflamada de los ardores de su amor, no desistiendo de tan noble empeño, hasta llegar a poseerle laureada de las dos coronas de virgen y mártir, así consiga yo, mediante vuestra intercesión poderosa, un verdadero amor suyo para que amándole y sirviéndole en esta vida, logre después verle y gozarle en la eterna bienaventuranza. Amén.
Ahora para alcanzar la gracia que se pide, se dicen tres Padrenuestros y tres Avemarías y se continúa con las oraciones correspondientes al día de la novena. Después se concluye con la oración final a Nuestro Señor Jesucristo.
ORACIÓN FINAL A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO PARA TODOS LOS DÍAS.
Señor mío Jesucristo, verdadero Dios y hombre, que por solo vuestro infinito amor descendisteis del cielo a la tierra, y os vestisteis el saco de la naturaleza humana en el purísimo vientre de María Santísima, Madre y Señora nuestra, y compadecido de que el enemigo común, como lobo carnicero, hubiese hecho presa en mi pobre alma, padecisteis cruelísimos tormentos, hasta morir afrentosamente clavado en un madero, resucitando glorioso al tercer día triunfando de la muerte y del demonio. No permitáis, Señor que por mi fragilidad vuelva yo a ser esclavo de tan fiero enemigo, antes bien dadme auxilios de vuestra gracia para formar un acto de verdadera contrición, con que me pese de haberos ofendido, sólo por ser Vos quien sois, con propósito firme de no volver más a ofenderos: y concededme la petición que hago en esta novena, y el perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida, para que mi alma logre después veros y gozaros por eternidades en la gloria, donde vives y reinas en unidad del Padre y del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA PRIMERO: Se empezará diciendo el Acto de contrición y las dos oraciones preparatorias, con los tres Padrenuestros y tres Avemarías, y luego se dirán las siguientes deprecaciones de este día:
ORACIÓN DEPRECATORIA AL SEÑOR: Misericordiosìsimo Padre Eterno, fuente perenne de donde bajan infinitos arroyos de piedades, con que se riega la tierra estéril de los humanos corazones, y de cuya liberal mano desciende a este valle de lágrimas todo lo bueno, acordaos, Señor, de que por el grande amor que nos tenéis, permitís que os invoquemos con el dulce nombre de Padre; y que así, mirándonos como hijos, olvidado de nuestras ingratitudes, se mueve vuestra piedad a socorrernos; y pasando adelante vuestro amor, nos mandáis, por boca de vuestro preciosísimo Hijo y Señor nuestro Jesucristo, que llamemos a las puertas de la misericordia, empeñando al mismo tiempo vuestra divina palabra de abrirlas, y concedernos cuanto os pidamos dignamente. Así os suplico, Dios mío, me otorguéis la gracia que pido en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.
ORACIÓN DEPRECATORIA A LA SANTA: Oh piadosa Virgen y Mártir Santa Lucía, cuya vida inocentísima fue toda una vida hostia, ofrecida en holocausto al verdadero Dios, padeciendo por su amor divino los más crueles tormentos que inventó la rabia de los tiranos, hasta dar el último aliento a los filos de una espada; alcanzadme, Santa mía que imitando vuestra piedad, sepa ofrecer al Señor en recompensa de mis culpas cualquier trabajo, contratiempo y persecución que padezca. Asimismo espero conseguir me alcanzaréis la gracia que pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, honra vuestra y bien espiritual de mi alma. Amén.
Ahora levantando el corazón a Jesús se le pide con humildad y confianza, mediante los méritos de la Santa, la gracia que se desea alcanzar.
Se concluye con la súplica y con la oración final a Nuestro Señor Jesucristo de todos los días.
DÍA SEGUNDO: Se empezará diciendo el Acto de contrición y las dos oraciones preparatorias, con los tres Padrenuestros y tres Avemarías, y luego se dirán las siguientes deprecaciones de este día:
ORACIÓN DEPRECATORIA AL SEÑOR: Eterno Dios, que para dar a los hombres un espejo de humildad, enviasteis al mundo a vuestro unigénito Hijo, vestido con el ropaje de esclavo, siendo Rey de los reyes y Señor de los señores, concededme, Dios mío, me vea con los ojos de la meditación en el terso cristal de sus virtudes, donde en cada una hallaré muchos ejemplos de humildad que imitar, y a cuya vista conoceré mi pequeñez. Polvo soy, Señor, de polvo es mi principio y en polvo me he de volver; no permitáis que este vil polvo se levante, movido del viento de la vanidad y amor propio para cegarme los ojos del entendimiento, persuadiéndome que soy algo, cuando nada soy en la realidad. Concededme: además, la gracia que os suplico en esta novena, y el que llegue a conocerme, para que me anonade y humille. Amén.
ORACIÓN DEPRECATORIA A LA SANTA
Oh cándida Virgen y Mártir, Santa Lucía, encendida rosa de caridad, cuya perfecta virtud mostrasteis, cuando habiendo ido a la ciudad de Catania, a pedir en el sepulcro de la bien aventurada Santa Agueda, la salud de vuestra enferma madre, se os apareció la gloriosa virgen, y os dio amorosa queja, de que por su intercesión pedíais la gracia que vos misma podíais alcanzar. La humildad, oh Santa mía, no os dejaba vieseis vuestro poder para con el Autor de la salud, y minoraba vuestros méritos en su presencia. Alcanzadme, pues tan poderoso sois con el Señor, un verdadero conocimiento de mi pequeñez, con el que vea humildemente lo frágil de mi ser, lo dudoso de mi vida y lo cierto de mi muerte, para que no apetezca las vanas estimaciones del mundo, antes bien solicite sus desprecios; y asimismo facilitadme la gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, honra vuestra y bien de mi alma. Amén.
Se concluye con la súplica y con la oración final a Nuestro Señor Jesucristo de todos los días.
DÍA TERCERO: Se empezará diciendo el Acto de contrición y las dos oraciones preparatorias, con los tres Padrenuestros y tres Avemarías, y luego se dirán las siguientes deprecaciones de este día:
ORACIÓN DEPRECATORIA AL SEÑOR: Generoso Padre mío, de cuya liberalidad son testigos infalibles los cielos y la tierra, y cuanto en ellos resplandece, pues todo nos lo dais del tesoro de vuestras riquezas; concededme Señor, que imitando esta generosidad, reparta con mis prójimos los bienes que tengo, y apartad de mi corazón el desordenado apetito de las temporales riquezas, que insensiblemente arrastran los sentidos con su mentida hermosura. No permitáis, Dios mío, reine en mi alma la abominable peste de la avaricia: antes bien que, despreciando todos los bienes caducos y perecederos, sólo apetezca los eternos de vuestra gloria. Concededme también la gracia que os pido en esta novena, y la pobreza de espíritu, con que no solicite cosa de esta vida. Amén.
ORACIÓN DEPRECATORIA A LA SANTA: Oh humilde Virgen y Mártir Santa Lucía, paraíso ameno de las delicias del Señor, que despreciando generosamente las riquezas de esta vida, con liberal desasimiento suplicasteis a vuestra madre que, en recompensa de la salud que le habías alcanzado del Altísimo, diese a los pobres cuanto os pudiese pertenecer por razón de dote; quedando vuestra alma rica, habiendo logrado la preciosa gala de la liberalidad, para celebrar desposorios castísimos con Jesucristo, Señor nuestro. Alcanzadme, Santa mía, un corazón desasido de los bienes perecederos, y que arranque de él todo amor y deseo, como espinas y abrojos que impiden que mi alma produzca sazonados frutos de virtudes. Asimismo conseguidme la gracia que os pido en esta novena a mayor honra y gloria de Dios. Amén.
Se concluye con la súplica y con la oración final a Nuestro Señor Jesucristo de todos los días.
DÍA CUARTO: Se empezará diciendo el Acto de contrición y las dos oraciones preparatorias, con los tres Padrenuestros y tres Avemarías, y luego se dirán las siguientes deprecaciones de este día:
ORACIÓN DEPRECATORIA Al SEÑOR: Omnipotente Dios, que criasteis al hombre para sentarlo a vuestra mesa, ofreciéndole los sabrosos manjares de la gloria, y convidándole con las dulzuras de las espirituales delicias; Vos, Señor, que con sabiduría infinita nos hicisteis un medio entre los ángeles y los brutos, formándonos de cuerpo terreno y de espiritual alma; concededme, Dios mío, la virtud de la templanza, para que contentándome con el preciso alimento, no apetezca lo superfluo, llegando por este vicio a poder asimilarme con los mas estólidos irracionales, habiéndome dado un alma tan noble, que es capaz de espirituales operaciones, y de lograr los regalos de la vida eterna. En el ínterin os suplico me otorguéis la gracia que os pido en esta novena, si es para mayor honra y gloria vuestra. Amén.
ORACIÓN DEPRECATORIA A LA SANTA: Oh penitente Virgen y Mártir, Santa Lucía, ameno campo, no de frutos terrestres y perecederos sino de celestiales flores, que produjo en tu alma la virtud de la templanza, como se vio claramente en tus continuos ayunos, abstinencias y vigilias. Oh fragante rosa, que conservasteis la más singular hermosura, no por el jugo que recibíais de la tierra, sino por el rocío de la gracia que en vos destilaba el Cielo; alcanzadme, Santa mía, hambre y sed de los manjares de la gloria, un espiritual apetito de las celestiales viandas, y un eficaz deseo de sustentarme en aquella celestial mesa, para que a su vista me cause hastío la bajeza de los deleites de la gula, y abominándolos los desprecie como principio de nuestra perdición, pues por ellos, fuimos justamente desterrados del Paraíso. También os suplico me impetréis la gracia que pido en esta novena, a mayor honra y gloria de vuestro querido y amado esposo Jesús. Amén.
Se concluye con la súplica y con la oración final a Nuestro Señor Jesucristo de todos los días.
DÍA QUINTO: Se empezará diciendo el Acto de contrición y las dos oraciones preparatorias, con los tres Padrenuestros y tres Avemarías, y luego se dirán las siguientes deprecaciones de este día:
ORACIÓN DEPRECATORIA AL SEÑOR: Divino Señor y criador mío, tan amante de la castidad, que a sus amadores concedéis plaza en las escuadras angélicas, haciendo coro con estos celestiales espíritus; dadme, Dios mío, a conocer la nobleza y hermosura de esta virtud, para que enamorados mis sentidos y potencias de su belleza, no pierdan la modestia y recato necesarios para conservarla, antes bien cerrados con la llave de vuestro santo temor, preserven mi alma pura y limpia de todo apetito sensual, cuyo fiero huracán ha derribado los más alto cedros de santidad. Otorgadme además Señor, la gracia que os pido en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.
ORACIÓN DEPRECATORIA A LA SANTA Oh casta Virgen y Mártir, Santa Lucía, blanca y cándida azucena, cuyos armiños no pudo manchar toda la malicia del demonio, induciendo al juez Pascasio os llevaran al lugar público pecaminoso, donde fuese amancillada vuestra pureza; lo que no consintió vuestro Esposo, haciendo milagrosamente que ni las fuerzas de los verdugos, ni la violencia de forzudos bueyes, pudiesen moveros de la tierra que pisabais. Alcanzadme, oh Santa mía, persevere yo inmóvil en la virtud de castidad, y que no prevalezcan contra mi, ni las asechanzas del enemigo común, ni las tentaciones sino que resistiendo animosamente salga victorioso de todas ellas. También os suplico me alcancéis la gracia que os pido en esta novena, a mayor honra y gloria del Señor. Amén.
Se concluye con la súplica y con la oración final a Nuestro Señor Jesucristo de todos los días.
DÍA SEXTO: Se empezará diciendo el Acto de contrición y las dos oraciones preparatorias, con los tres Padrenuestros y tres Avemarías, y luego se dirán las siguientes deprecaciones de este día:
ORACIÓN DEPRECATORIA AL SEÑOR: Pacientísimo Dios mío, ¡cuántas veces mis pecados han irritado vuestra infinita justicia! pero vuestra infinita misericordia os ha quitado siempre de las manos la espada, que yo mismo había puesto en ellas. Suplícoos, Señor, adornéis mi alma con la preciosa joya de la paciencia; y si se alborotare contra mí el dilatado y soberbio mar del mundo, acometiéndome con las olas de sus persecuciones, conjurándose en perversas voluntades mis enemigos, dadme paciencia, Señor, pues no tengo de qué quejarme si me ofenden, acordándome de lo mucho que os he ofendido. Concededme, os ruego, la gracia que pido en esta novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.
ORACIÓN DEPRECATORIA A LA SANTA: Oh paciente Virgen y Mártir, Santa Lucía, finísimo diamante de la tolerancia como se vio en los crueles tormentos con que el juez Pascasio intentó quebrantar vuestra fortaleza, logrando sólo que se descubriesen los preciosos quilates de vuestra paciencia. Alcanzadme, oh Santa mía, de vuestro querido Esposo, una perfecta tranquilidad, paz y sosiego, para que no se levante en mi alma la furiosa borrasca de odios, iras y deseos de venganza contra los que me ofenden, antes bien les ofrezca gustoso la otra mejilla, como el Señor nos lo dejó encomendado. Asimismo suplicadle me conceda la gracia que os pido en esta novena a mayor honra y gloria suya. Amén.
Se concluye con la súplica y con la oración final a Nuestro Señor Jesucristo de todos los días.
DÍA SÉPTIMO: Se empezará diciendo el Acto de contrición y las dos oraciones preparatorias, con los tres Padrenuestros y tres Avemarías, y luego se dirán las siguientes deprecaciones de este día:
ORACIÓN DEPRECATORIA AL SEÑOR: Sempiterno Dios y amantísimo Padre mío, cuyo amor con el hombre es tan grande que os obligó a enviarnos a vuestro unigénito Hijo y Señor nuestro para que nos redimiese de la potestad del infierno, y nos enseñase el camino de la gloria; haced Señor, se imprima en nuestros corazones una ardiente y fervorosa caridad, para que amándonos unos a otros, seamos reputados por verdaderos discípulos de Jesucristo; y apartad de mi corazón todo género de envidias del bien de mis prójimos, no permitiendo que me entristezca por sus felicidades. Llenadlos, Dios mío, a todos de bienes espirituales y temporales, y concededme a mí la gracia que os pido en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra.
ORACIÓN DEPRECATORIA A LA SANTA: Oh amante Virgen y Mártir, Santa Lucía, encendido clavel de caridad, cuya perfecta virtud os unió tan estrechamente con Jesús, vuestro amado Esposo, que anhelabais padecer por su amor los mayores tormentos; y así, cuando vuestro cuerpo fue cercado de encendida leña, pez y resina ardiente, no permitió el Señor que las llamas consumiesen vuestra vida, y en medio de la hoguera le rogabais dulcemente por la salud espiritual de los mismos verdugos. Alcanzadme, Santa mía, que imitándoos en la caridad, aunque me vea rodeado de trabajos, contratiempos y persecuciones, no desfallezca en amar y servir a mi Dios, antes en medio de las tribulaciones sepa pedirle por los mismos que me ofenden. Conseguidme de su piedad infinita la gracia que solícito en esta novena, mayor honra y gloria suya. Amén.
Se concluye con la súplica y con la oración final a Nuestro Señor Jesucristo de todos los días.
DÍA OCTAVO: Se empezará diciendo el Acto de contrición y las dos oraciones preparatorias, con los tres Padrenuestros y tres Avemarías, y luego se dirán las siguientes deprecaciones de este día:
ORACIÓN DEPRECATORIA AL SEÑOR: Increado Padre mío, que habéis adornado al hombre de un entendimiento para conoceros, de una voluntad para amaros y de una memoria para acordarse de los beneficios que le hacéis, concediéndole piadoso el tiempo de esta vida, para que lo emplease en vuestro santo servicio: por lo que le ofrecéis en recompensa de sus trabajos abundantes riquezas en la gloria: apartad, Señor, de mi corazón la pereza que ha tantos años que lo posee, malogrando por mi flojedad y tibieza uno y otro día, sin saber sí llegaré al de mañana. Dadme, Dios mío, un espíritu pronto y fervoroso, con que no deje pasar un instante que no lo emplee en agrado vuestro, ayudado de los fervores y auxilios de vuestra gracia; y concededme lo que os pido en esta novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.
ORACIÓN DEPRECATORIA A LA SANTA: Oh laboriosa Virgen y Mártir Santa Lucía que como oficiosa abeja, volando día y noche en las ramas del Líbano de la Iglesia, hicisteis en vuestra alma un panal sabrosísimo de heroicas virtudes, con que regalar a vuestro divino Esposo; y como fiel gusanillo, con continuado trabajo, tejisteis en vuestro corazón la preciosa tela de tan realzadas obras, que enamorado el mismo Dios, os concedió la aureola del martirio, para que con los rubíes y corales que vertió vuestra garganta a los filos de la espada, se aumentase el valor de la vestidura de actos de amor, con que os adornabais. Alcanzadme, Santa mía, sepa yo también ejercitarme toda mí vida en servir y amar al Señor, y que por mi ociosidad y desidia no me parezca a aquella viña sin fruto o higuera estéril que, como árboles inútiles, fueron condenados al fuego eterno. Pedid también a Dios que me conceda la gracia que solicito en esta novena, a mayor honra y gloria suya. Amén.
Se concluye con la súplica y con la oración final a Nuestro Señor Jesucristo de todos los días.
DÍA NOVENO: Se empezará diciendo el Acto de contrición y las dos oraciones preparatorias, con los tres Padrenuestros y tres Avemarías, y luego se dirán las siguientes deprecaciones de este día:
ORACIÓN DEPRECATORIA A LA SANTA: Dios inmenso, principio y fin de todas las cosas, que por ser tan perfectas, publican ser obras dignas de vuestro poder, resplandeciendo en ellas como en cristiano espejo vuestros soberanos atributos de poderoso, por haberlo hecho todo de la nada; de sapientísimo, por el orden admirable con que lo dispusisteis, y de inmenso, por haberos comunicado a tanta criatura. Bendígante, Señor, todas las obras de vuestras manos: alábente y glorifíquente por tantos beneficios como de Vos reciben, y principalmente yo os doy infinitas gracias, porque me habéis concedido empezar y concluir esta novena, en que os he pedido las principales virtudes, para que adornada de ellas mi alma, sea digna morada vuestra. Finalmente os ruego me otorguéis la merced que solicito y el especialísimo don de la perseverancia en el bien obrar, con que logre la corona que tenéis ofrecida a los que perseveran en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amen.
ORACIÓN DEPRECATORIA A LA SANTA: Oh feliz Virgen Mártir Santa Lucía, girasol amante del Sol de justicia que olvidada de la tierra que habitabais, corristeis dichosamente a beber los rayos celestiales, sin desviaros un paso de la perfección, por más estorbos que el enemigo común solicitó poneros, peleando tan varonilmente que merecisteis las dos aureolas de virgen y mártir; gózome, Santa mía, de que el coro de los ángeles os recibiese, admirado de ver en una criatura vestida de cuerpo y alma, aquella pureza propia de su espiritual naturaleza, de que los mártires os diesen mil enhorabuenas por ver en su jerarquía vuestro valor y constancia; de que las vírgenes cantasen a Dios nuevos cánticos de alabanza, por veros en su compañía; y finalmente, de que Jesús, vuestro amado dueño, os recibiese como a esposa. Y pues tan poderosa sois con el Señor, espero de vuestro patrocinio me alcancéis lo que pido en esta novena, con auxilios de gracia, para enmendarme y perseverar hasta el fin de mi vida en servir y amar a Dios, y conseguir después acompañaros en la gloria. Amén.
Se concluye con la súplica y con la oración final a Nuestro Señor Jesucristo de todos los días.





NOVENA A SANTA MARAVILLAS DE JESÚS

ORACIÓN A SANTA MARAVILLAS DE JESÚS

¡Cristo Jesús, que nos mandaste aprender de tu Corazón humildad y mansedumbre! Te doy gracias por haber glorificado en la Iglesia a tu humilde sierva, Santa Maravillas de Jesús.
De esta manera manifiestas, Señor, que le has dado en el cielo el premio debido a la fidelidad con que te sirvió en la tierra. Haz que el ejemplo de sus virtudes suscite en muchas almas el deseo de seguir el verdadero Camino, la Verdad y la Vida que eres sólo Tú. Dígnate concederme ahora por su intercesión el favor que te pido. Así sea.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Incluimos esta Novena porque son muchísimos los beneficios y milagros obtenidos por su rezo, especialmente en los niños pequeños.
Modo de rezarla:
1) Hacemos la señal de la cruz.
2) Rezamos el Acto de Contrición (Verlo en Oraciones Básicas)
(Pedimos perdón por nuestros pecados y hacemos el firme propósito de confesar nuestras faltas graves)
3) Rezo del Santo Rosario: 3 primeras decenas.
4) Reflexión propia del día.
(Luego en silencio decir la intención por la cual rezamos esta novena y al final: “Santa Maravillas de Jesús; ruega por nosotros”)
5) Completar las 2 decenas finales del Santo Rosario.
6) Despedida con la Oración a Santa Maravillas de Jesús. (Ver al final)
Día primero
Pidamos en este día, tener siempre plena confianza en la compañía de Dios, en su infinita Misericordia, y en su dulce Corazón.
Reflexión:
“No se preocupe por nada, déjelo todo en el Corazón de Jesús, no haga las cosas más que por agradarle, y así quédese tranquilo, sea cual sea el resultado”.
(Madre Maravillas de Jesús)
Día segundo
Pidamos en este día amar al Señor con todo nuestro ser, y encontrarlo en cada persona que comparte la vida con nosotros.
Reflexión:
“Yo no quiero saber otra cosa sino amar al Señor... En ese silencio profundo de que se siente toda el alma penetrada, se rastrea de manera maravillosa su grandeza, su infinito amor y misericordia... ¡Qué pequeño, qué nada se ve el mundo y qué insensatas todas las luchas y deseos que hay en él!”
(Madre Maravillas de Jesús)
Día tercero
Pidamos en este día, tener siempre plena confianza en la Divina Providencia de nuestro Señor Jesucristo, don de vida, don de amor.
Reflexión:
“¡Qué tranquilidad de pensar que estamos en manos de Dios, de quien nos ama con ese amor infinito y que él es quien nos cuida, protege y dispone todo para su mayor bien!”
(Madre Maravillas de Jesús)
Día cuarto
Pidamos en este día, no comprender, sino aceptar la voluntad de Dios. Él sabe muy bien cuáles son realmente nuestras necesidades.
Reflexión:
“Lo importante es confiar siempre en Dios, haga lo que haga, aunque nos parezca que no puede ser bueno lo que experimentamos; así que esté muy tranquilo y dedíquese a amarle y cumplir su voluntad en lo grande y en lo chico, a ocuparse de Él y olvidarse de sí”.
(Madre Maravillas de Jesús)
Día quinto
Pidamos en este día, tener un corazón humilde y poder descubrir a Dios en las pequeñas cosas de la vida, y en cada pequeño gesto de amabilidad.
Reflexión:
“¡Qué pequeño parece todo lo de esta vida a la verdadera luz, y cómo lo único que importa es que dejemos se cumpla en nosotros plenamente esa adorabilísima voluntad de nuestro Dios!”
(Madre Maravillas de Jesús)
Día sexto
Pidamos en este día, tener siempre nuestra fe inquebrantable, más aún en nuestros momentos difíciles de grandes pruebas.
Reflexión:
“Si Dios nos diese a escoger en algo, no podríamos más que decirle que lo que preferimos es lo que él quiera, que sabe bien lo que nos conviene y lo que es a él más agradable; que nosotros no sabemos nada”.
(Madre Maravillas de Jesús)
Día séptimo
Pidamos en este día, confiar plenamente en Dios y abandonarnos por completo a Él, cargando nuestra cruz y siguiéndolo.
Reflexión:
“¡Qué fácil se hace servir y agradar a Dios en cuanto uno se olvida un poquitín de sí mismo y no quiere guiar su vida, sino abandonarla en manos de Dios!”
(Madre Maravillas de Jesús)
Día octavo
Pidamos en este día, tener un corazón sencillo como los niños, y que nos encontremos como verdaderamente hermanos en Cristo.
Reflexión:
“Abandonémonos en sus brazos por completo y ahí estaremos seguros, con paz y alegría... Dios tiene en sus manos las riendas de mi vida, y yo feliz de que él las tenga y me lleve por donde quiera.”.
(Madre Maravillas de Jesús)
Día noveno
Pidamos en este día, ser caritativos hacia las necesidades de nuestros hermanos haciendo por los demás lo que queremos que hagan por nosotros.
Reflexión:
“Complicamos nosotros la santidad y es muy sencilla: nada más que dejarse confiada y amorosamente en los brazos de Dios, queriendo y haciendo en cada momento lo que creemos que él quiere. Claro que cuesta pero es una cosa muy buena para que podamos probarle nuestro pobre amor”.
(Madre Maravillas de Jesús)
Oración a Santa Maravillas de Jesús
¡Cristo Jesús, que nos mandaste aprender de tu Corazón humildad y mansedumbre! Te doy gracias por haber glorificado en la Iglesia a tu humilde sierva, Santa Maravillas de Jesús. De esta manera manifiestas, Señor, que le has dado en el cielo el premio debido a la fidelidad con que te sirvió en la tierra. Haz que el ejemplo de sus virtudes suscite en muchas almas el deseo de seguir el verdadero Camino, la Verdad y la Vida que eres sólo Tú. Dígnate concederme ahora por su intercesión el favor que te pido. Así sea.
Rezar Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
________________________________________
Oración a la Santísima Virgen del Carmen
Dulcísima Virgen María, Reina y Hermosura del Carmelo, amorosa protectora de todos los que visten tu Santo Escapulario, enséñanos a imitar las virtudes de tu Divino Niño, y por la intercesión de tu sierva, Santa Maravillas de Jesús, concédenos la gracia de cumplir siempre Su Santísima Voluntad, haciendo nuestro el lema de esta fiel Carmelita Descalza: “Lo que Dios quiera... Como Dios quiera... Cuando Dios quiera...” Así sea.
Santa Maravillas de Jesús
¡Ruega por nosotros!

NOVENA A SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE
1647 - 1690

ORACIONES PREPARATORIAS PARA TODOS LOS DÍAS
Acto de contrición. ¡Oh Señor! a quien ingrato he ofendido, y misericordioso habéis dilatado el castigo que merecían tantas culpas, poned el colmo a tantas bondades: lavad mi alma con la sangre y agua preciosísimas que brotan de vuestro Costado; borrad esas manchas que la afean y ofenden vuestra mirada amorosa. Las lloro con todo mi corazón, y más quisiera haber muerto en la lucha por conservar vuestro amor y vuestra gracia, que haberos ofendido. Perdonadme, Jesús mío, lavadme y quedaré más blanco que la nieve; cread en mí un corazón nuevo y será todo para Vos. Así sea.
Oración. Adorable Trinidad, os damos gracias por todos los favores con que os dignasteis enriquecer a vuestra sierva la Bienaventurada Margarita María, y por intercesión de la misma os pedimos las gracias que deseamos conseguir en esta Novena.
Padre Eterno, yo os ofrezco el Corazón de Jesús, vuestro Hijo muy amado, como se os ofrece El mismo en sacrificio. Recibid por mí esta ofrenda juntamente con todos los deseos, sentimientos, afectos, movimientos de ese Corazón Sagrado. Son todos míos, puesto que se inmola por mí, y no deseo tener en adelante más deseos que los suyos. Recibidlos en satisfacción de mis pecados y en acción de gracias por todos vuestros beneficios. Recibidlos para que por su méritos nos concedáis a todos las gracias que necesitamos durante la vida y especialmente la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y de alabanza que ofrecemos a vuestra divina Majestad, porque solo por el Corazón de Jesús sois honrado y glorificado dignamente. Amén.
Rezar un Credo al Sagrado Corazón por la conversión de los pecadores. A continuación rezar la oración del día que corresponda:
DÍA PRIMERO ¡Oh Bienaventurada Margarita María, que al solo nombre de pecado quedabas traspasada del más profundo dolor! consígueme a mí y a todos los pecadores un grande aborrecimiento al pecado y la gracia de no contristar ya jamás al Corazón amabilísimo de Jesús con mis infidelidades; y lo que deseo en esta Novena, si es para gloria de Dios y bien de mi alma. Amén. Concluir con las oraciones finales para todos los días.
DÍA SEGUNDO ¡Oh Bienaventurada Margarita María, que tanto agradaste al Corazón dulcísimo de Jesús por tu sincerísima humildad! Impétrame la gracia de imitarte y la de grabar profundamente en mi corazón estas palabras del divino Maestro: Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón; y la gracia que pido en esta Novena, si es para la gloria de Dios y bien de mí alma. Amén. Concluir con las oraciones finales para todos los días.
DÍA TERCERO ¡Oh Bienaventurada Margarita María, que no tenías mayor consuelo ni deseabas nada con más ansia, que sufrir mucho por Jesucristo! Ayuda mi flaqueza y alcánzame la gracia de soportar con paciencia, y aún con alegría, las tribulaciones y adversidades que Dios quiera enviarme, y la gracia que deseo, si es para su gloria y bien de mi alma. Amén. Concluir con las oraciones finales para todos los días.
DÍA CUARTO ¡Oh Bienaventurada Margarita María, que fuiste una víctima de obediencia a tu celestial Esposo y a tus Superiores! consígueme que yo triunfe de mi orgullo, y obedezca dócilmente a la Santa Iglesia y a todos los que tengan para mí el lugar de Dios. Amén. Concluir con las oraciones finales para todos los días.
DÍA QUINTO ¡Oh Bienaventurada Margarita Maria, elegida entre millares para ser el Apóstol de la devoción al Sagrado Corazón! alcánzame un amor grande a este Corazón Divino, de modo que pueda experimentar los frutos de tan saludable devoción, y la gracia que te pido en esta Novena, si es para gloria de Dios y bien de mi alma. Amén. Concluir con las oraciones finales para todos los días.
DÍA SEXTO ¡Oh Bienaventurada Margarita María, que dejaste escrito: "la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, no es solo una devoción de oraciones, sino principalmente una de devoción de perfecta imitación", impétrame la gracia de imitar las virtudes de este Corazón divino, y especialmente su dulzura, su humildad y su ardentísima caridad. Amén. Concluir con las oraciones finales para todos los días.
DÍA SÉPTIMO ¡Oh Bienaventurada Margarita María, que por tus virtudes mereciste el privilegio de tener a Dios siempre íntimamente presente y la de hacer tu morada en el Corazón de Jesús! ¡Ah! despréndeme, por tu intercesión, de todo afecto al mundo y a mí mismo, de modo que no obre sino en la presencia de Dios y en unión con el Corazón Sagrado de Jesús; y lo que deseo conseguir en esta novena, si es para su gloria y bien de mi alma. Amén. Concluir con las oraciones finales para todos los días.
DÍA OCTAVO ¡Oh Bienaventurada Margarita María, que por tu fidelidad a la gracia llegaste a la más alta y heroica santidad! Compadécete de mi inconstancia y consígueme que yo comprenda bien que, de ser fiel y dócil a la gracia, depende mí santificación y mi felicidad eterna. Alcánzame también lo que tanto deseo si es para gloria de Dios y bien de mi alma. Amén. Concluir con las oraciones finales para todos los días.
NOVENO ¡Oh Bienaventurada Margarita María, que hallabas tus delicias en la oración, y particularmente en la adoración del Santísimo Sacramento! alcánzame una sólida y constante devoción a este augustísimo Misterio, a fin de que sea mi único consuelo en la vida, y mi dulcísimo refugio en el momento de la muerte. Consígueme también la gracia que te pido en esta Novena, si es para gloría de Dios y bien de mi alma. Amén.
Oración para el último día de la novena. ¡Oh Santa Margarita María, que por una especial predilección fuisteis escogida de Dios para propagar la devoción y culto del Sacratísimo Corazón de su Hijo Santísimo! Por el encendido amor que os infundió el Espíritu Santo hacia el Divino Corazón de Jesús, por las grandes contradicciones y trabajos que sufristeis en llevar a cabo vuestra empresa, por los méritos eminentes y corona inmortal con que os halláis dichosamente adornada en la gloria, os suplico me alcancéis del Señor un amor ardiente, tierno y constante al Sagrado Corazón de Jesús, y que a imitación vuestra se haga mi corazón semejante al suyo; y que recibiendo copiosamente sus influencias, me consagre del todo a su amor y servicio y viva sólo para El, y muera en el seno de su amor, a fin de que mi alma pase a glorificarle eternamente en el cielo en vuestra compañía. Amén. Concluir con las oraciones finales para todos los días.

ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS
Padrenuestro, Avemaría y gloria. Pedir aquí la gracia que se desea obtener con la novena.
Ruega por nosotros Santa Margarita María, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oración. Oh Dios que por una bondad inefable quisisteis manifestar a los hombres los inmensos bienes que en tiempo y eternidad conseguirán por la devoción al Corazón de Jesucristo vuestro Divino Hijo, y os valisteis de vuestra sierva Santa Margarita María para darlo a conocer; os suplico me concedáis por su intercesión que yo la practique amando y desagraviando al Corazón Divino, para que, sirviéndoos fielmente durante mi vida, logre poseeros en la bienaventuranza, donde vivís y reináis con el Hijo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

NOVENA A SANTA MARTA
Virgen y discípula de Jesús


ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS
Por la Señal de la Santa Cruz.
Acto de Contrición.
Altísimo y amantísimo Redentor Nuestro, por el incomparable e inexplicable amor que nos tiene Vuestro Sagrado Corazón, os hicisteis hombre como nosotros padeciendo los más acerbos dolores y menosprecios mientras vivíais, muy especialmente durante tu pasión y muerte en la Cruz, y por estos padecimientos te ruego humildemente que me perdonéis todos mis pecados de los cuales me arrepiento de todo corazón.
Perdón, dulcísimo Jesús mío, y por los padecimientos que sufrió vuestra Santísima Madre, por los merecimientos del glorioso Patriarca San José, y de su sierva Santa Marta me propongo nunca más pecar ayudado de vuestra gracia. Amen.
Rezar a continuación la oración del día que corresponda:

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Oración a la Santísima Virgen: Inmaculada Virgen María, soberana Reina de los ángeles y de los Santos, vuelve a nosotros estos ojos misericordiosos, y compadeceos de nosotros miserables pecadores que recurrimos a Vos. Bien lo sabéis, celestial Señora, el peligro que nos rodea y amenaza a nuestro cuerpo y alma; socórrenos y defiéndenos hasta que nos veamos libres en la tierra de los bienaventurados. Amén.
Sea en todo tiempo y lugar amado y bendecido el Amantísimo Corazón de Jesús.
¡Dulcísimo Corazón de María, sed mi salvación!

DÍA PRIMERO
Comenzar con las oraciones iniciales para todos los días.

Meditar algo del amor a Dios y como les ha servido.
Oración.¡Oh Santa Patrona mucho habéis aprendido de las enseñanzas de nuestro Divino Maestro, vuestra diligencia no se ha menguado sino más bien lo juntasteis con la mansedumbre y humildad de vuestro corazón. Por esta gracia que le concedió Nuestro Señor, interceded por nosotros pidiendo la gracia abundante para que podamos servirle más y más en esta vida y gozarle en la otra. Amen.
Rezar tres Padre Nuestros, avemaría, y gloria por las almas del Purgatorio. Procura confesar y comulgar durante la novena. Terminar con la oración a la santísima Virgen.
DÍA SEGUNDO
Comenzar con las oraciones iniciales para todos los días.
Meditar como has velado por la honra de Dios.
Oración. Rogad a Dios, dulce Patrona nuestra, que seamos fieles en el desempeño de nuestros deberes cristianos, celosos en velar por la honra de Dios y así obtengamos después de todo una santa muerte. Amén.
Rezar tres Padre Nuestros, avemaría, y gloria por las almas del Purgatorio. Procura confesar y comulgar durante la novena. Terminar con la oración a la santísima Virgen.
DÍA TERCERO
Comenzar con las oraciones iniciales para todos los días.

Meditar algo sobre la Oración.
Oración. Gloriosa Santa, por vuestra diligencia en la oración y dulces coloquios con Dios alcánzanos de El la gracia de ser fervientes en la oración y constantes en el ejercicio de la virtud. Amen.
Rezar tres Padre Nuestros, avemaría, y gloria por las almas del Purgatorio. Procura confesar y comulgar durante la novena. Terminar con la oración a la santísima Virgen.
DÍA CUARTO
Comenzar con las oraciones iniciales para todos los días.

Meditar algo sobre ayuno y padecimientos.
Oración. Ruega por nosotros, Patrona nuestra, que Dios ilumine nuestro entendimiento, y nos conserve de las falsas doctrinas que el mundo propaga contra la Santa Iglesia de Dios. Queremos las enseñanzas de Jesucristo, las mismas que seguisteis y os empeñasteis a que otros las conozcan, tras grandes sacrificios, para que seamos dignos merecedores de la gloria eterna en el cielo. Amén.
Rezar tres Padre Nuestros, avemaría, y gloria por las almas del Purgatorio. Procura confesar y comulgar durante la novena. Terminar con la oración a la santísima Virgen.
DÍA QUINTO
Comenzar con las oraciones iniciales para todos los días.

Meditar algo sobre el amor y caridad al prójimo.
Oración. Amable Patrona nuestra y obediente discípula de Cristo, durante su vida mortal practicasteis esta hermosa virtud de caridad, rogad por nosotros a nuestro Divino Maestro que nos conceda la gracia de ser caritativos para con los indigentes máxime para los que con la pobreza peligran caerse en pecados graves perdiendo el Alma por toda la eternidad. Amen.
Rezar tres Padre Nuestros, avemaría, y gloria por las almas del Purgatorio. Procura confesar y comulgar durante la novena. Terminar con la oración a la santísima Virgen.

DÍA SEXTO
Comenzar con las oraciones iniciales para todos los días.

Meditar algo sobre la humildad.
Oración. Gloriosa Patrona, por la humildad que llevasteis hasta llegar a tan alta perfección, rogad a nuestro Señor Jesucristo que nos conceda la misma virtud de la cual mucho necesitamos en esta vida cotidiana en este valle de lágrimas. Esperamos de vuestro valimiento esta gracia para que un día podamos gozar con vos la eterna bienaventuranza. Amen.
Rezar tres Padre Nuestros, avemaría, y gloria por las almas del Purgatorio. Procura confesar y comulgar durante la novena. Terminar con la oración a la santísima Virgen.
DÍA SÉPTIMO
Comenzar con las oraciones iniciales para todos los días.

Meditar algo sobre la Pureza.
Oración. Ayudadnos, Santa Marta, contra las asechanzas del mundo y de la carne, y alcánzanos de Dios la gracia de ser santos y puros, Socorrednos y ayudadnos; con vos queremos reinar en el reino de vuestro esposo, Cristo Jesús. Amen.
Rezar tres Padre Nuestros, avemaría, y gloria por las almas del Purgatorio. Procura confesar y comulgar durante la novena. Terminar con la oración a la santísima Virgen.
DÍA OCTAVO
Comenzar con las oraciones iniciales para todos los días.
Meditar algo sobre la devoción a la Santísima Virgen.
Oración. Amabilísima Patrona nuestra, Santa Marta, con mucha devoción servisteis a Jesús y a María, y ahora que estáis gloriosa en el cielo y vuestro valimiento para con Jesús y su Santísima Madre es muy grande, pedidles que se dignen concedernos la gracia de la perseverancia final; y pedidles también que antes que demos los últimos sollozos de la vida tengamos un dolor perfecto de nuestros pecados y un ardentísimo amor a Dios y conformidad a su santa Voluntad. Amen.
Rezar tres Padre Nuestros, avemaría, y gloria por las almas del Purgatorio. Procura confesar y comulgar durante la novena. Terminar con la oración a la santísima Virgen.
DÍA NOVENO
Comenzar con las oraciones iniciales para todos los días.
Meditar algo sobre la devoción a San José.
Oración. Santa Marta, ya que estáis en el cielo y conocéis el poder de San José, suplicad a tan bondadoso Patriarca que nos alcance de su Divino Hijo la gracia de vivir cristianamente, imitándole en la pobreza, en el cumplimiento de los mandatos de Dios y de nuestras propias obligaciones y mediante esto obtener la vida eterna en el cielo. Amén.
Rezar tres Padre Nuestros, avemaría, y gloria por las almas del Purgatorio. Procura confesar y comulgar durante la novena. Terminar con la oración a la santísima Virgen.

NOVENA A SANTA MÓNICA
332-387

ORACIONES INICIALES
Por la señal...
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, divino Redentor y Salvador de las almas, que por las piadosas lágrimas de vuestra sierva Mónica os dignasteis convertir enteramente a Vos el corazón de su hijo Agustín, y desde el día de su total y dichosa conversión le inspirasteis que hiciera siempre frutos de verdadera penitencia; por las lágrimas benditas de aquella madre y por la sincerísima conversión de aquel bienaventurado hijo, conceded, misericordioso, a nuestras almas aquel dolor de verdadera contrición que alcanza con seguridad el perdón de toda culpa; aquel llanto de sincero arrepentimiento que borra toda inquietud y toda mancha, y el hacer tales frutos de penitencia que devuelvan la justificación y la paz a nuestro espíritu contrito y humillado que de veras se convierte a Vos y desea veros desenojado para siempre. Amén.
Oración preparatoria para todos los días
¡Oh gloriosa Santa Mónica, espejo de esposas, modelo de madres, consuelo de viudas, mujer admirable, a quien Dios infundió el espíritu de oración y concedió aquel don de lágrimas con que supisteis hacer violencia al Dios de las misericordias para que se compadeciera de vuestros gemidos, escuchara vuestras plegarias y os concediera el fin de todos vuestros deseos! A vuestras plantas venimos hoy, las que sufrimos y lloramos en los tristes caminos de la vida, a suplicaros que nos alcancéis el espíritu de oración que vos tuvisteis y la compunción que merecen nuestras culpas, para que, derramando con humildad nuestro corazón ante el Dios de toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de vivir la santa vida que vos vivisteis en la tierra, y merezcamos la gloria que vos gozáis ahora en el cielo, en compañía de nuestros padres, esposos e hijos, y de todos los que por la sangre y el afecto nos pertenecen y son en Jesucristo, Señor nuestro, amados y queridos de nuestro corazón. Amén.

I. COMIENZO Y FINAL
Rezar a continuación la oración del día que corresponda:
Terminar cada día con las siguientes oraciones:
ORACIONES FINALES
Oración final para todos los días
¡Gloriosísima y bienaventurada Santa Mónica, grande en la paciencia, magnánima en la esperanza y dichosa en el triunfo, mujer sabia y prudente, que supiste edificar tu casa y en ella resplandeciste como el sol cuando amanece en las alturas del cielo, y en todo fuiste ejemplo esclarecido de mujer cristiana! Ahora, que estás ya en la «tierra de los que viven para siempre», «donde no hay llantos, ni gemidos, ni dolor alguno», acuérdate de las que todavía gemimos y lloramos en el valle donde tú gemías y llorabas, e intercede ante el Señor para que tenga compasión de tantas madres y esposas en sus tribulaciones y trabajos, y para que recoja nuestros gemidos y escuche nuestras plegarias, y nos conceda, como a ti, el fin de todos nuestros deseos, y merezcamos, un día, reinar y descansar en la gloria como tú, rodeadas de todos los seres queridos de nuestro corazón, y bendecir, así, contigo las eternas misericordias del Señor por los siglos de los siglos. Amén.
V. Ruega por nosotros, bienaventurada Santa Mónica.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
Oración
¡Oh Dios, consolador de los afligidos y salud de los que en Ti esperan, que aceptaste misericordiosamente las piadosas lágrimas de la bienaventurada madre Mónica por la conversión de su hijo Agustín! Concédenos por la intercesión de entrambos que lloremos nuestras pecados y encontremos la indulgencia de tu gracia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

DÍA PRIMERO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Modestia
Señor, Dios omnipotente, que os complacisteis en adornar a vuestra escogida sierva Santa Mónica, desde su tierna infancia, con los dones amables de la modestia, de la castidad y del pudor; por lo que ella os agradó con estas preciosísimas virtudes, concededme la gracia de amarlas y practicarlas como ella, para que como ella os sirva y os agrade, mi Dios y mi Señor, en medio de la vanidad y corrupción de este siglo, y así merezca conseguir los premios que tenéis reservados a vuestros escogidos en la eterna bienaventuranza. Amén.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
DÍA SEGUNDO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Devoción
¡Oh Dios de infinita gloria y majestad, que inefablemente os complacíais en los sentimientos de piedad y devoción con que os amaba y servía vuestra fidelísima sierva Santa Mónica, cuando con tanto gusto prefería las delicias secretas de la oración y del recogimiento a las tiernas caricias de sus deudos y a todos los halagos seductores del siglo y de la carne! Concededme, por la intercesión de aquella vuestra sierva devotísima, la gracia de que yo os ame y os sirva sin pecado hasta la muerte, y que prefiera siempre la dicha de agradaros a todas las vanidades y deleites de la tierra, y así merezca disfrutar un día las eternas y purísimas delicias de la gloria. Amén.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
DÍA TERCERO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Celo
¡Oh Dios infinitamente amable y adorable, que de tal modo infundisteis en el corazón de vuestra amantísima sierva Santa Mónica el celo de vuestra gloria y de la salud de las almas, que, siendo esposa atribulada y afligida, supo beber en silencio el cáliz de sus tribulaciones, y con sus santísimos ejemplos y prudentísimos consejos supo edificar y consolar a muchas madres y esposas! Por lo que os agradó con su heroica paciencia, concededme que sepa yo igualmente sufrir en silencio mis trabajos y edificar con mis palabras y ejemplos a mis prójimos, a fin de que en todo de corazón os sirva, y de todas las cosas que me aproveche para mi santificación, y gloria vuestra, conforme a los designios de vuestra adorable voluntad. Amén.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
DÍA CUARTO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Oración
¡Oh Dios clementísimo y misericordiosísimo que en el corazón maternal de Santa Mónica os dignasteis infundir el espíritu de la humildad y la oración para que en constante súplica rogara en vuestra presencia por la salvación de su esposo y la conversión de su querido hijo Agustín! Por lo mucho que ella os agradó con su oración y sus lágrimas, concededme aquel mismo espíritu de humildad y oración que ella tuvo, para que sepa yo rogar ante vuestro divino acatamiento por las grandes necesidades de mi alma y de todos los que me están por Vos encomendados, y de Vos merezca alcanzar para mi y para ellos, primero, vuestra gracia, y después, la gloria. Amén.

Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
DÍA QUINTO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Fe
¡Oh Dios omnipotente y en las promesas fidelísimo, que os dignasteis inspirar a vuestra sierva Santa Mónica una fe tan grande acerca de la conversión de su hijo Agustín, que, en los días de su tribulación, aseguraba a su propio hijo que él había de venir adonde ella estaba, e hicisteis que se cumpliese la profecía de un santo Obispo que al ver la fe y las lágrimas de Mónica dijo: " Es imposible que hijo de tantas lágrimas perezca!". Por lo mucho que os agradó la fe de aquella santa madre, concededme que tenga yo tanta en vuestro poder y misericordia que alcance lo que os pido en esta Novena, y por ello os glorifique mi alma por los siglos de los siglos. Amén.

Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
DÍA SEXTO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Esperanza
¡Oh Dios omnipotente y Padre de toda consolación, que os dignasteis alentar tanta esperanza en el corazón de vuestra sierva Santa Mónica, que en los días más amargos de su tribulación, cuando su hijo más se alejaba de Vos, nunca dejó de esperar con grande confianza el cumplimiento de sus deseos y la consecución de vuestras misericordias! Concededme por su intercesión y méritos aquella firme esperanza que ella tuvo, para que jamás desfallezca yo en mi oración y merezca conseguir lo que os pido para consuelo de mi alma y gloria vuestra. Amén.


Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
DÍA SÉPTIMO Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Caridad
¡Oh Dios, infinitamente bueno y digno de ser amado, que de tal modo consolasteis a vuestra sierva Santa Mónica en las últimas horas de su vida, que, viendo a su lado al hijo de su alma, Agustín, convertido totalmente a Vos y santificado por las aguas del Bautismo, exclamaba que ya nada le quedaba que hacer en este mundo sino volar a Vos para amaros y poseeros para siempre! Por aquel tan grande amor con que os amaba la madre de Agustín sobre la tierra, concededme os ruego, ¡oh mi buen Dios!, que os ame yo como ella, y que de tal modo viva desprendida de todas las cosas y lazos de este mundo, que nada desee fuera de Vos, y así merezca poseeros y gozaros por los siglos de los siglos. Amén.


Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
DÍA OCTAVO Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Perseverancia
¡Oh Dios de los escogidos y predestinados, que os dignasteis conceder a vuestra sierva Santa Mónica una muerte tan dulce y tan dichosa en tierra extraña, que, sin cuidarse de las honras de su cuerpo, sólo pensó en entregar a Vos el alma, y encargó a su hijo Agustín que dejando descansar su cuerpo en la tierra dondequiera que ella falleciese, no se olvidara de rogar durante los días de su vida por el alma de su madre ante el altar del Señor! Por la preciosa muerte de aquella santa madre, concededme la dicha de morir en Vos y para Vos, como verdadera hija de la Iglesia, de suerte que consiga entrar en Posesión de la bienaventuranza, donde me vea rodeada de mi esposo, de mis hijos y de todos los seres queridos de mi corazón, y juntamente con ellos alabe allí por siempre vuestras misericordias. Amén.


Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
DÍA NOVENO Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
Intercesión de los Santos
¡Oh Dios, que siempre te complaces en la gloria de tus Santos y te muestras en ellos admirable, para que sean venerados de las gentes, y así, en el traslado de las santas reliquias de vuestra sierva Mónica, desde el puerto de Ostia a la Ciudad Eterna, os dignasteis honrarla con el júbilo de los pueblos que la saludaban a su paso, con la devoción de tantas madres que salían a ofrecerle sus hijos y sus lágrimas, y la acompañasteis en aquel glorioso viaje con los prodigios de vuestra omnipotencia, haciendo, por su mediación, grandes milagros! Por el suave aroma que exhalan en vuestra presencia los restos venerados de aquella mujer santa y admirable, dignaos despertarme de mi tibieza, resucitarme a vuestra gloria y concederme cuanto os pido para mi salud eterna y la de todos aquellos que Vos habéis puesto bajo mi amor y cuidado. Glorificad de este modo vuestro nombre

Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.

NOVENA A SANTA RITA DE CASIA
1386-1457

ORIGEN DE ESTA DEVOCIÓN [1]

Las Rosas de Santa Rita de Casia deben su origen al hecho de que Santa Rita, estando ya gravemente enferma en su convento de Casia y próxima a la muerte fue visitada por una pariente suya quien, al despedirse. juzgando que seria ya la última vez que habría de verla le preguntó si podía servirle en algo, a lo que Rita contestó: quiero que cuando llegues a Roca Porrena vayas al huerto de mi casa, cortes una rosa y me la traigas tan luego la obtengas.
Como era el tiempo de invierno y en aquel año de 1457 se estaba distinguiendo por la intensidad de su crudeza, la mujer creyó que Rita deliraba ya por su enfermedad y juzgando un desatino el encargo de la enferma, regresó a la villa sin acordarse para nada de la rosa; pero pasando junto al huerto de la casa de Rita, bien haya sido por curiosidad o por impulso sobrenatural, entró en él y vio con asombro que de la rama de un rosal medio cubierto por la nieve, pendía una rosa fresca y lozana; loca de alegría, la corta retorna a Casia y entrega a Rita la rosa deseada, que se conservó largo tiempo fresca despidiendo un intenso perfume.
Este hecho originó el que las Religiosas Agustinas de Casia acostumbrasen cubrir con rosas la urna en que yace el cuerpo incorrupto de Santa Rita, especialmente el 22 de mayo, aniversario de su piadosa muerte. Estas rosas eran distribuidas todos los años entre los bienhechores y amigos de Convento, los cuales las conservaban como preciosas reliquias. El Señor, que se complace en honrar a sus santos y en glorificar a sus siervos, quiso que, mediante las rosas que habían adornado el sepulcro de Santa Rita se verificaran curaciones milagrosas. Con este motivo se extendió muy pronto por todas partes la noticia de las rosas de la Santa, como también los muchos y extraordinarios favores, alcanzados por el contacto de estas rosas
BENDICIÓN DE LAS ROSAS

En la actualidad y desde hace mucho tiempo, se bendicen las rosas solemnemente el 22 de mayo, con las oraciones consignadas en el ritual de la Orden Agustiniana, distribuyéndolas entre los fieles devotos. Son innumerables las gracias y favores obtenidos por intercesión de Santa Rita mediante el uso o contacto de estas rosas benditas. Consta que en el proceso de canonización de la Santa se presentaron muchos enfermos curados, quienes declararon haber recobrado la salud con las rosas de Santa Rita.

FINALIDAD DE ESTA DEVOCIÓN

El Ritual Agustiniano dice que estas rosas se usan para recobrar la salud de las enfermedades y para recibir la ayuda de Dios en cualquier necesidad. Como todos los Sacramentales, tiene la eficacia de la oración de la Iglesia y la de la fe de los fieles que las emplean.
MODO DE USARLAS (más común)

Para conseguir de Santa Rita una gracia, en especial la curación de alguna enfermedad, prepárese un té con los pétalos de las rosas benditas y récese durante nueve días seguidos un Padre Nuestro con Ave María y Gloria, considerando los sufrimientos que padeció Santa Rita durante su vida, en especial los que soportó a través de los quince años que llevó la espina de la Cruz en su frente.
Y a continuación las siguientes preces:
Antífona: Nadie que espera en Dios queda frustrado en sus esperanzas. Nada hay imposible a la fe con la oración.
Creo, Señor, pero auxilia mi fe y enséñame a orar.
Versículo: Señalaste, Señor, a tu sierva Santa Rita.
Responso: Con el sello de tu caridad y pasión.

ORACIÓN
Dios y Señor, que a la bienaventurada Santa Rita te dignaste dar tan abundante, gracia y que, por haberte imitado en el amor a sus enemigos, le concediste llevase en su corazón y en su frente las insignias de tu pasión; te rogamos nos concedas por su intercesión y por sus merecimientos, amar a nuestros enemigos, y con la espina de la compunción y del dolor contemplar los dolores de vuestra santísima Pasión: que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Por la señal...

ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío: porque sois la Infinita Bondad, os amo, Señor, más que a todas las cosas y más que a mí mismo. Me pesa entrañablemente de haberos ofendido; y por vuestro amor, y porque así lo queréis y me lo mandáis, perdono de todo corazón a todos mis enemigos, para que Vos, Señor, uséis conmigo de perdón y misericordia y olvidéis mis pasadas ofensas. Os ofrezco mi vida, mis obras y mis trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Concédeme la gracia de perseverar en vuestro amor y servicio hasta la muerte. Amén.

ORACIÓN INICIAL
Dios y Señor nuestro, que, disponiéndolo todo con admirable providencia, has puesto en tu Iglesia a los Santos para que fuesen un modelo constante de todas las virtudes, y que, llamándolos a tu seno, los has constituido nuestros protectores y abogados: escucha propicio los ruegos de tu sierva Santa Rita, que diste al mundo como ejemplar en los diferentes estados de la vida, y concédenos que todo cuanto nuestra debilidad no puede por sí obtener lo consigamos mediante su poderosa intercesión. Amen.

Rezar la oración del día que corresponda:

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Dulcísimo y dolorosísimo Jesús, para que todo tu Sacratísimo Cuerpo fuese herido y atormentado por mis culpas, quisiste que tu santísima Cabeza fuese coronada de espinas, y te dignaste regalar con una de ellas a tu escogida Santa Rita, marcándola con esta señal y señalándola en la frente por Esposa tuya: concédeme, Señor, su intercesión; y por la sangre que, sirviendo de instrumentos las espinas, manó de tu delicadísima Cabeza y corrió por tu bellísimo Rostro, haz que, regándose con ella mi alma, se limpie y purifique de las espinas de tantos pecados como mortalmente la han herido, y así regada y purificada lleve copiosos frutos de buenas obras, señalándolos con la final perseverancia, a la que tienes prometida la vida eterna, en donde te goce y alabe con tu coronada Esposa, mi protectora y abogada, y con todos los coros de Santos y Ángeles que te alaban y bendicen en la gloria por toda la eternidad. Amén.

ANTÍFONA

Te saludo, Rita, Esposa que entre espinas de dolor naciste, vaso y aun Rosa de Cristo, divino amor.

V. Señalaste, Señor, a tu sierva Rita.

R. Con el sello de tu caridad y Pasión.

Señor, Dios nuestro, que concedisteis a Santa Rita la gracia de llevar en su frente la señal de vuestra Pasión y en su corazón la caridad ardentísima del vuestro: otórganos por su intercesión y méritos que amemos a nuestros prójimos, aunque sean enemigos, con perfecta caridad, y contemplemos perpetuamente en la espina de la compunción los dolores intensísimos de vuestra Pasión. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
DÍA PRIMERO
Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
ORACIÓN
Astro refulgente de la Iglesia, perla engarzada en la corona del cielo agustiniano, gloriosa Santa Rita, cuyo nacimiento fue ya presagio de la futura santidad, celebrada por los ángeles al anunciar a tus cristianos padres la buena nueva de que te darían a luz, y admirada por los hombres al contemplar atónitos el estupendo prodigio de aquel panal de riquísima miel labrado en vuestra boca al entreabrirse a la primera sonrisa de la inocencia: compadécete de tus devotos, y concédenos, en retorno del acendrado amor que te profesamos, la gracia de responder con fidelidad a los divinos llamamientos, para que lleguemos a alcanzar la gloria eterna. Amén.
Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.
DÍA SEGUNDO
Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.

ORACIÓN
Salve, modelo de perfecta obediencia, heroína de abnegación y sufrimiento; salve, espejo de jóvenes pudorosas, de esposas atribuladas y de madres que saben amar a los hijos de sus entrañas; salve, mujer fuerte, que, comprendiendo ser mejor la obediencia que el sacrificio, renunciaste al voto de virginidad, que tanto te halagaba, para aceptar la Cruz pesadísima del matrimonio, con todas las consecuencias de un esposo cruel, iracundo y dominado por los vicios, a quien, como otra Mónica, lograste amansar y convertir con la elocuencia de tus lágrimas y la eficacia de tu silencio. Apiádate, ¡oh incomparable Santa Rita!, de nuestra loca y desatendida juventud; alivia el peso abrumador de tanta tribulación, de tanta hiel y de tanta amargura como gravita sobre el corazón de las inocentes esposas que, como vos, no tienen otro consuelo que sus lágrimas y su silencio, y conseguidnos a todos resignación en los trabajos y fortaleza en la adversidad para luchar valerosamente hasta alcanzar la eterna bienaventuranza. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.
DÍA TERCERO
Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh insigne Santa Rita, ejemplar acabado de virtudes cristianas, que, habiéndoselos arrebatado violentamente a vuestro marido cuando comenzabais a gustar los frutos de la conversión operada en su alma, merced a la labor constante de dieciocho años de indecibles sufrimientos, no sólo os resignasteis con tan terrible pérdida, sino que interpusisteis vuestro valimiento en favor de los asesinos, y lo que es más, recabasteis del cielo la muerte de vuestros hijos, temerosa de que con el tiempo vengasen la de su querido padre! Haced que con la misma generosidad perdonemos a nuestros enemigos, a fin de que el Señor nos perdone nuestras ofensas. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.
DÍA CUARTO
Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh prodigio de santidad, ilustre Santa Rita, doncella inmaculada, esposa sin igual, madre excelente y viuda intachable! Para enaltecer y santificar con vuestra influencia la perfección de todos los estados de la vida os faltaba realizar el sueño dorado de vuestra infancia: vestir el hábito religioso. ¿ Qué importan los obstáculos y dificultades que puedan presentarse? Vuestras súplicas y vuestras lágrimas lo allanarán todo, y cuando eso no bastase, Dios, que vela por ti como por su hija predilecta, enviará del cielo a tus tres santos abogados, San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino, quienes te conducirán de la mano, como tres ángeles, a la morada del Señor, por la que tanto suspiras, donde con los brazos abiertos, y dando gracias al Altísimo, serás recibida por las observantes hijas del gran Agustín. Concédenos el don de perseverar en nuestros buenos propósitos, por graves que sean las tentaciones y dificultades que se nos presenten, hasta que lleguemos al fin a contemplarle en la Gloria. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.
DÍA QUINTO
Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
ORACIÓN

Esclarecida hija de San Agustín, que, habiendo logrado tus deseos de vestir su santo hábito y ceñir su misteriosa correa, consagrándote totalmente a Dios por los votos religiosos, te dedicaste a acrisolar tus virtudes en el nuevo estado, mereciendo, en premio de tu ciega obediencia, inauditas mortificaciones y continua contemplación de los dolores y afrentas del Redentor; recibir mercedes estupendas, como la de hacer brotar y reverdecer en lo más crudo del invierno fragantes rosas y sabrosos frutos, y, sobre todo, la de sentir clavada en tu frente una de las espinas desprendidas de la corona del Salvador: alcánzanos una perfecta obediencia a los divinos Mandamientos, y la gracia de saber orar y tener siempre presente la Cruz y los padecimientos de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.

DÍA SEXTO
Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.

ORACIÓN
Por los dolores acerbísimos y el riguroso aislamiento que os proporcionó la irrestañable herida abierta en vuestra frente por el glorioso estigma de la Cruz, consíguenos, ¡oh serafín de Casia!, que sepamos soportar con cristiana resignación el peso de las cruces propias de nuestro estado, y que, como vos, nos gocemos de morir por medio del sufrimiento, crucificados con Cristo Jesús. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.
DÍA SÉPTIMO
Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.

ORACIÓN
¡Oh prodigiosa Santa Rita, que en el prolongado martirio de tu vida recibiste, junto con las hieles de todas las amarguras y de todos los dolores, el bálsamo de esos consuelos que embriagan y arrebatan el alma, encendiéndola en mayores deseos de padecer por Cristo, para gozar y reinar después con Él! Haz que en nuestras desolaciones y sequedades de espíritu descienda sobre nuestras almas el rocío de los divinos consuelos perseverando sin desmayos en nuestra oración, para que no cejemos un punto en el ejercicio de las prácticas piadosas y en el santo servicio de Dios. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.

DÍA OCTAVO
Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.

ORACIÓN
¡Oh gloriosísima Santa Rita, cuya muerte, semejante en todo a vuestra vida, fue el espectáculo más tierno y conmovedor que puede presenciarse dentro de los claustros! ¡Qué consejos y qué despedida la vuestra de aquellas hermanas del alma, que, a la vez que envidiaban tu muerte y se felicitaban por tu glorioso tránsito, se deshacían en ríos de lágrimas! ¡Qué fragancia la que comenzó a despedir la llaga de tu frente! ¡ Qué mirar tan dulce el de tus ojos! ¡Qué suspiros tan tiernos y qué abrazo tan celestial coronaron tu preciosa existencia! Por todas estas maravillas te suplicamos nos concedas la gracia de la perseverancia final y una muerte preciosa ante los ojos del Señor. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.

DÍA NOVENO
Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.

ORACIÓN
¡Oh incomparable Santa Rita, que, después de haber enaltecido y santificado con tus heroicas virtudes todos los estados de vida que la mujer puede abrazar en este mundo; de doncella, madre, viuda y religiosa, dejando en todos ellos ejemplos admirables que imitar, inauguraste con tu preciosa muerte el período de estupendos milagros, que te merecieron el título de Abogada de imposibles, por no haber negocio, ni conflicto, ni situación, por ardua y desesperada que parezca, que no tenga fácil y suave resolución acudiendo a ti, de quien con verdad puede decirse que todo lo puedes, porque todo cuanto pides lo consigues de Aquel para quien nada hay imposible! Consíguenos, Santa bendita, en retorno del amor que te profesamos, de las simpatías que por ti sentimos y de la fe y el entusiasmo con que te tributamos el pobre obsequio de esta Novena, la gracia de cumplir honrada y noblemente los deberes de nuestro estado, santificándonos en él y salvándonos por él, mediante los méritos de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.

 
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