novenas - NOVENAS GRUPO 20
 

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CONCLUSIONES

Novena a María, “la que desata los nudos” Fátima

(Esta novena puede ser rezada por una o varias intenciones)
Aunque no es obligatorio, es conveniente comenzarla 10 días antes del día 8 de diciembre o de cualquier otro mes, de modo que el noveno día coincida con el día 7.
Lo ideal sería que se concluya la novena participando de la Santa Misa el día 8.)
Todos los días:
Puestos en la presencia de Dios, ante quien siempre estamos, en quien somos y por quien vivimos hacemos con calma y fe la señal de la cruz:
“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”
Oración para todos los días:
Santa María, llena de la Presencia de Dios, durante los días de tu vida aceptaste
con toda humildad la voluntad del Padre, y el maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones.
Ya junto a tu Hijo intercediste por nuestras dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas.
Y al quedarte para siempre como Madre nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que nos recibas en tus manos y que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.
Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora nuestra, y desata los nudos que impiden nos unamos a Dios, para que, libres de toda confusión y error, lo hallemos en todas las cosas, tengamos en él puestos nuestros corazones y podamos servirle siempre en nuestros hermanos. Amén
(Se pasa al día correspondiente de la novena)
Primer día:
“Santa María, llena de la Presencia de Dios, durante los días de tu vida aceptaste
con toda humildad la voluntad del Padre,...”
Lectura bíblica:
“...el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: ‘¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo’.”
(Lc. 1,26 –28)
Reflexión:
Los cristianos explicamos la existencia del mal en el mundo hablando del pecado original.
Es esta una verdad de fe que encontramos presentada en forma de historia en el capítulo 3 del Génesis (el primer libro de la Biblia ). Allí se nos dice que nuestros primeros padres, desobedeciendo a Dios, perdieron el equilibrio original, se alejaron del Creador y se sometieron a las creaturas.
Basados en esa verdad de fe podemos decir con Ireneo de Lión, santo Obispo del siglo III, que “Eva, por su desobediencia, ató el nudo de la desgracia para el género humano; en cambio, María, por su obediencia, lo desató”; ya que la salvación nos viene por Jesucristo, Hijo de Dios e Hijo de María.
Oración:
María, mujer feliz, llena de la gracia divina, desata los nudos que nos mantienen sometidos al pecado y alejados de la gracia, concédenos comprender que sólo en Dios está nuestra felicidad.
Ayúdanos a aceptarnos tal como somos y haz que nos abramos a la gracia vivificante y transformante.
Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración. (Se dice la oración conclusiva de la novena, la final )

Segundo día:
“...y el maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones.”
Lectura bíblica:
“María dijo al Ángel: ‘¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?’. El Ángel le respondió: ‘El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño (que concebirás) será Santo y será llamado Hijo de Dios’.” (Lc. 1, 34 - 35)
Reflexión:
Muchas veces los seres humanos no somos capaces de ver la realidad y nos dejamos engañar por las apariencias, cayendo en el desánimo o la desesperación. Eso no viene de Dios, sino del pecado.
Jesús decía que el maligno “es mentiroso y padre de la mentira” (Jn. 8, 44) y el apóstol Pedro recomendaba: “Sean sobrios y estén siempre alerta, porque su enemigo, el demonio, ronda como un león rugiente, buscando a quien devorar.” (1 Pe. 5, .
Aunque las apariencias (la enfermedad, el dolor, la inseguridad social o laboral) pudieran hacernos pensar que Dios se ha olvidado de nosotros o nos tiene descuidados, la fe nos asegura que Dios es un Padre bueno que siempre nos ama y nos protege.
Oración:
María, mujer de fe, vencedora del maligno, desata los nudos que nos mantienen enredados en las apariencias, y enséñanos a descubrir y a experimentar el amor de Dios, el Padre que cuida de las flores del campo y alimenta a los pájaros del cielo, el que hace salir el sol para buenos y malos, y el que envía la lluvia sobre los campos de los justos y de los pecadores.
Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración. (Se dice la oración conclusiva de la novena, la final )
Tercer día:
“Ya junto a tu Hijo intercediste por nuestras dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas.”
Lectura bíblica:
“El Ángel le dijo: ‘No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin’. ” (Lc. 1, 30 – 33)
Reflexión:
Los cristianos creemos que tanto la vida natural, como la sobrenatural nos vienen gratuitamente de Dios. La existencia es, al mismo tiempo, un don, una gracia inmerecida y una tarea. Dios nos ha hecho humanos, pero necesita de nuestra cooperación libre para que nos desarrollemos como hombres.
Muchas veces experimentamos dificultades en nuestro caminar, nos enredamos y caemos en faltas que nos detienen o paralizan. Otras veces nos desorientamos y no sabemos qué camino seguir.
Los santos, los ángeles y, de modo particular, María, , interceden por nosotros, como un hermano o una madre lo hacen por sus seres queridos. Ellos interceden y Dios, sólo Dios, nos concede su gracia.

Oración:
María, mujer paciente, poderosa intercesora y abogada nuestra, desata los nudos que nos detienen en el camino y no nos dejan avanzar, presenta a Dios nuestras inquietudes y limitaciones, y aliéntanos para que no desfallezcamos, ya que el Señor nos espera al final de la vida y, aunque no lo veamos, camina a nuestro lado.
Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración. (Se dice la oración conclusiva de la novena, la final )
Cuarto día:
“Y al quedarte para siempre como Madre nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor.”

Lectura bíblica:
“Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre (...). Al ver a su madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: ‘Mujer, aquí tienes a tu hijo’. Luego dijo al discípulo: ‘Aquí tienes a tu madre’. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.” (Jn. 19, 25 – 27)
Reflexión:
Los católicos siempre hemos entendido y experimentado que María es nuestra Madre. A ella acudimos con confianza de hijos y le rogamos de continuo que nos consiga del Señor las gracias que necesitamos.
Tanto es el amor que por ella tenemos y tales son nuestras muestras de cariño que algunos hermanos nuestros de otras religiones nos acusan de haber hecho de María un ídolo y de darle el culto que sólo se debe dar a Dios.
Tratando de evitar los excesos que pueden llevar a esa confusión, renovamos nuestro amor y nuestra confianza en aquella que cariñosamente llamamos nuestra Madre, la más tierna herencia que Jesús nos dejó, y nos dirigimos tomados de su mano a Dios, autor de todo bien.
Oración:
María, Madre de Jesús y Madre nuestra, desata los nudos que nos apartan del Padre Dios, muéstranos tu corazón compasivo y cariñoso de Madre.
Ordena nuestros afectos y nuestras pasiones, ya que el Señor nos creó a su imagen y semejanza y, en su gran misericordia, quiso que fueras Madre de su Hijo y de nosotros.
Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración. (Se dice la oración conclusiva de la novena, la final)
Quinto día:
“Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra,
tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida,
te pedimos que recibas nos en tus manos y que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.”

Lectura bíblica:
“(El Ángel dijo a María: )‘También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios’. María dijo entonces: ‘Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho’.” (Lc. 1, 36 – 38)

Reflexión:
El hombre es un ser curioso al que le llama la atención todo lo que no es común. Como nos hemos acostumbrado a que el sol salga todas las mañanas o a que no falte pan en nuestras mesas, esto ya no nos admira y dejamos de considerarlos “milagros”.
En realidad a nuestro alrededor se operan de continuo un sinnúmero de milagros; nuestra existencia, sin ir más lejos, es un maravilloso e inexplicable milagro.
Muchas veces acudimos a Dios en busca de nuevos milagros, como si no fuera suficiente todo lo que ya hace por nosotros. Incluso hay quienes desearían torcer, a fuerza de oraciones y novenas, la voluntad divina. Dejemos a Dios ser Dios, confiémonos a él y pidamos que se haga en nosotros su voluntad.

Oración:
María, mujer obediente y fiel, tú que nunca te apartaste de la voluntad divina desata los nudos que nos enceguecen y no nos dejan ver que lo mejor que nos puede pasar es que en nosotros se cumpla la voluntad de Dios.

Concédenos siguiendo tu ejemplo, someternos confiadamente a los designios de Dios, y haz que las contrariedades de la vida no nos hagan desconfiar de su amor.
Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración. (Se dice la oración conclusiva de la novena, la final)
Sexto día:
“Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora nuestra,...”
Lectura bíblica:
“...se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: ‘No tienen vino’. Jesús le respondió: ‘Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía’. Pero su Madre dijo a los sirvientes: ‘Hagan todo lo que él les diga’.” (Jn. 2, 1 – 5)
Reflexión:
La vida del hombre es una fiesta en la que a veces “se acaba el vino”. Diversas circunstancias nos entristecen, nos perturban o llegan a hacernos perder las ganas de vivir. Es que, como dijo San Agustín de Hipona, el corazón del hombre está inquieto y no encuentra sosiego hasta que no descansa en Dios.
Si nos detenemos de modo obsesivo en las contrariedades y perdemos de vista lo fugaz que es la vida, si le damos demasiada importancia a lo que sólo son cosas que pronto pasan, perdemos perspectiva y se agúa la fiesta de nuestra vida.
Pongamos en Dios nuestra mirada y, pase lo que pase, no dejemos de agradecerle lo que somos y tenemos.
Oración:
María, virgen de la alegría y de la fiesta, desata los nudos que nos entristecen y no nos permiten disfrutar de la vida.
Tú que con toda delicadeza presentaste al Señor las necesidades de los novios de Caná, y evitaste que se arruinara su fiesta, pídele a Jesús que cambie el agua de nuestros males en vino generoso para celebrar la vida en abundancia que Dios nos regaló.
Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración. (Se dice la oración conclusiva de la novena, la final)
Séptimo día:
“...y desata los nudos que impiden nos unamos a Dios, para que, libres de toda confusión y error,...”
Lectura bíblica:
“María dijo: ‘Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho en mi grandes cosas: ¡su Nombre es santo!. Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que le temen’. ” (Lc. 1, 46 –49)
Reflexión:
No siempre el ser humano se contenta con su condición limitada: hay quienes quisieran ser todopoderosos, inmortales, eternamente jóvenes... No es esto lo que Dios pensó para nosotros.
Uno podría tener salud y no aprovecharla, o dinero y no conformarse, o amigos y no cuidarlos. Uno podría confundirse y equivocarse queriendo ser lo que no es y tener lo que no tiene, descuidando al mismo tiempo lo que sí se tiene y lo que en realidad se es.
El conocerse y aceptarse a sí mismo es una tarea que nos lleva toda la vida y que no siempre estamos dispuestos a enfrentar, porque preferimos la dispersión o le damos más valor a las apariencias que a la realidad.
Hoy pedimos a Dios, por intercesión de María, que nos libre de toda fantasía o ilusión y que nos ayude a vivir con los pies en la tierra y la mirada en él “que hace grandes cosas en los que le aman”.

Oración:
María, mujer prudente, tú que meditabas en lo profundo de tu corazón, desata los nudos que nos someten a las apariencias, nos confunden y hacen caer en el error.
Que sepamos descubrir que es lo que Dios pensó para nosotros, y nos contentemos con los límites de nuestra humana condición, no ambicionemos bienes pasajeros, ni perdamos de vista los verdaderos ideales.
Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración. (Se dice la oración conclusiva de la novena, la final)
Octavo día:
“...lo hallemos en todas las cosas,...”

Lectura bíblica:
“Jesús regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.” (Lc. 2, 51 –52)
Reflexión:
Algunos hombres por ir tras lo temporal pierden de vista lo eterno, ansiando las creaturas se olvidan del Creador y se enredan en una maraña de preocupaciones que los distraen de lo esencial y los entretienen con lo efímero.
Hay que aprender a vivir como peregrinos, hay que tomar conciencia que la vida del hombre es un soplo y que muchas de las cosas que nos quitan el sueño son vanidades y puro viento.
Quien experimenta la fragilidad de su vida suele ser menos rencoroso, limita sus ambiciones, se contenta con lo necesario, perdona con rapidez, olvida las injurias, no cae en el consumismo y encontrando a Dios en las pequeñas cosas, lo alaba y es feliz.
Oración:
María, sencilla virgen de Nazaret, desata los nudos que nos esclavizan a las creaturas y nos apartan del Creador.
Enséñanos a vivir con sencillez un día a la vez, ayúdanos a superar la sensación de miedo e inseguridad y a ser capaces de vivir de modo extraordinario las cosas cotidianas.
Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración. (Se dice la oración conclusiva de la novena, la final)
Noveno día:
“...tengamos en él puestos nuestros corazones y podamos servirle siempre en nuestros hermanos.”

Lectura bíblica:
“María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: ‘¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor’.(...) María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.” (Lc. 1, 39 – 45. 56)
Reflexión:
Quien dice que ama a Dios a quien no ve y desprecia a su hermano a quien ve, es un necio y un mentiroso. Quien cree que Dios vive sólo en los templos se equivoca. Quien piensa que a Dios lo único que le importa son los rezos se engaña y no puede considerarse cristiano.
Cuando María se enteró que su prima Isabel esperaba un hijo, se olvidó de su propio embarazo y salió corriendo para ayudarla.
Al árbol se lo conoce por sus frutos y al cristiano se lo conoce por su amor al prójimo y por su actitud de servicio.
Cuando el Verbo de Dios se hizo hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar la vida por los demás hombres.
El mejor resultado de esta novena será una renovada conciencia de la necesidad de ponernos al servicio de nuestro prójimo y la capacidad de descubrir a Dios presente en él.
Oración:
María, dulce sierva de los siervos del Señor, desata los nudos que nos impiden servir a los hermanos y no nos dejan encontrar a Dios en los demás.
Ayúdanos a imitar a tu Divino Hijo quien, siendo Maestro y Señor, la noche antes de su pasión quiso darnos muestra de su amor, lavando los pies de sus discípulos.
Te lo pedimos a ti, la que desata los nudos, para que presentes a Dios nuestra oración. . (Se dice la oración conclusiva de la novena, la final)
Oración conclusiva para todos los días:
Luego de un momento de profundo silencio, se dicen con calma un Padre nuestro, tres Ave María, una Gloria al Padre... y la ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A MARÍA:
Señora y Madre mía, Virgen Santa, María, la que desata los nudos; a tus pies me encuentro para consagrarme a ti.
Con filial afecto te ofrezco en este día cuanto soy y cuanto tengo: mis ojos, para mirarte; mis oídos, para escucharte; mi voz, para cantar tus alabanzas; mi vida, para servirte; mi corazón, para amarte.
Acepta, Madre mía el ofrecimiento que te hago y colócame junto a tu corazón inmaculado.
Ya que soy todo tuyo, Madre de misericordia, la que desata los nudos que aprisionan nuestro pobre corazón, guárdame y protégeme como posesión tuya.
No permitas que me deje seducir por el maligno, ni que mi corazón quede enredado en sus engaños.
Enséñame a conformarme con mi limitada condición humana y a agradecer siempre a Dios por mi existencia.
Ilumíname para que no deseche al Creador por las creaturas, ni me aparte del camino que él pensó para mí. Amén.
Novena a María, Madre Admirable
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando la Novena se reza comunitariamente, las oraciones se dicen de pie.
Oración inicial, para todos los días:
Dios Todopoderoso y Eterno que has querido, según lo anunciaste en profecías a lo largo de los siglos y, al llegar la plenitud de los tiempos, por boca de tu mensajero, que tu Hijo se encarnara en el seno de la Virgen, escucha nuestras súplicas y concédenos gozar siempre de la protección de María, a quien proclamamos con firmeza Admirable Madre del Verdadero Dios. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina Contigo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
Virgen Madre de Dios, que llevaste en tus entrañas a Aquel a quien el universo entero no puede contener, intercede ante Él por nosotros para que, en su misericordia, nos conceda la gloria del Cielo. Amén.
Oración final, para todos los días:
Madre Admirable, que muestras a tus hijos el camino del progreso interior, ayúdanos a vivir ese silencio que permite oír a Dios; enséñanos esa pequeñez que excluye toda vana pretensión, que sabe ser dócil y servicial. Túe que respondiste siempre al menor deseo de Dios, danos el imitarte en esa prontitud del amor y en ese entusiasmo lleno de fe que tuviste para cumplir con Su palabra, aun en medio de las dificultades.
Madre Admirable, ruega por nosotros y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Amen
Día primero: Madre intacta
Oración inicial (ver sección común)
Lectura de la profecía de Ezequiel (44, 1-3)
Me llevó el Señor a la puerta que da al Oriente, pero la puerta estaba cerrada. Y me dijo el Señor: Esta puerta ha de estar cerrada; no se abrirá ni entrará por ella hombre alguno, porque ha entrado por ella ‘El que Es’, el Dios de Israel; por tanto, ha de estar cerrada. Por lo que hace al Príncipe, entrará por el vestíbulo de la puerta y por el mismo saldrá.
Pausa breve
De las Homilías marianas de San Andrés de Creta (En la Anunciación)
Con razón eres bendita, pues te ha bendecido Dios y has sido su tabernáculo, cuando inefablemente llevaste en tu seno a Cristo Jesús, verdadero hombre del todo lleno de la gloria del Padre y verdadero Dios, pues posee perfectamente ambas naturalezas. Bendita tú, verdaderamente, a quien Ezequiel denominó... Oriente y puerta cerrada por la que sólo Dios había de pasar y de nuevo quedaría cerrada. Puerta del cielo, por la cual solamente ha pasado el Señor de los cielos y a nadie ha permitido el paso, ni antes, ni después del Él.
Pausa breve
V- Madre Admirable en tu integridad,
R- Ruega por nosotros
Oremos
Oración final (ver sección común)
Día segundo: Madre virgen
Oración inicial (ver sección común)
Lectura de la profecía de Isaías (7,10. 14)
Pide al Señor, tu Dios, una señal en lo profundo del sheol o arriba, en lo alto. El Señor mismo os dará la señal: he aquí la Virgen grávida y de parto, y llama a su hijo ‘Emmanuel'.
Pausa breve
Del Tratado de San Ireneo "Contra los herejes" (Libro 3, 20)
El Verbo de Dios que habitó en el hombre se hizo también Hijo del hombre, para que el hombre se habituara a percibir a Dios y Dios a vivir en el hombre, conforme a la voluntad del Padre. Por eso, aquel que es la señal de nuestra salvación, el Emmanuel nacido de la Virgen, nos fue dado por el mismo Señor, porque era el mismo Señor quien salvaba a los que por sí mismos no podían alcanzar la salvación.
Pausa breve
V- Madre Admirable en tu perpetua virginidad,
R- Ruega por nosotros
Oremos
Oración final (ver sección común)
Día tercero: Madre Inmaculada
Oración inicial (ver sección común)
Lectura del libro del Génesis (3, 15)
Enemistad perpetúa pongo entre ti y la Mujer, entre tu linaje y el Suyo, éste te aplastará la cabeza mientras tú le acechas el calcañar
Pausa breve
De las Homilías marianas de San Andrés de Creta (En la Anunciación)
¡Salve, llena de gracia, el Señor está contigo! ¡Salve, elegida por Dios desde el principio!. ¡Salve, tesoro de vida inmaculada! ¡El Señor está contigo, el mismo que dijo: Hágase la luz, hágase el firmamento y las demás obras magníficas de su poder creador! los cielos y a nadie ha permitido el paso, ni antes, ni después del Él. ¡El Señor está contigo, el Señor que es el dispensador de toda alegría, el Salvador de todo el mundo. Te he llamado llena de gracia, para manifestar el gozo del misterio en ti realizado.
Pausa breve
V- Madre Admirable en tu plenitud de gracia,
R- Ruega por nosotros
Oremos
Oración final (ver sección común)
Día cuarto: Madre del buen consejo
Oración inicial (ver sección común)
Lectura del Eclesiástico (24, 24-26.30)
Yo soy la Madre del amor hermoso, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza. Venid a mí cuantos me deseáis y saciaos de mis frutos. El que me obedezca no se avergonzará, y los que obre por mí no pecarán.
Pausa breve
De las oraciones de Simeón Metaphraste
Santa y soberana Madre de Dios, luz de mi alma en las tinieblas. Tú que diste el día a la verdadera Luz de la inmortalidad, ilumina los ojos de mi corazón. Tú que trajiste al mundo a la Fuente de la inmortalidad, dame la vida, pues el pecado me hace morir. Pon la contrición en mi corazón, la humildad en mis pensamientos, la reflexión en mis razonamientos. Hazme digno, hasta mi último suspiro, de ser santificado por esos misterios, a fin de que te cante y te glorifique todos los días de mi vida, pues tú eres bendita por los siglos de los siglos.
Pausa breve
V- Madre Admirable, Sede de la sabiduría,
R- Ruega por nosotros
Oremos
Oración final (ver sección común)
Día quinto: Madre del Creador
Oración inicial (ver sección común)
Lectura del primer libro de los Reyes (8,26-28)
Cúmplase ahora, Señor Dios de Israel, la palabra que a David, tu siervo, mi padre, dijiste. Pero, en verdad, ¿morará Dios sobre la tierra?. Los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte. ¡Cuánto menos esta casa que yo te he edificado!. Más, con todo, ¡atiende a la plegaria de tu siervo, Señor, Dios mío!
Pausa breve
De las Homilías marianas de San Germán de Constantinopla (En la admirable dormición de la Santa Madre de Dios)
Virgen Madre, Tú te manifestaste como cielo capaz de contener al Dios Altísimo, ya que tu seno le ofreció un lugar para hospedarse. Eres hermosa, como dice la Escritura, tu cuerpo virginal es totalmente santo, totalmente puro, morada de Dios "He aquí –dice el Señor- el lugar de mi reposo por los siglos de los siglos". Y, ¿cuál es ese lugar?. La carne con la cual Tú lo has revestido, Madre de Dios, carne con la cual, según creemos firmemente, Cristo se manifestó no sólo para el tiempo presente sino también para el siglo futuro, cuando venga a juzgar a los vivos y a los muertos.
Pausa breve
V- Madre Admirable, que engendraste al que te engendró,
R- Ruega por nosotros
Oremos
Oración final (ver sección común)
Día sexto: Madre del Salvador
Oración inicial (ver sección común)
Lectura de la profecía de Isaías (45, 14a.c. 15)
Así habla el Señor: La labor de Egipto y la ganancia de Etiopía, y los sabeos, ... se postrarán ante ti y, suplicantes, te dirán: ‘Sólo Tú tienes un Dios, hoy hay ningún otro’....En verdad que tienes contigo un Dios escondido, el Dios de Israel, el Salvador.
Pausa breve
De las Homilías de San Proclo de Constantinopla (Natividad del Señor)
Cristo ha nacido de la Virgen, ya que de ella ha tomado carne; por esto la Virgen ha venido a ser Madre de Dios. En efecto, Él fue, es y será siempre el mismo; mas por nosotros se hizo hombre; el Amigo de los hombres se hizo hombre, sin sufrir por eso menoscabo alguno en su divinidad. Por mí se hizo semejante a mí, se hizo lo que no era, aunque conservando lo que era. Se hizo hombre para cargar sobre sí el castigo por nosotros merecido y hacernos capaces de la adopción filial y otorgarnos aquel reino, del cual pedimos que nos haga dignos la gracia y misericordia del Señor Jesucristo, al cual, junto con el Padre y el Espíritu Santo, pertenece la gloria, el honor y el poder, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Pausa breve
V- Madre Admirable de nuestro Salvador,
R- Ruega por nosotros
Oremos
Oración final (ver sección común)
Día séptimo: Madre del Gozo
Oración inicial (ver sección común)
Lectura de la profecía de Zacarías (2, 10-11)
Jubila y regocíjate, hija de Sión, porque llegaré y habitaré en medio de ti -oráculo del Señor-Aquel día se unirán al Señor muchas gentes, que serán mi pueblo, y yo habitaré en medio de ti, y sabrás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti.
Pausa breve
De las Homilías marianas de San Andrés de Creta (Natividad de la Virgen)
Los que estamos aquí reunidos celebremos y entonemos cánticos a la hija de David, aclamándola como Madre de Dios. Digamos a la que es la Madre del gozo: Salve, llena de gracia. Salve, inicio del gozo y fin de la maldición. Salve, principio de nuestra restauración y término de las promesas y profecías que Dios nos ha hecho. Alégrese toda la creación, salte de gozo y exulte, por la niña a través de la cual nos llega la salvación y viene a nosotros el redentor del mundo, Cristo Jesús.
Pausa breve
V- Madre Admirable, Causa de nuestra alegría.
R- Ruega por nosotros
Oremos
Oración final (ver sección común)
Día octavo: Madre de la Paz
Oración inicial (ver sección común)
Lectura de la profecía de Miqueas (5, 2-5a)
Más tú, Belén de Efratá, pequeña entre los clanes de Judá, de ti me saldrá quien señoreará en Israel, cuyos orígenes son desde antiguo, de días de muy remota antigüedad. Por eso, los entregará hasta el tiempo en que la que ha de parir parirá, y el resto de sus hermanos volverá a los hijo de Israel. Y se afirmará y apacentará con la fortaleza del Señor y con la majestad del Nombre del Señor su Dios... Y Él será nuestra paz.
Pausa breve
De las Homilías marianas de San Germán de Constantinopla (En la admirable dormición de la Santa Madre de Dios)
Madre de Dios, tú has embellecido los cielos y la tierra, a la que iluminaste con una gran claridad. Cuando, en la plenitud de los tiempos diste a luz a Aquel que existe desde el principio, al Verbo de Dios Padre, los ejércitos angélicos se inclinaron para ver y para alabar a Dios nacido de Ti: proclaman que los Cielos han recibido una nueva gloria, que la paz ha aparecido en la tierra.
Pausa breve
V- Madre Admirable y Reina de la Paz,
R- Ruega por nosotros
Oremos
Oración final (ver sección común)
Día noveno: Madre Admirable
Oración inicial (ver sección común)
Lectura del libro de Judith (13, 1a. 19-20; 15, 9b)
Bendita tú, hija del Dios Altísimo, sobre todas las mujeres de la tierra y bendito el Señor Dios, que creó los cielos y la tierra... Tus alabanzas estarán siempre en la boca de cuantos tengan memoria del poder de Dios. Haga Él que esto sea para tu eterna gloria y te colme de todo bien. ¡Tú, gloria de Jerusalén; tú, alegría de Israel; tú, honra de nuestra raza.!
Pausa breve
De las Homilías marianas de San Cirilo de Alejandría (Concilio de Éfeso)
Te saludamos, María Madre de Dios, tesoro digno de ser venerado por todo el orbe, lugar propio de Aquel que no puede ser contenido en lugar alguno, Madre y Virgen. Te saludamos a ti que encerraste en su seno virginal a Aquel que es Inmenso e inabarcable; a ti, por quien la Santa trinidad es adorada y glorificada; por quien la cruz preciosa es celebrada y adorada en todo el orbe; por quien exulta el cielo; por quien los creyentes obtienen la gracia del bautismo y el bálsamo de la alegría; por quien todos los hombres son llamados a la conversión.
¿Y qué más diré? ¿Quién habrá que sea capaz de cantar como es debido las alabanzas de María? ... Quiera Dios que todos nosotros reverenciemos y adoremos la Unidad, que rindamos un culto impregnado de santo temor a la Trinidad indivisa, al celebrar con nuestras alabanzas a María siempre Virgen, y a su Hijo y esposo inmaculado, porque a Él pertenece la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Pausa breve
V- Madre Admirable, digna de toda alabanza,
R- Ruega por nosotros
Oremos
Oración final


Novena a María Rosa mística
(Se recomienda rezarla durante los trece primeros días de mes que es cuando La Virgen pide oraciones especiales y ofrece gracias especiales.)
** Rosa Mística, Madre de la Divina Gracia. Bendita Tú eres porque diste a la humanidad a tu Divino Hijo Jesucristo, autor de la Gracia. (Padre Nuestro, Avemaría y Gloria)
** Rosa Mística, Bendita Tú eres porque tu Divino hijo nos alcanzó la gracia muriendo en la cruz, cooperando Tú con Él en ese momento, cuando una espada de dolor traspasó tu alma. (Padre Nuestro, Avemaría y Gloria)
** Rosa Mística, Madre nuestra, vuelve tu amante mirada sobre todos los hombres. A Ti clamamos y suplicamos que nos obtengas las gracias que nos confieren el bautismo, la penitencia y los demás Sacramentos. (Padre Nuestro, Avemaría y Gloria)
** Rosa Mística, Madre de la Divina Gracia, haz que todos lleguemos a la casa del Padre Celestial, ya que todos somos hijos tuyos e hijos de Dios. Te ruego mires mi alma, tan pobre e indigna y cuides de ella. (Padre Nuestro, Avemaría y Gloria)
** Rosa Mística, Tú que das a quien quieres y das cuando y como quieres, yo confío en ti y te abro mi corazón. Haz irradiar tu luz en mi alma y que tu maternal amor con fuerza misericordiosa abrase mi corazón y lo llene de alegría, humildad y paz. (Padre Nuestro, Avemaría y Gloria)
** Rosa Mística, Tú que como Madre tienes mayor preocupación por los necesitados de tu socorro, yo te imploro en todas mis necesidades espirituales y corporales, y ahora muy especialmente te suplico me concedas esta gracia que te pido… (hacer petición) (Padre Nuestro, Avemaría y Gloria)
** Rosa Mística, Tú que eres Madre de Jesucristo y Madre de la Divina Gracia, Tú que eres Madre de la Misericordia y Madre de la Vida, Tú que eres nuestra Madre bondadosa y nuestra esperanza, enciérrame en tu Corazón Inmaculado y escúchame. (Padre Nuestro, Avemaría y Gloria) Amén.
** Rosa Mística, ruega a Jesús por nosotros. (3 veces) y rezar 1 Salve.
NOVENA A MARÍA ROSA MÍSTICA
MARÍA ROSA MÍSTICA
PATRONA DE LOS ENFERMOS
DÍA PRIMERO
Rosa Mística, Madre de la Divina Gracia. Bendita tu eres porque diste a la humanidad a tu Divino Hijo Jesucristo, autor de la Gracia.
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria.)
DÍA SEGUNDO
Rosa Mística. Bendita tú eres porque tu Divino Hijo nos alcanzó la gracia muriendo en la cruz, cooperando Tú con Él en ese momento, cuando una espada de dolor traspasó tu alma.
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria).
DÍA TERCERO
Rosa Mística. Madre Nuestra. vuelve tu amante mirada sobre todos los hombres A ti clamamos y suplicamos que nos obtengas las gracias que nos confieren el bautismo, la penitencia y los demás sacramentos.
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria).
DÍA CUARTO
Rosa Mística, Madre de la Divina Gracia, haz que todos lleguemos a la Casa del Padre Celestial ya que todos somos hijos. tuyos e hijos de Dios. Te ruego mires mi alma. tan pobre e indigna y cuides de ella.
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria).
DÍA QUINTO
Rosa Mística, tu que das a quien quieres y das cuando y como quieres, yo confío en ti y te abro mi corazón. Haz irradiar tu luz en mi alma y que tu maternal amor con fuerza misericordiosa abrase mi corazón y lo 11ene de alegría, humildad y paz.
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria).

DÍA SEXTO
Rosa Mística, tu que como Madre tienes mayor preocupación por los mas necesitados da tu socorro. yo te imploro en todas mis necesidades espirituales y corporales y ahora muy especialmente te suplico me concedas esta gracia que te pido .
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria).

DÍA SÉPTIMO
Rosa Mística, tu que eres Madre de Jesucristo y Madre de la Divina Gracia, tu que eres Madre de Misericordia y Madre de la Vida, tu que eres nuestra Madre bondadosa y nuestra esperanza enciérrame en tu corazón inmaculado y socórreme Amen.
(Padre Nuestro. Avemaría. y Gloria)

DÍA OCTAVO
Rosa Mística, Madre de la Divina Gracia. Bendita tu eres porque diste a la humanidad a tu Divino Hijo Jesucristo, autor de la Gracia.
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria.)
DÍA NOVENO
Rosa Mística, Madre de la Divina Gracia, haz que todos lleguemos a la Casa del Padre Celestial ya que todos somos hijos. tuyos e hijos de Dios. Te ruego mires mi alma. tan pobre e indigna y cuides de ella por siempre.
(Padrenuestro, Avemaría y Gloria).

(SE REZA CADA DÍA) Rosa Mística ruega a Jesús por nosotros
(3 veces). Dios te salve Reina y Madre

Novena a Nuestra Señora de Chiquinquirá


ACTO DE CONTRICION


Señor mío Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo, que haces infinitas maravillas en el cielo y la tierra; Tu, Señor, que me hiciste a tu imagen y semejanza, y capaz de tu gloria y de la felicidad eterna, beneficio que nunca te podré pagar; por el amor que me tienes; oh Dios, cuya grandeza me abisma, escucha la sincera confesión de mi pecado. Aquí estoy postrado de hinojos antes tu augusta presencia, lleno de vergüenza, pero arrepentido y dispuesto a desagraviarte. Confieso, Señor, que he pecado, que no he evitado las ocasiones de pecar, despreciando los sublimes mandamientos de tu Ley santa y labrando a sabiendas mi eterna condenación. Me pesa, Señor, me pesa una mil veces haber manchado mi alma con la sombras del pecado. Pero como el penitente David, aquí me tienes suplicando el perdón de mis culpas prometiendo la enmienda de mi vida y la salud de mi alma. Protégeme, Señor, yo te lo suplico fervorosamente y te lo pido por el amor que le tienes a tu Santísima madre, en cuyo honor hago este novenario bajo la dulce advocación del Rosario de Chiquinquirá cuya sacratísima imagen se renovó milagrosamente en Maracaibo ante un pueblo celoso de amor a la Virgen María. Por ella, pues, dulce Jesús, aplaca tu justa ira y concédeme toda tu clemencia, de la que tanto necesito para salvarme de los peligros que me rodean. Amen
DIA PRIMERO
Oh Soberana Reina de los Cielos y tierra! Que fuiste elevada por gracia a un a estado mas sublime que el que tienen por naturaleza nuestros Ángeles custodios, yo te doy gracias por las buenas inspiraciones que me has prodigado toda la vida, y especialmente en este día; también os agradezco que renueves milagrosamente tu Imagen del Rosario de Chiquinquirá, expresamente para proteger a tus fieles devotos; y te pido que asimismo renueves con tu milagroso poder en el tosco lienzo de nuestros corazones la imagen de tu Hijo benditísimo. Alcánzanos también la gracia que en esta Novena os pedimos por la intercesión de tus Siervos San Andrés y San Antonio, si ha de ser para mayor honra y gloria de Dios y salvación de nuestras almas. Amen
Oración para todos los días
Omnipotente y Sempiterno Dios y Señor Nuestro, que eres la esperanza y el consuelo de todos los afligido que te invocan, y quisiste que todos los bienes que tenemos, y los que esperamos alcanzar, nos venga por mano de la Santísima Virgen dignísima madre tuya; concédenos que todos los que veneremos piadosamente tu nacimiento en carne mortal y te roguemos delante de esta milagrosa Imagen renovada por si misma, sintamos el perpetuo socorro de su patrocinio y seamos libres en el cuerpo y en el alma, de toda tripulación. Tú que vives y reinas con Dios Padre en unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amen


DIA SEGUNDO


¡Oh Madre! Tu estas sublimada por tu celo en cumplir las ordenes de Dios sobre el coro de los Arcángeles; tu eres su Reina, y por tal ellos te reconocen; yo me congratulo de tu grandeza, y doy por ello rendidas gracias a la Beatísima Trinidad , y te pido que te dignes encender en mi tibio corazón la llama ardorosa de una celo activo, prudente y eficaz. Tu, que disteis a conocer el resplandor de tu gloria en la admirable renovación de esta Imagen tuya que veneramos, danos la gracia y concédenos lo que particularmente te pedimos en este novenario. Así lo esperamos conseguir a mayor gloria de Dios, por la intercesión de tus gloriosos siervos San Andrés y San Antonio; mas, si no conviene a nuestra salvación, dadnos la conformidad para aceptar gustosos las disposiciones divinas. Amen
DIA TERCERO
¡Oh Madre y Señora Mía! Tú fuiste la Virgen prudente elevada sobre el coro de los principados: durante el tiempo de tu peregrinación me diste ejemplos de esta virtud que impide el desorden entre los hombres. Siendo tu Sabiduría superior a la de todos los coros Angélicos, también fue superior a la de ellos tu prudencia; te suplico, pues, que me alcances de Tu Divino Hijo esta virtud de la prudencia y que sepa frenar los apetitos de la carne rebelde. Así lo espero conseguir por la intercesión de tus siervos San Andrés y San Antonio, y también la gracia especial que solicito en esta novena. Amen
DIA CUARTO
Oh fortísima Señora que jamás fuiste vencida y siempre venciste a las potestades infernales! Ve, Señora, a que atrevimiento han llegado, pues pretenden borrar el culto católico de la faz de la tierra. Aprisionado el Vicario de Tu Divino Hijo, perseguida la justicia y triunfante la iniquidad, sin tu auxilio es de temer que sucumbamos; ven, pues, en auxilio de cada uno de tus devotos, y que todos sintamos los saludables efectos de tu protección al invocar tu patrocinio: tu, que tienes poder sobre el coro de las Potestades, cuya Reina eres, puedes hacerlo así. Haz que tu sagrada Imagen de Chiquinquirá sea para los maracaiberos, para el Zulia todo y para fieles devotos, un escudo que nos defienda de los ataques infernales. Así lo esperamos alcanzar por la intercesión de tus siervos San Andrés y San Antonio, como también lo que particularmente te pido en este novenario. Amen
DIA CINCO
Obedientísima Señora y Madre nuestra, que no rehusasteis ninguno de los cargos que el Señor te encomendó; yo me congratulo de verte elevada sobre el coro de las Virtudes, así como me confundo al verme tan desemejante a ti por mis desobediencias a la Ley Santísima de Chiquinquirá; ayudadme a tomarte por modelo de humildad y obediencia, para que así logre mi salvación y el favor que, por intercesión de tus gloriosos siervos San Andrés y San Antonio, te pido en esta novena, si así me conviene. Amen
SEXTO DIA
¡Oh piadosísima Señora, llamada con verdad Espejo de Justicia! Yo me congratulo al verte elevada sobre el coro de las Dominaciones. Tu eres como el manantial de las cristalinas aguas de las divinas misericordias, por esto, confiadamente te pido que me alcances la gracia de practicar en todo la virtud de la justicia apartándome de lo malo y obrando siempre bien, para que después merezca gozar del paraíso al lado tuyo . Si, Virgen amantísima de Chiquinquirá, concédeme eso y lo que te pido en esta novena poniendo por intercesores a tus gloriosos siervos San Andrés y San Antonio. Amen
DIA SÉPTIMO
¡Oh Virgen purísima, Silla de la Sabiduría! Tú que eres la Reina del coro de los Tronos, eres también la Madre del Verbo Eterno. Yo te alabo y te bendigo, y al oír de tus divinos labios que tu eres la madre de la Santa Esperanza, te suplico que ruegues por mi a tu divino Hijo, a fin de que no desconfié jamás de tus misericordias, y apoyado en el valor infinito de los méritos de Jesucristo, alcance el trono de gloria preparado para los que le aman.
Tu, poderosa Señora, que nos has dado tu bendita Imagen de Chiquinquirá, concédenos por la intercesión de San Andrés y San Antonio, tus siervos fieles lo que te acabo de suplicar, y lo que particularmente te pido en esta novena, si me conviene. Amen
DIA OCTAVO
Oh esclarecida Reina de los Querubines, tu por tu firme, constante y fervorosa fe merecisteis ser colocada mas cerca del Divino Sol que a rodos ilumina. Yo te ruego me concedas una muerte justa, par ir a gozar de las inefables delicias que tus gozas en el Paraíso celestial en compañía de los abrasados Querubines y de toda la augustísima Corte del Cielo. Te ruego, Señora mía, te dignes desterrar de nosotros los aires malignos que nos apestan, y danos abundantemente los frutos d la tierra; si el verano secare nuestros campos, envíanos aguas tempranas; si estas ahogaren los granos, haz que se suspendan por el tiempo necesario para la germinación de nuevas plantas, y danos finalmente, amorosísima Madre de Chiquinquirá lo que solicitamos en esta novena pues te lo pedimos confiados del valimiento que para Ti, tienen tus fieles siervos de San Andrés y San Antonio. Amen

DIA ÚLTIMO
¡Oh, Reina Soberana de los encendidos Serafines! ¡Cuanto me regocijo al verte elevada sobre todos ellos y ardiendo con mayor pureza e intensidad, y con mas vehemencia abrasándose en el divino fuego! Mira esta egoísta sociedad moderna que muere por falta de amor y que parece tiene su vida alimentada por el odio que la despedaza: mira la familia, casi destruida por el frío glacial que reina entre sus miembros: mírame sobre todo a mi , y ve Señora cuan duro es el hielo que cubre mi tibio corazón, derrítelo, Señora en el amor divino, despertadle del profundo letargo en que está desde hace tanto tiempo ,y así como por amor tus siervos fieles renovaste tu Imagen del Rosario de Chiquinquirá, renueva las fibras de mi endurecido corazón; y vuélvela como blanca cera. ¡Oh piélago de amor divino! Ruega por nosotros, infunde en nuestros pechos una centella del fuego en que nos abrasas. Eres protectora de la fe: convierte a tus siervos descarriados, y haz que la sociedad zuliana no pierde nunca la fe católica; mira que en este pueblo renovaste milagrosamente tu sagrada Imagen del Rosario de Chiquinquirá, y en el recibes fervoroso culto. Te lo pedimos, poniendo por intercesores a tus siervos San Andrés y San Antonio. Amen

GOZOS A honra a Nuestra Señora de Chiquinquirá

CORO

Pues eres de los pescadores el consuelo y la alegría ¡oh madre, clemente y pía escucha nuestros clamores!

ESTROFAS

Si en tu imagen hermosa de Chiquinquirá encontramos todo el bien que deseamos en esta vida penosa,
si en todo tiempo, graciosa, dispensas tus favores con franca soberanía.

Oh Madre, clemente y pía. Fénix de amor, renovada para remediar al hombre ostentas este renombre en tu Imagen sagrada; con tal timbre coronada, se aumentan más los ardores de tu amor cada día.

Oh Madre, clemente y pía. Como aquella nubecilla que Elías vio en el Carmelo así por nuestros consuelos obraste la maravilla;
de una oscura Imagencilla salieron magnos primores, que son asombro del día.

Oh Madre, clemente y pía. ¡Que copiosa y que incesante es la lluvia soberana de milagros, con que ufana nos beneficias amante.
No se da ningún instante sin que derrames favores con general bizarría!

Oh Madre, clemente y pía. Todo el que implora confiado con sincera devoción tu amparo y protección sale siempre consolado; infinitos han mudados en delicias los dolores. Porque buscaron tu guía.

Oh Madre, clemente y pía. No hay enfermedad penosa, no hay trabajo ni desgracias que Tu con tanta eficacia no remedies generosa; si es que con fe fervorosa quien busca tus amores de los vicios se desvía.

Oh Madre, clemente y pía. Maracaibo siempre fino, así lo confiesa ufano, porque jamás clamo en vano a tu auxilio divino,
con modo el más peregrino, en sus congojas mayores le haz dado la alegría.

Oh Madre, clemente y pía. Casa común del consuelo es vuestro templo sagrado, pues en el haz franqueado tu maternal desvelo.
Por eso con tanto anhelo, sin recelos ni temores, te clamamos noche y día.

Oh Madre, clemente y pía. Pueblo de Chiquinquirá, tierra mil veces dichosa! ¡Que riqueza tan preciosa Dios en tu campo nos da! ¡Oh, que celestial maná de tan distintos sabores vierte en su imagen María.

Oh Madre, clemente y pía. Pues eres de los pecadores el consuelo y la alegría, oh Madre clemente y pía, escucha nuestros clamores.

Bendita sea tu pureza, y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan preciosa belleza; a ti Celestial Princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco desde este día alma, vida y corazón; mírame con compasión, no me deje, madre mía. Amen.
NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA
OFRECIMIENTO PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que El es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pecadores.
ORACIÓN PREPARATORIA
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Rezar la oración del día correspondiente:
ORACIÓN FINAL
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
DÍA PRIMERO

Penitencia y reparación
Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.
ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh santísima Virgen María, Madre de los pobres pecadores!, que apareciendo en Fátima, dejaste transparentar en vuestro rostro celestial una leve sombra de tristeza para indicar el dolor que os causan los pecados de los hombres y que con maternal compasión exhortaste a no afligir más a vuestro Hijo con la culpa y a reparar los pecados con la mortificación y la penitencia. Dadnos la gracia de un sincero dolor de los pecados cometidos y la resolución generosa de reparar con obras de penitencia y mortificación todas las ofensas que se infieren a vuestro Divino Hijo y a vuestro Corazón Inmaculado.
Meditar y rezar la oración final.
__________
DÍA SEGUNDO

Santidad de vida
Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.
ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh santísima Virgen María, Madre de la divina gracia, que vestida de nívea blancura te apareciste a unos pastorcitos sencillos e inocentes, enseñándonos así cuánto debemos amar y procurar la inocencia del alma, y que pediste por medio de ellos la enmienda de las costumbres y la santidad de una vida cristiana perfecta. Concédenos misericordiosamente la gracia de saber apreciar la dignidad de nuestra condición de cristianos y de llevar una vida en todo conforme a las promesas bautismales.
Meditar y rezar la oración final.
__________
DÍA TERCERO

Amor a la oración
Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.
ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh santísima Virgen María, vaso insigne de devoción!, que te apareciste en Fátima teniendo pendiente de vuestras manos el santo Rosario, y que insistentemente repetías: «Orad, orad mucho», para alejar por medio de la oración los males que nos amenazan. Concédenos el don y el espíritu de oración, la gracia de ser fieles en el cumplimiento del gran precepto de orar, haciéndolo todos los días, para así poder observar bien los santos mandamientos, vencer las tentaciones y llegar al conocimiento y amor de Jesucristo en esta vida y a la unión feliz con Él en la otra.
Meditar y rezar la oración final.
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DÍA CUARTO

Amor a la Iglesia
Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.
ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh santísima Virgen María, Reina de la Iglesia!, que exhortaste a los pastorcitos de Fátima a rogar por el Papa, e infundiste en sus almas sencillas una gran veneración y amor hacia él, como Vicario de vuestro Hijo y su representante en la tierra. Infunde también a nosotros el espíritu de veneración y docilidad hacia la autoridad del Romano Pontífice, de adhesión inquebrantable a sus enseñanzas, y en él y con él un gran amor y respeto a todos los ministros de la santa Iglesia, por medio de los cuales participamos la vida de la gracia en los sacramentos.
Meditar y rezar la oración final.
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DÍA QUINTO

María, salud de los enfermos
Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.
ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh santísima Virgen María, salud de los enfermos y consoladora de los afligidos!, que movida por el ruego de los pastorcitos, obraste ya curaciones en vuestras apariciones en Fátima, y habéis convertido este lugar, santificado por vuestra presencia, en oficina de vuestras misericordias maternales en favor de todos los afligidos. A vuestro Corazón maternal acudimos llenos de filial confianza, mostrando las enfermedades de nuestras almas y las aflicciones y dolencias todas de nuestra vida. Echad sobre ellas una mirada de compasión y remediadlas con la ternura de vuestras manos, para que así podamos serviros y amaros con todo nuestro corazón y con todo nuestro ser.
Meditar y rezar la oración final.
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DÍA SEXTO

María, refugio de los pecadores
Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.
ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh santísima Virgen María, refugio de los pecadores!, que enseñaste a los pastorcitos de Fátima a rogar incesantemente al Señor para que esos desgraciados no caigan en las penas eternas del infierno, y que manifestaste a uno de los tres que los pecados de la carne son los que más almas arrastran a aquellas terribles llamas. Infundid en nuestras almas un gran horror al pecado y el temor santo de la justicia divina, y al mismo tiempo despertad en ellas la compasión por la suerte de los pobres pecadores y un santo celo para trabajar con nuestras oraciones, ejemplos y palabras por su conversión.
Meditar y rezar la oración final.
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DÍA SÉPTIMO

María, alivio de las almas del purgatorio
Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.
ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh santísima Virgen María, Reina del purgatorio!, que enseñaste a los pastorcitos de Fátima a rogar a Dios por las almas del purgatorio, especialmente por las más abandonadas. Encomendamos a la inagotable ternura de vuestro maternal Corazón todas las almas que padecen en aquel lugar de purificación, en particular las de todos nuestros allegados y familiares y las más abandonadas y necesitadas; alíviales sus penas y llévalas pronto a la región de la luz y de la paz, para cantar allí perpetuamente vuestras misericordias.
Meditar y rezar la oración final.
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DÍA OCTAVO

María, Reina del Rosario
Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.
ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh santísima Virgen María!, que en vuestra última aparición te diste a conocer como la Reina del Santísimo Rosario, y en todas ellas recomendaste el rezo de esta devoción como el remedio más seguro y eficaz para todos los males y calamidades que nos afligen, tanto del alma como del cuerpo, así públicas como privadas. Infundid en nuestras almas una profunda estima de los misterios de nuestra Redención que se conmemoran en el rezo del Rosario, para así vivir siempre de sus frutos. Concédenos la gracia de ser siempre fieles a la práctica de rezarlo diariamente para honraros a Vos, acompañando vuestros gozos, dolores y glorias, y así merecer vuestra maternal protección y asistencia en todos los momentos de la vida, pero especialmente en la hora de la muerte.
Meditar y rezar la oración final.
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DÍA NOVENO

El Inmaculado Corazón de María
Comenzar con el ofrecimiento y la oración preparatoria.
ORACIÓN DE ESTE DÍA

¡Oh santísima Virgen María, Madre nuestra dulcísima!, que escogiste a los pastorcitos de Fátima para mostrar al mundo las ternuras de vuestro Corazón misericordioso, y les propusiste la devoción al mismo como el medio con el cual Dios quiere dar la paz al mundo, como el camino para llevar las almas a Dios, y como una prenda suprema de salvación. Haced, ¡oh Corazón de la más tierna de las madres!, que sepamos comprender vuestro mensaje de amor y de misericordia, que lo abracemos con filial adhesión y que lo practiquemos siempre con fervor; y así sea vuestro Corazón nuestro refugio, nuestro consuelo y el camino que nos conduzca al amor y a la unión con vuestro Hijo Jesús.
Meditar y rezar la oración final.

 
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