novenas - NOVENAS GRUPO 41
 

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CONCLUSIONES

Novena de Santa Isabel,
San Juan Bautista



Te rezamos Santísima Trinidad los que estamos afligidos por las penas de las vida, de la enfermedad que ya es difícil sostenerla, de los sufrimientos que se van sumando día a día. Pero como creemos y tenemos fe, Miramos hacia Isabel, la que no podía concebir y que jamás perdió la esperanza.


Esta novena es para los necesitados de cuerpo, y de alma, para todos nosotros. Todos los que en algún momento de nuestra vida necesitamos un milagro y tenemos fe en pedirlo y amor en aceptar la voluntad de Dios.



DIA PRIMERO.

EL SILENCIO DE ZACARÍAS... Zacarías esposo de Isabel, bajo de las montañas a Jerusalén, como cada año que le tocaba guardar el templo. Allí,, como siempre, muchos le preguntaron por su descendencia. El, entristecido les dijo que el vientre de Isabel estaba seco. Después, se preparó y entró al templo... El la amaba tanto que sonreía cada vez que Isabel le prometía un varón para su estirpe, pero no creía en ello.


SEÑOR QUE LA INCREDULIDAD NO NOS CIEGUE JAMÁS EL ALMA.



DIA SEGUNDO

REVELACIÓN DE ZACARÍAS EN EL TEMPLO. Andaba algo distraído Zacarías, encendiendo antorchas, echando incienso, y arrodillándose ante el altar... Cuando escuchó, o creyó oír una voz que desde su interior le decía: Tu mujer, Isabel esta encinta y concebirá un hijo, le pondrás por nombre Juan y será llamado el precursor, el que allanará los caminos de mi Hijo.


Esa voz, que no procedía de ninguna parte le turbó en demasiado, además eso era imposible, si se hallaba casi en la ancianidad y ya no era fértil. “No, se dijo a sí mismo, son imaginaciones mías, es el ayuno.” Entonces, El Señor, viendo la tozudez de su siervo le dijo de nuevo: “ No solo se cumplirán mis palabras sino que hasta entonces tu quedarás mudo.”. Así fue, Zacarías, dejó el templo sin hablar con nadie y partió temeroso de haber ofendido al Señor.


Lo imposible se muestra a nuestros ojos con gran facilidad, pero...LA VOLUNTAD DEL SEÑOR TODO LO PUEDE.
DIA TERCERO.

ZACARÍAS VUELVE A CASA. Con qué algarabía le recibieron sus vecinos, era un honor el que bajase uno de sus varones a servir al templo, además esperaban escuchar noticias de Jerusalén. Zacarías, se abrazó a su esposa, y puso la mano en su vientre. Isabel sonrió. Pero no quedó ahí, la aldea en plena intentaba entrar en la humilde casa y saber, escuchar a Zacarías, pero este no podía hablar. Ante la insistencia, pidió un madero y un poco de yeso para escribir. “algo grande ha ocurrido, en el Templo me habló el Señor y mi esposa me dará un varón”.

Incrédulos unos pensaron que quizás el sol del camino le había hecho daño en la cabeza, otros, fervorosos se tumbaron al suelo dando gracias a Dios por el milagro. Uno preguntó: ¿es que no puedes hablar?. No. Al pronto otros alzando la voz gritaban se llamará Zacarías y será siervo bendito del Señor como su padre. !Rápidamente, pidió de nuevo la tablilla!. “ se llamará Juan.”. ¿Juan, entonces, muchos que no entendían el agravio a la tradición, empezaron a marcharse, otros les felicitaron. Al fin Zacarías e Isabel se quedaron solos.

Grande es mi Señor que en mi ancianidad me dio la gracia de la preñez. !Qué Milagro más grande en esta sierva que nada merecía. Sí, se llamará JUAN.


DIA CUARTO

MARIA VISITA A SU PRIMA ISABEL… En cuánto Isabel vio a María de lejos subida en el borriquillo, Juan desde su vientre se movió, arrodillándose casi, ante la presencia de su Señor. Isabel salió corriendo al encuentro de su prima y dijo. “ A qué a mí que venga a verme la madre de mi Salvador, mi hijo se revolvió en el vientre en cuanto lo supo!. Después: abrazos, mutua ayuda, complicidades, oración, Isabel ya de seis meses, necesitaba mucha ayuda. María estuvo allí orando día y noche por ella, rezando y protegiéndola.

MARÍA PROTÉGENOS A NOSOTROS QUE AHORA NECESITAMOS TANTO DE TUS CUIDADOS Y CONSEJOS.


DIA QUINTO

NACIMIENTO DE JUAN… Ya María ayudó a alumbrar al niño bendito, precursor del que iba a venir. Zacarías al ver al niño, se le soltó la lengua y dijo JUAN, se LLAMARA JUAN, y el pueblo descreído volvió a creer y a ensalzar y alabar con cánticos al Señor que todo lo puede. María, besó a su prima y volvió a Nazaret. Los milagros están ahí, tan cerca que si los tocas ni las ves, pero existen.

DIA SEXTO.

EL NIÑO JUAN CRECE… Le gustaba aislarse, no jugaba demasiado con los otros niños, pero siempre estaba atento a las enseñanzas de Zacarías, su padre. A escondidas, desde bien niño, se acercaba al desierto dónde le gustaba ver a las lagartijas y sentarse al mirar la arena que se deshacía entre sus dedos. Por aquel tiempo, unos soldados llegaron en medio de la tarde y pasaron a cuchillo a todos los niños menores de 3 o 4 años. Isabel avisada por un ángel, marchó presurosa al desierto y permaneció allí varios días. Fue cuando Juan le dijo a su madre que muchas veces jugaba con otro niño un poco menor que el, no sabía su nombre pero jugaban y se detenían para rezar y comer pan y queso.


CUANDO PARECE QUE TODO ESTA SOLUCIONADO, LLEGA EL MAL Y HACE ESTRAGOS, PERO, LA CALMA, LA ORACIÓN, LA VIDA DE CADA DÍA HA DE SEGUIR, JAMÁS PERDAMOS LA CONFIANZA.


DIA SÉPTIMO

ISABEL Y ZACARÍAS DEJAN PARTIR A JUAN AL DESIERTO POR ULTIMA VEZ… Ya no le volverán a ver. La caña que mece el viento empieza su camino de curación. Desde entonces se dedicará a crecer por dentro, a ganar fuerzas para la lucha que le espera. El que no merece ni atar las sandalias a su Señor, un día le bautizará en agua del Jordán


APROVECHEMOS LAS ESPERAS PARA INTERIORIZAR, PARA CRECER POR DENTRO, PARA PEDIR, PERO TAMBIÉN PARA ACEPTAR.


DIA OCTAVO

JUAN BAJA POR LOS CAMINOS CLAMANDO POR EL QUE HA DE VENIR… Juan, predica, tiene discípulos, pero no tiene nada, el no es nada, y se siente merecido para eso, para ser el último. Así que espera y camina a la vez. Confía. CONFÍA. ESA CONFIANZA ES LA QUE NOS LLEVARA A VIVIR EN DIOS A ACEPTAR SU VOLUNTAD, A CURARNOS, A APRENDER, A CRECER, A LLENARNOS DE EL.


DIA NOVENO

JUAN BAUTIZA A JESUCRISTO… Y llega el día por todos esperado, el día en que todos queremos se cumpla lo deseado. La voluntad de Dios. También Jesús. El se acerca humilde, en su sitio de la fila, cuando dispongan que ha de ser, y se desnuda, se entrega y confía. Juan levanta el rostro y exclama ”Yo, que ni siquiera puedo soltarte las ataduras de tu sandalia, quieres que te bautice, en agua, yo, que nada soy, yo...” “ Haz lo que Dios espera”., arrodillado ante Juan Jesús recibe el agua de Jordán, y los cielos se abren para resonar como un trueno “ESTE ES MI HIJO AMADO”. EL ESPÍRITU SANTO VUELA SOBRE EL Y SE POSA EN SU FRENTE.

LLEGA EL MOMENTO DE QUE SE CUMPLA LA VOLUNTAD EN NOSOTROS, QUE SEPAMOS HUMILDES ACATAR CON FE LO QUE HAYA DE VENIR PARA NOSOTROS. Y CON FE ESPERÉMOSLO TODO. ISABEL TUVO FE, TU TAMBIÉN.




NOVENA A SANTA ROSA DE LIMA,
PATRONA DEL PERU, LAS INDIAS Y FILIPINAS




Hoy comienza la novena de preparación a la festividad de Santa Rosa de Lima, celestial patrona del Perú, América y Filipinas. Ofrecemos la vida extraordinaria de esta virgen limeña, que fue la primera flor de santidad que dio el vergel del Nuevo Mundo sembrado por España con las semillas de nuestra santa religión católica. También publicamos su novena y unas letanías para uso privado consistentes en 31 invocaciones en memoria de los 31 años que vivió sobre la Tierra.


Isabel Flores de Oliva nació el 30 de abril de 1586, en la festividad de santa Catalina de Siena, a la que profesaría a lo largo de su vida una gran devoción. Fueron sus padres el capitán de arcabuceros Gaspar Flores, natural de Puerto Rico e hijo de españoles “cristianos viejos”, y la limeña María de Oliva, también criolla o acaso con algún grado de mestizaje. Era la cuarta de los diez vástagos del matrimonio que sobrevivieron a la infancia (otros tres nacieron muertos o murieron muy pequeños). Se la bautizó con el nombre de su abuela Isabel de Herrera, pero pronto se la comenzó a llamar Rosa por haberla visto en la cuna las que la cuidaban con el rostro bellísimo y encarnado como esta flor.

Era una niña muy hermosa y de rubios cabellos, de los cuales se preciaba y que cuidaba con esmero. Cuando tenía cinco años, jugando con su hermano Hernando, éste se los ensució, lo cual provocó el enojo de Rosa, que se oyó decir: “Si te preocupas por tus cabellos, que sepas que por ellos van muchas almas al infierno”. Estas palabras resonaron en su alma como un trueno y desde entonces formó la resolución de apartarse de las vanidades del mundo y de hacer vida de penitencia, formulando voto de perpetua virginidad. Ayudaba en las labores domésticas a su madre y a las criadas, pues la situación económica del hogar de los Flores de Oliva era más bien modesta. Vivían en una casa grande con huerto, a espaldas del hospital del Espíritu Santo “para mareantes” y con fachada que daba al río Rímac.

Rosa había sido instruida en el catecismo por su abuela Isabel y tuvo el ejemplo próximo de su hermana Bernardina, cinco años mayor que ella y joven de extraordinaria piedad. Estas dos mujeres influyeron decisivamente en su formación y a ambas las perdería en su juventud. Era muy fervorosa y aprendió a rezar por medio de jaculatorias que podía repetir día y noche, incluso cuando se hallaba enfrascada en la costura, en la que era muy hábil. Su invocación preferida -y que ella misma compuso- era: "Jesús sea bendito y sea con mi alma. Amén" y la interiorizó de tal modo que hasta durmiendo la decía. Siendo de siete años decidió que en adelante la llamasen sólo Rosa como quería su madre, al cual nombre añadió el apelativo de Santa María. Cuando tuvo 10 años hizo voto de ayunar a pan y agua todos los miércoles, viernes y sábados, días tradicionales de penitencia.

En 1596, su padre dejó la plaza de arcabucero y aceptó la administración de un obraje en el poblado indígena de Quives, en la serranía de Lima, camino de Canta. Allí se trasladó por cuatro años con toda su familia. En febrero de 1598 pasó por el lugar el santo arzobispo Toribio de Mogrovejo, en el curso de una de sus grandes visitas pastorales a su inmensa arquidiócesis limense, administrando el sacramento de la confirmación a los niños lugar, entre ellos a Rosa, que contaba casi doce años y que tomó entonces el nombre que le era tan querido de Rosa de Santa María. Tuvo por padrino al clérigo Francisco González, doctrinero de Quives. Fue poco después de este episodio cuando murió su amada hermana Bernardina, que había sido confirmada con ella, siendo enterrada en el pueblo. También fue por esta época cuando, entregada a la oración mental, descubrió la oración de unión, entrando así Rosa en la vivencia mística que ya no la abandonaría nunca.

Volvió a Lima convertida en lo que en la época se llamaba "doncella". A pesar de los ayunos y penitencias a los que se entregaba, conservaba una belleza que se hacía notar y comenzaron a acercarse los pretendientes, con la natural complacencia de su madre que la quería bien casada. Rosa era una joven hacendosa y diligente, con un gran sentido de la economía y una afición típicamente limeña a la cocina. Preparaba para los demás viandas apetitosas, de las que se privaba por espíritu de sacrificio. Pero no se sentía de ningún modo inclinada al matrimonio y tenía siempre presente el voto que de niña había hecho a Dios. Sus abstinencias y ayunos desesperaban a su progenitora, que la castigaba con dureza para apartarla de tales prácticas que juzgaba dañinas para su salud y poco propicias para hallar marido. Cuando le iban a presentar a algún muchacho, afeaba su rostro frotándoselo con guindillas o entumeciéndoselo mediante lavados con agua muy fría.

Tendía a la vida anacorética, por lo cual nunca salía de casa de sus padres para pasear o asistir a festejos, sino tan sólo para ir a misa y confesarse en la vecina iglesia de los Dominicos. Gozando de aposento propio con sus enseres, construyó dentro de él, con tabiques de madera, un cubículo estrecho al que llamaba su “celdita” y donde se recogía en oración. Su madre, al ver su comportamiento, acabó por comprender que Rosa era especial y diferente de las otras jóvenes. No es que estuviera loca, pero sí era rara, así que desistió de su porfía por que conociera y tratara a varones que pudieran desposarla y la dejó hacer, aunque siempre controlando que no se pasase en sus penitencias, que fueron muchas. Quería vivir como religiosa y quiso vestir el hábito de las clarisas, que llevó desde 1603 hasta que tomó el de terciaria dominica tres años más tarde. La devoción hacia el sayal pardo franciscano persistiría en ella al llevarlo como túnica en lugar de camisa bajo el hábito de santa Catalina hasta su muerte.

En realidad, Rosa había creído tener vocación de monja y quiso ingresar en el recién fundado monasterio de Santa Clara, para lo cual contó con el apoyo de doña María de Quiñones, sobrina del arzobispo Mogrovejo, pero María de Oliva se oponía a que su hija profesase en el claustro. Ésta encomendó el asunto a la Santísima Virgen pidiéndole su bendición para partir, pero estando postrada ante su imagen en la iglesia del Rosario, sintió de pronto todo su cuerpo inmovilizado y como tullido y así permaneció hasta que le vino el pensamiento que quizás no era voluntad de Dios que en ese momento se hiciese monja. Ella atendía en casa a sus mayores, especialmente a su abuela tullida y a su padre, ya anciano y frecuentemente enfermo. También su madre, a quien empezaban a fallarle las fuerzas, la necesitaba para ayudarle en la educación de sus hermanos menores. Rosa pensó entonces que entraría en el monasterio más tarde, cuando Dios le diera una señal inequívoca, y siguió inclinada hacia la orden clarisa.

Estando un día bordando con otras jóvenes, apareció una paloma blanca que voló a sus pies y subió hasta sus pechos, deteniéndose en el lado izquierdo donde dibujó con el pico un corazón blanco, hecho que fue interpretado por Rosa como la voluntad de Dios de que se hiciese beata dominica. Así pues, el 10 de agosto de 1606, a los 20 años de edad, le fue impuesto el hábito (saya y escapulario blanco y manto negro) de terciaria por fray Juan Alonso Velásquez en el convento de los dominicos. A partir de ese día observó escrupulosamente las constituciones de la Orden de Santo Domingo, teniendo dada obediencia a un fraile de la iglesia del Rosario. Siendo terciaria, Rosa era como una religiosa pero podía seguir viviendo en su casa. Ello no impidió que siguiera considerando la idea de hacerse monja en un futuro. Bajo el hábito vistió el cilicio, una especie de vestidura áspera hecha de cerdas de buey o de caballo que bajaba desde los hombros hasta por debajo de las rodillas usada para mortificación de los sentidos. Lo llevó la mayor parte de su vida.


Desde niña fue Rosa dada a la penitencia. Ayunaba, como sabemos, tres veces por semana y evitaba la carne en virtud de un voto condicional que hizo a los quince años de no comerla a menos que se lo estorbasen su madre, sus médicos o sus confesores. A veces se pasaba días enteros sin comer y hubo una cuaresma en la que se alimentó sólo de pepitas de naranja y hiel. Su mayor problema en este aspecto consistía en que la mesa de su casa siempre estaba bien provista y la madre era muy exigente en materia de comidas. Rosa, la mayor parte de las veces, hacía como que comía, repartiendo sus raciones entre sus hermanos menores, lo cual encendía la ira de su progenitora. No era una persona inapetente, sino que se sentaba a la mesa y se mortificaba privándose, por amor de Dios, de platos que hubiera comido seguramente de buena gana. Su bebida habitual era el agua y ésta entibiada para mayor penitencia. Ocasionalmente bebía gazpachos, chocolate o yerba del Paraguay (mate). Los viernes, para imitar a Nuestro Señor sobre la Cruz, tomaba hiel. Lo extraordinario es que, a pesar de tantas privaciones, siempre mostraba un semblante lleno y rozagante, hasta el punto que, una vez, al verla en la iglesia por Pascua, un caballero no pudo por menos de exclamar con ironía: “¡Qué mortificada sale la monja de esta Cuaresma!”.


Rosa dormía sólo dos horas cada día y lo hacía en camas que parecían más objetos de tortura que instrumentos de descanso. La primera que tuvo estaba hecha de troncos, pero desiguales, de manera que el cuerpo yacía en ella como descoyuntado. En la parte alta había un hueco en el que encajaba la cabeza. La segunda cama la hizo fabricar de tejas: era una especie de barbacoa hecha de cañas gruesas en cuyas junturas insertó trozos de tejas, tiestos o botijos de arcilla, lo cual provocaba que acostarse en ella fuera un verdadero suplicio. La almohada era un adobe o una piedra. Su madre le ordenó cambiarla por una hecha de lana embutida en tela. Para cumplir con la obediencia y al mismo tiempo con su deseo de penitencia, Rosa embutió de tal manera la lana que la almohada resultante era tan dura como la primera. La cama de tejas era tan dolorosa que, a veces, la rehuía y dormía sentada en una silla. Para evitar dormirse más de la cuenta, ataba sus cabellos a un clavo a cierta altura de la pared, de modo que si se recostaba vencida por el sueño, los cabellos tiraban de su cabeza y debía volver a su posición erguida.

Otras penitencias consistían en: ponerse guantes de piel de buitre (que le dejaba las manos en carne viva), darse disciplina con unos latiguillos de hilos a los que estaban atados garfios y aplicarse cilicios de metal en brazos y piernas. También entretejió una corona de púas a imitación de la corona de espinas de Nuestro Señor Jesucristo, que se la ponía bajo las tocas y sujetaba con una cintas, de las que tiraba para procurarse más dolor. Es famosa asimismo la cadena de la que ciñó su cintura y que cerró mediante un candado, cuya llave dio a su confesor en custodia para no tener que quitársela por propia voluntad. El hierro de la cadena penetró en sus carnes, causándole una gran infección que motivó que sus confesores le mandasen quitársela. Al hacerlo, la criada que la ayudó a abrir la cadena dio fe que se hallaba mojada, sin duda por la sangre de Rosa, lo que no pudo saber con certeza por ser de noche. La verdad es que, como dijo su confesor y biógrafo fray Pedro de Loayza, “no hay santa en el cielo más grande en penitencia que sor Rosa de Santa María”.


Rosa amaba la naturaleza y pasaba muchas horas en el jardín de casa de sus padres, dedicada a alabar a Dios con su música (sabía cantar y tañer algunos instrumentos) y a contemplar las maravillas de su creación. Era muy delicada con las demás criaturas, incluso con las más molestas, como los mosquitos, a los que, cual otro san Francisco de Asís, aleccionaba para que honrasen a su Hacedor. En este huerto construyó una ermita de adobes (que aún puede verse en el hoy monasterio de Santa Rosa de los Padres), donde se recluía para huir de las visitas y darse penitencia. Cada vez que salía al huerto para ir a su ermita hablaba con los árboles para que también ellos dieran gloria a Dios y éstos le respondían agitando sus ramas. Allí tuvo lugar el milagro de las clavellinas: un día que era la fiesta de santa Catalina de Siena, no hallando flor alguna para engalanar su altar, Rosa rezó en su interior y al punto brotó una hermosa vara con tres claveles. También se fabricó una pesada cruz de madera, con la que recorría las estaciones del Vía Crucis alrededor del huerto.


No se crea, sin embargo, que Rosa descuidaba sus deberes de estado por darse a las prácticas piadosas. Era muy aplicada en las labores domésticas, y muy hábil en las labores manuales. Con éstas ayudaba al sustento de su casa y le quedaba, además, para hacer sus caridades. En el vecino hospital del Espíritu Santo acudía a los pacientes. Pero también cuidaba de los indios y negros enfermos, especialmente los que servían en su casa, a los que trataba con exquisita misericordia. Ella misma preparaba sus remedios muchas veces y se hacía con medicinas compradas de su peculio. Confiaba en la acción benéfica del Niño Jesús, al que llamaba su “Doctorcito”. Tuvo especial deferencia hacia los esclavos negros por no haber todavía en este tiempo un hospital para ellos, que a menudo morían descuidados y en medio del abandono. Todos concordaban en que Rosa era de una gran caridad y amor para con el prójimo. Pero, además, se ocupaba de su bien espiritual, y cuando sabía que alguno de sus enfermos estaba en pecado mortal al punto procuraba sacarle de ese estado, llevándole al arrepentimiento y a la confesión.

La vida espiritual de Rosa fue un itinerario místico de los más sorprendentes. Vivía constantemente en la presencia de Dios y experimentaba grandes arrobamientos, pero también era atormentada por momentos de terrible sequedad espiritual, en los que llegaba a sentir un total vacío y ausencia divina. Éstos eran para ella peor que los tormentos del infierno y la desconsolaban indeciblemente. Sin embargo, servían para templar y fraguar su alma extraordinaria. Como su patrona santa Catalina de Siena, se desposó místicamente con Jesucristo. Un día, se le apareció en forma de Niño junto a su Santísima Madre, y le dijo: “Rosa de mi Corazón, sé mi esposa”. En fe de ello se hizo fabricar una sortija nupcial que llevó hasta el lecho de muerte. El espíritu poético de ella la llevaba a deliquios muy humanos, como la siguiente redondilla, muy del gusto de la época:

Las doce han dado
Y mi Jesús no viene.
¿Quién será la dichosa
Que lo entretiene?

En 1614, la salud de Rosa era muy precaria, por lo que unos amigos que había conocido en medio de sus correrías caritativas, se constituyeron en sus protectores y la acogieron de huésped en su casa con el asentimiento de su madre. Se trataba del contador del Tribunal de la Santa Cruzada de Lima don Gonzalo de la Maza y Sáenz Hermoza y su mujer doña María de Usátegui y Rivera, ambos peninsulares y sobre los cincuenta años de edad. Tenían casa en el otro extremo de la Ciudad de los Reyes (hoy monasterio de Santa Rosa de las Monjas). En ella Rosa llevó una vida de gran serenidad en medio de sus ayunos y penitencias, siendo la admiración de todos por lo recatado y modesto de su continente. Obedecía a sus tutores como a sus propios padres y ellos la consideraban como una hija, a la que querían y auxiliaban en sus molestias físicas y enfermedades, que se fueron agudizando, especialmente el “mal de ijada”, las cefaleas, la podagra (gota) y el entumecimiento, que llegaban a paralizar a Rosa. No por ello dejó sus mortificaciones y, cuando se esparció la nueva de la amenaza de los corsarios holandeses frente al Callao y el temor de las profanaciones de esos herejes, se dio tal disciplina pidiendo a Dios que librase de ellos a Lima, que casi se mató de los azotes. El hecho es que el ataque de los corsarios no se produjo y se marcharon.

Como queda dicho, Rosa nunca abandonó el deseo de profesar como monja. Abandonada la idea de hacerlo en la segunda orden de san Francisco, formó el proyectó de fundar ella misma un monasterio dominico dedicado a santa Catalina de Siena, para lo cual pidió la intervención de don Gonzalo de la Maza y del provincial dominico ante los superiores de la Orden y el Consejo de Indias. La respuesta no llegó de España, pero sí de los frailes de Lima, que le dijeron que, de acuerdo a las constituciones, no era posible tal fundación. Rosa quedó frustrada, pero con la convicción íntima que el monasterio se acabaría fundando (y de hecho fue así, en 1624). Conformándose a la voluntad de Dios manifestada por medio de sus superiores, siguió venerando en santa Catalina a su modelo y, como ella, se santificó en el mundo sin ser del mundo, como terciaria de la orden del Padre santo Domingo. Muchas almas piadosas y jóvenes quedaron muy edificadas por su ejemplo y algunas entraron en religión gracias a ella.

La vida de Rosa llegaba a su fin. El 1º de agosto de 1617, estando en casa de sus protectores, antes de medianoche empezó a quejarse de graves dolores, sin haber tenido síntomas previos. Le asaltó una terrible jaqueca y comenzó a manifestarse el mal de costado. Rosa no sabía cómo explicar a los galenos lo que le pasaba, por lo que llamaron a su padre espiritual fray Juan de Lorenzana para que le hiciera declarar sus padecimientos. El 13 de agosto se presentó un cuadro de hemiplejia y a partir de allí empezó un empeoramiento irreversible. Gota, calenturas, neumonía. Sus padres fueron a visitarla y comprobaron que lo que estaban haciendo era despedirse de su hija, pues se moría a ojos vista. El 21 de agosto recibió la extremaunción muy devotamente, pero en medio de terribles padecimientos. Uno de sus últimos gestos fue el de entregar el anillo de sus desposorios místicos a Micaela de la Maza, hija del contador. El día 23, víspera de san Bartolomé, recibió la última visita de su confesor fray Juan de Lorenzana que le impartió la bendición in articulo mortis. A continuación pidió la de don Gonzalo de la Maza y doña María de Usátegui, que le habían hecho de padres. Después, hubo un desfile de todos los de la casa para recibir la de la moribunda. Rosa mandó llamar a todos los negros y negras esclavos de la casa y, pidiéndoles perdón si les había alguna vez ofendido, los bendijo con gran amor.

En la madrugada del día 24, estando su hermano Hernando con ella, Rosa de Santa María expiró a consecuencia de un paro cardíaco. La expresión que quedó en su rostro fue la de una gran serenidad, reflejada por el retrato que le hizo, de cuerpo presente, el pintor manierista Medoro Angelino. Los sollozos de los circunstantes se trocaron en alborozo al recordar que Rosa había pedido que a su muerte no se apenaran, sino que mostraran su júbilo. La noticia de su deceso corrió veloz por Lima y acudieron gentes de toda condición a velarla. Fue amortajada con el hábito dominico y su cadáver llevado a duras penas a la iglesia del Rosario, debido a la afluencia de personas que porfiaban por obtener alguna reliquia de la santa. El 25 de agosto fue la solemne misa pontifical de exequias con asistencia del arzobispo limense, Bartolomé Lobo Guerrero, y Pedro de Valencia, obispo de Guatemala, electo para La Paz. También estaban presentes el virrey del Perú, príncipe de Esquilache, los cabildos municipal y catedralicio y los representantes de las órdenes religiosas. Tal era el concurso de fieles ávidos de tocar el cuerpo de Rosa que los dominicos decidieron aprovechar la pausa de la comida para enterrarlo rápidamente en secreto.

La fama de santidad de Rosa de Lima fue unánime y su proceso de beatificación pudo incoarse con una relativa rapidez si consideramos lo que duraban los trámites de la época debido a lo lento de las comunicaciones. Ella muere en 1617 y cincuenta y cuatro años después es ya santa, la primera de las Indias. Las etapas son las siguientes: entre el 1º de septiembre de 1617 y el 7 de abril de 1618 tuvo lugar en Lima el proceso ordinario; el apostólico, entre mayo de 1630 y mayo de 1632, también en Lima; el papa Clemente IX la beatificó el 12 de marzo de 1668, y su sucesor Clemente X la canonizó el 12 de abril de 1671. Se cuenta una anécdota (que trae Ricardo Palma en sus Tradiciones Peruanas) según la cual Clemente IX se mostraba escéptico ante proceso de beatificación de una mujer de lejanas tierras y quiso dar carpetazo exclamando: “¿Santa y limeña? ¡Tanto se me da una lluvia de rosas!”. Y en ese momento cayeron sobre la mesa del despacho papal pétalos de rosa, dejando al pontífice maravillado y trocando su incredulidad en entusiasmo, tal que no sólo beatificó a Rosa, sino que estableció en su testamento un legado para erigirle un altar en Pistoya, la ciudad natal del papa Rospigliosi. La fiesta de la virgen limeña se estableció el 30 de agosto. Con los cambios del calendario de 1969, se trasladó al 23 de agosto, pero la costumbre inveterada del Perú y de América, hizo que Pablo VI concediera que en los países de los que es patrona se siga celebrando en la fecha original, que es la que se observa también en el rito romano clásico.


NOVENA

Acto de contrición.- Señor mío Jesucristo…

Oración preparatoria

Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que supiste lo que es amar a Jesús con un corazón tan fino y generoso. Que despreciaste las vanidades del mundo para abrazarte a su cruz desde tu más tierna infancia. Que profesaste una gran ternura y dedicación a los más desvalidos sirviéndolos como al mismo Jesús. Que amaste con filial devoción a la Virgen María. Enséñanos tus grandes virtudes para que, siguiendo tu ejemplo, podamos gozar de tu protección y de tu compañía en el cielo. Te rogamos también aceptes el obsequio de esta novena y nos obtengas del Señor las gracias que pedimos por tu intercesión, si son para su mayor gloria y bien de nuestras almas. Así sea.

Pídase las gracias que se deseen.

Oraciones para cada día

Día 1. Amantísimo Señor Dios, Trino y Uno, que como en la antigua ley, os complacíais en que os llamasen Dios de aquellos grandes Santos Patriarcas, hoy no menos os agradáis, en que os llamemos, Dios de la Rosa de Santa María: alegrámonos y gozámonos con el mismo gozo, con que ella se complacía en vuestras divinas perfecciones, en especial, de que seáis un Ser tan infinitamente perfecto, que de nadie depende, y todo depende de vuestro Ser, y os pedimos por vuestra soberana independencia, y por el asimiento, que tuvo siempre a Vos vuestra finísima Santa Rosa, nos concedáis un apartamiento total de cuanto es contra vuestra voluntad, a que vivamos y muramos asidos a Vos; y lo que en esta novena os pedimos a mayor honra y gloria vuestra.


Día 2. ¡Oh incomprensible Sabiduría! ¡Oh Dios Trino y Uno! tan infinitamente sabio, que os comprendéis a Vos, y con inefable claridad todo lo creado lo sabéis, y lo sobrecomprendéis: alegrámonos, y gozámonos con el mismo gozo, con que la ilustradísima Rosa de Santa María, se gozaba de vuestra Sabiduría, y por ella, y por lo que supo de vos nuestra Santa, os pedimos nos comuniquéis la ciencia de los Santos, vuestra Divina Luz, y lo que en esta novena os suplicamos, si es para honra y gloria vuestra.


Día 3. ¡Oh bondad inefable! ¡Oh hermosura indecible! ¡Oh Dios Trino y Uno, que sois el centro de toda belleza y perfección! Alegrámonos y gozámonos en Vos con aquel mismo afecto con que la amorosísima Rosa de Santa María, en Vos únicamente descansaba su corazón, como en su centro, y os pedimos por vuestra infinita bondad, y por lo que os comunicasteis a la hermosísima Santa Rosa, que toda vuestra voluntad nos la robe perfección tan divina, y lo que os suplicamos en esta novena, si es honra y gloria vuestra.


Día 4. ¡Oh Santidad Purísima! ¡Oh fuente y ode toda Santidad! ¡Oh Dios Trino y Uno, que por esencia tenéis el oponeros a la culpa! Alegrámonos y gozámonos con el mismo gozo que la perfectísima Rosa, de vuestra infinita perfección, y os pedimos por tan inmensa Santidad, y por las que le comunicasteis a esta purísima Santa, nos concedáis que os sirvamos de suerte que consigamos la perfección que ella deseaba y pedía para sus prójimos; y lo que en esta novena os suplicamos, si ha de ser para honra y gloria vuestra.


Día 5. ¡Oh caridad incomprensible! ¡Oh Dios Trino y Uno, todo amor, que con infinita propensión os inclináis a favorecer a vuestras criaturas y hacerlas bien! Deseamos alegrarnos y gozarnos con aquel mismo gozo e incendio de amor, con que vuestra muy amada Rosa de Santa María se complacía en vuestra inefable caridad; y os pedimos por esta divina perfección, y por el agradecimiento y amor con que maravillosamente os correspondió esta amorosísima Santa, nos comuniquéis los efectos de vuestra especial asistencia y caridad; y lo que en esta novena os suplicamos, si fuere para mayor honra y gloria vuestra.

Día 6. ¡Oh Omnipotente Majestad! ¡Oh Dios Trino y Uno, que cuanto queráis podéis, y es infinito vuestro poder! Deseamos alegrarnos y gozarnos en tan soberana omnipotencia, con aquel mismo gozo con que se complacía la Santa Rosa de Santa María y os pedimos por esta perfección y por el poder que concedisteis a esta fortísima doncella, elevéis y confortéis nuestra grandísima flaqueza y debilidad, para que podamos corresponder a lo que vuestra omnipotencia obra en nuestras almas; y lo que os suplicamos en esta novena, si fuere para Honra y Gloria vuestra.


Día 7. ¡Oh Liberalidad Divina! ¡Oh inclinación indecible a dar y favorecer! ¡Oh Dios Trino y Uno, que dando infinito más que lo deseáis dar! Deseamos alegrarnos y gozarnos en tan divina franqueza con aquel mismo gozo con que os complacía vuestra reconocidísima Santa Rosa, y os pedimos por esta infinita perfección, y por lo mucho que disteis a esta dichosísima santa, nos libréis del vicio de la ingratitud, y nos concedáis que no cesemos de daros gracias por los infinitos beneficios de vuestra liberalidad, y lo que os suplicamos en esta novena, si es para honra y gloria vuestra.


Día 8. ¡Oh Divina Inmensidad! ¡Oh Dios Trino y Uno, que por vuestro ser estáis en todo, sin necesidad de lugar porque estáis en Vos, que sois sobre todo lugar! Deseamos alegrarnos y gozarnos en tan incomprensible inmensidad, con aquel mismo gozo con que la humildísima Santa Rosa se complacía; y os pedimos por esta inmensa perfección, y por la presencia vuestra, que en todas las criaturas concedisteis a tan íntima Esposa vuestra, nos concedáis tenernos siempre presentes y vivir dentro de vos, y lo que en esta novena os suplicamos, si fuere para mayor honra y gloria vuestra.


Día 9. ¡Oh y quién podrá, gran Dios y Señor, Trino y Uno, hacerse capaz de vuestra bienaventuranza y gloria, de la que tenéis en Vos por esencia, gozándoos y amándoos, y de la gloria accidental que os dan todas vuestras criaturas! Deseamos alegrarnos y gozarnos en vuestra grande gloria, con el mismo gozo con que se complacía la felicísima Santa Rosa, y os pedimos por esta su perfección y por la gloria a que la elevasteis, y la que recibís de tan amada criatura vuestra, nos concedáis, que confesando y conociendo vuestra gloria infinita, no caigamos en la eterna pena, sino que seamos bienaventurados y participemos de la infinita bienaventuranza vuestra; y lo que os suplicamos es esta Novena a mayor honra y gloria vuestra.

Oración final

Os doy gracias, o Señor, de la asistencia especial que me habéis prestado en esta novena. Continuad siempre en vuestras misericordias sobre de mí, a satisfacción de mis pecados, en sufragio de las almas del purgatorio y por la conversión de los pecadores. Perdonadme todas las faltas que he cometido. Y juntando el poco bien que he hecho con los inconmensurables méritos de Jesucristo, concededme por Él todas aquellas gracias que son necesarias a mi eterna salud, especialmente una plenaria remisión de la pena debida a mis culpas, que nuevamente lloro y detesto, resuelto como estoy de conducir en lo futuro una vida toda en conformidad a vuestros Santos Mandamientos. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

LETANÍAS DE SANTA ROSA


El retrato post mortem por Medoro Angelino
Señor, ten piedad.
Cristo ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros.
San Miguel Arcángel y todos los coros de los ángeles, rogad por nosotros.
San José, padre nutricio de Jesús, ruega por nosotros.
Santa Isabel, con cuyo nombre fue bautizada Santa Rosa, ruega por nosotros.
San Bartolomé Apóstol, en cuya vigilia subió Santa Rosa al cielo, ruega por nosotros.
Glorioso Padre Santo Domingo, ruega por nosotros.
Seráfico Padre San Francisco, ruega por nosotros.
Santa Catalina de Siena, madre espiritual de Santa Rosa, ruega por nosotros.
Santo Toribio de Mogrovejo, que confirmaste a Santa Rosa, ruega por nosotros.
San Francisco Solano, cuya predicación escuchó Santa Rosa, ruega por nosotros.
San Martín de Porras y San Juan Masías, hermanos de hábito y de virtud de Santa Rosa, rogad por nosotros.

Santa Rosa de Lima, virgen limeña, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, gloria y orgullo del Perú, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, primera flor americana de santidad, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, lirio de pureza, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, violeta de humildad, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, azucena de castidad, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, rosa encendida de amor, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, ramillete de todas las virtudes, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, oliva de penitencia, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, bálsamo de consuelo, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, mirra de mortificación, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, admiración de los españoles, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, ejemplo de los criollos, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, patrona de los mestizos, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, protectora de los indios, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, auxiliadora de los negros, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, defensora contra los corsarios, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, sostén de tu hogar, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, alivio de los enfermos, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, socorro de los más pobres, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, ejemplo de observancia, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, despreciadora de las galas mundanas, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, insigne penitente, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, coronada de espinas, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, ayunadora y abstinente, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, triunfante de los demonios, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, inspirada cantora, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, respetuosa de toda forma de vida, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, modelo de hija y hermana, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, dócil a tu padre espiritual y confesor, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, mística esposa de Cristo, ruega por nosotros.

Todos los bienaventurados de la Orden de Predicadores, rogad por nosotros.
Todos los bienaventurados de la Orden Seráfica, rogad por nosotros.
Todos los Santos y Santas de Dios, interceded por nosotros.

Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos. Señor, ten piedad.
Cristo ten piedad. Señor, ten piedad.

Padre nuestro… (secreto)
V. Y no nos dejes caer en tentación.
R. Mas líbranos del mal.
V. Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a Ti mi clamor.
(V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.)
Oremos. Oh Dios Omnipotente, dador de todo bien, que hiciste florecer en América por la gloria de la virginidad y paciencia a la bienaventurada Rosa, prevenida con el rocío de tu gracia; haz que nosotros, atraídos por el olor de su suavidad, merezcamos ser buen olor de Cristo. Que contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén


NOVENA DEL "DOCTORCITO"

No conocemos historia de ninguna Imagen que haya intervenido milagrosamente de modo tan repetido y habitual, en la vida de algún santo, como la del Doctorcito en la de Santa Rosa.

Su intervención divina forma los principales capítulos de la vida de nuestra Patrona; de ahí, que los artistas, tanto pintores como escultores, nos la presenten con el Niño Jesús.

Presentemos nuestros males al "Doctorcito", por mediación de Santa Rosa: Ella es enfermera, y para tal Enfermera, tal Médico.


Niño Dios Doctorcito
Tú, hablabas con Santa Rosa
y la escuchabas cuando te decía:

"¡Tú tienes que curar pues todo lo puedes!"
cura mi cuerpo y mi alma
para seguir dándote gracias.
NOVENA AL "DOCTORCITO"

Por intercesión de Santa Rosa

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro. Amén.....




ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA:

Dulcísimo Jesús, que por nuestro amor os hicisteis Niño; dándoos el Padre Celestial un Nombre sobre todo nombre, para que a Él doble la rodilla cuanto existe en los cielos, en la tierra y en los abismos. Os adoramos y reverenciamos en esta preciosa Imagen, interponiendo el valimiento de Santa Rosa, Hermana nuestra, para conseguir toda clase de bienes espirituales y temporales. Concedednos, por su intercesión, la gracia de invocaros con fervor, serviros con fidelidad, y amaros sin cesar, de tal manera que seáis como la respiración incesante de nuestro espíritu; y protegidos por la virtud omnipotente de vuestro Nombre, logremos parar sin riesgo las tempestades de esta vida y en la hora de nuestra muerte exhalemos nuestro último suspiro repitiendo como vuestra esposa Rosa de Lima: "Jesús, Jesús sea conmigo". Amén.

* Se reza la Consideración que corresponde a los días de la Novena.

LETANÍAS EFICACES DEL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS:

Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios Padre celestial.....................Ten piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del Mundo......
Dios Espíritu Santo.....
Trinidad Santa, que eres un sólo Dios......
Jesús, Hijo de Dios vivo........
Jesús, resplandor del Padre......
Jesús, pureza de luz eterna......
Jesús, sol de justicia......
Jesús, rey de gloria......
Jesús, Hijo de la Virgen María......
Jesús, amable......
Jesús, admirable.......
Jesús, Dios fuerte.........
Jesús, padre del siglo futuro.......
Jesús, Ángel del gran consejo........
Jesús, todopoderoso........
Jesús, pacientísimo........
Jesús obedientísimo..........
Jesús, manso y humilde de corazón........
Jesús, amante de la castidad........
Jesús, que nos honras con tu amor........
Jesús, Dios de paz.........
Jesús, autor de vida.........
Jesús, ejemplar de las virtudes.........
Jesús, celador de nuestras almas.......
Jesús, nuestro Dios........
Jesús, nuestro refugio..........
Jesús, padre de los pobres...........
Jesús, tesoro de los fieles..........
Jesús, buen Pastor.........
Jesús, verdadera luz..........
Jesús, sabiduría eterna..........
Jesús, bondad infinita.........
Jesús, camino y vida nuestra..........
Jesús, alegría de los Ángeles..........
Jesús, rey de los Patriarcas..........
Jesús, maestro de los Apóstoles.............
Jesús, doctor de los Evangelistas..........
Jesús, fortaleza de los Mártires..........
Jesús, luz de los confesores.........
Jesús, pureza de las vírgenes.........
Jesús, corona de todos los Santos.........

Sénos propicio: escúchanos, Jesús.
Sénos propicio: escúchanos, Jesús.

De todo mal.....................................Líbranos Jesús
De tu ira.........
De las tentaciones del demonio........
Del espíritu de fornicación.........
De la muerte eterna..........
Del menosprecio de tus divinas inspiraciones.........
Por el misterio de la Santa Encarnación..........
Por tu Natividad...........
Por tu Infancia........
Por tu vida toda divina...........
Por tus trabajos..........
Por tu pasión y agonía..........
Por tu Cruz y desamparo.........
Por tus últimas congojas..........
Por tu muerte y sepultura.........
Por tu Resurrección..........
Por tus Gozos..........

Jesús, óyenos. Jesús, escúchanos
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: óyenos, Señor.

PRECES:
Antífona: Sea el Nombre del señor bendito por los siglos de los siglos. Amén.
V: Señor, Dios nuestro. R: Cuán admirable es tu Nombre en la redondez de la tierra.

ORACIÓN:
Omnipotente y Sempiterno Dios, dirige nuestras acciones según tu santísima voluntad, para que, por el Nombre de tu Santísimo Hijo seamos ricos en obras buenas y abundemos en merecimientos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN FINAL Y ACTO DE CONSAGRACIÓN:
Compuesto por Santa Rosa

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y Redentor mío: el alma se me quebranta de dolor por haberos ofendido, por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas. ¡Oh Señor! Vos sois verdaderamente mi Dios, el Esposo de mi alma y toda la alegría de mi corazón. Yo soy la que deseo amaros, benignísimo Jesús, con aquel amor perfectísimo, inefable, con que juntos os aman los moradores del cielo. Aún más deseo amaros, Dios de mi corazón y de mi vida, Dios que sois mi consuelo, mi gozo y mis delicias, quisiera amaros con todo aquel amor con que os ama vuestra Madre Santísima y Señora Mía, la Virgen Purísima. Y no satisfecho con esto, a Vos, ¡Oh salud de mi alma! deseo amaros tanto como Vos mismo os amáis. Abráseme yo, consúmame yo en el fuego de vuestro divino amor. Amén.

DIA PRIMERO
Por la señal de la Santa Cruz.....




* Oración preparatoria para todos los días de la Novena

CONSIDERACIÓN
Punto I:
Jesús es dulce Nombre: Este nombre encierra en sí, de modo admirable, las dulzuras de todos los seres, de todas las cosas. El nombre de Jesús, es melodía para el oído, miel para el gusto, alegría para el corazón. El es consuelo de los tristes, salud de los enfermos, esperanza de los atribulados, fortaleza de los débiles y remedio universal para todos los males. Es nuestro Amigo, nuestro Hermano, y el Esposo dulcísimo de nuestras almas.

Punto II:
Tenía Santa Rosa un Niño Jesús de talle, al cual manifestaba tierno amor ya ante quien oraba frecuentemente. Ya desde los cinco años le hacía esta oración: "Jesús sea bendito y sea con mi alma. Amén". A medida que crecía la Santa aumentaba en ella el fervor y devoción a esta preciosa Imagen. Ante ella aprendió a leer milagrosamente y de ella escuchó esta palabras: "Oh Rosa, Rosa, si hubieras conocido las mercedes que te hecho y el amor que te tengo, de otra manera me hubieras servido".


Estas palabras la llenaron de una contrición tan aguda que le hubiera causado la muerte, si no fuera templado este dolor con una dulzura que le duró toda la vida. Al pensar en el amor que le tenía Jesús, lloraba de gozo se traducía en cariño que le obligaba a repetir constantemente: "Jesús sea bendito", "Bendito sea Jesús", y el Nombre de Jesús no se le quitaba de los labios ni de día ni de noche.

Saquemos gran devoción a esta preciosa Imagen del Niño Jesús de Santa Rosa y repitamos con frecuencia el dulce Nombre de Jesús para aumentar el fervor de nuestro espíritu.
(Pídase la gracia que se desee alcanzar. Se rezarán tres Padrenuestros al Doctorcito)

* Rezar las Letanías, Preces, Oración, Oración Final y Acto de consagración.

DÍA SEGUNDO
Por la Señal de la santa Cruz.....

* Oración preparatoria para todos los días de la Novena

CONSIDERACIÓN
Punto I:
Jesús es nuestra esperanza: "Todo el que invocare el Nombre de Jesús será salvo"; justos o pecadores; tibios o fervorosos; sabios o ignorantes; todos, sin excepción alguna, experimentarán la realidad de esta promesa. Sólo los que no tienen fe, los que desconfían, porque miden a Dios por la mezquindad de los corazones humanos, sólo éstos, dudan de obtener su salvación. De Jesús hemos recibido los que tenemos; y de Jesús esperamos conseguir lo que nos falta; y tanto recibimos de Él cuanto esperamos de Él. La desconfianza es el más grande pecado para el corazón del mayor de los Amigos.

Punto II:
Estando repartiendo las palmas, un Domingo de Ramos, en la Iglesia del Rosario, santa Rosa esperaba la suya pero no se la dieron, y querellándose ante el Niño Jesús que tenía la Santísima Virgen en sus manos, le dijo así: "Señora mía, no quiero palmas de hombres, espero recibir la que por intercesión vuestra me ha de dar mi señor Jesucristo". Y continuando en oración fervorosísima vio que se alegraron sobremanera los rostros de Nuestra señora y del Niño, el cual, mirándola con vista alegre, le dijo: "Rosa de mi corazón sé mi esposa". La esperanza puesta en dios atrae las miradas de dios; y no sólo las miradas sino todas las riquezas del cielo. Rosa pide a Jesús una palma y Jesús le da su corazón. Rosa fue aceptada por esposa de Jesús y la Santísima Virgen que le había dado su mismo nombre (Rosa de santa María) ahora es la Madrina de estos Desposorios. Desde entonces, a la Imagen del Niño Jesús la llama, "Mi dulce Esposo". Quien pidiera con confianza esté seguro que obtendrá más de los que pide.
(Pídase la gracia que se desee alcanzar. Se rezarán tres Padrenuestros al Doctorcito)

* Rezar las Letanías, Preces, Oración, Oración final y Acto de consagración.






DÍA TERCERO
Por la Señal de la santa Cruz.....

* Oración preparatoria para todos los días de la Novena

CONSIDERACIÓN
Punto I:
Jesús es nuestra esperanza: "Todo el que invocare el Nombre de Jesús será salvo"; justos o pecadores; tibios o fervorosos; sabios o ignorantes; todos, sin excepción alguna, experimentarán la realidad de esta promesa. Sólo los que no tienen fe, los que desconfían, porque miden a Dios por la mezquindad de los corazones humanos, sólo éstos, dudan de obtener su salvación. De Jesús hemos recibido los que tenemos; y de Jesús esperamos conseguir lo que nos falta; y tanto recibimos de Él cuanto esperamos de Él. La desconfianza es el más grande pecado para el corazón del mayor de los Amigos.

Punto II:
Estando repartiendo las palmas, un Domingo de Ramos, en la Iglesia del Rosario, santa Rosa esperaba la suya pero no se la dieron, y querellándose ante el Niño Jesús que tenía la Santísima Virgen en sus manos, le dijo así: "Señora mía, no quiero palmas de hombres, espero recibir la que por intercesión vuestra me ha de dar mi señor Jesucristo". Y continuando en oración fervorosísima vio que se alegraron sobremanera los rostros de Nuestra señora y del Niño, el cual, mirándola con vista alegre, le dijo: "Rosa de mi corazón sé mi esposa". La esperanza puesta en dios atrae las miradas de dios; y no sólo las miradas sino todas las riquezas del cielo. Rosa pide a Jesús una palma y Jesús le da su corazón. Rosa fue aceptada por esposa de Jesús y la Santísima Virgen que le había dado su mismo nombre (Rosa de santa María) ahora es la Madrina de estos Desposorios. Desde entonces, a la Imagen del Niño Jesús la llama, "Mi dulce Esposo". Quien pidiera con confianza esté seguro que obtendrá más de los que pide.
(Pídase la gracia que se desee alcanzar. Se rezarán tres Padrenuestros al Doctorcito)

* Rezar las Letanías, Preces, Oración, Oración final y Acto de consagración.

DÍA CUARTO
Por la Señal de la Santa Cruz.......

* Oración preparatoria para todos los días de la Novena

CONSIDERACIÓN
Punto I:
Jesús fortaleza contra el demonio: Fuimos esclavos de demonio por el primer pecado y Jesús destruyó para siempre esta servidumbre y esclavitud. Por esta misma razón, más por los pecados que de nuevo tornamos a cometer, el demonio ejerce un poder siniestro sobre las almas y es uno de los mayores enemigos de nuestra salvación. El trabaja por destruir el reino de Cristo mientras que nosotros trabajamos por consolidarlo. Nuestra debilidad nada podría contra un enemigo tan poderoso, si no fuéramos sostenidos por la Fortaleza. Por Él vencieron los mártires, por Él se santificaron los santos, y por Él se salvan las almas.



Punto II:
Tuvo Santa Rosa que sostener muchas y muy reñidas contiendas con el demonio. Con Jesús y en el Nombre de Jesús se hacía fuerte contra él. Se ponía hombro a hombro con el "patón" "tiñoso" como ella lo llamaba. Luchó con el demonio al que le decía: "llega, si mi Esposo Jesús te da licencia, que no podrás tocar el alma". Fue arrastrada por tierra, recibió puñetazos y bofetadas, y hasta le arrojó una piedra en las espaldas, pero no pudo vencerla y se marchó murmurando: "¡Si no fuera por ese que tú repites!...". La santa le decía: "Llámalo por su nombre, es Jesús mi Esposo". Desesperado el enemigo, la retaba diciendo: "Me las has de pagar". La Santa, después de estas luchas, postrada de rodillas ante la Imagen de su dulce Esposo Jesús, le daba rendidas gracias; se avivaba la Imagen tomando carne humana, y sonriente y alegre le felicitaba por sus triunfos y como premio, le componía los pedazos de hojas de los libros de su devoción, destrozados por el enemigo y se los restituía nuevecitos y flamantes.
(Pídase la gracia que se desee alcanzar. Se rezarán tres Padrenuestros al Doctorcito)

* Rezar las Letanías, Preces, Oración, Oración final y Acto de consagración.

DÍA QUINTO
Por la señal de la Santa Cruz........

* Oración preparatoria para todos los días de la Novena

CONSIDERACIÓN
Punto I:
Jesús escudo contra las tentaciones: La vida del hombre es una continua lucha sobre la tierra. Dios permite las tentaciones como medios de salud espiritual, para que estemos más desasidos de las cosas de la tierra, para hacernos más ricos en méritos, para ejercitarnos en las virtudes combatiendo los vicios opuestos. Se enseñorearían de nosotros las tentaciones si Jesús permitiese que fuésemos tentados sobre nuestras débiles fuerzas: La tentación nos humilla y nos impulsa a clamar: "No nos dejes, señor, caer en la tentación". Jesús es fuente de gracia es la que impide nuestras caídas en las tentaciones.

Punto II:
Vinieron sobre nuestra santa, fuertes tentaciones, pero lejos de rehuírlas andaba buscándolas, sobre todo, después de la visión que tuvo. Puesta en oración delante de la Imagen de su Jesús y Esposo, como de costumbre; "Vio a nuestro señor debajo de una arco de gloria y con Él muchos ángeles y almas que le hacían reverencia. Tomó el Señor en sus manos una balanza y empezaron los ángeles a pesar trabajos y más trabajos, tentaciones y más tentaciones, y repartió trabajos y tentaciones a todas las lamas que allí estaban. Después empezó a pesar y repartir gracias y más gracias a las mismas almas. Y les dijo Jesús: "Sepan todos, que tras las tentaciones y trabajos viene la gracia, y que sin trabajos no hay gracias y que se aumente la gracia son menester muchos trabajos; y desengáñense todos, que ésta es la escala del cielo y no hay otra ninguna". Con esto Santa Rosa salió como acero invulnerable a toda tentación; ante por el contrario, las tentaciones la hicieron más fuerte. Ameos a Jesús y suframos por Él como Rosa y merecemos oír como Ella la voz de Jesús.


Entre las Imágenes que hablaron a la Santa están: En primer término El "Doctorcito" y, después, la Virgen del Rosario, la Virgen de Belén, el Señor de los Favores y el Ecce Homo.
(Pídase la gracia que se desee alcanzar. Se rezarán tres Padrenuestros al Doctorcito)

* Rezar las Letanías, Preces, Oración, Oración final y Acto de consagración.

DÍA SEXTO

Por la Señal de la Santa Cruz......

* Oración preparatoria para todos los días de Novena

CONSIDERACIÓN
Punto I:
Jesús remedio de nuestras enfermedades: Las enfermedades corporales son muertes parciales que van minando nuestra existencia; llevadas con resignación sirven para expiar nuestros pecados. En manos de Jesús está la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, y Él las reparte según los inescrutables designios de su Providencia. Unas veces da salud al cuerpo, y otras veces lo cerca de sufrimientos dándole al mismo tiempo fuerzas para soportarlos. Las enfermedades han salvado más almas que todos los predicadores del mundo. Es mayor gracia dar fuerzas para sufrir que quitar los sufrimientos mismos. De esas dos maneras es Jesús remedio de nuestras enfermedades.

Punto II:
Conocía Santa Rosa como nadie, las ventajas y desventajas de las enfermedades corporales, porque su débil naturaleza no fue sino un semillero de dolencias. Nadie se compadece mejor del dolor ajeno que el que sufre lo mismo. Obtuvo de su bondadoso padre el permiso para utilizar como Enfermería, un salón de su casa. Bien pronto se vio lleno de enfermos a quienes la Santa propinaba todos sus cariños y desvelos. Cuando las enfermedades eran graves, consultaba con su Niño Jesús, qué remedio había de darles. se hizo tan famoso y proverbial en Lima el recetario de la Santa que, todos los enfermos desahuciados acudían a Rosa, y Ella, haciendo oración a su "Doctorcito o Mediquito" como le llamaba en tono familiar, les obtenía la salud. Desde entonces, el "Doctorcito de Santa Rosa" por su intercesión, viene haciendo milagros sin cuento para remediar las dolencias humanas. Acudamos a Él con toda fe y confianza.
(Pídase la gracia que desee alcanzar. Se rezarán tres Padrenuestros al Doctorcito)

* Rezar las Letanías, Preces, Oración, Oración final y Acto de consagración.

DÍA SÉPTIMO
Por la Señal de la Santa Cruz........

* Oración preparatoria para todos los días de la Novena






CONSIDERACIÓN
Punto I:
Jesús consuelo de los moribundos: Está decretado que el hombre ha de morir una sola vez. De la muerte depende la eternidad por esto es tan temida la muerte. En ese postrer momento nos aterrarán los pecados, el enemigo de nuestras almas, y la Justicia Divina; pero, entonces "el que invocare el Nombre de Jesús será salvo". Quien repite con devoción en vida este Nombre, tiene la contraseña para que se le abran las puertas de la Misericordia Divina en la hora de la muerte.

Punto II:
Estando Santa Rosa haciendo oración, acongojada por sus pecados, se le apreció su dulcísimo Jesús y le dijo: "Yo, hija, a nadie condeno, si por su propia voluntad no quiere separarse de mí". De aquí le vino tal seguridad y calma que su muerte, sin dejar de ser un martirio, fue un delirio de amor por ver a su Jesús cara a cara. Poco después hace esta oración: "Mi Dios, mi Santo, mi esposo, mi Jesús y mis amores, dadme dolores y quitádselos a mis padres". Le dió la bendición, exhortó a la virtud a las hijas del Contador, pidió perdón a los sirvientes de la casa y diciendo: "Jesús, Jesús sea conmigo", expiró cumpliéndole Jesús la gracia que le había pedido, pues su madre reía en vez de llorar y no sólo no sentía pena alguna sino mucha alegría y contento. Bendita Imagen de Jesús que así consoló a su esposa en los últimos momentos. Así ha de consolarnos a nosotros, si la invocamos con devoción.
(Pídase la gracia que desee alcanzar. Se rezarán tres Padrenuestros al Doctorcito)

* Rezar las Letanías, Preces, Oración, Oración final y Acto de consagración.

DÍA OCTAVO
Por la Señal de la Santa Cruz..........

* Oración preparatoria para todos los días de la Novena

CONSIDERACIÓN
Punto I:
Jesús santificador: Las criaturas todas, están obligadas a honrar el Nombre de Jesús, porque todo lo creó Dios por Sí y para Sí; Él es el Primogénito de la Creación. A este Nombre se dobla la rodilla en el cielo, en la tierra, y en los infiernos. "Toda la tierra - dice el Profeta - adora al señor y entona salmos a su Nombre". Él es el único Santo que hace a los santos; por eso nos enseño a orar. "Santificado sea tu Nombre"; no en Sí - que ya lo es - sino en nosotros, para que lo seamos por Él.

Punto II:
Jesús fue el remedio de todas las necesidades espirituales de Santa Rosa. Bien lo comprendía Ella cuando todos sus apuros se los presentaba al Esposo de su alma, en su Imagen, por medio de la oración. En una de las ocasiones en que la Santa se hallaba desfallecida y temía perder la comunión, acercándose al costado de Jesús le dijo: "Sustento mío, y manjar de mi corazón y vida, sustentad Vos, pues lo sois, esta vuestra sierva"; y con esto cobró vigor y fuerza, que le da la Sangre de Cristo Señor nuestro, y así pudo ir a comulgar por la mañana, que era domingo.


Un día sábado 15 de abril de 1617, a al hora de oración, en éxtasis, decía: "Señor, haced que todos os sirvan; dad, esposo mío, motivos para que todos se deshagan amándoos". "Yo no sería feliz si todos aquellos a quienes yo amo no os amaran a Vos, mi Jesús". El Doctorcito fue el inspirador de estas oraciones, fue el Maestro de su vida interior; Él la enseñó todas las virtudes; Él la inspiró todos los sufrimientos; Él la sostuvo en todas las luchas y tentaciones. Con Jesús oraba - 12 horas diarias - con Jesús trabajaba - 10 horas - con Jesús sufría y con Jesús amaba. Su vida era de Jesús y no podía vivir sin su Jesús. La ausencia le arrancaba gemidos de su corazón como éstos: "Ay de mi, mi esposo Jesús no viene. ¿Quién será la dichosa que lo entretiene?". Aprendamos a hacerlo todo en compañía de Jesús.
(Pídase la gracia que se desee alcanzar. Se rezarán tres Padrenuestros al Doctorcito)

* Rezar las Letanías, Preces, Oración, Oración final y Acto de consagración.

DÍA NOVENO
Por la Señal de la Santa Cruz........

* Oración preparatoria para todos los días de la Novena

CONSIDERACIÓN
Punto I:
Jesús glorificador: Existe un completo equilibrio y solidaridad entre las tres ramas de la Iglesia de Cristo: Nosotros ayudamos a las almas del Purgatorio y éstas van al cielo para ayudarnos a nosotros. Nuestras obras buenas se tornan meritorias por la gracia de Jesús y ésta es la medida de nuestra gloria en el cielo. De suerte que, tanto el mérito como la gracia y la gloria nos vienen por Jesús. El que tenga más unión con Él en la tierra tendrá más unión con Él en el cielo. Sin Jesús no hay ni cielo, ni gracia, ni mérito.

Punto II:
"Los dolores que yo sufro - dijo en cierta ocasión Santa Rosa - bien se pueden ofrecer por un amigo". "Lindo es el padecer por Jesús". "Si no se enfadase a los que no sirven, era linda cosa el padecer por Jesús". "Trabajar, madre, que Jesús paga bien pagado a quien le sirve". Preguntaba por un alma santa si había entrado en el purgatorio, contestó "que de la cama había ido al cielo". Almas santas la vieron subir a la gloria y la Beatísima Trinidad preparada para recibirla y a la Santísima Virgen con una preciosa corona en las manos para coronarla, y al día siguiente, en nueva visión, la reconocieron entre el coro de las Vírgenes, ya coronada y adornada con palma en las manos, y a Jesús y su Benditísima Madre muy alegres sus rostros. Esta es la Virgen incomparable, Patrona del Nuevo Mundo, esposa fidelísima de Jesús, que nos estimula y anima a la virtud con los premios de su misma gloria obtenidos por la virtud. Para eso, además, nos dejó su más preciada herencia, la Imagen llamada "El Doctorcito de Santa Rosa de Lima" para que acudamos a ella con confianza y la invoquemos con fervor, en todas nuestras necesidades.
(Pídase las gracias que se desee alcanzar. Se rezarán tres Padrenuestros al Doctorcito)

* Rezar las Letanías, Preces, Oración, Oración final y Acto de consagración.


NOVENA DEL SEÑOR DE HUANCA
PRIMER DIA
Por la Señal de la Santa Cruz....

ACTO DE CONTRICCION
A tí Señor y Dios mío, sea dada toda adoración, a ti eterna bondad toda gloria a ti infinita gracia Santa,
y perfecta caridad, toda alabanza.
¡Oh amabilísimo Jesús, Creador, Padre y Redentor mío en quien creo, con quien espero a quien amo sobre todas las cosas, yo el pecador mas indigno de cuantos habitan en la tierra arrojado a vuestras plantas confuso y humillado os pido perdón de mis culpas, me peso de todo corazón de haberte ofendido, pésame Señor de haberte ofendido, pésame Señor de haber sido la causa de que sufras tantos dolores, amarguras y congojas. Por tu sangre preciosísima que por mi derramasteis a toda una columna al rigor de cruelísimos tormentos, haced que lave con lagrimas de dolor las manchas de mi conciencia culpable, dadme la mano en mis caídas y fuerza para corregir mis defectos, vencer mis pasiones que me dominan, practicar las virtudes que me faltan, expiar mis pecados con actos de penitencia. Vengo a tus pies, Jesús mío como un leproso a limpiarme en este Jordán de pureza, como un ciego a lavarme en esta fuente de luz y espero que en vuestra infinita bondad escuchareis mis congojas y me concederéis lo que os pido.
Así sea.
ORACION PARA TODOS LOS DIAS
¡Oh Jesús mío! rendido a vuestros pies considerando las inefables muestras de amor que me habéis enseñado; cuya paciencia y misericordia son infinitas; echad una mirada de compasión sobre la ceguedad de vuestro pueblo ya no abandonáis en estos días que acude a tu Santuario y que en el infierno redobla sus esfuerzos para hacerle olvidar que fue rescatado a costa de tu sangre preciosísima. Unido de tu corazón a las almas privilegiadas que imploran con sus lagrimas vuestra misericordia, os ofrezco mis pensamientos, palabras y obras, todas mis fatigas, ocupaciones y padecimientos y mi alma con todas sus potencias en desagravio de los crímenes que de nuevo derraman tu sangre preciosa. Oh Jesús infinitamente bueno, quisiera amaros cuanto os aman todas las almas juntas que os sirven en la tierra, cuanto os aman los ángeles, los bienaventurados, cuanto os ama vuestra adorable Madre María Santísima. Os ruego por los crueles azotes que por mi amor sufrió tu delicadísimo cuerpo me concedas lo que te pido en esta novena si es para gloria de Dios y bien de mi alma.
Saludemos a la Beatísima Trinidad rezando tres veces el Padre Nuestro y Ave María en desagravio de los padecimientos de nuestro Señor Jesucristo atado en la columna.
ORACION PARA EL DIA PRIMERO
Inocentísimo Jesús que siendo la suma inocencia, quisiste por mi amor ser acusado y como reo sentenciado de inicuos jueces, oyendo con mansedumbre la sentencia que os dio Pilatos, para que fueseis cruelmente azotado y recibiéndola sin mas causa que el amor a los hombres luego que la pronuncio; inhumanos y crueles verdugos, te llevaron al lugar del suplicio, y desatando las cuerdas y cadenas con que te prendieron en el huerto, te maltrataron impíamente, rompiendo las llagas que las cadenas por estar fuertemente apretados te habían abierto en los brazos y muñecas y dejándote sueltas las manos, te mandaron, Jesús mío con ignominia, blasfemias, que tu mismo te despojaste de la túnica inconsutil. Y tu, Supremo monarca, Hijo del Eterno Padre, obedeciste a aquellos soberbios sayones quienes pareciéndoles que tardabas por tu modestia, sin piedad ni compasión os arrancaron con violencia la túnica. Ruegote Padre de mi corazón por la mansedumbre con que oíste la sentencia y te dejaste llevar al lugar de su cumplimiento, que imprimas en mi alma la paciencia en los trabajos y que atadas mis manos para la culpa, sólo las tenga libres para el cumplimiento de tus santos mandamientos. Amen.
Aquí en breve oración presentara cada uno mentalmente al Señor su particular necesidad y comunes de la iglesia, y luego la siguiente.

DEPRECACION
Sangre de mi Dios, vida de mi vida.
R/ purifica mi alma de toda malicia.
Sangre Redentora del alma mía.
Sangre que llorando mi Jesús vertía.
Sangre derramada por las culpas mías.
Sangre que te viste de hombres abatida.
Sangre que brotaron agudas espinas.
Sangre que vertieron manos atrevidas.
Sangre del costado en la cruel herida.
Sangre dulce y suave humana y divina.
Sangre con que aplacas tu justísima ira.
Sangre consagrada en hostia pacifica.
Sangre de mi Dios, Sangre amabilísima.
Sangre siempre pronta a curar heridas.
Sangre en que se funda la esperanza mía.
Sangre que recauda, la oveja perdida.
Sangre encendedora de las almas tibias.
Sangre que hace fuerte al que en tí medita.
Sangre santa, pura, amable y bendita.
Sangre de mi alma, sangre de mi vida.V/.
Te adoramos preciosa sangre y te bendecimos.
R/. Porque en la santa cruz redimiste al mundo.
ORACION
Omnipotente y sempiterno Dios, que con la Sangre de tu Hijo, quisiste ser aplacado y que nosotros fuésemos redimidos; rogámoste que nos concedas, de tal suerte hacer memoria del precio de nuestra salvación que podamos en esta vida conseguir el perdón, y en la eternidad el premio de la gloria. Por ti. mismo Jesucristo Señor Nuestro tu hijo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
A NUESTRA MADRE DE LA MERCED
Dulcísima Virgen María de la Merced querida Madre, abogada mía. encanto de mi corazón, embelezo deiicioso de mi alma; yo no tengo otra esperanza después de Jesucristo que Voz ¡Oh! Vos que sois la, única esperanza de los pecados. Vos que habéis de salvar. Reina de la gloria : Vos que vinisteis del cielo a romper cadenas, habéis de romper las de mis pecados. Vos quisisteis Ilamaros María de la Merced para llenar de mercedes a los que os invocan con este dulce titulo. Por eso os digo: ¡María de la Merced, salvad mi alma y hacedme la gran merced de darme una verdadera contrición para que acabando en paz esta mísera carrera pase a alabaras sin cesar en la mansión de la gloria.
¡Oh Madre mía! yo me ofrezco todo a vos y en prueba de mi filial afecto os consagro en este día, mis ojos, mis oídos mi lengua, mi corazón, en una palabra todo mi ser Ya que soy todo vuestro ;Oh Madre de misericordia! guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. Amen.
SEGUNDO DIA
ORACION
Amorosísimo Jesús mío que, siendo la suma altura quisiste padecer por nuestro amor tanto desprecio, que comparado con los gusanos de quienes nadie se compadece, fuiste tratado de modo indignísimo a tu dignidad, y siendo el objeto de los angélicos respetos, fuiste por vuestro amor e1 oprobio y escarnio de la ínfima y vilísima plebe. Siendo el autor de la salud, fuiste, por mi amor, conocido varón de dolores y débil de fuerza. Siendo la suma bienaventuranza fuiste por mi amor despreciado con el hombre mas bajo; y siendo el autor de toda gala quisiste. Por mi amor. ser desnudado de tus vestiduras. en presencia de la multitud de tus enemigos. Señor, que vistes a1 sol de resplandores, de luces a las estrellas, de hermosa gala las flores y los campos: ¿y te han de mirar desnudo tus enemigos? Tu eres el inocente a quien nadie pudo argüir de pecado ¿y has de ir, con tanta ignominia, para los azotes desnudado? Tú el Santo de los santos ¿y has de estar dispuesto por tu amor a pagar mis delitos? Bendito seas Señor mío porque siendo yo reo de toda maldad para librarme de la eterna confusión, admitiste padecer las desnudez, el escarnio, la burla, los azotes y blasfemias. Por esta misericordia, usad conmigo, concediéndome el particular favor que solicito. Amén.
TERCER DIA
ORACION
¡Oh! amabilísimo Jesús que, siendo la suma inocencia te sujetaste, por librarnos de las eternas prisiones, a se como reo aprisionado, y atado como Isaac para el sacrificio; contemplo Jesús mío a los crueles verdugos que tan cruelmente te atan a la columna para azotarte con más libertad; te estrechan contra la columna de piedra, de modo que entumecidos los brazos revienta la sangre por las yemas de los dedos. Mi sensor, mi bien, mi luz y mi guía; dadme luz para imitarte y con la mayor ternura de mi corazón decirte: ;Oh gloria de los ángeles! ;Oh creador misericordiosísimo de cielos y tierra! ;Oh amante de las almas puras! Es posible. Dios mío que cuando tu por mi amor entregas a los cordeles tus divinas manos para que las mías gocen de eterna soltura, las he de ocupar yo en quebrantar tu santa ley? Que cuando por desatar mis prisiones permitiste ser tratado como reo yo me he de emplear en malas obras? No Sensor, basta de esta mala correspondencia; quede impresa en mi alma tu fineza, alcance de tu piedad de particular favor que solicito. Amen.
CUARTO DIA
ORACION
Poderoso Jesús mío, siendo Supremo Monarca del mundo, Sensor de los ángeles y de los hombres, quisiste verte desamparado de tus amigos, abandonado de tus discípulos y cercado de rabiosos lobos en tus enemigos, en cuya presencia, atado fuertemente a la columna, empezaron los sayonos a azotar tu delicado y purfsimo cuerpo con ramales de cordeles con todo el furor de su indignacion y con todas las fuerzas sus potencias corporales, descargando sobre tu delicada espalda tantos golpes que cansados de azotar soltaron los cordeles, dejando por triunfo de su enojo, lastimeras y penetantes heridas ;Oh Dios, Sensor inocentisimo, te miro todo entumecido y desfigurado y que esta por reventar tu preciosa Sangre por todas partes de tu delicada espalda! ;Quien me diera el dolor correspondiente para sentir la mala correspondencia a tanta fineza; Tú Señor, tienes manos bondadosas y sueltas, para concederme esta gracia como la particular que solicito en esta novena. Amen.
QUINTO DIA
ORACION
Amorosísimo Jesús mío, que ardiendo en tu pecho el amor divino con que nos amas, porque no te cansas de amarnos permitiste que cansados los dos primeros sayones de azotarte, se llegasen otros dos y entrasen a porfía con ramales de cordeles durísimos, y te azotasen sobre las llagas que dejaron los primeros; apurando con tanta diligencia las manos, que en breves minutos de tiempo rompieron todas las heridas y cardenales, corrió derramada tu Sangre Divina, no sólo bañando tu sagrado cuerpo, sino salpicando las vestiduras de los ministros mismos que te atormentaron y corriendo hasta la tierra. Ofrezco Padre de mi alma el vaso de mi corazón, para que recibiendo en el tu preciosa Sangre se ablande su dureza y gaste todas sus ternuras solo en amarte que es gracia que espero con la particular solicitud que pido en esta novena. Amen.
SEXTO DIA
ORACION
Liberalísimo, Jesús mío, que no satisfecho tu amor con dar para nuestro rescate el precio de la Sangre que derramaste, quisiste fuesen rotas tus carnes con fieros azotes, pues azotado por otros dos verdugos que con inhumana crueldad, repitiendo inhumano los golpes le rompieron las inmaculadas carnes derribando al suelo muchos pedazos, abriendo en tus espaldas surcos, y descubriendo los huesos en ellos, verificándose lo que dijiste por tu Profeta David; contados han sido mis huesos, y sobre mis espaldas abrieron su iniquidad. Y no contentos con este estrago te azotan, hermosura de los cielos, en tu divino rostro, en tus pies, y en tus manos, encendiendo el furor que contra tu inocencia concibieron. Con el afecto mas intimo de mi corazón te pido, bien mío, me concedas lavar mi alma con tu Sangre preciosísima, y renovar con la fealdad de la culpa, ;Oh Jesús mío, por mi a tanto penar entregado! pierda yo el sentido de dolor, al verte desangrado, para que alcance de tu piedad el favor que solicito en esta novena. Amen.
SEPTIMO DIA
ORACION
¡Oh Jesús mío! fortaleza de los santos que cargado del peso de mis delitos para librarme de que eternamente me abrumen padeciste en tu santa humanidad todos los dolores de los golpes que recibiste, y desfallecido con mas de cinco mil azotes, y desatado de la columna fuiste presentado ;Oh varón de dolores! Te pido por tu sufrimiento que aproveche de las lecciones que me das de paciencia, humildad y obediencia.
¡Oh Jesús mío! Cómo alcanzara yo a limpiar la Sangre que obscurece los soles de tus ojos y las inmundas salivas con que Llenaron hartando de oprobios ; Dadme la mano de tu gracia para que logre este beneficio, con el particular favor que espero conseguir en esta novena Amen.
OCTAVO DIA
ORACION
Jesús amoroso, Médico celestial de las almas que para curar nuestras dolencias en el lago de tu Sangre derramada al rigor de los azotes, creaste una Piscina en que quedásemos libres de todo los males; dadnos, Señor la mano para que acertemos a entrar en ella cuando se mueve con la de tu misericordia Inocente. Abel, muerto por la envidia de su hermano no clame tu Sangre contra mí, cuando tu piedad pido a mi favor. ¿Quien Señor, respondiera al clamor de tu inocencia, cuando mi indignidad me convenciere? Como tal, humildemente apelo al trono de tus clemencias para que me valga el precio de tu Sangre y alcance la gracia que solicito en esta novena. Amen.
NOVENO DIA
ORACION
Jesús Poderosísimo; Padre de las luces, Príncipe celestial, vestido de los resplandores de tu hermosura, obedecido y servido de los ángeles y santos, temido de los demonios, por cuya providencia están los cielos y tierra vestidos de hermosura; tierno amante de las almas que por manifestar tu amor a los hombres quisiste padecer cuanto de penas la infernal furia dict6; desnudado de tu vestidura, para vestirme de la túnica inconsutil de la gracia Humildísimo dueño de mi alma, que te inclinaste al azarla ¿quién Señor y bien mío pudo obligar a tu grandeza para que te humillares, siendo verdadero y poderoso Dios en tus obras y en tu ser a padecer tan inaudito, tormentos oprobios, y blasfemias? Pero oh! ¿quién (bien infinito) muriera antes que nada hicieras, ni padecieras cuando a vista de tus dolores, azotes. Sangre derramada y desprecios como se nos representa en esta tu santa imagen buscamos los deleites las culpas; el regalo y las mayorfas? Tu amor vida mía te oblig6 tu caridad te puso en manos de tus enemigos; y yo con mis delitos desmerezco tus misericordias. Mas ;oh Padre amoroso. Pastor divino! me presento en tu presencia para que reduzcas a tu aprisco. Busco Padre mío, perdón por tu misericordia, misericordia, misericordia; misericordia ; Señor! ¿Como me apartaré sin ella? ¿Cómo me iré sin tu bendición? la he buscado con confianza, no me la niegues dulce dueño mío Amen.
LAS CAIDAS DEL SEÑOR
ORACION
Dulcísimo dueño de las almas. Jesús amabilísimo; yo humilde criatura vuestra, postrado a vuestros sagrados pies, adoro alabo y glorifico aquel infinito amor con que quisisteis siete veces caer en tierra por nuestro remedio, para confundir mi soberbia con tan admirable humildad; suplico ;Señor mío! por las penas congojas dolores y afrentas que sufristeis por redimirme en vuestra Pasión Santísima, me concedáis una viva fe con que crea en Vos que sois mi Dios verdad inefable, una esperanza firme con que solo escriben mis deseos en vuestro poder infinito, y una caridad verdadera con que os ame sobre todas las cosas, como a bondad suma, y todos mis prójimos por amor vuestro; para que teniendo una vida libre de caldos en los siete vicios capitales merezca levantarme a un alto grado de perfección y finalmente alabarnos eternamente en la gloria que con el Padre y en unidad del Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén,
A Jesucristo adoremos, Y con tierno corazón Las caídas contemplemos, Que Señor dio en su pasión, Aplaca Señor.
La primera caída que dio Nuestro Señor Jesucristo, fue en el huerto de Gethsemaní donde orando a su Eterno Padre, fue tan excesiva la congoja en que se puso que con un mortal y copioso sudor de sangre, regó tierra en que cayó desmayado.
Dulce Jesús que postrado Sangre sudas por mi amor
Concédeme que a tus pies Derrame alma y corazón Aplaca Señor
Padre nuestro, Ave María Gloria Patri y luego:
V. Alabad al Señor todas las gentes Los pueblos le alaben reverentes Porque su misericordia se ha mostrado Y sobre nosotros sea ensalzado,
R. Gloria sea dada al Padre Gloria al Hijo Perenne, Gloria al Espíritu Santo Sea ahora y por siempre, Mi Jesús dadnos tu mano, Y por tus siete caídas, No permitas que caigamos.
La segunda caída fue en río Cerdeen donde, por la violencia, con que lo llevaban cayo al agua y habiéndolo sacado todo mojado y enlodado, quedaron en aquellas piedras las huellas de sus pies y manos, y de las sogas con que lo llevaban maniatado.
Con el tropel de mis culpas Te he derribado Señor Lloren mis ojos mas aguas, Que las aguas que llevan el Cerdrónn, Aplaca Señor.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria Patri, etc.
La Tercera caída fue en presencia del Pontífice Caifás, donde un vil criado suyo llamado Malco de mano armada y con diab6lico furor; le dio tan espantosa y cruel bofetada que lo derribo en tierra dejando grabada la mano en su hermosísimo rostro.
Si la cruel bofetada
Cae mi Dios al rigor,
Levántate al ruido de esta
Que me da mi contrición
Aplaca Señor,
Padre Nuestro, Ave María, Gloria Patri,etc.
La cuarta caída fue en el Pretorio de Pilato, donde después de azotarlo cruelmente atado a una columna; al desatarla cayó de espaldas sobre el lago de su Sangre dejando descubierto el pecho donde le azotaban de nuevo.
Venid alma de Jesús
A morir de compasión
Que para verle en su Sangre
Desmayado no hay valor
Aplaca Señor
Padre Nuestro, Ave María, Gloria Patri, etc.
La quinta caída fue en la puerta llamada Judiciaria donde lleg6 el Señor después de azotado y mostrado al pueblo, fue por Pilatos sentenciado a muerte de Cruz la cual habiéndosela echado sobre los hombros, le hizo caer debajo con su crecido peso.
Después de azotes y espinas
Cruz y caídas ;que dolor!
Viva mi Jesús, y muera
Quien ingrato le ofendió
Aplaca Señor.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria Patri, etc.
La sexta caída fue cuando el Señor después da haber andado con la Cruz a cuestas por las calles publicas de la ciudad; y por habérsele hecho en la espalda una llaga que cruelmente le lastimaba, dio segunda vez en tierra debajo de la Cruz.
Nazareno hermoso dadme
Esa Cruz que no es razón
Que a ti postre su peso
Cuando hice el pecado
yo Aplaca Señor.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria Patri etc.
La séptima caída fue en la salida o falda del monte Calvario donde por faltarle ya las fuerzas cayo sobre las duras piedras y agudas lajas de aquel monte, hasta besar con sus santísima boca la tierra; y queriendo levantarse no pudo, antes volvió a caer de nuevo.
Que habrá hecho el pecador en mi
Si tanto ha causado en Dios?
¡Peque atrevido contra tí!
Perdón mi Jesús, Perdón
Aplaca Señor.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria Patri, etc.
V. Alma ten temor y mira Que al tamaño de su amor Es también cuando se irrita, Su justicia y su vigor
R. Aplaca, Señor tu ira, Tu justicia y tu rigor, Dulce Jesús de mi alma Misericordia Señor.

ULTIMA ORACION
Omnipotente y eterno Dios que quisiste que tu Hijo Jesucristo Señor nuestro diese; en su sagrada y dolorosa pasi6n siete lastimosas caídas para remedio de las nuestras; concédenos, por sus méritos no caer en ninguna de los siete vicios capitales, y si por vuestra fragilidad cayéremos en alguno, seamos levantados a mayor grado de perfección en amor vuestro por el mismo. Jesucristo tu Hijo que con Vos y el Espíritu Santo, vive y reina Dios por todos los siglos. Amen.

NOVENA DEL SEÑOR DE LA SALUD


ACTO DE CONTRICION PARA TODOS LOS DIAS

Dulcísimo Jesús mío, que descendiente de los Cielos para dar salud a todo el genero humano, por ser tan bueno como sois me pesa en el alma de haberos ofendido, y propongo con vuestra gracia antes de morir que pecar contra ti, que sois mi Dios verdadero, y puesto, Señor, que mis culpas embarazan los auxilios de tu infancia misericordia, te ruego humildemente por los méritos de tu Pasión Santísima, que venzas mi ingratitud, y me concedas el amarte perfectamente para que ejercitando en tu santo amor en esta vida, lo haga con mayor perfección en la vida eterna. Amén.

ORACION PARA EL PRIMER DIA.
Adorote, alabote, glorifìcote, y doyte gracias, ò Hijo del Eterno Padre, Verbo Divino, y segunda persona de la Santísima Trinidad, que viendo la gran miseria del mundo, enfermo por el pecado original, y condenado por esta causa à una eterna pena, te acordaste de tu misericordia, y siendo Dios de inmenso poder, y suprema majestad, igual en todo el Padre, y al Espíritu Santo con todo eso, te quisiste humillar bajando de los cielos a este valle de lagrimas a vestiros de nuestra naturaleza, para darnos la salud eterna, que perdimos por la culpa, haciéndote hombre, por virtud del Espíritu Santo, en el vientre purísimo de la Virgen María. Oh humildad profunda, Oh amor sin medida, ¿Con que agradeceré yo tal beneficio? Nada podré hacer que te agrade, si tu, Señor, no me asistes para ella: por este soberano Misterio de tu encarnación, que fue el origen de todas nuestras dichas, te suplico, Señor, que te acuerdes de tu piedad, y de mi gran necesidad: concédeme cumplido perdón de mis pecados, y espíritu bueno, para que te sirva, y agrade perfectamente. Amén. Ahora se meditará un breve rato sobre este misterio, ponderando el amor que su Majestad nos tuvo: y entregando se tocarán algunos instrumentos.

ORACION PARA TODOS LOS DIAS

Oh, dulcísimo Jesús mío, mi Redentor, y mi Señor! Que para comunicar vuestro amor inefable al género humano, os dignasteis de padecer, y morir en una Cruz afrentosamente, y después de resucitar, honraste vuestra Santa Iglesia, con repetidas apariciones a tus Apóstoles, y Discípulos, por todos estos beneficios, os ruego humildemente, por la santa iglesia católica, por la exaltación de nuestra santa fe, extirpación de las herejías, paz y concordia entre los Príncipes Cristianos, victoria contra los infieles, y herejes, redención de los pobres cautivos, y conversión de los pecadores, y pues yo soy uno de ellos, os suplico también, me miréis con aquellos benignos ojos, con que mirasteis al buen ladrón, para que penetrada mi alma de vuestros divinos ojos, con que mirasteis al buen ladrón, para que penetrada mi alma de vuestros divinos auxilios, corresponda con lagrimas de verdadera penitencia, para lograr así el tesoro de tu divina gracia, y el favor que os voy a pedir.
Ahora pedirá cada uno a su Majestad con mucha confianza lo que necesitare. Y luego se dirá lo siguiente.
Así confió lo haréis, benignísimo Jesús mío, pues sois médico, que curáis toda enfermedad de cuerpo y alma. Padre de misericordia, y Dios de toda consolación, pero si acaso fuere vuestra voluntad, el que se dilate, o no consiga lo que os suplico, dadme, Señor, verdadera resignación en vuestra Santísima voluntad, y lo que mas me convenga para serviros en este valle de lagrimas, y alabaros después, por toda la eternidad en la gloria. Amén.

GOZOS
Al fin de cada uno se rezará un padre nuestro y Ave María con su gloria Patri, y un credo, en reverencia de aquellas tres horas que estuvo en la Cruz N.S.J.C.
Cuando el mundo estaba enfermo del grave mal del pecado, de vuestro amor obligado bajaste a darle remedio, logrando por este medio sanar nuestra ingratitud, líbranos de todo mal, señor dios de la salud.
Padre nuestro, Jc
Aquí mi Jesús piadoso de los fieles venerado, sanáis todo accidentado como médico famoso todos logran grande gozo en vuestra suma virtud: líbranos de todo mal Señor Dios de la salud.
Padre nuestro, JC.
Aquí por vuestra clemencia el que llega compungido, se mira favorecido en cualquier mal, y dolencia, logrando nuestra conciencia de auxilios gran multitud: líbranos de todo mal. Señor Dios de la Salud.
Padre nuestro, JC.
Oh Dios de eterna virtud, que por vuestro Santísimo Hijo, quisiste sanar al hombre de la enfermedad mortal de la culpa, derramando para esto toda su sangre preciosísima, rogamoste por el mismo Jesucristo nuestro señor, y por aquellas terribles fatigas, que padeció en aquellas tres horas, que estuvo en la Cruz, y por los dolores, y angustias de su Santísima Madre, la siempre Virgen María, nos concedas la salud de nuestros cuerpos, y mas principalmente de nuestras almas, para que merezcamos ser participantes de los tesoros infinitos de tu gracia, y gozaros, y alabaros en la vida Eterna. Amén.

SEGUNDO DIA
Hecho el Acto de contrición como el día primero, se dirá la oración siguiente, que se variará todos los días como se Irán siguiendo: y esta oración servirá para la meditación.

ORACION
Adorote, alabote, glorifícate, y doite gracias, Oh Hijo de Dios vivo, dulcísimo Jesús mío, que para enseñar excelentisimamente la virtud de la humanidad, tuviste por bien de nacer Niño tierno en un pesebre, de sufrir la aspereza del frío, ser envuelto en pañales, y ser mantenido de los pechos virginales de tu Santísima Madre, haciéndote pobre, y necesitado por mí, y también quisiste ser circuncidado el octavo día de tu nacimiento, derramando por mi tu purísima sangre, y manifestarte a los Reyes Magos, que guiados de una estrella te buscaron, y habiendo llegado a Belén, llenos de gozo te adoraron y ofrecieron dones: después fuiste presentado en el Templo, y redimido con ofrenda de pobres: luego fuisteis llevado huyendo a Egipto, y sufristeis los trabajos, y penalidades del camino, y humildemente te sujetaste, y obedecisteis a María, y a Joseph, siendo Rey de Reyes, y Señor todo poderoso, por todos estos soberanos beneficios, y misterios, te suplico, Señor, te acuerdes de tu piedad, y de mi gran necesidad: ten Señor misericordia de mí: concédeme cumplido perdón de mis pecados, y espíritu bueno, para que te sirva, y agrade. Amén.

Ahora se meditará sobre estos misterios, ponderando el amor que su Majestad nos tuvo, y se concluirá con las oraciones, y gozos como el día primero.

TERCER DIA
Adorote, alabote, glorifícate, y doite gracias, OH Hijo de Dios vivo, mi dulcísimo Jesús mío, que quisiste ser bautizado por tu Siervo San Juan, en el Jordan, siendo incapaz de pecado, solo por mi remedio, y después del bautismo, ayunaste cuarenta días, y cuarenta noches, morando en el desierto con los brutos: no te desdeñaste de ser tentado del demonio por mi salud, y remedio; y luego saliste a predicar el Reino de los Cielos, confirmando tu doctrina con innumerables milagros; y para crédito de tu Divinidad, obraste la maravilla grande de aparecerte transfigurado, y glorioso en el monte Tabor: conversaste suavemente con los hombres, curando les enfermos, resucitando los muertos, y dándoles todo consuelo: tu sufriste por mi, con mansisìmo corazón, trabajos, molestias, y diversas persecuciones, por espacio de treinta años: en ellos me enseñaste cumplidisimamente con obras y palabras, como había de vivir santamente: por todos estos misterios, y pasos de tu vida santísima, te suplico, mi Dios amorosísimo, te acuerdes de tu piedad y misericordia, y de mi gran necesidad: concédeme, Señor, cumplido perdón de mis pecados, y espíritu bueno, para que te sirva y agrade. Amén.

Ahora se meditará sobre estos misterios, ponderando el amor que su Majestad nos tuvo; y se concluirá como el primer día.

CUARTO DIA
Adórate, alabote, glorifícate, y doite gracias, Oh Hijo de Dios vivo, mi dulcísimo Jesús, que puestas las rodillas en tierra, lavaste humildemente los pies de tus discípulos, y los limpiaste con la toalla con que estabas ceñido, lo que lleno de admiración a todo el mundo, y pasmo al Apóstol San Pedro viéndote arrodillado a sus pies, a los de Judas ingrato, Oh humildad profundísima, y cuanto, Señor, nos enseñaste con ella, y luego con inefable, y suavísima caridad instituiste el venerable y Santísimo Sacramente de la Eucaristía, dejándote en él a ti mismo, bajo las especies de pan y vino, para el alimento espiritual de las almas. Oh caridad sin término, oh amor sin medida, Oh maravillas la mayor de todas. Esta es, Señor, la prenda mas fina, que dejaste a tu esposa la Iglesia al tiempo que partiste de este mundo para el Padre: este es el memorial de tu amor inefable: este es el Maná sabroso, el pan de Ángeles, y pan del Cielo, que llena, y satisface sin fastidio a quien le come debidamente haciéndole una misma cosa, Señor contigo; pues él queda en ti, y tú, Señor, quedas en él: por todos estos misterios, te suplico, Señor, que te acuerdes de tu infinita caridad, y de mi grande necesidad: ten piedad de mí, y haz que te agrade, y reciba con pureza en esta vida, y te goce en la eterna. Amén.

Ahora se meditará sobre estos misterios, ponderando el amor que su Majestad nos tuvo.

QUINTO DIA

Adòrate, alàbote, glorifìcote, y doite gracias, oh Hijo de Dios vivo, dulcìsimo Jesùs mìo, que quisiste padecer por mì grande tristeza en el Huerto donde orabas, y fuste cubierto de sudor de sangre con grandes congojas; fuiste preso de los Sayones, y entregado sin respeto alguno, por mano de vuestro Apòstol Judas; fuiste atado como un malhechor, y ladròn, afrentosamente llevado delante del Pontìfice; fuiste injustamente condenado a muerte, afeado con salivas, cruelmente herido con bofetadas, y cubierto tu rostro por escarnio; fuiste afligido, ultrajado, y blasfemado, fuiste menospreciado, y tenido por loco, y vestido de una vestidura blanca, por burla y escarnio. Oh Rey Soberano de la Gloria. Cuán terribles, y afrentosas fueron estas cosas, que por mí padeciste con tanta mansedumbre
Sin hablar una palabra: por todas te suplico, Señor, me deis aliento para sufrir, y tolerar con humildad, y paciencia todas las adversidades, y penalidades de esta vida, acuérdate, Señor, de tu piedad, y de mi gran necesidad; ten misericordia de mí, concédeme perdón cumplido de mis pecados, y espíritu bueno, para que te sirva, y agrade. Amén.

Ahora se meditará sobre estos pasos, ponderando el amor que su Majestad nos tuvo.

SEXTO DIA
Adorote, alàbote, glorifícate, y doite gracias, Oh Hijo de Dios vivo, dulcísimo Jesús mío, que por mi causa quisiste ser desnudado en casa del Juez afrentosamente, y sin clemencia alguna ser atado a la columna, y que tu Sacro Santo Cuerpo fuese cruelmente herido con cinco mil, y más azotes, bañado en tu propia sangre, y tu carne virginal despedazada; y después vestido de una Púrpura por escarnio; coronado de espinas con gran tormento; ser burlado, y escarnecido, como si fueras Rey de burlas, de los pecadores; comparado con Barrabas, ladrón famoso, y pospuesto a él, de los judíos ingratos, que llenos de furor te querían dar muerte afrentosa, Oh que tormentos, Oh que afrentas sufriste, Señor, por el bien de mi alma, siendo yo tan ingrato para con vos, por la multitud de mis pecados. Dadme, Señor, la luz que me falta, para conocer tus afrentas, y mis locuras; tus tormentos, y mi mala correspondencia: acuérdate, Señor, de mi pecador; ten presente tu piedad y mi grande necesidad; ten misericordia de mí, concédeme cumplido perdón de mis pecados; y espíritu bueno, para que te sirva, y agrade perfectamente. Amén.

Ahora se meditará en estos tormentos, ponderando el amor que su Majestad nos tuvo.

SEPTIMO DIA
Adòrote, alàbote, glorìficate, y doite gracias, Oh Hijo de Dios vivo, mi dulcísimo Jesús, que tuviste por bien ser por mi sentenciado a muerte afrentosa de Cruz, y cargado con ella, y entregado a la voluntad de los Judíos: caminaste hasta el Calvario acompañado de dos ladrones, y gran multitud de gente, que te burlaba, y escarnecía, y cercado de sayones, verdugos muy crueles, que no solo te injuriaban con maldiciones, y blasfemias, más también te maltrataban con palos, para hacerte apresurar el paso hacia la muerte; cumpliéndose aquí lo que habías dicho mucho antes por tu Profeta: Todos los que me veían burlaban de mí, hallaron con sus labios vituperios contra mí, y movieron su cabeza haciendo burla: Así mi Jesús dulcísimo, cargado con aquel pesado madero, cayendo, y levantando quisiste llegar fatigado, y afligido hasta el Calvario, lugar infame, por ser el suplicio de los malhechores, y allí quisiste tolerar la afrenta, y tormento grande, de que los verdugos te quitaran las vestiduras, y dejarán desnudo, para clavarte, de pies y manos en la Cruz: Oh mi Jesús bueno, ¿Tú que vestiste a todo el mundo de hermosura, tan desnudo por mí, y yo tan revestido de pasiones? Dadme, Señor, gracias para desnudarme de ellas, y para llevar con paciencia la Cruz de las tribulaciones, y trabajos de esta vida, acuérdate, Señor, de tu piedad, y mi necesidad, concédeme perdón cumplido de mis pecados, y espíritu bueno, para agradarte, Amén.

Ahora se mediará sobre estos pasos, ponderando el amor, que su Majestad nos tuvo.



OCTOVA DIA
Adòrote, alàbote, glorifìcote, y doite gracias, Oh Hijo de Dios vivo, dulcísimo Jesús .Ángeles y de aquellas almas Santas, que sacaste del Limbo, conservando siempre en tu glorioso, y Sacro Santo Cuerpo, aquellas cinco llagas resplandecientes, que son las puertas de la Salud, y vida Eterna, por todas estas maravillas soberanas, te suplico, Señor, por último día de esta Novena, que te dignes de hacerme participante de los méritos de tu Pasión y Muerte para que haciendo yo buena vida en este mundo, llegue a verte resucitado y glorioso en la vida Eterna, a donde te alabe sin fin, en compañía de tu Santísima Madre, y todos los Santos. Amén.

Ahora se meditará sobre estos misterios, ponderando el amor que S.M. nos tuvo

 
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