novenas - NOVENAS GRUPO 29
 

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CONCLUSIONES

NOVENA A SANTA TERESA DE AVILA
(S. Teresa de Jesús)
1515-1582


ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh! dulcísimo, amantísimo y reverendísimo Jesucristo, padre de todas las misericordias: aquí me tenéis rendido a vuestros pies para manifestaros que os amo sobre todas las cosas y con el pesar de haberos ofendido, y os suplico de todo corazón me perdonéis mis culpas y pecados; os suplico también pidáis a vuestra queridísima Madre, María Santísima, me conceda la gracia para asistir a esta Novena en honra de vuestra seráfica y predilecta hija Santa Teresa.
Rezar a continuación la oración del día que corresponda:
DÍA PRIMERO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh! Amada en Jesucristo y de su querida Madre. ¡Gloriosísima Santa Teresa de Jesús!, inspirada por Dios para reformar la Sagrada orden del Carmen, fuisteis espejo de castidad y pureza abrasada en el amor de Dios, ¿por qué no me habéis de conseguir la gracia de imitaros hasta la muerte?
Aquí me tenéis postrado a vuestras divinas plantas deseando obréis en mí esa celestial sabiduría que os hizo predilecta para Jesucristo y su divina Madre, María Santísima. Yo os dedico esta novena para honra y gloria vuestra y bien de mi alma. Amén.
Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y hacer la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
DÍA SEGUNDO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
ORACIÓN
Aquí me tenéis ¡oh Dios mío! a mí, vil gusanillo de la tierra, ciego por el camino de la perdición, que no teniendo en cuenta lo que padecisteis por toda las criaturas, sufriendo vuestra sacratísima pasión y muerte por todos los pecadores, dadme, Señor, esa luz divina que me inspire en vuestra bondad y misericordia infinita, para que sea digno de alcanzar la bienaventuranza, como la alcanzó la seráfica y gloriosa virgen Santa Teresa de Jesús. Amén.
Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y hacer la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
DÍA TERCERO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh! mi buen Jesús, Dios y Señor de todo lo criado; yo os adoro y os amo de todo corazón con arrepentimiento sincero de todas mis culpas y pecados. ¿Por qué mi Dios y Señor, no habéis de abrasar mi corazón como a vuestra amada esposa Santa Teresa de Jesús? Comunicadme, Señor, esa llama celestial que limpie mi alma de toda culpa, para que sea digno de alcanzar la gloria que tanto deseo. Amén.
Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y hacer la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
DÍA CUARTO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
ORACIÓN
Te saludo resplandeciente lirio de la hermosura y sosegada primavera, Virgen Sagrada, divina esposa de Jesucristo que merecisteis los dones celestiales y la predilección de María Santísima dando al mundo ejemplos de virtud y de ternura, por lo que merecisteis ser colmada de los dones celestiales.
Te suplico ¡oh Santa Teresa de Jesús! me comuniquéis la gracia del Eterno que vos merecisteis para ser admitida en el seno de los cielos, para tener la dicha de acompañaros en la mansión de los justos. Amén.
Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y hacer la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
DÍA QUINTO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh! mi amada Santa Teresa de Jesús; yo os escojo como ayuda piadosa, Madre de mi flaqueza, de mis atenciones y necesidades; yo me entrego en vuestros brazos, lleno de arrepentimiento de todos mis pecados, para que me cubráis con vuestro hábito seráfico como a hijo vuestro, para que me consoléis con vuestra gracia pidiendo a vuestro Esposo, Jesucristo, y a su purísima Madre por este mortal que desea de todo corazón participar de la gloria reservada a las almas justas. Amén.
Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y hacer la petición que se desea obtener por medio de esta novena.

DÍA SEXTO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
ORACIÓN
Divina Santa Teresa de Jesús; aquí me tenéis sumisa y arrepentida de todos mis pecados, pidiéndoos la protección de Jesús y de su divina Madre, María Santísima, para que por su intercesión me concedáis tres cosas: la primera, que tengáis misericordia de mí por mis muchos pecados cometidos; segunda, gracia para serviros cumpliendo los Mandamientos de Dios y no caer en pecado mortal, y la tercera, que me socorráis en el trance crítico de la muerte para morir en vuestra santa gracia, que rogaréis por mí os pido a Nuestro Señor Jesucristo y a la Santísima Virgen María. Amén.
Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y hacer la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
DÍA SÉPTIMO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
ORACIÓN
¡Oh Dios misericordioso y clemente! cuyo espíritu de bondad manifestáis a los mortales cuantos más pecadores se os manifiestan. Sois, pues, pastor de las ovejas descarriadas que con vuestra infinita bondad y misericordia las dirigís al redil de la bienaventuranza.
Os pido, mi buen Jesús, infiltréis en mi ese espíritu divino para que yo me arrepienta de todos los pecados cometidos durante mi vida; sea yo tan feliz mereciendo la gracia que prodigasteis a Santa Teresa de Jesús, haciéndola esposa vuestra y que merezca los dones que recibió de vuestra querida Madre para alabaros, bendeciros y gozaros en la gloria por siempre jamás. Amén.
Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y hacer la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
DÍA OCTAVO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
ORACIÓN
Señor mío Jesucristo: yo os adoro y os amo de todo corazón y quisiera participar de los dolores de vuestra Pasión y muerte que sufristeis por nosotros los pecadores: pase por mí también el amargo cáliz de tantos padecimientos, ya que marchasteis al sacrificio de vuestra pasión y muerte, lleve yo esa cruz al calvario de mis culpas como os dignasteis favorecer a Santa Teresa de Jesús, para que mi alma quede purificada y pueda alcanzar la gloria que tenéis reservada a los que os sirven. Amen.
Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y hacer la petición que se desea obtener por medio de esta novena.
DÍA NOVENO
Comenzar con la oración preparatoria para todos los días.
ORACIÓN
Dios y Señor de todo lo criado: ¡cuán grata es a vuestra divinísima misericordia la muerte de los que abandonan en gracia esta miserable vida y van a ser partícipes de la eterna bienaventuranza! concededme, Señor, a mí esa virtud con que favorecisteis a Santa Teresa de Jesús por sus muchas virtudes dándola una muerte feliz, cuya alma voló al cielo en forma de blanca paloma donde la esperaban gozosos para celebrar su triunfo millares de coros de vírgenes, ángeles, arcángeles y serafines.
Te suplico, oh Santa Teresa de Jesús, que pidáis por mi a vuestro esposo, Nuestro Señor Jesucristo y a su bendita Madre, María Santísima, me conceda una buena muerte y que vaya después a gozar la eterna gloria. Amén.
Terminar con tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias a la Santísima Trinidad y hacer la petición que se desea obtener por medio de esta novena.



NOVENA A SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS
( LISIEUX )
1873-1897



ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Santa Teresita! Vengo a tus plantas lleno de confianza a pedirte favores. La cruz de la vida me pesa mucho, y no encuentro más que espinas entre sus brazos. ¡Florecita de Jesús! envía sobre mi alma una lluvia de flores de gracia y de virtud para que pueda subir el Calvario de la vida embriagado en sus perfumes. Mándame una sonrisa de tus labios de cielo y una mirada de tus hermosos ojos... Que valen más tus caricias que todas las alegrías que el mundo encierra. ¡Dios mío! Por intercesión de Santa Teresita dadme fuerza para cumplir exactamente con mi deber, y concededme la gracia que en esta novena le pido. Amén.

Rezar a continuación la oración del día que corresponda:
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Jaculatoria. ¡Oh santita sin igual! Enséñanos el "caminito" de tu infancia espiritual.
Oración. ¡Gloriosa santita mía! Espero confiadamente me alcanzarás de Dios la gracia especial que en esta novena te pido. Yo en cambio, prometo imitar, con todas mis fuerzas, tus heroicos ejemplos, y apropiarme de las páginas de tu vida encantadora para que tenga la dicha de gozar de Dios en tu compañía en la patria de los santos. En tanto, quiero, cual tu, oh Florecita de Jesús, "deshojar" en la tierra las flores de mis caricias a los pies del Amor de los Amores y cantar a lo divino tus encantadoras armonías:
"Por solo tus amores, Jesús mi bien amado, En ti mi vida puse, mi gloria y porvenir; Y ya que para el mundo soy una flor marchita, No tengo más anhelo que amándote, morir…"
DÍA PRIMERO Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquel volcán de amores que inflamó tu corazón, cuyos divinos ardimientos fueron el dulce martirio que consumió tu vida "con ansias de amores inflamada", haz que también yo, ¡oh santa Teresita! a solo Dios entregue totalmente mi corazón con todas sus esperanzas y con todos sus ensueños, para que le transforme y le resucite y le salve. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.
DÍA SEGUNDO Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por los perfumes de santidad que exhalaste durante tu vida, escondida cual humilde violeta en el jardín del Carmelo, haz que pueda también mi alma, libre de los malos olores del pecado, agradar a Dios con el suave olor de las virtudes cristianas. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.
DÍA TERCERO Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por los pasos de inocencia y de candor que diste en la florida senda de tu caminito, que fue camino de infancia espiritual, haz que los pasos de mi vida no corran por los derroteros de la perdición; sino que, pasito a paso, suba la senda -cuesta arriba- que conduce a la gloria. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.
DÍA CUARTO Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por la celestial pureza que adornó tu corazón cual los lirios a los valles y la "nieve" a las alturas alcánzame, azucena del Carmelo, la pureza en pensamientos, palabras y obras. Defiéndeme en la tentación, y cubre con las azucenas de tu pureza la fealdad de éste pobre corazón mío inquieto y apasionado. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.
DÍA QUINTO Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por el empeño grande que pusiste en "pasar por la Tierra haciendo bien", y en esparcir en los corazones el amor y la esperanza, haz que también yo pase mi vida sembrando bondades para recibir allá arriba el galardón seguro del ciento por uno con la vida perdurable y feliz. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.
DÍA SEXTO Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquella continua tendencia de "empequeñecerse" que fue el tema de tu santa vida, haz sepa también yo ser un "alma tan pequeñita" que encuentre la verdadera grandeza en los brazos del sacrificio y de la Cruz; y aprenda a ser grande en lo pequeño y amar la humildad... la "pequeñez", para entrar más fácilmente por las puertas de la gloria al gozo eterno. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.
DÍA SÉPTIMO Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquel martirio tan continuado que sufrió tu espíritu en la incesante negación de la naturaleza, haz que aprenda a negar mis caprichos y veleidades y a pagar, cual tú, los desprecios del prójimo con una sonrisa heroica y celestial. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.
DÍA OCTAVO Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por la paciencia admirable con que supiste disimular y sufrir las enfermedades que en la Cruz te pusieron, ¡oh! que pueda yo también, santita mía, llevar si no con alegría, a lo menos en conformidad con la voluntad de Dios los achaques y miserias de este cuerpo de barro para que un día resulte embellecido en la gloria. Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.
DÍA NOVENO Comenzar con la oración de todos los días.
Oración. ¡Florecita de Jesús! Por el heroico valor con que apuraste el cáliz hasta las "heces" en el trance amargo de tu agonía; y por la dulce calma con que esperaste la fría llamada de la muerte, pueda yo también cerrar los ojos a esta vida mortal repitiendo las hermosas palabras que al morir pronunciaste: "Oh... ¡Le amo!.. . ¡Dios mío... os...amo!". Amén.
Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.

Novena a la Santísima Virgen de la Paloma
ORACIÓN PREPARATORIA

Señor Jesús, Redentor nuestro, que te abrazaste a la Cruz por tu inmenso amor que siempre nos perdona y sostiene. San Pablo nos dijo: "Aun cuando seas infiel, Dios permanece fiel porque no puede negarse a sí mismo". Tú en la cruz siempre nos esperas con los brazos abiertos, tan grande es tu amor y tu perdón.

Seducidos por el mundo, el demonio y la carne hemos escuchado con demasiada frecuencia los susurros del pecado, hemos caído queriendo construir nuestra propia historia en los placeres, en el poder y en el poseer y lo único que hemos encontrado ha sido nuestra desgracia. ¡Perdón, Señor!.

Tú eres nuestra única esperanza y humillados regresamos a ti sabiendo que Tú eres nuestro Padre, Padre como el del hijo pródigo, sabiendo que nos estás esperando para perdonarnos. Muchos días has oteado el camino hasta que nos has visto llegar y nos has salido al encuentro corriendo. ¡Cuán grande es tu amor!.

Herido por los enemigos del alma te hemos mirado como el herido del camino miró al Samaritano, y tú nos has curado. ¡Cuán grande es tu amor!.

Nos colocamos al pie de tu Cruz para que caiga una sola gota de tu sangre sobre cada uno de nosotros, ya que una sola de ellas es el remedio a todas mis enfermedades y heridas...
¡Perdón Señor!

Siempre estás con los brazos extendidos, clavados, esperándome y poniéndote a mi disposición para que ruegue y suplique por mi re-creación, para que puedas hacer de mi una nueva criatura hecha a tu imagen y semejanza. Para ello te has convertido en el Cordero de Dios, que se ha ofrecido en holocausto, para ello sigues ardiendo de amor hacia nosotros, ardor que sale día y noche de tu sagrario. ¿Es posible que ante este horno de amor no nos encendamos todos en llamas de amor?...
¡Amor, Señor!

¡Seamos con la ayuda de Dios como los ángeles que cortejan la imagen de la Virgen día y noche! ¡Vistámonos por el sacramento de la penitencia con la túnica blanca de los ángeles y santos del cielo para ser cortejo puro en torno de la Purísima Paloma!

Tú conoces la inconstancia del corazón humano, conviértenos en roca firme que persevere como la roca a orillas del mar y embestida por las olas, pero a su vez podamos dejar grabar en nosotros la fe y la firme creencia de que eres Tú el que nos amas, de forma que podamos permanecer sin miedo con María en su Soledad al pie de la Cruz. Así sea


ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA PALOMA PARA TODOS LOS DIAS
Oh, Virgen Santísima, que en la figura del Cantar de los Cantares expresas toda la inmensidad de tu amor y permites que podamos aclamarte con las dulces invocaciones de "Refugio de los pecadores", Consuelo de los afligidos", "Esperanza nuestra"

Me encuentro solo y abandonado si estoy lejos de ti, soy como un niño que ha perdido a su madre en medio de las calles tremebundas de la ciudad y que llora porque ha perdido a la que lo ampara, a la que lo cuida, a la que resuelve sus necesidades y ha perdido todo amparo, se siente perdido. Por esto acudo a ti, Madre, lleno de confianza, porque sé que en ti encuentro los amorosos brazos que me estrechan contra tu corazón, me protegen del mal y del maligno y porque escuchas los gemidos del niño en sus necesidades concretas como en ésta que te voy a pedir a través de esta Novena.

Sé que no me lo das por mis méritos que no tengo, sino por tu amor gratuito hacia mi, tu hijo débil y pecador. Tu amor lleva toda la ternura maternal. Y de esto estamos ciertos porque jamás se ha oído que nadie haya sido desamparado acudiendo a ti.

Así ahora Madre mía, te confío mi súplica. Voy a recordar los misterios insondables de tu soledad y mirando tu devota imagen de la Paloma intentaré acompañarte paso a paso, esperando que tu mirada se encuentre con mi mirada y que, entendiendo como madre mis necesidades, las escuches y si me conviene me las resuelvas. Más, Madre, no se haga mi voluntad sino la de tu Hijo amado que se ha entregado por nosotros a la muerte y muerte de cruz.

Hágase ahora la REFLEXION de cada día. Terminada la reflexión pídase la gracia que se desea alcanzar por medio de esta Novena.


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DIAS

¡Virgen Santísima de la Paloma¡ Eres más pura que el sol y más hermosa que todas las vírgenes del mundo terrestre y celeste. Por ti nos ufanamos ya que somos tus hijos, título que vale más que todos los títulos de nobleza y de la grandeza humana. Tu escudo nos protege para siempre, mientras que los escudos humanos son precarios y efímeros. Pasando nuestros dolores por tu dolor, nuestros dolores se convierten en gozo. Tú eres Corredentora con tu Hijo clavado en la cruz. Tú que estuviste de pie junto a la cruz transformaste nuestra cruz en gloriosa. Subiendo con Jesús a la cruz encontraremos que la cruz ya no nos aplasta sino que nos redime, se hace gloriosa. En la cruz y sólo por la cruz podemos ser santos: "el que quiera ser mi discípulo que cargue con su cruz y me siga"
¡Madre quiero ser santo!

Sabemos que la cruz que amenazaba aplastarte la abrazaste junto con tu Hijo y lloraste porque tus sentimientos maternos estaban profundamente heridos, pero tus sentimientos co-redentores te hicieron abrazarte a esta cruz. Queremos acompañarte en tu lloro pero a su vez permanecer valientemente al pie de la cruz. Al mirar tu imagen queremos estar junto a ti.

Lloras Madre mía por mis pecados y los de mis hermanos los hombres. Todos somos culpables. Y a pesar de ello tú no nos rechazas como hijos. Lloras por tu Hijo y lloras por tus hijos.

Unes los dos llantos en uno sólo y con ello nos unes a tu Hijo en el perdón y en la misericordia.

Concédeme, Madre mía, no separarme de ti. No quiero dejarte sola. Quiero que mi corazón permanezca junto a ti y en tus manos juntas aprender a orar sin cesar. Uniré mi plegaria a la tuya rogando al Eterno Padre que el Espíritu Santo descienda con sus dones y sus gracias para que nuestra amada Iglesia Católica pueda ser fecunda en medio de este mundo paganizado y necesitado de una re-evangelización.

Haz que los sacerdotes sean santos para que en ellos florezca el celo y la sabiduría capaz de guiar a la humanidad hacia Dios nuestro Padre en su Hijo amado. Concede a los matrimonios el amor mutuo que fructifica en los hijos y dales ser santos como fueron santos Isidro y María de la Cabeza. Concede a los hijos encontrar en sus padres el modelo de una vida cristiana. A los padres ser los primeros catequistas de sus hijos. A los jóvenes, en quien se despierta naturalmente el amor humano, convertir sus relaciones en puras y castas para que los prepare a la santidad del matrimonio. Y a nuestra ciudad de Madrid mírala con maternal ternura ya que ella se ha confiado popularmente a tu protección.

Madre, yo me siento tan cerca de ti que no veo necesario exponerte mis necesidades, tú las conoces como una madre conoce lo que necesitan sus hijos. Sabes de mi debilidad y de mi fragilidad, que necesito que me cuides como una copa frágil de infinito valor: Dios me ha hecho valer por lo que vale la sangre de tu Hijo. Cobíjame bajo tu negro manto para que la túnica blanca de mi bautismo no se manche como no se ha manchado la túnica blanca que llevas bajo tu manto negro. Atame, átame fuerte con la cadena que pende de tu cuello, para que tu soledad sea mi soledad. Atado a ti, Madre mía, el mal no me podrá arrastrar sino que la santidad de Dios permanecerá en mí como permaneció en ti en grado supremo. Por algo te llamamos Santísima. Atado a ti podré iniciar la vida eterna ya en este mundo.
Amén.

SALVE. (cantada)
Oremos:
Oh Dios, en cuya Pasión fue traspasado de dolor el alma dulcísima de la gloriosa Virgen María, según lo había profetizado ya Simeón: concede propicio que, los que venerando sus dolores hacemos memoria de ellos, consigamos el feliz éxito, tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

DIA PRIMERO
Qué es un novenario a la Virgen de la Paloma

El nombre de Novenario lo damos a nueve días de vela, de oración, de ayuno al pie del Santo, de la Virgen o del mismo Señor como signo de nuestro amor o signo de lo que queremos llegar a amar.

Para ello un Novenario no puede convertirse en una negociación: "yo te doy, tú me das".

Puede ser una intercesión por obtener una gracia, una virtud, e incluso la solución de una necesidad temporal, pero condicionado esto último a la voluntad de Dios. Un cristiano nunca pide nada a Dios sin añadirle "más no se haga mi voluntad sino la tuya". No podemos convertir una intercesión en un exigir ya que a Dios no se le exige, se le pide, como se pide un trozo de pan a un padre.

En esta novena hemos puesto por intercesora a la intercesora de las intercesoras, al refugio de pecadores, a la consoladora de los afligidos, al auxilio de los cristianos: "Jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a ella hayan sido desoídos". ¡Qué títulos tan hermosos y con que poca atención los hemos meditado!

El mundo de hoy está tan pervertido por una falsa libertad, que no podemos decir más que el mundo está invadido por el libertinaje de los antiguos paganos. El pecado ya no es pecado para el mundo de hoy. El mundo ha perdido la conciencia del pecado, como ya nos lo anunciaba Pío XII. Y con ello, Cristo ha sido abandonado por muchos hombres, la soledad de María es cada vez mayor, pero en su Soledad de la Paloma mira con ojos de misericordia a todos los que vivimos en Madrid y mira a muchos más allá de nuestras fronteras que la honran con sus oraciones o llevando orgullosamente el nombre de Paloma.
Por esto existen, como llama perpetua, los fieles devotos de la Congregación de Ntra Sra de la Paloma, que día y noche, viendo su medalla de Congregante, viven velando contigo en tu soledad.

María, como casta Paloma, vuela sobre este mundo lleno de fango erótico y busca un pie, una rama desde donde llamar a los que en el arca esperan ansiosos el fin del diluvio del pecado para posar sus pies en la tierra de los santos.

María nos invita a vivir en recogimiento estos días santos de su Novena. Oración, ayuno y limosna como si en honor de la Virgen hiciéramos una pequeña cuaresma preparatoria a su fiesta. Purifiquémonos en el santo Sacramento de la Penitencia, vivamos la pureza del cuerpo y del alma, la pureza en la lengua y en los juicios, la pureza en el mirar y en el obrar.

Antes de subir al Calvario donde: "Stabat Mater dolorosa yuxta crucem lacrimosa", hemos de pasar por Getsemaní para aprender de Jesús orante a orar, a decir: "Más no se haga mi voluntad sino la tuya" y así, y sólo así, podremos postrarnos ante el Sagrario y ante María para acompañarlos en su soledad.

(Condicionando la gracia o el favor a pedir a la voluntad de Dios, pidamos fervorosamente lo que necesitamos.)

DIA SEGUNDO
REFLEXION
María al pie de la Cruz
I
Cristiano, contempla desde lo más profundo de tu corazón el panorama del Calvario.

Mira a Jesús Nazareno, aquél que nos ha amado y nos ama hasta el extremo, el que siendo el ofendido ha venido a salvar al ofensor. Atado con clavos en una cruz no puede ni quiere huir, porque quiere salvarte obedeciendo hasta la muerte en cruz. El que sabiendo que eres tú el que ha huido, que eres tú el que ha tomado la iniciativa en el pecado y sin embargo tanto es su amor que toma la iniciativa de morir por ti. Es el mismo Jesús que te ha colmado de bienes como a la multitud en el desierto alimentándolos y luego colmándolos de milagros. Tú has sido infiel pero El ha permanecido fiel porque no puede negarse a si mismo. El amor de Dios es eterno.

Mira a María, madre de las madres, que está al pie de la Cruz, que no huye ni se defiende. Mansa cordera deja que maten al Cordero de Dios nacido de sus entrañas como víctima que quita el pecado del mundo. Nadie la puede apartar del pie de la cruz, quiere ser Corredentora con su Hijo. La insultan, la desprecian y quien sabe si incluso la maltratan, pero ella no se mueve. Está ahí hasta que su Hijo haya dado el último suspiro, hasta que todo esté consumado y con ello asegurada nuestra salvación.

II
Allí se inicia su soledad de tres días. Jesús ha entregado su espíritu después de haber sido confortado únicamente por la presencia de su madre, de las piadosas mujeres y de Juan. Los únicos fieles, todos los demás han huido. El Calvario es únicamente para los que permanecen fieles. María es la fidelísima.

Para ella se inician las largas horas de la espera. Grabado en sus ojos tiene el rostro desangrado de Jesús, aquél que pusieron en sus brazos los que descendieron a Jesús de la Cruz. La figura de la Dolorosa se yergue ante las multitudes de las naciones con el dulce reproche de María: ¿Qué habéis hecho con mi Hijo? Pero he aquí el Cordero de Dios que quita todos vuestros pecados. Hijos míos, venid a mi, acompañadme en mi soledad y oremos agradecidos porque El nos ha salvado.

El Redentor ha muerto, pero la Corredentora vive con nosotros y nos acoge en su soledad en dulce espera de la Resurrección. Ella es quizá la única que cree firmemente que su Hijo resucitará para que todos podamos resucitar a la vida nueva en la Pascuas. No abandonemos a María en su soledad, porque así seremos los primeros en ver al Resucitado, porque es cierto que su primera visita, después de haber descendido a los infiernos, será para su Madre Santísima y amadísima.

Permanezcamos Junto a María, la creyente, la única que no perdió su fe en su Hijo, la que no dudó nunca. Así nuestra fe participará de su fe y nuestra firmeza estará construida sobre la roca de la fe de María.

(Pide fervorosamente lo que necesitas para permanecer firme en la fe, en la esperanza y en la caridad. Luego pide por tu intención no olvidándote añadir: No se haga lo que yo quiero sino lo que quieras tú)

DIA TERCERO
REFLEXION María, Madre Nuestra
I
Ya no le queda sangre al Divino Redentor. Los azotes, las espinas, el mal trato de los sayones, los clavos, la cruz han acabado por agotar el fluido vital de su sangre, a punto está de expirar, de entregar su espíritu al Padre. Y acompañando al moribundo está su Madre afligida y dolorosa que con San Juan y las piadosas mujeres esperan el último suspiro.

En esta espera fue cuando Jesús abrió sus labios para entregarnos testamentariamente a su Madre como Madre nuestra y a nosotros como hijos a su propia Madre: "Mujer he ahí a tu hijo" y luego mirándonos a nosotros: "He ahí a tu Madre". ¡Qué intercambio tan doloroso para María! En vez de su Hijo tiene que recibir una multitud de miserables pecadores, de hombres inconstantes que hoy dicen sí y mañana no. En vez del sumo y único Sacerdote unos delegados de este sacerdote, hombres tan frágiles y miserables como todos. En vez del Hijo de Dios unos hombres de los cuales jamás puede fiarse.

II
Desde aquél momento la humanidad redimida ha recibido la dulce herencia de una Madre, madre entre las madres. Ya podrán intentar multitudes de hermanos separados rechazar esta herencia, María seguirá y será siempre la Madre de todos los hombres. Esta herencia está grabada en lo más profundo de nuestro ser. Hemos visto a una multitud de luteranos que han sentido añoranza de la madre. Y tarde o temprano encuentran de nuevo el camino hacia la Madre y con ello el camino a su Iglesia

Jesús y María se quedaron con los sufrimientos que merecen nuestros pecados, para que nosotros, libres de toda culpa, podamos alabar y bendecir al Señor, para que libres de todo pecado, podamos volar junto a Dios sin temor ni miedo, sino con amor. Amor inmerecido, pero amor que se inicia en Dios: "En esto consiste el amor de Dios en que El nos ha amado primero", nos dice San Juan en su primera Carta.

Redentor y Corredentora se desposaron en la cruz, se hicieron uno para que sus sufrimientos fueran como un solo sufrimiento intercesor ante el Padre. El y Ella llama perpetua de amor por el desamor de los hombres. Llama eterna que desparrama su luz sobre los hombres y nos permite encender en ella nuestra llama de amor para que como ella se convierta en eterna.

Además Jesús nos enseña que también para él cuentan los Mandamientos de Dios. Va a morir, pero provee quien cuide de su Madre. El cuarto Mandamiento también es para nosotros y como Jesús tenemos que proveer por nuestros padres. Un cristiano salvo justificadas excepciones no puede echar a sus padres en una Residencia por cara y perfecta que sea. Tus padres necesitan de tu cariño y del cariño de sus nietos. No puedo quitarme la cruz del sufrimiento a la ligera.

Ellos llevaron la cruz de nuestra educación y formación y ahora nos toca a nosotros llevar la cruz de su ancianidad con la alegría que supone el amor semejante al de Jesús. El murió por amor.

(Pídase fervorosamente la gracia del amor filial y por la intención de esta Novena añadiendo la súplica: mas no se haga mi voluntad sino la tuya...


DIA CUARTO
REFLEXION La llaga del costado
I
"Como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado -porque aquél sábado era muy solemne- los judíos rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él. Pero al llegar a Jesús, como le hallaron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua... Y todo esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: No le quebrarán hueso alguno. Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron." (Jn. 19,31-37)

II
Con esto acabaron los dolores del Hijo, pero acrecientan los dolores de la Madre. Antes sufría con El. Ahora, muerto El, entra en el dolor de la soledad. Un martirio reemplaza a otro martirio. Llorabas con Jesús, sufrías con El en la Cruz. Ahora sufres el dolor de su pérdida, de su muerte. Primero martirio con El, ahora martirio en la soledad. Antes Redentor y Corredentora unidos en el dolor, ahora Corredentora sola por la ausencia de El. Viendo la lanzada, la sangre y el agua que le quedaba en sus venas derramada, se rompe en dolor tu corazón oh dulce y dolorosa Madre.

El corazón de tu Hijo abierto por la lanza y por el amor a los hombres: "He aquí el corazón que tanto os ha amado", dirá a Santa Margarita María de Alacoque. Y al ver este Corazón se nos abre la esperanza y la confianza, ¡Sagrado Corazón de Jesús, en vos confio!

Esta abertura en tu costado es la puerta del cielo, es nuestro refugio: "Venid a mi todos los que estáis agobiados que yo os aliviaré", nos has dicho tú mismo, Señor. Déjame, Señor, entrar por esta puerta y apodérate de mi corazón inquieto e inconstante. Enséñame a amar como Tú me amas y me has amado, embriágame en tu amor y, con el agua de tu costado, lávame de todo lo que me aparta y me separa de ti. Renueva en mí el bautismo y haz que viva como verdadero hijo de tu Padre.

María, como Paloma que gime en los agujeros de la peña viva, gime en el costado abierto de Jesús. Llora por nuestros pecados y pide piedad y misericordia por ti y por mi.

Con María en el costado de Jesús podemos decirle: ¡María, transfórmame en Jesús!

(Pídase el don y la gracia que se quiere obtener)

DIA QUINTO
REFLEXION El descendimiento de la Cruz

Atardecía sobre Jerusalén, el cuerpo de Jesús permanecía en la Cruz. Todavía nadie había venido a descenderlo. María y las piadosas mujeres junto con el discípulo Juan no podían hacer nada. Por ser cuerpo de condenado habían perdido todo derecho a bajarlo y enterrarlo. Sólo la autoridad civil y religiosa tenía derecho sobre él.

Entonces: "Ya al atardecer, como era el día de la Preparación, es decir, la víspera del sábado, vino José de Arimatea, miembro respetable del Consejo, es decir, del Sanedrín, que esperaba también el Reino de Dios, y tuvo la valentía de entrar donde Pilato y pedirle el cuerpo de Jesús. Se extrañó Pilato de que ya estuviese muerto. Informado por el Centurión, concedió el cuerpo a José quien comprando una sábana lo descolgó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro que estaba excavado en la roca." (Mc. 14,40-47)

Antes de sepultarlo María lo recibió en sus brazos. Lo recibieron aquellos brazos que tantas veces habían sostenido al Niño Dios, lo habían acariciado y lo habían abrazado.


II
Sentados a los pies de la "Soledad" contemplemos calladamente el inmenso dolor de María. Su boca no habla, pero sus ojos enrojecidos por las lágrimas dialogan con el cadáver de su Hijo. Hijo mío, qué horrible es el pecado que ha sido capaz de destrozarte. El pecado como horrible mazo tenía que haber golpeado al pecador, a los hombres pecadores, a los hijos que acabas de darme. Y tú recibiste todos los golpes, ni uno repercutió mortalmente en el hombre, todos estaban en ti, tú te habías hecho pecado y como tal recibías lo que los pecadores tenían que haber recibido.

Cuánto amor tienes a los hombres entre los cuales me cuento yo. Por ello, gracias Jesús amorosísimo, gracias Madre amorosísima. Competías en el amor hacia nosotros y tú y ella, los dos unidos, deseasteis nuestra salvación. Tenéis más ganas de salvarnos que nosotros de encontrar salvación. Tú nos amas a pesar de que nosotros no te amamos. "Tú permaneces fiel porque no puedes negarte a ti mismo". Siempre podemos confiar y esperar.

No queremos dejarte sola en tu soledad. Somos nosotros los que tendríamos que sentirnos solos, pero por tu amor y el amor de tu Hijo sentimos vuestra presencia. "Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos"

(Pídase la gracia y el don que confiamos obtener)

DIA SEXTO
REFLEXION La sepultura


Jesús, el Hijo de Dios, tomó la naturaleza humana con todas sus consecuencias. Ha entregado su vida en la cruz, ha muerto y su cuerpo humano como todo cuerpo humano tiene que ser sepultado antes de que se inicie la descomposición. Jesús, como uno de tantos, permite que su cuerpo sea sepultado con todos los ritos y costumbres de los judíos. Jesús ni después de muerto quiere ser diferente.


Pobre vino al mundo y pobre se ha ido. No tiene lugar donde ser sepultado, igual que cuando vino al mundo "no había para él lugar". José de Arimatea, que había vencido su respeto humano ante los judíos e interviene ante Pilato, obtiene la custodia del cuerpo de Jesús y lo sepulta en su propia sepultura, sepultura que no se había estrenado con nadie.

Antes de cubrir la cueva sepulcral María se despide de su Hijo transida de dolor. Como Madre de madres su dolor es más grande que todos los dolores de todas las madres. Sin embargo su dolor va acompañado de esperanza. Sabe que su hijo resucitará.

Los "sin esperanza" quieren cubrir algo que temen, temen, en vez de esperar: "Al otro día, el siguiente a la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato y le dijeron: Señor, recordamos que ese impostor dijo cuando aún vivía: A los tres días resucitaré. Manda, pues, que quede asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, lo roben y digan luego al pueblo: Resucitó de entre los muertos y la última impostura será peor que la primera. Pilato les dijo: Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como sabéis. Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia" (Mt. 27,62-66)

Mientras, María de la esperanza está triste, porque la muerte le ha arrebatado a su Hijo, pero espera con la esperanza más absoluta que su Hijo resucitará. La muerte, el absurdo para los ateos, es para todo cristiano una esperanza, una seguridad de vida. La muerte lleva su sello de dolor por la separación temporal del ser querido, pero se endulza con la esperanza de que todo pasará menos la eternidad y que la eternidad es para todos aquellos que saben esperar.
(Pídase la gracia y el favor que se anhela)

DIA SÉPTIMO
REFLEXION María vuelve del sepulcro

Después de sepultar a un ser querido, todo nos recuerda su paso por este mundo: las calles, el comercio, la casa y en ella cada una de las habitaciones. En el dolor nos gusta recordarlo y rememorar sus actividades.

El primer paso de María antes de regresar a su casa es acercarse al vecino montículo del Calvario y rememorar las últimas horas de su Hijo. "¿Quién subirá al mote del Señor y quién permanecerá en su lugar santo?"


María recogería los instrumentos de dolor y salvación a la vez. Recogería los clavos, la corona de espinas y las cuerdas que lo habían atado y arrastrado hasta el monte santo. En ellos se encierra toda la riqueza de nuestra salvación. Por esto aún hoy en día son venerados más que piedras preciosas. Las piedras preciosas adornan los distintos templos de la cristiandad como signo y sello de nuestra salvación. "Pero Dios rico en misericordia por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo -por gracia habéis sido salvados- y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús"

Contemplemos a María y recitemos con ella:

LA CRUZ GLORIOSA DEL SEÑOR RESUCITADO ES EL ARBOL DE LA SALVACIÓN.
EN EL YO ME NUTRO, EN EL ME DELEITO, EN SUS RAICES CREZCO, EN SUS RAMAS YO ME EXTIENDO.


Nuestros vacíos espirituales no los podemos llenar con nuestra autocompasión refugiándonos en los placeres, en el dinero, en el poder. Sólo Jesús puede llenar nuestros vacíos. El y él crucificado da sentido a nuestro sufrimiento, a nuestra soledad, a nuestro vacío. "Señor, nos hiciste para ti, y nuestro corazón no descansará hasta que descanse en ti" (Confesiones de San Agustín).



DIA OCTAVO

REFLEXION Camino del Cenáculo


Besando la cruz y los instrumentos de la tortura vuelve sus pasos sobre Jerusalén. Cada esquina de sus callejuelas le recordarían a su Hijo, aquí y más allá huellas de sangre, huellas de la sangre derramada para la salvación del mundo. Con qué amor y respeto las miraría. Hoy donde asesinan a alguien por la violencia de la humanidad se adorna con flores y velas. María los adorna con sus lágrimas.


La gente que se cruza con ella la mira de soslayo. Es la madre del condenado a muerte, uno de los crucificados esta tarde. Nadie se acerca a ella, es cosa impura. La misma pureza tratada de impureza, de intocable. Así inicia la larga soledad la Virgen María. Todos huyen de ella, la dejan sola. Sólo las piadosas mujeres y Juan quedaron con ella llenos de temor. Y ¿tú dónde estás? También ¿tú has huido?



Madre, ¿a qué hemos reducido tu título de "Bienaventurada entre todas las generaciones"? Todo parece que hubiera sido un sueño, todo parece un fracaso. La misma vida de Jesús es en apariencia el gran fracaso. Igual que hoy. Las generaciones del mundo lo desprecian, lo niegan e incluso lo persiguen. Y se burlan o menosprecian a los que intentamos seguirlo. ¡Cuántos reniegan de él por cobardía, por no sufrir menosprecio y burla!



María de la Paloma, María de la Soledad a cuyos pies descansan serenos los restos mortales de Isabel Tintero, permite que te acompañemos, como ella te acompaña ahora, para siempre. Ella lo anheló y su anhelo aunque después de muchos años se vio cumplido. Que no tengamos que esperar tanto como esperaron sus restos mortales, para que nuestras almas descansen a tus pies desde ahora y luego para siempre en el cielo, donde confiamos poder participar de tu corte celestial formada desde hace tiempo por tus devotos.


(Pídase con fervor y confianza la gracia y el fruto de esta Novena)

DIA NOVENO

REFLEXION La Soledad en el Cenáculo

El Cenáculo está esperando a María en su soledad. El mismo lugar donde Jesús se entregó en forma de pan y vino a sus discípulos, a quienes dio poder de hacer lo mismo, es decir, convertir el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre del Señor. Hacerse Eucaristía fue hacerse soledad del Sagrario, días y horas está esperando a los que lo visitan. No tiene prisa, espera. Así María espera en medio de su soledad. Jesús vendrá, Jesús resucitará..

La sala de la fiesta pascual, de la cena pascual, se ha convertido en sala de la soledad. Ella y unas pocas mujeres velan esperando. Luego, todos se retiran a descansar, ella queda sola, ella queda llorando sola, pero en su dolor hay una lucecita de esperanza, la promesa de Jesús:"y resucitará al tercer día". María sabe esperar como nunca nadie ha esperado.

Ante la mente de María corre, como en una película, todo lo sucedido. Ella llora, ama y espera. Vive agradecida, no por su dolor, pero sí por su dolor sufrido con Jesús y convirtiendo su dolor en co redención de todos sus otros hijos, de la humanidad entera. El dolor no la destruye, y si bien llora es con gratitud y amor que llora. Dice: Yo fui salvada por mi Hijo siendo preservada de todo pecado y mis otros hijos son salvados en el perdón, en la misericordia, en la redención. El dolor de María es consolado por el bálsamo de la misericordia y del perdón de todos sus hijos pecadores. Todos llamados a la salvación.

Como en la noche de la Vigilia Pascual, esperemos con María a Jesús Resucitado, que muriendo destruyó nuestra muerte, resucitando restauró nuestra vida.

(Pídase fervorosamente la gracia y el favor que se desea)


ORACIÓN PARA PEDIR UN FELIZ ALUMBRAMIENTO
virgen querida de la paloma que por singular privilegio visteis con gozo en vuestros brazos, sin pasar por el dolor. el divino fruto de vuestro seno, mereciendo por
esto ser llamada "bendita entre todas las mujeres" ya que te has dignado bendecir mi vinculo conyugal haciendo fecundo mi matrimonio, concédeme que llevando con paciencia y con alegría, los trabajos de la fecundidad, prospere el fruto de mis entrañas y alcance la dicha de hacerse hijo tuyo en las aguas salvìficas del bautismo. Amén



NOVENA A SANTO CAYETANO DE THIENE
1480-1547



ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Omnipotente y sempiterno Dios, que hiciste que San Cayetano confiando en vuestra Providencia despreciara las cosas de la tierra y se viera enriquecido con abundantes bienes celestiales; concedednos que los que imploramos los efectos de vuestra admirable Providencia seamos socorridos en nuestras necesidades por su intercesión. Os lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Rezar a continuación la oración del día que corresponda:
DÍA PRIMERO: Glorioso San Cayetano, que tanto apreciasteis la práctica saludable de la oración, que vuestra vida fue una oración continua, y a este provechoso ejercicio dedicabais particularmente hasta ocho horas diarias; haced que estemos plenamente convencidos que todo se alcanza mediante la oración y nada se puede esperar sin ella y que todas nuestras oraciones vayan acompañadas de viva, fe, reverente atención, profunda humildad, filial confianza e inagotable perseverancia. Amén. Concluir con las oraciones finales.
DÍA SEGUNDO: Glorioso Protector mío San Cayetano, cuyo amor a Jesús Sacramentado animó vuestro celo a levantarle suntuosos templos, adornándolos con magnificencia, y a exhortar a los fieles a que recibieran frecuentemente y con piedad la Divina Eucaristía; alcanzadnos que por reverencie al Santísimo Sacramento estemos en el templo con piedad y modestia, y recibamos la Sagrada Comunión con mérito pera la vida eterna. Amén. Concluir con las oraciones finales.
DÍA TERCERO: Glorioso protector mío San Cayetano, cuya singular devoción a María os mereció su protección, particularmente en la hora de la muerte, en la que os dijo llena de dulzura: Cayetano, vente conmigo que mi hijo te espera; alcanzadnos de esta bondadosa Madre que la invoquemos en todos los instantes de nuestra vida y de este modo Ella nos asista ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Concluir con las oraciones finales.
DÍA CUARTO: Glorioso Protector mío San Cayetano que fuisteis acérrimo defensor de la Fe contra todos los embates de la herejía descubriendo con destreza el virus, emponzoñado del error; haced que apreciemos el don inestimable de la fe, sin la cual es imposible agradar a Dios, y rechacemos con prontitud y firmeza todas las sutilezas del error. Amén. Concluir con las oraciones finales.
DÍA QUINTO: Glorioso Protector mío San Cayetano, que tanto os distinguisteis en la virtud de la esperanza, que rechazaste los medios humanos que os ofrecían los poderosos de la tierra para el sustento de vuestras comunidades, esperándolo todo de la Providencia; alcanzadnos que vivamos con la inquebrantable esperanza de que Dios nos concederá por los méritos de su divino Hijo la vida eterna junto con los medios para conseguirla, y que nuestra confianza de alcanzar los bienes temporales no se vea jamás confundida Amén. Concluir con las oraciones finales.
DÍA SEXTO: Glorioso Protector mío San Cayetano cuya ardiente caridad dilató tanto vuestro pecho que de él salió vuestro corazón, agitando dos alas maravillosas, hacia el cielo y perseguisteis siempre a su enemigo mortal, el pecado; alcanzadnos que amemos a Dios de todo corazón y por Dios a nuestros prójimos. Amén. Concluir con las oraciones finales.
DÍA SÉPTIMO: Glorioso Protector, mío San Cayetano cuya profundísima humildad os hizo renunciar las dignidades pontificias y os reprochaba como un gran atrevimiento el haber recibido la dignidad sacerdotal; concedednos que no merezcamos por nuestra soberbia que Dios aparte su rostro de nosotros, sino que con nuestra sincera humildad atraigamos sobre nosotros sus misericordiosas miradas. Amén. Concluir con las oraciones finales.
DÍA OCTAVO: Glorioso Protector mío San Cayetano, que sufristeis con tanta paciencia toda vuestra vida, particularmente cuando el saqueo de Roma y fuisteis azotado y encarcelado por soldados inhumanos; alcanzadnos la gracia de sufrir pacientemente las adversidades de esta vida, para así labrarnos una gloriosa corona en el cielo. Amén. Concluir con las oraciones finales.
DÍA NOVENO: Glorioso Protector mío San Cayetano, cuya perfecta castidad mereció que la Virgen Madre depositara en vuestros brazos a su Divino Hijo y que vuestro cuerpo exhalara cierto aroma celestial; alcanzadnos que no manchemos nuestro corazón con el pecado impuro y que guardemos nuestra castidad con la mortificación cristiana. Amén. Concluir con las oraciones finales.

ORACIONES FINALES
Para alcanzar esta gracia y las demás que deseamos obtener por intercesión de San Cayetano, rezaremos tres Padrenuestros a la Santísima Trinidad. Después se dirá la oración final, compuesta por San Cayetano.
Oración compuesta por San Cayetano. "Mirad, oh Señor y Padre Santo, desde vuestro Santuario y lugar excelso donde habitáis en el cielo y fijad vuestra mirada en esta Hostia Santa que os ofrece nuestro gran Pontífice vuestro Hijo Santísimo y Señor nuestro Jesús por los pecados de sus hermanos, y perdonadnos nuestras muchas culpas. He aquí la voz de la sangre de nuestro Hermano Jesús que clame a Vos desde la Cruz. Escuchad, ¡oh Señor!, aplacaos, atended y enviad vuestro socorro; no lo retardéis, Dios mío, por vuestra gran bondad ya que vuestro nombre ha sido invocado sobre nosotros, sobre esta ciudad y sobre todo este pueblo y obrad con nosotros según vuestra misericordia".
Oh Dios!, Protector de los que en Vos confían sin cuyo poder y gracia nada existe de bueno y santo; derramad copiosamente sobre nosotros vuestra misericordia para que, a ejemplo de San Cayetano, usemos de tal modo de los bienes temporales que no perdamos los eternos de la gloria. Os lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo Amén.





NOVENA A SANTO DOMINGO SAVIO
1842-1857

DÍA PRIMERO: Santo Domingo Savio, que con fervor eucarístico extasiabas tu espíritu en la dulzura de la presencia real del Señor, obtennos también a nosotros tu fe y tu amor al Santo Sacramento, para que podamos adorarlo con fervor y recibirlo dignamente en la Santa Comunión. Gloria. Terminar con la oración final.
DÍA SEGUNDO: Santo Domingo Savio, que, por tu ternísima devoción a la Madre Inmaculada de Dios, le consagraste tu corazón inocente, rindiéndole culto con piedad filial, haz que también nosotros le seamos hijos devotos, para tenerla como Auxiliadora en los peligros de la vida y en la hora de la muerte. Gloria. Terminar con la oración final.

DÍA TERCERO: Santo Domingo Savio, que por tu heroico propósito "Antes morir que pecar" conservaste intacta la pureza angélica, obtennos también a nosotros la gracia de imitarte en la huida de las ocasiones de pecar, para guardar siempre esta hermosa virtud. Gloria. Terminar con la oración final.

DÍA CUARTO: Santo Domingo Savio, que, para gloria de Dios y salvación de las almas, superando todo respeto humano, te empeñaste en un santo apostolado para combatir la blasfemia y la ofensa a Dios, ayúdanos también a nosotros a vencer el respeto humano. Gloria. Terminar con la oración final.

DÍA QUINTO: Santo Domingo Savio, que, estimando el valor de la mortificación cristiana, supiste formar en el bien tu voluntad, ayúdanos a dominar nuestras pasiones y a soportar las privaciones y dificultades de la vida, por amor de Dios. Gloria. Terminar con la oración final.

DÍA SEXTO: Santo Domingo Savio, tu que alcanzaste la perfección de la educación cristiana mediante una sumisa obediencia a tus padres y educadores, haz que también nosotros correspondamos a la gracia de Dios y seamos siempre fieles al magisterio de la Iglesia Católica. Gloria. Terminar con la oración final.

DÍA SÉPTIMO: Santo Domingo Savio, apóstol entre tus compañeros, tu que deseaste el retorno a la Iglesia de los herejes y perdidos, obtennos también a nosotros tu espíritu misionero y haznos apóstoles en nuestro ambiente y en el mundo. Gloria. Terminar con la oración final.

DÍA OCTAVO: Santo Domingo Savio, que en el heroico cumplimiento de todos tus deberes fuiste modelo de laboriosidad incansable santificada por la oración, concédenos también a nosotros que, en la observancia de nuestros deberes, nos empeñemos en vivir una vida de piedad ejemplar. Gloria. Terminar con la oración final.

DÍA NOVENO: Santo Domingo Savio, que con tu firme propósito "Quiero hacerme santo" en la escuela de Don Bosco conseguiste en la juventud el esplendor de la santidad, obtén también para nosotros la perseverancia en los buenos propósitos para hacer de nuestra alma el templo vivo del Espíritu Santo y merecer un día la eterna bienaventuranza en el cielo. Gloria. Terminar con la oración final.

ORACIÓN FINAL (para todos los días)

Oh Dios, que en Santo Domingo has dado a los adolescentes un modelo admirable de piedad y de pureza, concede propicio que por su intercesión y ejemplo podamos servirte con cuerpo casto y corazón puro. Por Nuestro Señor Jesucristo.

Angélico Domingo Savio, que en la escuela de San Juan Bosco comenzaste a recorrer el camino de la santidad juvenil, ayúdanos a imitar tu amor a Jesús, tu devoción a María y tu celo por las almas, y haz que proponiendo también nosotros "antes morir que pecar", obtengamos la salvación eterna. Amén.




NOVENA A SANTO PEDRO DE ALCÁNTARA
1499-1562

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Dios y Señor nuestro, que nos dais, en vuestros santos, admirables ejemplos de virtudes, y que, en el bienaventurado San Pedro de Alcántara, nos presentáis un modelo acabado de oración, de humildad, de penitencia y de caridad ardiente: haced que copiemos, en nuestro corazón, tan eximias virtudes, y que sólo en la cruz y en la mortificación, que son llaves del Cielo, pongamos, como San Pedro, nuestras mayores complacencias. Amén.
Rezar a continuación la oración del día que corresponda:

DÍA PRIMERO
Glorioso San Pedro de Alcántara, que, sintiendo, en tu alma, un hambre grande de Cielo, supiste renunciar a todas las riquezas y goces del mundo: danos fuerza y decisión para apartar de nosotros cuanto impide nuestra futura salvación. Amén.
Concluir con las oraciones finales.

DÍA SEGUNDO Admirable San Pedro de Alcántara, que, esforzándote día tras día, fuiste labrando, en tu alma, la efigie de una gran santidad: enséñanos a ser verdaderos santos, llevando una vida fervorosa y sin mancha. Amén. Concluir con las oraciones finales. DÍA TERCERO Penitentísimo San Pedro de Alcántara, tú, que tuviste siempre la convicción de que, sin mortificación, nadie se ve libre de pecados; esfuerza nuestro ánimo, para que sepamos imitar tus rigores y penitencias. Amén. Concluir con las oraciones finales.DÍA CUARTO Piadosísimo San Pedro de Alcántara, cuyos fervores en la oración te arrastraron cientos de veces al éxtasis y a los arrobamientos: calienta nuestra alma en tu fervor y ayúdanos en la sequedad. Amén.Concluir con las oraciones finales.

DÍA QUINTO Caritativo San Pedro de Alcántara, tan solicito siempre por las necesidades de cuerpo y alma de tus prójimos; haznos ver que, sin caridad, no seremos discípulos de Cristo ni podremos entrar en el Cielo. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
DÍA SEXTO Preclaro bienhechor, San Pedro de Alcántara, que acometiste la gran Reforma de la Orden franciscana comenzando por reformar a fondo la propia vida: haz que examinemos nuestra conciencia, para comenzar allí la reforma que ansiamos ver en el mundo. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
DÍA SÉPTIMO Fervoroso San Pedro de Alcántara, que entraste de franciscano en un convento puesto bajo el patrocinio de la Santa Madre de Dios, y designaste con títulos marianos los conventos por ti fundados: contágianos tu filial y decisivo amor a la Virgen, nuestra Madre. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
DÍA OCTAVO Esforzado amador de la Santa Cruz, San Pedro de Alcántara, que supiste clavarte en ella cada día de tu vida: haz que perdamos el miedo a la cruz, y descubramos, en nuestros dolores, las astillas de esa cruz que besamos con devoción. Amén.
Concluir con las oraciones finales.

DÍA NOVENO Bendito San Pedro de Alcántara, hijo insigne le la Madre Iglesia, y hoy florón y gloria de la cristiandad universal: infunde en nosotros un vivo y práctico amor a la Iglesia de Jesucristo, arca de nuestra salvación. Amén.

Concluir con las oraciones finales.


ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS
Rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Pídase la gracia que se desea alcanzar con la novena. Concluir con el responsorio y la oración final.
Responsorio. Soberano Redentor, / a quien Pedro sirvió fiel / todo el tiempo de su vida, de modo que detenida / fue vuestra ira por él: / Haced, Dios mío, el favor de que sea concedida / nuestra súplica rendida por su mérito y tu amor. / Pues a Teresa, Señor, disteis palabra cumplida / de que, el que en su nombre pida, os tendría por deudor: / Haced, Dios mío, el favor de que sea concedida / nuestra súplica rendida / por su mérito y tu amor. / Rogad, Pedro, por nosotros a la divina Bondad, para que así consigamos su soberana Piedad. Amén.
Oración final. Omnipotente y sempiterno Dios, que, por tus santos, te dignas obrar siempre maravillas: te rogamos humildemente que, así como has prometido escuchar, misericordioso, los ruegos de los que te imploren por medio de San Pedro de Alcántara, así atiendas ahora, por los méritos del mismo, las súplicas que te hacemos, y derrames, sobre nosotros, el saludable rocío de tu bendición, para que, libres de todo mal, merezcamos llegar felizmente al puerto de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


NOVENA A SANTOS EN GENERAL
NOVENA A UN SANTO


"Los santos habiendo llegado a la patria celestial y estando en presencia del Señor, no cesan de interceder por El, con El y en El a favor nuestro ante el Padre, ofreciéndole los méritos que en la tierra consiguieron por el Mediador único entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, como fruto de haber servido al Señor en todas las cosas y de haber completado en su carne lo que falta a los padecimientos de Cristo en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia. Su fraterna solicitud contribuye, pues, mucho a remediar nuestra debilidad" Lumen Gentium, 49
Por la señal de la santa Cruz...
Acto de contrición.
ORACIÓN AL SANTO(A)
EN CUYO HONOR SE HACE LA NOVENA
Glorioso(a) San(ta) ..., a vos acudimos, llenos de confianza en vuestra intercesión. Nos sentimos atraídos a vos con una especial devoción y sabemos que nuestras súplicas serán más agradables a Dios nuestro Señor, si vos, que tan amado sois de Él, se las presentáis. Vuestra caridad, reflejo admirable de la de Dios, os inclina a socorrer toda miseria, a consolar toda pena y a complacer todo deseo y necesidad, si ello ha de ser provechoso para nuestra alma. Mirad, pues, nuestras miserias y penas, nuestros trabajos y necesidades, nuestros buenos deseos, y alcanzadnos que aseguremos cada día más nuestra eterna salvación con la práctica de las buenas obras y la imitación de vuestras virtudes. Y, en particular, os pedimos que nos alcancéis de Dios la gracia especial que, por esta devota novena, esperamos confiadamente conseguir. Así sea.
(Ahora se pide la gracia especial que, mediante la Novena, se desea obtener).

ORACIÓN A DIOS NUESTRO SEÑOR
Oh Dios, Vos habéis querido esparcir de una manera maravillosa, por toda la creación, reflejos de vuestra belleza increada y de vuestra omnipotencia infinita, y habéis creado al hombre para que fuese una imagen viviente de Vos, en la cual pudieseis complaceros; tan grande es vuestra bondad y complacencia con las almas que os aman de corazón y se os entregan totalmente como lo hacen vuestros santos, a los que llegáis a hacer partícipes de vuestro poder, haciendo que obren prodigios y milagros. Nosotros os suplicamos hoy, ya que por nuestros méritos no merecemos ser atendidos, que queráis escucharnos por vuestra bondad y por el valimiento de vuestro Santo(a) glorioso(a), y que nos concedáis las gracias que por su mediación os pedimos en esta novena. Y ahora, confiados en vuestra bondad infinita, nos atrevemos a insistir en nuestras súplicas, mientras, postrados, con el mayor respeto y con todo el afecto de nuestro corazón, dirigimos las siguientes súplicas a la Santísima Trinidad:
• Oh Padre Eterno, que quisisteis manifestar vuestra omnipotencia en los Santos por sus prodigios y virtudes y por su fortaleza en el empleo de su vida en vuestro servicio: haced que nosotros sepamos vencer con constancia todas las tentaciones y que jamás, durante nuestra vida, nos aleje de Vos el pecado.


Padrenuestro, Avemaría, y Gloria.
• Oh Hijo Unigénito, que quisisteis manifestar vuestra sabiduría infinita en los Santos, comunicándoles vuestras inspiraciones y vuestra luz, para penetrar las verdades divinas y vivir vida de fe; haced que nosotros, con vuestra gracia y auxilio, practiquemos todas las virtudes y crezcamos cada día en santidad y perfección.


Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
• Oh Espíritu Santo, que quisisteis manifestar la unción de vuestro amor en los Santos, derramando sobre su alma vuestros dones y vuestros frutos, e inflamándolos en celo y caridad: haced que sepamos amaros, ¡oh Dios de amor!, sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos, sin faltar jamás por nada a la caridad.


Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

ORACIÓN FINAL
Oh Dios de Bondad infinita. Vos habéis querido que vuestros Santos sean, para nosotros no sólo poderosos intercesores, sino algo más: que sean nuestros modelos. De sus virtudes la que más hemos de imitar es la del puro amor y unión perfecta de voluntad con Vos, nuestro Dios y Señor. Esta virtud es la que más nos une a Vos y la que nos hace más santos. Sea, pues, nuestra pobre ofrenda este deseo y resolución que nuevamente hacemos ahora de unir de tal manera nuestra voluntad con la vuestra, que jamás queramos otra cosa que lo que Vos queráis, y que resueltamente dejemos de hacer lo que conozcamos estar fuera de vuestra divina y paternal voluntad. Hechas con este espíritu, nuestras oraciones os serán más agradables, y conformándonos de antemano con todo lo que Vos queráis de nosotros, estamos más seguros de obtener lo que os hemos pedido.

V. Los Santos vivirán eternamente.
R. Y su premio está en el Señor.

Hacednos la gracia, ¡oh Señor!, os lo suplicamos, que por intercesión de San(ta) ..., cuyas virtudes veneramos aquí en la tierra, seamos un día, contados juntamente con él/ella en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo Amén.



LETANIA LARGA A SANTOS EN GENERAL


"Por el hecho de que los del cielo están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más firmemente a toda la Iglesia en la santidad...no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra... Su solicitud fraterna ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad" Lumen Gentium, 49

-Señor ten piedad de nosotros
-Cristo ten piedad de nosotros,
-Señor ten piedad de nosotros,
-Cristo óyenos
-Cristo escúchanos,
-Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
-Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
-Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
-Trinidad santa un solo Dios, ten piedad de nosotros, Se repite
-Santa María,
-Santa Madre de Dios,
-Santa Virgen de las vírgenes,
-San Miguel,
-San Gabriel,
-San Rafael, Ruega por nosotros.
-Todos los santos ángeles y arcángeles,
-Todos los santos coros de los espíritus bienaventurados Rogad por nosotros.
-San Juan Bautista,
-San José, Ruega por nosotros.
-Todos los santos patriarcas y profetas, Rogad por nosotros.
-San Pedro,
-San Pablo,
-San Andrés,
-San Juan,
-Santo Tomás,
-Santiago,
-San Felipe,
-San Bartolomé,
-San Mateo,
-San Simón,
-San Tadeo,
-San Matías,
-San Bernabé,
-San Lucas,
-San Marcos, Ruega por nosotros.
-Todos los Santos apóstoles y evangelistas,
-Todos los Santos discípulos del Señor,
-Todos los Santos inocentes, Rogad por nosotros.
-San Esteban,
-San Lorenzo,
-San Vicente, Ruega por nosotros.
-San Fabián y San Sebastián,
-San Juan y San Pablo,
-San Cosme y San Damián,
-San Gervasio y San Protasio,
-Todos los santos mártires, Rogad por nosotros.
-San Silvestre,
-San Gregorio,
-San Ambrosio,
-San Agustín,
-San Jerónimo,
-San Martín,
-San Nicolás, Ruega por nosotros.
-Todos los santos obispos y confesores,
-Todos los santos doctores, Rogad por nosotros.
-San Antonio,
-San Benito,
-San Bernardo,
-Santo Domingo,
-San Francisco, Ruega por nosotros.
-Todos los santos sacerdotes y levitas,
-Todos los santos monjes y ermitaños, Rogad por nosotros.
-Santa María Magdalena,
-Santa Agueda,
-Santa Lucía,
-Santa Inés,
-Santa Cecilia,
-Santa Catalina,
-Santa Anastasia, Ruega por nosotros.
-Todas las santas vírgenes y viudas, Rogad por nosotros.
-Todos los Santos y santas de Dios, Interceded por nosotros.
-Muéstratenos propicio, Perdónanos, Señor.
-Muéstratenos propicio, Escúchanos, Señor.
-De todo mal,
-De todo pecado,
-De tu ira,
-De la muerte súbita e imprevista,
-De las asechanzas del demonio,
-De la cólera, del odio y de toda mala intención,
-Del espíritu de fornicación,
-Del rayo y de la tempestad,
-Del azote de los terremotos,
-De la peste, del hambre y de la guerra,
-De la muerte eterna,
-Por el misterio de tu santa encarnación,
-Por tu venida,
-Por tu natividad,
-Por tu bautismo y santo ayuno,
-Por tu cruz y tu pasión,
-Por tu muerte y sepultura,
-Por tu santa resurrección,
-Por tu admirable ascensión,
-Por la venida del Espíritu Santo, nuestro Consolador,
-En el día del juicio,
Líbranos, Señor.
Nosotros, pecadores, te rogamos
- que nos oigas,
- que nos perdones,
- que nos seas indulgente,
-que te dignes conducirnos a verdadera penitencia,
- que te dignes regir y gobernar tu santa Iglesia,
- que te dignes conservar en tu santa religión al Sumo Pontífice y a todos los órdenes de la jerarquía eclesiástica,
- que te dignes abatir a los enemigos de la santa Iglesia,
- que te dignes conceder a los reyes y príncipes cristianos la paz y la verdadera concordia,
- que te dignes conceder la paz y la unión a todo el pueblo cristiano,
- que te dignes devolver a la unidad de la Iglesia a los que viven en el error, y traer a la luz del Evangelio a todos los infieles,
- que te dignes fortalecernos y conservarnos en tu santo servicio,
- que levantes nuestro espíritu al deseo de las cosas celestiales,
- que concedas a todos nuestros bienhechores la recompensa de los bienes eternos,
- que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos, parientes y bienhechores, de la condenación eterna,
- que te dignes damos y conservar las cosechas de la tierra,
- que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
- que te dignes escucharnos, Hijo de Dios.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.
-Cristo, óyenos,
-Cristo, escúchanos,
-Cristo, ten piedad de nosotros,
-Señor, ten piedad de nosotros, Se repite.
Concluir con un Padrenuestro.

 
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